Chupa-Siqui
Cabo
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Quizá alguno aquí la conoce, es más quizá alguno aquí se atendió con ella (Hacía masajes en "El Dorado") o quizá alguno también se la comió, era una mujer con unas tetas impresionantes, muy sensual, una de las tentaciones que Maduro nos mandó desde Venezuela...y que lamentablemente ya no está en este país.
La conocí haciéndome masajes, sabía hacerlos, era una profesional en ello, no era de esas que por 30 luquitas te sobaban la espalda y te prometían que un "completo" era mejor. Ella nunca me lo dijo, su chamba era reventarme la espalda, tronarme el cuello, dejarme totalmente relajado luego de que sus manos hicieran su trabajo sobre mis contracturas.
Al tercer masaje obtuvimos más confianza, ella me llamaba (pues intercambiamos números) y me decía que vaya a su stand, que ya me tocaba una sesión para esa espalda mia que debía ser tratada, yo iba.
Una tarde me llamó y me dijo que vaya, que estaba tomándose una cerveza, yo fui, compré un six pack de cusqueña de trigo (eso le gustaba) nos encerramos en su stand, tomamos, conversamos, le dije que yo también sabía sacar conejos de la espalda, me dijo en su manera de hablar "pa ve", la abracé y la apreté contra mí, sonaron sus huesos, ella también estaba contracturada, me miró entonces luego de reírse, se acercó a mí, nos besamos como si nos hubiéramos tenido ganas hace bastante tiempo, entonces mis manos se metieron por su blusa que estaba siempre apretada, grande fue mi sorpresa cuando sentí sus tetas enormes, duras, libres, sin sostén, la miré, se rió y empecé a chuparlas demostrándole que quería hacer eso desde que la conocí.
Esa tarde cachamos sobre las camilla de su stand, confieso que yo estaba palteado porque no acostumbro a cachar en esos lugares, prefiero mil veces los telos, pero ella me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada.
La tía estaba con muchas ganas, me dio una mamada espectacular, sabía hacerlo, sabía consentirlo, luego se acomodó en la camilla, levantó el culo y me pidió que la penetre, yo lo hice, ella gemía y me pedia más, yo era feliz, me estaba comiendo a una veterana que estaba mejor que cualquier jovencita, con unas tetas gigantescas y muy duras, con un culo enorme, con una concha que chorreaba de placer y calentura, y con unas ganas locas de ser cachada por un peruano como yo que la habia tratado de alguna manera bien.
Luego de esa tarde empezamos a cachar todos los días, ella tenía dos masajistas que trabajaban para ella, las dejaba a cargo y nos íbamos a un Telo que no era el Universo, porque por allí la conocían, porque por allí iban las amigas de sus hijas (que también eran masajistas) y podía enterarse su esposo.
Le pregunté si hacía lo mismo con sus clientes, si también se los cachaba, me juró que no, yo claro, fingía que le creía, total, si haciéndome el huevón me la cachaba y gratis, nada me costaba seguir haciéndome el huevón.
Una tarde que fui sin avisarle casi la cago, estaba allí su marido, un venezolano de unos cincuenta años más o menos, si iba 20 minutos antes seguro nos ampayaba en pleno toqueteo, me salvé ese día.
Fueros dos meses más o menos los que caché y muy duro con ella, era bien rico de verdad hacerlo, se movía sabroso, le gustaba provocarme cada vez que podía, cuando no estábamos juntos me enviaba fotos, vídeos, lastima que tuvo que irse, no la volvi a ver más pues ella, estando allá, me dijo que teníamos que dejar de comunicarnos.
Fue una historia excitante, inolvidable, siempre es grato cacharse una madura, quien no lo ha hecho no sabe lo que se pierde.
Saludos !!
Dejo su foto recortada, aunque los que la conocen ya saben quien es.
La conocí haciéndome masajes, sabía hacerlos, era una profesional en ello, no era de esas que por 30 luquitas te sobaban la espalda y te prometían que un "completo" era mejor. Ella nunca me lo dijo, su chamba era reventarme la espalda, tronarme el cuello, dejarme totalmente relajado luego de que sus manos hicieran su trabajo sobre mis contracturas.
Al tercer masaje obtuvimos más confianza, ella me llamaba (pues intercambiamos números) y me decía que vaya a su stand, que ya me tocaba una sesión para esa espalda mia que debía ser tratada, yo iba.
Una tarde me llamó y me dijo que vaya, que estaba tomándose una cerveza, yo fui, compré un six pack de cusqueña de trigo (eso le gustaba) nos encerramos en su stand, tomamos, conversamos, le dije que yo también sabía sacar conejos de la espalda, me dijo en su manera de hablar "pa ve", la abracé y la apreté contra mí, sonaron sus huesos, ella también estaba contracturada, me miró entonces luego de reírse, se acercó a mí, nos besamos como si nos hubiéramos tenido ganas hace bastante tiempo, entonces mis manos se metieron por su blusa que estaba siempre apretada, grande fue mi sorpresa cuando sentí sus tetas enormes, duras, libres, sin sostén, la miré, se rió y empecé a chuparlas demostrándole que quería hacer eso desde que la conocí.
Esa tarde cachamos sobre las camilla de su stand, confieso que yo estaba palteado porque no acostumbro a cachar en esos lugares, prefiero mil veces los telos, pero ella me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada.
La tía estaba con muchas ganas, me dio una mamada espectacular, sabía hacerlo, sabía consentirlo, luego se acomodó en la camilla, levantó el culo y me pidió que la penetre, yo lo hice, ella gemía y me pedia más, yo era feliz, me estaba comiendo a una veterana que estaba mejor que cualquier jovencita, con unas tetas gigantescas y muy duras, con un culo enorme, con una concha que chorreaba de placer y calentura, y con unas ganas locas de ser cachada por un peruano como yo que la habia tratado de alguna manera bien.
Luego de esa tarde empezamos a cachar todos los días, ella tenía dos masajistas que trabajaban para ella, las dejaba a cargo y nos íbamos a un Telo que no era el Universo, porque por allí la conocían, porque por allí iban las amigas de sus hijas (que también eran masajistas) y podía enterarse su esposo.
Le pregunté si hacía lo mismo con sus clientes, si también se los cachaba, me juró que no, yo claro, fingía que le creía, total, si haciéndome el huevón me la cachaba y gratis, nada me costaba seguir haciéndome el huevón.
Una tarde que fui sin avisarle casi la cago, estaba allí su marido, un venezolano de unos cincuenta años más o menos, si iba 20 minutos antes seguro nos ampayaba en pleno toqueteo, me salvé ese día.
Fueros dos meses más o menos los que caché y muy duro con ella, era bien rico de verdad hacerlo, se movía sabroso, le gustaba provocarme cada vez que podía, cuando no estábamos juntos me enviaba fotos, vídeos, lastima que tuvo que irse, no la volvi a ver más pues ella, estando allá, me dijo que teníamos que dejar de comunicarnos.
Fue una historia excitante, inolvidable, siempre es grato cacharse una madura, quien no lo ha hecho no sabe lo que se pierde.
Saludos !!
Dejo su foto recortada, aunque los que la conocen ya saben quien es.
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