Hace años visité este local y en aquella época había una chatita riquísima en la puerta que hacía las veces de anfitriona. Recuerdo que de arranque le pregunté si salía pero me dijo que no, que sólo trabajaba en el local de administradora y anfitriona. Me acuerdo que tenía vestido un enterizo negro, que delineaba sus formas, y que formas!!! Era una mamacita la flaca, hubiera pagado lo que sea por ella. Era chatita, de pelo claro, con unas tetazas que franco verla en la calle era como para reventarla ahí mismo.
Bueno, el miércoles pasado regresé al local después de muchos años, entré y el panorama era más que desolador, no había nada rescatable. Supongo que fue porque era miércoles. Pero bueno, sentada al extremo de la barra había una hembrita que con casaca encima se le veía gordita. Le pregunté si salía y me dijo que no. Cuando la ví bien, la reconocí al toque!!! Era el mismo hembrón de años atrás pero con más peso, es decir, para que mentirles estaba gorda. Me dijo que hacía poco había vuelto a administrar el lugar, habían pedido su ayuda porque el local está de capa caída. De verdad que lo está, pero sería injusto si me dejara llevar por la visita del miércoles, supongo que en los fines de semana será mejor. Lo único que quería comentarles que así, gordita como está, igual me la almuerzo a esta mamacita de administradora. Me dijo que estuvo regentando un local en barranco pero nada que ver con el mundo puteril, era un restaurante y ahí se maleó con el pollo a la brasa y demás exquisiteces que la hicieron subir de peso. Que lástima pero igual está para comérsela.