BB-Salsero
Oficial
Hoy no tengo ganas de escribir. No tengo ganas de quejarme por el hecho aberrante de que la primera campaña electoral protagonizada por dos mujeres muy capaces haya virado de discusiones más o menos sensatas como poner en evidencia la decencia de los candidatos, a tratar de averiguar quién tiene el alma más roja o quién es la tía más cándida de la contienda electoral.
La verdad me aburre soberanamente tener que escuchar, una vez más, que todos los que están en contra del modelo económico actual son extremistas que quieren destruir el país. Se les mira con recelo y se analizan sus gestos como si se tratara de la viva encarnación del diablo. Me resulta absolutamente incomprensible que para determinado sector de la prensa y de la clase política, la izquierda no pueda ser considerada simplemente como lo que es: una opción más, que puede o no gustarle a todos, pero que es capaz de enriquecer el debate planteando temas que la derecha ni siquiera contemplaría.
Me resulta un soponcio, para qué les voy a mentir, volver a escuchar que existe un electarado que vota movido por la imbecilidad y escoge la peor opción. Claro que esta vez ha cambiado un poco el panorama. Ya no se trata de débiles mentales que viven en la sierra a los que no les llega suficiente oxígeno al cerebro. Los neobrutos son urbanos, pertenecen a la clase AB, tienen casa en Asia, compran en el Jockey Plaza, pero se han vuelto imbéciles de tanto casarse entre ellos y por eso votarán por Fuerza Social. Lo peor de estos argumentos extremistas es que reducen las explicaciones a insultos y renuncian a cualquier intento de interpretar críticamente el comportamiento del voto de la clase alta limeña, que por cierto ha desconcertado a todos.
Me hastía, y también me apena, que teniendo a dos excelentes candidatas, con harta capacidad pedagógica, nos estemos perdiendo la oportunidad de escuchar propuestas serias sobre cómo piensan dirigir los destinos de Lima. ¿Acaso nos ha quedado claro cómo resolverán el caos del transporte o cómo enfrentarán la delincuencia? No. Hasta ahora lo único que tenemos recontra claro es cómo le gusta saludar a la candidata Villarán y cuánto ganó trabajando como abogada la candidata Flores.
Me disculparán la desidia, pero me resulta francamente ridículo que en lugar de escuchar a los candidatos, las voces que más protagonismo han cobrado en esta campaña hayan sido las de los periodistas, que lejos de contribuir con información pertinente que ayude al ciudadano a decidir su voto, lo hemos atarantado con información tendenciosa, casi siempre inútil, e incluso falsa.
No sé cómo se lo estarán tomando ustedes, pero para serles bien sincera, ya me están resultando deprimentes los cuentos de Caperucita y el lobo, y los de la cándida Lulú y sus malos negocios. ¿Tendremos que soportar tal pobreza de debate también en la campaña presidencial? Esperemos que no, aunque sospecho que nos espera un escenario aún peor.
Articulo orginal de Patricia del Rio
Diario Peru21:
[URL="http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138"][URL="http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138"][url]http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138[/URL][/URL][/URL]
La verdad me aburre soberanamente tener que escuchar, una vez más, que todos los que están en contra del modelo económico actual son extremistas que quieren destruir el país. Se les mira con recelo y se analizan sus gestos como si se tratara de la viva encarnación del diablo. Me resulta absolutamente incomprensible que para determinado sector de la prensa y de la clase política, la izquierda no pueda ser considerada simplemente como lo que es: una opción más, que puede o no gustarle a todos, pero que es capaz de enriquecer el debate planteando temas que la derecha ni siquiera contemplaría.
Me resulta un soponcio, para qué les voy a mentir, volver a escuchar que existe un electarado que vota movido por la imbecilidad y escoge la peor opción. Claro que esta vez ha cambiado un poco el panorama. Ya no se trata de débiles mentales que viven en la sierra a los que no les llega suficiente oxígeno al cerebro. Los neobrutos son urbanos, pertenecen a la clase AB, tienen casa en Asia, compran en el Jockey Plaza, pero se han vuelto imbéciles de tanto casarse entre ellos y por eso votarán por Fuerza Social. Lo peor de estos argumentos extremistas es que reducen las explicaciones a insultos y renuncian a cualquier intento de interpretar críticamente el comportamiento del voto de la clase alta limeña, que por cierto ha desconcertado a todos.
Me hastía, y también me apena, que teniendo a dos excelentes candidatas, con harta capacidad pedagógica, nos estemos perdiendo la oportunidad de escuchar propuestas serias sobre cómo piensan dirigir los destinos de Lima. ¿Acaso nos ha quedado claro cómo resolverán el caos del transporte o cómo enfrentarán la delincuencia? No. Hasta ahora lo único que tenemos recontra claro es cómo le gusta saludar a la candidata Villarán y cuánto ganó trabajando como abogada la candidata Flores.
Me disculparán la desidia, pero me resulta francamente ridículo que en lugar de escuchar a los candidatos, las voces que más protagonismo han cobrado en esta campaña hayan sido las de los periodistas, que lejos de contribuir con información pertinente que ayude al ciudadano a decidir su voto, lo hemos atarantado con información tendenciosa, casi siempre inútil, e incluso falsa.
No sé cómo se lo estarán tomando ustedes, pero para serles bien sincera, ya me están resultando deprimentes los cuentos de Caperucita y el lobo, y los de la cándida Lulú y sus malos negocios. ¿Tendremos que soportar tal pobreza de debate también en la campaña presidencial? Esperemos que no, aunque sospecho que nos espera un escenario aún peor.
Articulo orginal de Patricia del Rio
Diario Peru21:
[URL="http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138"][URL="http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138"][url]http://peru21.pe/impresa/noticia/cero-ganas/2010-09-03/284138[/URL][/URL][/URL]