Father Frost
Platinium Member
A mediados del 2021 compré un regalo para una amistad en ML, escogí la opción de recojo en tienda y la tienda resultó estar en una galería del distrito de San Borja (¿O sería San Luis?). La transacción fue rápida, entré, indiqué el número de pedido y pagué, ya me estaba yendo cuando a lo lejos en ese corredor de aquel cuarto piso vi un banner que decía "MASAJES". Me fui acercando sólo por curiosear y pensando, bueno tengo tiempo de sobra como para mirar cosas por acá, y me di cuenta que en la puerta había un pata bien cuadrado ahí con cara de pocos amigos, aunque cuando me notó la intención de querer entrar me habló bastante cortésmente, "Adelante amigo, pase" me dijo y desde ahí afuerita vi una chica detrás de un pequeño escritorio. Estaba bien vestida, como si fuera la recepcionista o algo así, entré, saludé y pregunté cuánto costaba un masaje.
Creo que me dijo 60 soles la media hora y 80 la hora completa. Ahí la pensé un poco por dos cosas, primero que el lugar no era nada acogedor ni privado, se veía una cortina que dividía el ambiente de esa pequeña recepción y donde se hacían los masajes un poco más atrás, estábamos en un cuarto piso de una galería de tiendas, se escuchaba el ruido de afuera, estaba el pata ése ahí parado en la puerta... pero había algo que me llamó la atención de esta flaca, de cara era simpática sin llegar a ser muy guapa, pero tenía cara de ser traviesa aún cuando su trato era serio. Le vi buen cuerpo, estaba bien vestida además y producida, se notaba en su maquillaje y el cabello, lo tenía muy lacio y pintado, eso era un buen indicador.
Acepté y me metí, ella abrió la cortina y me indicó dónde podía dejar mi ropa y luego salió a esperar. Me desvestí, me acomodé en la camilla y le dije que estaba listo. El masaje fue para el olvido, no me pude relajar por todo lo que ya mencioné líneas arriba, lo único provechoso es que la flaca me entregó una tarjeta con su número personal. Durante el masaje le pregunté si atendía a domicilio y me dijo que por lo general no, solo con clientes ya recurrentes. Al final le pagué, me despedí y como que ahí quedó la cosa, no estaba seguro de si volverme a atender ya que el masaje fue muy malo.
La quise tantear primero por Whatsapp, a los pocos días le escribí, le dije soy tal persona, fui el sábado pasado en la tarde... Y se acordó de mí, le pregunté si me podía atender a domicilio, me preguntó dónde vivía y me comentó que ella vivía en Los Olivos. La verdad es que mi casa le quedaba más cerca que ir desde Los Olivos hasta San Borja así que con eso la convencí y además me iba a cobrar un poco más caro que en el local ése en las galerías pero pensé que la privacidad de estar solos en mi depa podría valer la pena.
Y así fue, cuando terminó el masaje ella solita me preguntó "Vas a querer algo más"? Y yo me hice el tonto y le pregunté "Algo más como qué?" Y me respondió "Bueno, te puedo hacer un masaje tántrico, te cobro xx más". Tenía mucha curiosidad por verla en paños menores así que acepté, ella empezó a desnudarse y se quedó sólo con el hilito que tenía puesto. Yo le echo unos 25 años en aquel entonces, físicamente no era muy alta, piel trigueña, caderona, piernas gruesas, senos pequeños pero unas nalgotas eso sí, lo mejor que tenía era ese culazo. Ya cuando la tuve encima sobándose contra mi cuerpo yo mismo la empecé a paletear, agarrándole las nalgas y le empecé a meter los dedos en la vagina. El masaje ya no era un masaje, en un momento me paré para buscar condones y ella no me dijo nada mientras me veía colocándomelo, como que ya sabía a lo que iba. Primero me la caché en misionero y después la puse en perrito y luego la hice cabalgarme al filo de la cama, ella fue bastante colaborativa, la vivió bastante bien.
Cuando terminamos nos quedamos acostados conversando un poco más, me contó que el pata que estaba afuera el día que fui a las galerías era su enamorado de turno (ella venezolana, él peruano). Entonces me di cuenta que esta flaca era jugadora, por cómo se dieron las cosas. La foto a continuación es para que se hagan una idea de cómo la conocí yo en su trabajo, la foto es real y tomada ahí donde daba los masajes:
Un día estaba chateando con ella y le pregunté a qué hora salía usualmente de su trabajo y si su enamorado siempre estaba allá o si había veces en las que estaba sola. Mi intención era caerle un día sin que la estén marcando obviamente y me dijo que podría escaparse un día en la noche, previa coordinación.
Le dije para salir a cualquier sitio por ahí cerca de su trabajo, cerca en la avenida Aviación hay un montón de lugares, aunque ella me dijo que no conocía. Le dije entonces para encontrarnos en su trabajo, fuera de su horario de atención y de ahí nos íbamos por ahí a comer o tomar algo. Quedamos para un día viernes, ella iba a estar sola, yo llegué a eso de las 8 de la noche para recogerla. La foto de abajo es tal cual me recibió ese día:
Nos fuimos a un karaoke de la avenida Aviación, la pasamos muy chévere, incluso bailamos. Me di cuenta que le gustaba el reggaetón... lastimosamente cuando uno se está divirtiendo así no se da cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, ya eran casi la 12 de la noche y nos estaban botando, porque no tenían permiso para seguir atendiendo. Con los tragos encima y sabiendo que ella vivía lejísimos le propuse irnos a otro lado, le dije que era peligroso mandarla a esa hora y sola en un taxi hasta Los Olivos (lo cual era cierto), ella casi no dijo nada, simplemente me siguió. Salimos caminando y nos metimos a un hostal por ahí cerca. Nos desnudamos, ella quiso bañarse primero y yo la esperé en la cama.
Cuando salió la acosté, le abrí las piernas y empecé a sopearla. Ya estaba bien fierro y en esa ocasión no busqué condones ni llamé a recepción para comprar unos, se la quise meter pelado y ella se dejó, fue un buen polvo, la tenía en cuatro cuando ya no aguanté más y me vine en esas nalgotas que se manejaba. Nos quedamos dormidos y despertamos a eso de las 6 de la mañana. Un poco palteados por la hora, ahora sí no me quedó de otra más que mandarla en un Uber desde mi celular y bajarme yo a mitad de camino.
A las semanas le escribí porque quería verla y me contó que ya no estaba trabajando, al menos no en lo de masajes. Que estaba poniendo un negocio conjuntamente con su enamorado. Le pregunté si no podíamos hacer algo aunque sea así a distancia, una videollamada o fotitos ya que yo no me esperaba esa respuesta, aunque me imaginé que con las escapadas que se mandaba ya la tenían bien marcada. Me dijo que podía mandarme fotos así caleta pero nada muy trabajado, que a lo mucho ella se tomaría las fotos a escondidas. Pensé que me las iba a cobrar pero me las regaló:
Continuará...
Creo que me dijo 60 soles la media hora y 80 la hora completa. Ahí la pensé un poco por dos cosas, primero que el lugar no era nada acogedor ni privado, se veía una cortina que dividía el ambiente de esa pequeña recepción y donde se hacían los masajes un poco más atrás, estábamos en un cuarto piso de una galería de tiendas, se escuchaba el ruido de afuera, estaba el pata ése ahí parado en la puerta... pero había algo que me llamó la atención de esta flaca, de cara era simpática sin llegar a ser muy guapa, pero tenía cara de ser traviesa aún cuando su trato era serio. Le vi buen cuerpo, estaba bien vestida además y producida, se notaba en su maquillaje y el cabello, lo tenía muy lacio y pintado, eso era un buen indicador.
Acepté y me metí, ella abrió la cortina y me indicó dónde podía dejar mi ropa y luego salió a esperar. Me desvestí, me acomodé en la camilla y le dije que estaba listo. El masaje fue para el olvido, no me pude relajar por todo lo que ya mencioné líneas arriba, lo único provechoso es que la flaca me entregó una tarjeta con su número personal. Durante el masaje le pregunté si atendía a domicilio y me dijo que por lo general no, solo con clientes ya recurrentes. Al final le pagué, me despedí y como que ahí quedó la cosa, no estaba seguro de si volverme a atender ya que el masaje fue muy malo.
La quise tantear primero por Whatsapp, a los pocos días le escribí, le dije soy tal persona, fui el sábado pasado en la tarde... Y se acordó de mí, le pregunté si me podía atender a domicilio, me preguntó dónde vivía y me comentó que ella vivía en Los Olivos. La verdad es que mi casa le quedaba más cerca que ir desde Los Olivos hasta San Borja así que con eso la convencí y además me iba a cobrar un poco más caro que en el local ése en las galerías pero pensé que la privacidad de estar solos en mi depa podría valer la pena.
Y así fue, cuando terminó el masaje ella solita me preguntó "Vas a querer algo más"? Y yo me hice el tonto y le pregunté "Algo más como qué?" Y me respondió "Bueno, te puedo hacer un masaje tántrico, te cobro xx más". Tenía mucha curiosidad por verla en paños menores así que acepté, ella empezó a desnudarse y se quedó sólo con el hilito que tenía puesto. Yo le echo unos 25 años en aquel entonces, físicamente no era muy alta, piel trigueña, caderona, piernas gruesas, senos pequeños pero unas nalgotas eso sí, lo mejor que tenía era ese culazo. Ya cuando la tuve encima sobándose contra mi cuerpo yo mismo la empecé a paletear, agarrándole las nalgas y le empecé a meter los dedos en la vagina. El masaje ya no era un masaje, en un momento me paré para buscar condones y ella no me dijo nada mientras me veía colocándomelo, como que ya sabía a lo que iba. Primero me la caché en misionero y después la puse en perrito y luego la hice cabalgarme al filo de la cama, ella fue bastante colaborativa, la vivió bastante bien.
Cuando terminamos nos quedamos acostados conversando un poco más, me contó que el pata que estaba afuera el día que fui a las galerías era su enamorado de turno (ella venezolana, él peruano). Entonces me di cuenta que esta flaca era jugadora, por cómo se dieron las cosas. La foto a continuación es para que se hagan una idea de cómo la conocí yo en su trabajo, la foto es real y tomada ahí donde daba los masajes:

Un día estaba chateando con ella y le pregunté a qué hora salía usualmente de su trabajo y si su enamorado siempre estaba allá o si había veces en las que estaba sola. Mi intención era caerle un día sin que la estén marcando obviamente y me dijo que podría escaparse un día en la noche, previa coordinación.
Le dije para salir a cualquier sitio por ahí cerca de su trabajo, cerca en la avenida Aviación hay un montón de lugares, aunque ella me dijo que no conocía. Le dije entonces para encontrarnos en su trabajo, fuera de su horario de atención y de ahí nos íbamos por ahí a comer o tomar algo. Quedamos para un día viernes, ella iba a estar sola, yo llegué a eso de las 8 de la noche para recogerla. La foto de abajo es tal cual me recibió ese día:

Nos fuimos a un karaoke de la avenida Aviación, la pasamos muy chévere, incluso bailamos. Me di cuenta que le gustaba el reggaetón... lastimosamente cuando uno se está divirtiendo así no se da cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, ya eran casi la 12 de la noche y nos estaban botando, porque no tenían permiso para seguir atendiendo. Con los tragos encima y sabiendo que ella vivía lejísimos le propuse irnos a otro lado, le dije que era peligroso mandarla a esa hora y sola en un taxi hasta Los Olivos (lo cual era cierto), ella casi no dijo nada, simplemente me siguió. Salimos caminando y nos metimos a un hostal por ahí cerca. Nos desnudamos, ella quiso bañarse primero y yo la esperé en la cama.
Cuando salió la acosté, le abrí las piernas y empecé a sopearla. Ya estaba bien fierro y en esa ocasión no busqué condones ni llamé a recepción para comprar unos, se la quise meter pelado y ella se dejó, fue un buen polvo, la tenía en cuatro cuando ya no aguanté más y me vine en esas nalgotas que se manejaba. Nos quedamos dormidos y despertamos a eso de las 6 de la mañana. Un poco palteados por la hora, ahora sí no me quedó de otra más que mandarla en un Uber desde mi celular y bajarme yo a mitad de camino.
A las semanas le escribí porque quería verla y me contó que ya no estaba trabajando, al menos no en lo de masajes. Que estaba poniendo un negocio conjuntamente con su enamorado. Le pregunté si no podíamos hacer algo aunque sea así a distancia, una videollamada o fotitos ya que yo no me esperaba esa respuesta, aunque me imaginé que con las escapadas que se mandaba ya la tenían bien marcada. Me dijo que podía mandarme fotos así caleta pero nada muy trabajado, que a lo mucho ella se tomaría las fotos a escondidas. Pensé que me las iba a cobrar pero me las regaló:




Continuará...