Inaugurándole el chico a mi milf (II parte)
Esa noche había un importante evento deportivo, peleaba Kina por su primera defensa de su titulo y lo pasarían por la televisión, así que primero veríamos la pelea. Clara no era dada mucho a ver box, pero tratándose de una pelea de semejante magnitud, la vi animada, aunque ella no entendía mucho al comienzo sobre como se le asignaba cada punto a un boxeador, por lo que tenía que ir explicándole poco a poco.
Para amenizar la velada, le sugerí que viéramos la pelea con un par de chilcanos, bebida hecha de pisco sour, y como comprenderán ello nos fue poniendo más alegres entre round y round y más aun al ver el resultado de los referees que daban como ganadora a nuestra compatriota. Una vez que termino la pelea ella estaba bastante suelta, y relajada por el momento en sí, ya que mientras transcurría la pelea ella iba entendiendo que Kina iba ganando y por lo tanto la euforia había hecho presa de ella durante la velada.
Luego de terminada la pelea y pasada la emoción por el triunfo de Kina , yo me levanto y retiro los vasos para llevarlos a la cocina y al regresar veo a Clara sentada en la cama viendo los comerciales, en eso, me siento a su lado, apago la televisión para evitar distracciones y la beso suave pero sorpresivamente. Primero con besos suaves, de labios, aquellos que permiten sentir el sabor de su boca, y así poco a poco íbamos subiendo la intensidad de los besos hasta el clásico beso francés, aquel beso donde nos deleitamos saboreando la lengua de nuestra mujer.
Besos van, besos vienen, besos de labios, con lengua, sin lengua, besos en las mejillas, en el cuello, en los lóbulos de las orejas con sus respectivos mordiscos; ya mis manos estaban tocando su cuerpo, primero las piernas, el vientre, los senos, aun todavía encima de la ropa; ya que yo quería ir lento, sin apresuramientos, en vista que la experiencia nos enseña que la mujer demora en calentar más que el hombre; y yo quería aplicar lo acordado en los momentos previos ósea que ella me entregue ese rico ano que estaba anhelando desde varios meses; así que quería llegar a un punto donde ella ya no pudiera retroceder, pero para ello, tenía que excitarla lo suficiente, y con los traguitos bebidos, el tema de sus prejuicios se aliviaría, por lo menos esa noche. Cuando empece a sentir su respiración más agitada y esos clásicos jadeitos producto de los besos y toqueteos, sabía que iba por el camino correcto. Al rato me detengo y mirándole a los ojos le quito la polera que tenía puesta, lo cual me permitió vislumbrar sus senos blancos como la leche y esos pezones con ese peculiar color rosadito que ya era mi perdición. Clara tenía la costumbre de usar su ropa de casa sin brasier por un tema de comodidad, para evitar que el brasier le pique la espalda al momento de dormir.
Clara tenía la particularidad, propia de las mujeres blancas, de tener unos pezones de color rosado, casi transparente cuando no está excitada, pero cuando se iba calentando el color se acentuaba pero sin dejar de perder ese tono rosa tan rico; y ello era tan distinto del promedio de las demas mujeres que me había tirado, que tienen los pezones de color marrón que van del claro al oscuro, pero marrón al fin y al cabo. Esa diferencia que tenía Clara era una de las cosas que me encantaba
y gustos son gustos
Ya sin el polo, tenía a mi disponibilidad sus senos, para hacer con ellos lo que me plazca, para besarlos, morderlos, mamarlos, chupetearlos. Esa noche me entretuve como nunca con ellos, probé cada centímetro de ambos, por sus pliegues, por el contorno de sus pezones, por sus aureolas, por sus pezones mismos, los succionaba como si pretendiera sacarle leche de su interior, cosa que Clara empezaba a disfrutar
mientras iba en eso, lentamente la iba recostando sobre la cama, mientras me iba sacando la camisa e iba aflojando mi correa, todo en simultaneo. Una vez sin camisa y recostado sobre Clara seguía besando sus mamas para luego ir bajando poco a poco por su vientre, poniendo mis mejillas sobre esa piel que separa su busto de sus caderas, para finalmente ir bajándole su buzo de algodón que tenia puesto junto con su trusa de una vez, dejándoselo a la altura de sus tobillos. Ante eso, me acerco a su sexo, que ya estaba húmedo por todas las caricias propinadas y lo empiezo a besar, suave para comenzar, mientras le iba quitando sus zapatillas que aún tenía puestas y al buzo que estaba arrimado ahí, y así tenerla totalmente desnuda para mí.
Una vez desnuda y mi rostro entre sus piernas, con mi lengua iba probando por los laterales de su vulva, sus muslos, su pubis, etc, etc
así ganaba tiempo para ir quitándome el pantalón y los zapatos sin dejar de atender a mi mujer que ya la tenía a punto
Una vez que ya no tenía nada de ropa, con mis manos iba abriendo sus labios vaginales para chuparla por completo, y sentir ese lubricado interior, para succionar esos labios menores que se ponen de un color más oscuro cuando los empiezas a estimular con tu lengua y con tus labios; hasta llegar a ese puntito de las mujeres, envuelto en ese capuchoncito, ese rico botón que cuando inicias la estimulación con la lengua hace que tu mujer se sienta una mujer plena y así sucedía con Clara, cuando ya veía esos espasmos de su vientre, como resultado de que mi lengua lamia toda la zona de su clítoris, entendía que Clara iba llegando mas y mas al momento de hacerla mía; pero antes la alargaría, así que mientras le relamía su sexo abierto, le iba acercando mi cadera a su rostro a fin de embonarle mi verga ya dura en su boca. Al ver ello Clara ya estimulada, con sus manos solita se lo metió a la boca y empezaba a succionarme el glande como una loca, obvio pues ya que había trabajado para que ella llegue a ese punto, de eso se trataba
ella con mi verga en su boca jugaba con ella, pasaba su lengua por mi tronco, por mis bolas, mientras yo por ratos le daba una mirada a dicho espectáculo. Para hacerla sufrir, empezaba a meter y sacar mi miembro de su boca y por ratos lo sacaba completamente para ver que hacia ella; y ella como desesperada lo buscaba y se lo metía a la boca
que rico es ver ello en tu mujer, sabiendo que esta como loca por su trozo, que se comporta como una hembra en celo, tan diferente de cómo se comporta frente a sus amistades que la ven a ella como una mujer siempre en control, tanto así que ella es quien da consejos a sus demás amigas, pues la ven una mujer centrada y serena. Pero por que una mujer se maneje serena y calmada frente a las amistades no nos indica si esta es una mujer apagada o fogosa en el camastro; es mas, el hecho es que cuando se trata de cama, una mujer bien estimulada es peor que una puta en cuanto a la entrega y el desenfreno. Y Clara esa noche estaba hecha más que una puta para mi, para su marido. Diablito
Luego de varios minutos de estar en este invertido 69, ya que yo estaba encima, me paro y rápidamente coloca a Clara de costado, para hacer una rica cucharita, dado que quería penetrarla mientras le podía manosear los senos con comodidad y tener mi boca cerca de sus orejas para chuparlas y decirles palabras sucias que tanto le gusta oír a ella
(CONTINUARÁ)
Camilo