Cuenta la leyenda, de esto hace ya mucho tiempo, que cierto día, en el cielo, jugaban juntos la Locura y el Amor (éste aún no estaba ciego). Como sucede casi siempre, en medio del juego ambos se trabaron en una discusión. Sobre esta disputa, el Amor quiso que se juntara un consejo de dioses para saber quién de los dos tenía la razón. La Locura, que llevaba todas las de perder en esta desavenencia, con rabia le dio tal golpe en los ojos que, en un dos por tres, el Amor quedó ciego para siempre. Inmediatamente, Venus (la diosa del Amor) pidió venganza y reunió a los dioses: Júpiter, Juno, Febo, Diana, y, en fin, toda la banda. La enormidad del caso fue expuesta por esta enojada madre, diciéndoles a todos:
--Que su hijo ya no era capaz de dar un paso sin llevar un palo o caña (bastón); que para tal delito ningún castigo era lo suficientemente grande; que pedía escarmiento ante tamaña atrocidad. En fin…
Deliberaron los dioses, y después de pesar con madurez los perjuicios de esta insana acción sentenciaron finalmente: “que fuese la Locura condenada a servir de lazarillo al ciego Amor por toda la eternidad”.
Es así, señores, cómo se explica porqué el amor es ciego y siempre está acompañado de la locura.
Saludos.