1 ) Creo que no entiendes las cosas o no quieres entenderlas. Cuando eres testigo, participe o víctima de algo lo asumes, se convierte en parte de tí y de tu experiencia. Igualmente puedes discernir sobre ese hecho, diseccionar lo bueno, lo malo, feo, etc, de él. La leyenda negra o dorada que se forja después no va contigo. Tu experiencia hace madurar tus juicios sobre todo eso.
2) Tampoco entiendes que el juicio de un historiador o de quién sea arqueólogo, antropologo, etc, no es imparcial, es el espejo del pensamiento un momento. Basadre creía que las reformas del gobierno militar iban a permanecer y echar raíces. Eso no pasó, cayó el Muro de Berlín en 1989 y el mundo cambió de nuevo. Con el Muro de Berlín se fue en el Perú la Reforma Agraria, el régimen de acciones laborales, la estabilidad laboral, la ley del inquilinato, las empresas públicas, etc. Tu mundo, el que tu conoces a tus 25 años, surgió entonces.
3) Los sucesos que están a la vuelta de la esquina son los más difíciles de interpretar. Mencionas el caso del terrorismo y sales con una afirmación absurda. Quién vivió esa época no la asume ni cuenta su experiencia a través de ideas políticas sino sus vivencias. La invisibilizada memoria de los militares te cuenta cosas que no creerías. O la de un tipo cualquiera que, por ir a comer un sandwich a Barranco, terminó en un batallón antisubversivo y luego peleando en la guerra del Cenepá. El soldado, el estudiante de entonces, no le meten política al asunto. Y en cuanto a la documentación, no existe o es muy fragmentada. Si te apoyas en el Informe de la Comisión de la Verdad, estás ciega. Es más fácil hablar con desapasionadamente de las razones de la desaparación de los Mayas clásicos o de la Peste de Justiniano que de Tarata o del 11S. Esa es la verdad, aunque tus briosos 25 años te digan que no es así.
4) Tu generación no es desapasionada, niña, sino despistada. Sus referentes son esquivos, vacíos, hasta diría superficiales. Crecieron en una época donde las cosas estaban mejor y no había que "pensar". Los que les precedimos vivimos años terribles, donde el mejor consejo que te podía dar tu padre era no hablar de política y llevar la copia de tu libreta electoral en el zapato. Te defines como pragmática, pero esa palabra no tiene un sentido claro. AFF se definía así y decía con sus propias limitadas palabras la misma frase que equívocamente se atribuye a Maquiavelo: el fin justifica los medios. Eso probó ser falso al final y mira cómo terminó su gobierno.
5) Ser crítico de un gobierno no es ser fanático. Más aún con OH y sus antecedentes desde su extraña rebelión en los estertores del primer fujimorismo. Ahora todo apunta a que sí fue el capitán Carlos y que no dudó de comprar jueces y fiscales, entre ellos "Ojitos". Sal de tu burbuja pragmática, niña, ya pasó la época del divorcio entre la economía y la política. Piensa, no dejes que otros piensen por tí