La verdad las veo difícil que así nomas cualquier flaca se tome la leche....
Mmmm... puede ser. Así nomás no, claro que no, pero bien manejado el tema no es tan difícil tampoco.
La resistencia a tomarse el semen viene, principalmente, del asco de pensar que es... ¡semen!. Pero, si tomas las debidas precauciones para asegurarte que el sabor de tu semen no sea desagradable, una vez vencida la resistencia inicial lo más probable es que ya no se haga de rogar e, incluso, de que le guste. Y lo dice alguien que acostumbra, y con moderado éxito, a hacer todo lo posible para que sus parejas sexuales se tomen su semen porque, como tú mismo dices, es de lo más arrechante y placentero.
La razón para que, vencida la resistencia inicial, la chica ya no se oponga y a veces hasta busque tomarse el semen de su pareja, la expliqué ya en un post anterior y se resume en el simple hecho de que el semen está cargado de hormonas que actúan como antidepresivos naturales, tales como prolacitina, oxitocina, hormona liberadora de tirotropina y hasta serotonina (el neurotransmisor antidepresivo más conocido). E inevitablemente, como ocurre con todos los antidepresivos, el semen genera adicción y hasta síndrome de abstinencia. En otras palabras, una vez que una mujer se acostumbra a tomarse el semen de su pareja, ya no quiere dejar de hacerlo y tiene una mayor tendencia a desarrollar un estado depresivo cuando se vé privada de él.
Eso, además del gran incentivo que es, para ellas, el darse cuenta que la absoluta mayoría de los hombres hará cualquier cosa por una enamorada-novia-esposa que se toma su semen y este poder sobre su hombre es algo que ninguna mujer puede dejar de apreciar. Prueba de esto es el comentario de la cófrade
AnaBanAna:
De que me gusta, me gusta; pero no les doy el gusto así no más...
O sea, ella es consciente del poder que le otorga el dar o negar ese placer a su pareja, y lo usa para obtenér de él, en sus propias palabras,
"muchas alegrías".
Entonces, la receta es simple y consta sólo de dos instrucciones: Concéntrate en vencer la resistencia de tu pareja y no descanses hasta lograr que acepte aunque sea sólo por probar... y asegúrate de que, llegado el momento, tu semen no tenga ni un olor ni un sabor que resulte ofensivo para tu pareja (cómo lograr eso ya lo expliqué, también, en un post anterior).
Diablito