Christmas
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Lo que acaba de ocurrir con el baneo del cofrade Drais, es una muestra, en pequeño, del poco o nulo respeto que tenemos por la libertad de expresión y en general por la libertad, los peruanos.
Por eso es que nuestra democracia no se consolida y quizá nunca lo haga, por eso es que tenemos autoridades para quiénes la libertad de expresión es más un cliché que una absoluta convicción.
Por eso es que hay gente que avala la barbarie y acepta el horror como medio, para acabar con un problema, el terrorrismo por ejemplo.
Por eso a los medios de comunicación no les importa hacer campaña en favor de quién los silenció durante una década.
Por eso los empresarios, que en 1,987 salieron a las calles a protestar enarbolando la bandera de la libertad ante la inminente estatización de la banca se acomodaron ante el régimen del dictador y ahora hacen lo mismo ante su hija.
Es una verdadera pena que haya gente que nisiquiera detrás de un nick muestre su verdadera convicción y se escude en la hipócrita legalidad, buscando el mínimo error del adversario ideológico para silenciarlo.
Reitero mi absoluta solidaridad para con el cofrade Drais, una víctima más, de tantas, de la intolerancia y la prepotencia que reyna silenciosamente en nuestro país.
Por eso es que nuestra democracia no se consolida y quizá nunca lo haga, por eso es que tenemos autoridades para quiénes la libertad de expresión es más un cliché que una absoluta convicción.
Por eso es que hay gente que avala la barbarie y acepta el horror como medio, para acabar con un problema, el terrorrismo por ejemplo.
Por eso a los medios de comunicación no les importa hacer campaña en favor de quién los silenció durante una década.
Por eso los empresarios, que en 1,987 salieron a las calles a protestar enarbolando la bandera de la libertad ante la inminente estatización de la banca se acomodaron ante el régimen del dictador y ahora hacen lo mismo ante su hija.
Es una verdadera pena que haya gente que nisiquiera detrás de un nick muestre su verdadera convicción y se escude en la hipócrita legalidad, buscando el mínimo error del adversario ideológico para silenciarlo.
Reitero mi absoluta solidaridad para con el cofrade Drais, una víctima más, de tantas, de la intolerancia y la prepotencia que reyna silenciosamente en nuestro país.