armanchesco
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A ver estimado, sí estás equivocado y confundes términos. Te brindo a continuación las “luces” que exiges y la vez sustento de lo dicho anteriormente, es decir las razones de esta afirmación.
Comencemos por la aparente contradicción según la cual por un lado me alegro que Mariátegui haya sido extirpado de la prensa escrita, pero por otro, “me haya alegrado” (lo puse en condicional) de su “eventual” despedido arbitrario; en el supuesto claro que dicho despido haya sido arbitrario, (porque cierto es que éste –el despido “arbitrario”-no ha quedado del todo claro y ello por el propio silencio que Aldo mostró en este extremo. No hay contradicción en lo absoluto, toda vez que una cosa es el fondo de la noticia (Aldo expulsado de la prensa escrita) y otra cosa es la forma (en que Aldo haya sido expulsado de dicha prensa arbitraria o ilegalmente). ¿Ahora si se entendió? Lo uno no excluye lo otro. En este caso, corren por cuerdas separadas. Vamos con ejemplos, éstos simplifican las cosas.
Digamos que el amigo “Pájaro Bravo” sea el “Aldo Mariátegui del foro”, es decir aquel que insulta, miente o injuria a varios de nosotros y bueno “Alex Alonso”, SIN seguir los procedimientos de amonestación previa o advertencia, lo expulsa directa e indefinidamente. Muchos de nosotros podríamos alegrarnos de dicha noticia porque la consideramos justa y debidamente probada, pero ello no deja de lado que dicha expulsión fue arbitraria, dado que no se siguió el procedimiento establecido. Y ya que mencionaste a Fujimori, mira, Nakasaki (su abogado) disparó con todo con la sentencia que condenó a su patrocinado (fondo), le dio duro, pero jamás cuestionó el procedimiento, es decir el proceso (forma). ¿Ahora sí se entendió? ya pes camarada, lo he explicado con “ejemplitos” y todo, solo me faltaron los dibujitos.
Lo del silenciamiento, bueno yo no lo toqué en mi artículo sin embargo puedo decir que no hay pruebas “contundentes” que lo demuestren, pero vamos, sí existen indicios suficientes que apuntan que así fue. No seamos ingenuos, bien sabemos que se ha vuelto regla en nuestro país que cada campaña electoral o denuncia periodística grave borra del mapa a uno o más periodistas. Ahí tienen los ejemplos de Hildebrandt, Rosa María, Rodrich, etc. Bueno, esta vez le tocó a Aldo, tan simple como eso. La gran diferencia es que todos, menos Aldo, jamás se pusieron a llorar frente a cámaras, y Hildebrandt es el mejor ejemplo.
Cierro con lo de la libertad de expresión, tengo que levantarme temprano, mañana tengo audiencia. Confundes términos estimado amigo, una cosa es “libertad de expresarse” y otra cosa “libertad de expresión”. En el primer caso, simplemente es manifestar con palabras o hechos lo que una persona quiere decir ante varias. Sin embargo, en el segundo caso: “Libertad de Expresión”, ésta, constituye un derecho, reconocido en el artículo 2°, inciso 4) de la Constitución del 93, y en el artículo 13° de la Convención Americana de Derechos Humanos, pero como todo derecho NO es absoluto, tiene límites y ese límite se lo pone otro derecho, también reconocido en nuestra Constitución y es el derecho al honor y la buena reputación (artículo 2°, inciso 7). Por ello, un periodista y en general cualquier persona ejerce plena y justificadamente su derecho a la libertad de expresión siempre y cuando éste no colisione o afecte el derecho al honor de otra persona. Es por eso que, refiriéndome a Aldo Mariátegui, he dicho y vuelvo a reafirmar la siguiente frase- la cual ahora cobra más sentido y contundencia-: “si vas a defender a alguien con el argumento de la ya conocida “libertad de expresión”, tienes que verificar en la realidad que ese “alguien” realmente la ejerza”
Así, cualquiera de nosotros puede expresarse libremente en torno determinado tema (opinar), pero para que esta opinión o expresión pueda considerarse como el ejercicio pleno de nuestro derecho a “la libertad de expresión”, tiene que verificarse previamente que esta opinión no vulnere el derecho al honor de otros.
Es, tan protegido el derecho honor de las personas que cuando una persona o periodista intencional o maliciosamente lesiona este bien jurídico, puede cometer delito de difamación y ser condenado. Tienes ahí el ejemplo de Magaly Medina que, sin ejercer propiamente periodismo (para mí no existe eso de “periodismo de espectáculos”
difamó a Paolo Guerrero, al haber referido a través de su programa televisivo hechos falsos.
¿Se entendió? Dime que si compadre porque si no me doy un tiro; pero igual te puedo enviar links de sentencias del PJ o de la Corte IDH que desarrollan este derecho.
Saludos
Comencemos por la aparente contradicción según la cual por un lado me alegro que Mariátegui haya sido extirpado de la prensa escrita, pero por otro, “me haya alegrado” (lo puse en condicional) de su “eventual” despedido arbitrario; en el supuesto claro que dicho despido haya sido arbitrario, (porque cierto es que éste –el despido “arbitrario”-no ha quedado del todo claro y ello por el propio silencio que Aldo mostró en este extremo. No hay contradicción en lo absoluto, toda vez que una cosa es el fondo de la noticia (Aldo expulsado de la prensa escrita) y otra cosa es la forma (en que Aldo haya sido expulsado de dicha prensa arbitraria o ilegalmente). ¿Ahora si se entendió? Lo uno no excluye lo otro. En este caso, corren por cuerdas separadas. Vamos con ejemplos, éstos simplifican las cosas.
Digamos que el amigo “Pájaro Bravo” sea el “Aldo Mariátegui del foro”, es decir aquel que insulta, miente o injuria a varios de nosotros y bueno “Alex Alonso”, SIN seguir los procedimientos de amonestación previa o advertencia, lo expulsa directa e indefinidamente. Muchos de nosotros podríamos alegrarnos de dicha noticia porque la consideramos justa y debidamente probada, pero ello no deja de lado que dicha expulsión fue arbitraria, dado que no se siguió el procedimiento establecido. Y ya que mencionaste a Fujimori, mira, Nakasaki (su abogado) disparó con todo con la sentencia que condenó a su patrocinado (fondo), le dio duro, pero jamás cuestionó el procedimiento, es decir el proceso (forma). ¿Ahora sí se entendió? ya pes camarada, lo he explicado con “ejemplitos” y todo, solo me faltaron los dibujitos.
Lo del silenciamiento, bueno yo no lo toqué en mi artículo sin embargo puedo decir que no hay pruebas “contundentes” que lo demuestren, pero vamos, sí existen indicios suficientes que apuntan que así fue. No seamos ingenuos, bien sabemos que se ha vuelto regla en nuestro país que cada campaña electoral o denuncia periodística grave borra del mapa a uno o más periodistas. Ahí tienen los ejemplos de Hildebrandt, Rosa María, Rodrich, etc. Bueno, esta vez le tocó a Aldo, tan simple como eso. La gran diferencia es que todos, menos Aldo, jamás se pusieron a llorar frente a cámaras, y Hildebrandt es el mejor ejemplo.
Cierro con lo de la libertad de expresión, tengo que levantarme temprano, mañana tengo audiencia. Confundes términos estimado amigo, una cosa es “libertad de expresarse” y otra cosa “libertad de expresión”. En el primer caso, simplemente es manifestar con palabras o hechos lo que una persona quiere decir ante varias. Sin embargo, en el segundo caso: “Libertad de Expresión”, ésta, constituye un derecho, reconocido en el artículo 2°, inciso 4) de la Constitución del 93, y en el artículo 13° de la Convención Americana de Derechos Humanos, pero como todo derecho NO es absoluto, tiene límites y ese límite se lo pone otro derecho, también reconocido en nuestra Constitución y es el derecho al honor y la buena reputación (artículo 2°, inciso 7). Por ello, un periodista y en general cualquier persona ejerce plena y justificadamente su derecho a la libertad de expresión siempre y cuando éste no colisione o afecte el derecho al honor de otra persona. Es por eso que, refiriéndome a Aldo Mariátegui, he dicho y vuelvo a reafirmar la siguiente frase- la cual ahora cobra más sentido y contundencia-: “si vas a defender a alguien con el argumento de la ya conocida “libertad de expresión”, tienes que verificar en la realidad que ese “alguien” realmente la ejerza”
Así, cualquiera de nosotros puede expresarse libremente en torno determinado tema (opinar), pero para que esta opinión o expresión pueda considerarse como el ejercicio pleno de nuestro derecho a “la libertad de expresión”, tiene que verificarse previamente que esta opinión no vulnere el derecho al honor de otros.
Es, tan protegido el derecho honor de las personas que cuando una persona o periodista intencional o maliciosamente lesiona este bien jurídico, puede cometer delito de difamación y ser condenado. Tienes ahí el ejemplo de Magaly Medina que, sin ejercer propiamente periodismo (para mí no existe eso de “periodismo de espectáculos”

¿Se entendió? Dime que si compadre porque si no me doy un tiro; pero igual te puedo enviar links de sentencias del PJ o de la Corte IDH que desarrollan este derecho.
Saludos
Saludos armanchesco, agradezco la altura de tu respuesta y me alegra coincidir en la necesidad de interpretar el debate como algo enriquecedor.
Te incomoda, seguramente con mucha razón, que Mariategui utilice la tribuna de su programa dominical para hacer un berrinche por un tema contractual que, en el caso de otras personas, sirvió para que él se despachara en otras oportunidades a su regalado gusto, burlándose de los derechos que a estas les asistían. Pero esa libertad de expresarse, aunque sea para mostrar incongruencia total, no es lo que nos debe preocupar. Finalmente el sujeto está haciendo uso de una libertad que nos debe alcanzara todos, tirios y troyanos, rivales y aliados, conocidos y desconocidos. Porque hay algo por encima de eso y que estás pasando por alto Armanchesco: la libertad para sacar conclusiones. Libertad que nos toca a cada uno y que, en el caso de Mariategui, seguramente será mayoritaria en cuanto a su bajeza humana y profesional. En pocas palabras: cada uno saca su línea.
Lo que no logro entender de tu post y que me parece una contradicción (te ruego me des luces si estoy equivocado) es cuando mencionas que “lo que sí me he alegrado y lo he dicho en otro post, es que este señor haya sido extirpado de la prensa escrita, que es otra cosa distinta a que me alegre de que haya sido despedido ARBITRARIAMENTE”. Me parece que una u otra cosa es lo mismo Armanchesco. Al menos en este caso. Por una razón: que el hecho de ser despedido arbitrariamente de su centro de labores siendo el sujeto periodista es una forma de silenciamiento, parcial por supuesto ya que cuenta con otros espacios para manifestarse a sus anchas, pero estamos hablando de medios escritos como bien lo has recalcado. Ya confirmaremos o descartaremos si existe tal silenciamiento en las próximas semanas si es que algún otro medio escrito decide abrirle las puertas. Me parece que tu opinión al respecto es contradictoria o al menos pareciera favorecer ese silenciamiento por el hecho de tratarse del repulsivo Mariategui.
Finalmente, insisto en que sí es un tema de libertad de expresión mi estimado. Se cometió una prepotencia y se despidió arbitrariamente a un sujeto que expresaba una corriente de opinión. Así de claro. No nos dejemos llevar por la tirria que, auténticamente, podemos sentir por un personaje con tantos cuestionamientos. Porque en el tema de las libertades no pueden tener injerencia los antecedentes de la persona. Si así fuera, se debería haber condenado a muerte a Fujimori o a Garcia y sustentar esa sentencia en que al haber estado implicados en asesinatos durante sus mandatos no tienen derecho a la libertad a la vida no crees? No podemos mi estimado establecer la lógica del diente por diente porque en ello vamos muertos. Ello equivaldría a instaurar la ley de la selva en una sociedad que pretende ser digna. Si Mariategui abusaba de esa libertad es un tema a resolver en otras esferas y solo si los afectados así lo consideran adecuado.
Tal vez peco de iluso mi estimado. Pero prefiero mil veces que así lo sea antes de pecar de abusivo. O aplaudir a quien lo sea.
Salud.