armanchesco
Comandante
- 627
- 587
- 175
- Registrado
- 5 Jun 2007
- Registrado
- 5 Jun 2007
- Mensajes
- 627
- Puntos de reacción
- 587
- Puntos
- 175
18 Years of Service
¿Vieron “SIN MEDIAS TINTAS” el día de ayer? Sí lo vieron pero sobre todo si le prestaron muchísima atención y analizaron, ayer Aldo Mariategui mostró al verdadero Aldo Mariategui, aquel rebelde que no es rebelde, sino tan solo un niño metido debajo las faldas de mamá. Dónde quedó el periodista a quienes muchos admiran por ser precisamente aquel que defiende sus opiniones y da con palo a sus adversarios y que no se pone a llorar de quienes deja a su paso, incluyendo a él mismo, total, ¿qué se creía? ¿Invencible? No sabe que en toda guerra, incluida la mediática también hay bajas –o en este caso despidos- y que todo tiene su ciclo. Ayer, yo no lo vi defender sus opiniones sino llorar porque sus jefes (o al menos uno) lo sacaron de un diario lleno de infundios, calumnias y portadas de escándalo. Porque eso es “Correo”, todo menos periodismo, ejemplos por montón, bastar dar un click y buscar en internet.
Ayer, Aldo Mariategui se mostró tal cual; aquel que lanza la piedra y esconde la mano, aquel que calumnia a una persona en una portada un día y al día siguiente se rectifica, aquel que las veces que se topa en un debate o entrevista con gente realmente inteligente, no los mira directo a los ojos, sino que agacha la cabeza y baja la voz (Claro, con los tontos se luce pero con los de élite se baja)
Alditus ha sido víctima de lo que él mismo NO CRITICÓ en su momento, sino que se hizo de la vista gorda. O es que acaso no recuerdan los despidos de ciertos periodistas que en plena campaña presidencial NO mostraban cierto interés en apoyar a Keiko Fujimori?? (Cosa que Aldo sí). En aquellos momentos yo no escuché a Alditus defendiendo, por ejemplo, a Laura Puertas, directora periodística de América TV, cuando la botaron precisamente por no sumarse al cargamonton en contra de Humala. Que inconsistente. Ahora él agradece a Beto Ortiz lo que él como periodista, contrario a sus posiciones o ideologías, no hizo con sus demás colegas cuando pasaron por lo mismo. En ese momento, triste para ellos, Aldo por dentro se burló pero ahora llora y pide, vía “frecuencia latina”- Canal 2-, que todos lloren con él o por él.
Contrariamente a lo que muchos piensen (incluido el propio Ortiz), es plenamente consistente que casi nadie reclame por él, y no de locos o vengativos el que la gran mayoría haga un coro de silencio. No es que no guste, no es que caiga incomodo. El tema pasa por lo siguiente: si vas a defender a alguien con el argumento de la ya conocida “libertad de expresión”, tienes que verificar en la realidad que ese “alguien” realmente la ejerza. Esta palabrita ha sido y es bastante utilizada, pero al igual que la “libertad de información” poco se conoce de su significado. Pero para hacerla corta, Aldo no ejercía ninguna de ellas.
En contrario sensu, libertad de expresión no es pues adjetivar a las personas, el considerar ignorantes a quienes no piensan como tú o no votarán igual que tu. Libertad de expresión no es llamar porquería a una institución internacional como la CIDH, institución a la cual no solo llega la “caviarada”, sino muchos peruanos en busca de justicia. Libertad de expresión no es burlarte de una congresista quechuahablante por sus errores ortográficos, cuando él siendo estudiante de PUCP, privilegio que nunca se le dio a ella, casi es expulsado de dicha casa de estudios, precisamente por bajo rendimiento académico.
Aldo, tácitamente exige explicaciones, reclama al aire en vivo y en directo lo que otros periodistas no tuvieron la oportunidad de reclamar o que jamás lo hicieron. O es que cuando sacaron a Rosa María Palacios de “Prensa Libre”, ella luego salió en su nuevo programa autoentrevistandose y formulando hipótesis del por qué la sacaron. Rosa María, siendo mujer, no ha hecho la pataleta, ni creado esta novelita que ahora Aldo hace.
Ayer en su programa, Aldito le jaló el vestido a su “mamá teleaudiencia” y le reclamó que “papá empresa” lo sacó de la TELE y que de pasadita le quitó “el chupón” de su columna diaria y sus infaltables “chiquitas”. Pregunto, para ustedes ¿ese es un líder de opinión? Después de lo de ayer, piénsenlo dos veces antes de seguirlo, porque ese no es la clase de líder a quien yo eventualmente seguiría
Un periodista, verdadero periodista como todo profesional en general, no se aferra a su cargo; cuando lo “sacan” justa o injustamente, se va con la frente en alto y no con el rabo entre las piernas. Si sabes que eres incomodo por tu propio actuar, pues tienes que ser consciente de ello y afrontar las posibles consecuencias. Eso es ser coherente
Un rebelde, un verdadero rebelde, ante la adversidad no llora, se mofa y mira pa lante. Si no que lo diga un verdadero periodista: César Hildebrandt, porque si el argumento es el poder de la empresa, el de los dueños de los medios, el del “despido arbitrario”, contrasten la respuesta que da Hildebrandt con la que da Aldo y sepan ustedes, quién es el verdadero periodista y el verdadero rebelde.
Ayer, Aldo Mariategui se mostró tal cual; aquel que lanza la piedra y esconde la mano, aquel que calumnia a una persona en una portada un día y al día siguiente se rectifica, aquel que las veces que se topa en un debate o entrevista con gente realmente inteligente, no los mira directo a los ojos, sino que agacha la cabeza y baja la voz (Claro, con los tontos se luce pero con los de élite se baja)
Alditus ha sido víctima de lo que él mismo NO CRITICÓ en su momento, sino que se hizo de la vista gorda. O es que acaso no recuerdan los despidos de ciertos periodistas que en plena campaña presidencial NO mostraban cierto interés en apoyar a Keiko Fujimori?? (Cosa que Aldo sí). En aquellos momentos yo no escuché a Alditus defendiendo, por ejemplo, a Laura Puertas, directora periodística de América TV, cuando la botaron precisamente por no sumarse al cargamonton en contra de Humala. Que inconsistente. Ahora él agradece a Beto Ortiz lo que él como periodista, contrario a sus posiciones o ideologías, no hizo con sus demás colegas cuando pasaron por lo mismo. En ese momento, triste para ellos, Aldo por dentro se burló pero ahora llora y pide, vía “frecuencia latina”- Canal 2-, que todos lloren con él o por él.
Contrariamente a lo que muchos piensen (incluido el propio Ortiz), es plenamente consistente que casi nadie reclame por él, y no de locos o vengativos el que la gran mayoría haga un coro de silencio. No es que no guste, no es que caiga incomodo. El tema pasa por lo siguiente: si vas a defender a alguien con el argumento de la ya conocida “libertad de expresión”, tienes que verificar en la realidad que ese “alguien” realmente la ejerza. Esta palabrita ha sido y es bastante utilizada, pero al igual que la “libertad de información” poco se conoce de su significado. Pero para hacerla corta, Aldo no ejercía ninguna de ellas.
En contrario sensu, libertad de expresión no es pues adjetivar a las personas, el considerar ignorantes a quienes no piensan como tú o no votarán igual que tu. Libertad de expresión no es llamar porquería a una institución internacional como la CIDH, institución a la cual no solo llega la “caviarada”, sino muchos peruanos en busca de justicia. Libertad de expresión no es burlarte de una congresista quechuahablante por sus errores ortográficos, cuando él siendo estudiante de PUCP, privilegio que nunca se le dio a ella, casi es expulsado de dicha casa de estudios, precisamente por bajo rendimiento académico.
Aldo, tácitamente exige explicaciones, reclama al aire en vivo y en directo lo que otros periodistas no tuvieron la oportunidad de reclamar o que jamás lo hicieron. O es que cuando sacaron a Rosa María Palacios de “Prensa Libre”, ella luego salió en su nuevo programa autoentrevistandose y formulando hipótesis del por qué la sacaron. Rosa María, siendo mujer, no ha hecho la pataleta, ni creado esta novelita que ahora Aldo hace.
Ayer en su programa, Aldito le jaló el vestido a su “mamá teleaudiencia” y le reclamó que “papá empresa” lo sacó de la TELE y que de pasadita le quitó “el chupón” de su columna diaria y sus infaltables “chiquitas”. Pregunto, para ustedes ¿ese es un líder de opinión? Después de lo de ayer, piénsenlo dos veces antes de seguirlo, porque ese no es la clase de líder a quien yo eventualmente seguiría
Un periodista, verdadero periodista como todo profesional en general, no se aferra a su cargo; cuando lo “sacan” justa o injustamente, se va con la frente en alto y no con el rabo entre las piernas. Si sabes que eres incomodo por tu propio actuar, pues tienes que ser consciente de ello y afrontar las posibles consecuencias. Eso es ser coherente
Un rebelde, un verdadero rebelde, ante la adversidad no llora, se mofa y mira pa lante. Si no que lo diga un verdadero periodista: César Hildebrandt, porque si el argumento es el poder de la empresa, el de los dueños de los medios, el del “despido arbitrario”, contrasten la respuesta que da Hildebrandt con la que da Aldo y sepan ustedes, quién es el verdadero periodista y el verdadero rebelde.
Última edición por un moderador: