IGORTEPES
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Buenas noches con todos, este es mi primer relato, con base a una vivencia real hace muchos años atrás.
Al haber estado finalizando una relación tranquila de un par de años, sana y sin ningún motivo aparentemente grave más que la diferencia de personalidades, gustos e intereses con la enamorada de ese entonces, además de los demandantes últimos ciclos de ingeniería de la carrera universitaria que cursaba, me dirigí al bar de un amigo sin intenciones más que hablar con el grupo de conocidos que solían ir, para distraerme un poco y disipar la melancolía, aunque no era tristeza del todo, por este asunto sentimental.
Este bar tenía una temática rockera, y tal como supuse, encontré a algunos amigos con quienes empezamos a tomar cubas libres. Vi otras mesas de gente conocida también, y entre coros de canciones cantadas entre risas, brindis y más jarras, pasó la medianoche y un escándalo en una de ellas surgió de un momento a otro. Una chica flaca, a quien conocía de vista empezó a gritar, lanzar vasos y golpear a todos los que estaban a su lado. Al parecer, pensé, se pasó de copas y vio diablos azules. Mi amigo, dueño del bar - que para entonces ya estaba bastante tomado también - quiso tranquilizarla, le cogió los brazos y trató de apartarla, y en el forcejeo ambos cayeron al piso.
Algunos reían, otros solo miraban y seguían en lo suyo. ya que mi amigo estaba en nuestro pequeño grupo, me acerqué a tratar de ayudar. La flaca se levantó a duras penas, y la llevé a una silla, le dije "tranquila, siéntate" y me mandó una patada a la canilla. Estaba rayada. De algún modo hice que ella y el resto se tranquilicen y sigamos. Empezamos a tomar nuevamente, vi como ella se servía y se zampaba el vaso en una. Mi amigo trataba, en su avanzada borrachera, de sacarle plan (al parecer estaba tras ella por un buen tiempo, y otros siempre le atrasaban). Ahora describiré a la flaca, bonitos ojos grandes y cambiantes en tonalidad según la luz, pardos/marrones/verdes aunque con ligero estrabismo en uno de ellos, casi imperceptible, piel clara, cabello largo castaño, casi plana de tetas pero con unas nalgas grandes redondas en forma de pera bien formadas, piernas regulares y una voz de pito horrible, pero que en el momento no importaba, sumados a la fama de "movida" en el círculo que frecuentaba. Ella había supuestamente terminado una relación hacía un par de semanas.
Mi amigo y la flaca, en su borrachera, trataban de hablar y balbucear no sé qué, mientras otros tres seguíamos hablando, en la misma mesa, en mejor estado y sin darles mucha importancia. Hasta el punto que este amigo mío acabó colgado, se jateó con los ojos abiertos, miraba a la nada y no decía palabra alguna. Su hermano se lo llevó casi cargado. Nos quedamos en la mesa los tres varones (a quienes no conocía mucho) y ella, la flaca borracha. Ya que nuestras sillas en la mesa quedaron más cerca que la de los otros dos amigos, empezamos a hablar. Le dije que no tome más, le invité una botella de agua y poco a poco empezaba a hablar más tranquila, aunque seguía ebria. Le pregunté el porqué de su rayada, y me dijo que alguien le había robado su cuaderno de notas de la universidad, donde apuntaba todos los cursos. Se había pasado directo de las clases de universidad al bar. probablemente algún chistoso quiso hacerle la broma o llamar la atención llevándose ese cuaderno que después del terrible escándalo apareció. Seguimos hablando de todo, de ella, de mí, de música, y los otros andaban en otra, discutiendo qué artista es mejor, y cosas por el estilo, se fueron a otra mesa con otra gente, y nos dejaron solos.
Ella me pide acompañarla urgente a llamar por teléfono afuera (nótese que hablo de inicios del 2000, donde los celulares eran raros para muchos). Caminamos una cuadra hasta el teléfono público, puso la moneda y marcó, empezó a insultar a alguien y otras cosas ininteligibles ya que seguía borracha. Regresamos al bar y recién me di cuenta del armonioso culo que se movía entre paso y paso mientras le cedía el paso al retorno. Tomamos un poco más, le pregunté por la llamada que hizo y a quién estaba puteando, me respondió "al huevón de mi ex, que me engañó con una mostra, yo que le había dado todo, todo...". Hice de consejero sentimental mientras le clavaba la mirada al culo cada vez que ella iba al baño. En un momento pidió irnos, y que la acompañe, que era tarde y debía llegar a su casa antes que sus viejos se molesten más, tenía un ultimátum ya que estaba saliendo mucho las últimas dos semanas, luego de su ruptura sentimental.
Tomamos el taxi, e inmediatamente me coge de la cabeza y me estampa un beso lujurioso, no era un chape de personas que recién se gustan, era un beso con lengua y cargado de lujuria, abre sus piernas y me lleva la mano a su vagina, y aún con el jean que llevaba, pude sentir su calor y humedad. El taxista se ganaba todo, pero el alcohol hace que a veces perdamos la vergüenza. Llegamos a su casa y ella me había dejado loco. Le dije que si no quería que la acompañe dentro de casa , y me respondió que no, que sus viejos eran estrictos y seguro ya estaban más asados. me pidió halls para tratar de disimular el tufo, aunque su estado era notorio. Esperando que abra la puerta para partir con el taxi a mi casa, me mira y me dice "puta madre, me han echado seguro por dentro, si toco el timbre y me ven así de borracha me van a matar, vamos a otro lado hasta que se me pase". Ni corto ni perezoso, le dije al taxista que nos lleve a un hotel que conocía, mientras empezábamos otra vez con los chapes lujuriosos y el manoseo.
Apenas llegamos se fue al baño, salió y se tumbó en la cama muerta y roncando, "carajo, ¿y ahora?" pensé, se supone que debíamos continuar lo que empezamos en el taxi, y nunca fui de querer aprovecharme de alguien en ese estado. Ni modo, me recosté a su lado con todas las ganas y arrechura contenida, hasta que después de quince minutos ella empieza a moverse, se voltea y me vuelve a besar, semidormida, con los ojos cerrados, media lenta pero insistente. Paleteo por todo lado y chapes furiosos, nuevamente su entrepierna húmeda y caliente. Le saqué la casaca delgada y el pantalón, levanté el polo y levantando el brasier vi aflorar dos pequeñas tetas, chiquitas pero levantadas, con pezones duros y excitados, que empecé a lamer y morder ante los gemidos de la flaca. Me saqué el polo y desabroché el pantalón mientras seguía mordiendo y besando sus tetas, bajé sin dejar de lamer por su vientre hasta llegar a su pubis y sentir el vello bastante corto en forma triangular y su aroma fuerte, penetrante, de vagina lubricada. Le quité el calzón azul pequeño y sentí más ese aroma que me enloquecía, empecé lamiendo suavemente los labios y el clítoris mientras ella gemía y se retorcía más y más, metía mi lengua en su conchita mientras le tocaba con la mano y ella desesperada me pidió que la penetre ya. Por suerte tenía un condón en la billetera, me lo puse y ¡zas!, en una, ella estaba muy lubricada y entró sin esfuerzo. Estuve sobre ella en misionero un buen rato. El alcohol me había favorecido en aguantar un poco más de tiempo, ella arañaba mi espalda y alternábamos los gemidos con besos salvajes, le pedí que se voltee y se puso en cuatro al toque. Pude ver y sentir esas nalgas grandes, carnosas sin ser excesivas y bien formadas, lo mejor que ella tenía, y empezamos con el ritmo acelerado, me excitaba de sobremanera chocar con ese culo bien formado y mientras le pasaba el dedo por el ano tratando de saber su reacción, ella no dijo nada más que ya quería venirse y me de vuelta y me recueste, entonces, ahora encima mío, cabalgando, movía sus caderas de adelante a atrás frenéticamente y entre gimoteos (sin que yo sea muy dotado, asumo que tengo el pene de tamaño estándar, podía sentir la pared cervical o uterina), "uyyy, está hasta el fondo, me duele pero me excita..." decía, y repentinamente tomó un ritmo endiablado y empezó a gemir mientras su cara se ponía roja, "¡oooooaaaaahhhhhhh, qué ricooooo!" decía mientras llegaba al clímax, sudando y gimiendo. Seguía moviéndose pero a baja revolución y al notar que estaba un poco cansada le pedí que ella se eche esta vez, mirándome, y empecé a penetrarla fuerte. Era mi turno, levanté sus piernas en mis brazos para sentir sus nalgas chocar otra vez, yo ya sentía venirme y ella pedía más, y que la espere que ya se venía nuevamente. Yo no pude aguantar y sentí explotar dentro de su concha y ella mientras gemía decía "nooo, ya estaba por llegar, malo". "Discúlpame, pero ya no podía aguantar" le respondí, "pero estuvo rico" dijo ella mientras se acomodó de costado y nos quedamos algo dormidos en cucharita.
Pasada media hora me desperté, y ella seguía durmiendo. Mi pene se armó nuevamente al sentir sus nalgas y lentamente empecé a jugar con su conchita, tocándole con la punta tratando de meterla un poquito y retirando. Ella despertó pero se quedó en la misma posición y empezó a gemir, le gustaba el roce. Hice lo mismo y sentí que se mojaba, y mientras llevaba la punta del pene desde el clítoris hasta el ano, jugando y esparciendo sus fluidos, traté de metérsela despacio por el culo. "Espera" - me dijo - "por ahí no, me duele" - , me dejó con las ganas - "además no estás con condón". Carajo, era cierto, ya no tenía más preservativos, ¿y ahora?, caballero, tendrá que ser oral o masturbación mutua, nada más. Aunque ese "además no estás con condón" me hizo suponer que sí lo hacía, y lo comprobé tiempo después. Seguimos entre paleteos y toqueteos, besos y subiendo el nivel de excitación hasta que ella en un salto increíblemente rápido se subió sobre mi y se la metió sin darme oportunidad a decirle nada, "oye pero no tengo condón" le dije, "no importa, estoy muy arrecha" me respondió mientras empezaba ese cadencioso movimiento inicial de atrás hacia adelante, movimiento que aceleraba cada vez más hasta llegar otra vez al ritmo agitado de la primera ronda. Yo le mordía los pezones y apretaba los senos pequeños. Me di cuenta entonces de algo gracioso, que sus pezones al estar excitados se erectaban apuntando ligeramente hacia afuera cada uno de ellos, algo que ambos después llamábamos "pezones vizcos" entre risas.
Sentir que mi pene tocaba la pared cervical y que su conchita era ajustada (para la fama de "movidita" que tenía") me excitó, y más aun sintiendo sus fluidos mojar toda la base de mi pene y mis testículos, haciendo ese sonido característico de "splash" mientras veía que su cara otra vez enrojecía y soltaba su clásico "ooaaaaahhhhh, qué ricooooo". Le pedí que siga cabalgando pero esta vez volteada, para poder verle las nalgas, giró casi sin sacar mi pene de su concha. Amasaba ese culo con ganas mientras ella se movía, las abría, metía el dedo pulgar en el ano en el vaivén del adelante/atrás, hasta que me dijo que prefería voltear, mirándome, "porque así siento que mi clítoris roza más cuando me muevo" dijo . No demoró mucho en decir que tendría otro orgasmo, y esa humedad hizo que yo también cargue el tanque de presión orgásmico, más aun sabiendo que estábamos tirando esta vez a pelo. "Ya llego, ya llegoooooo" y nuevamente su frenético movimiento, y yo que no pude aguantar más, sentí que eyaculé como pocas veces, y ambos nos fundimos en un éxtasis de sexo y gemidos, fluidos y besos, manos, nalgas, tetas, todo lo que se podía tocar ese momento mientras alcanzábamos nuestro primer orgasmo conjunto. Me besó y dijo "qué rico es venirse a la vez, he sentido tu semen caliente, qué rico..." y se acurrucó en mi pecho.
Ya echados ambos, recuperando el aliento, no sabía como preguntarle sin que lo tome a mal, "oye, ¿no tienes nada, no?" le dije, tímidamente. "¿Qué? ¿cómo se te ocurre? yo no, para nada, más bien tú, ¿no tienes nada que me contagies, no?" me respondió. "No pues, cómo crees, pero, aparte de eso ¿ahora, estás en tus días?", le dije, "no, ya me debería venir así que no hay problema por un supuesto embarazo". Y otra vez nos quedamos dormidos.
"¿Qué hora es?", me preguntó. "Van a ser las cinco" le dije, "ya, hay que alistarnos, mi viejo sale al trabajo temprano y abrirá el seguro de la puerta, después que salga entraré yo, antes que salgan mi madre y hermana", con pereza empezamos a estirarnos. Al parecer los efectos del alcohol habían pasado totalmente. Estirándonos ambos nos abrazamos y otra vez nos fundimos en besos apasionados. Ya sabíamos qué seguía, no dijimos nada y directos al tercer round. "Oye, yo te besé y comí la conchita, y tú ni siquiera me besaste abajo" le dije, "es que, la verdad no me gusta chupar penes, pero te voy a recompensar bien" me dijo. "Además no hay tiempo", nuevamente ella encima, y para entonces estaba absolutamente claro que esa era su pose favorita. Se vino nuevamente, luego la puse en cuatro y le di duro hasta que me vine. Al baño rápido, a vestirnos y salir. Eran las cinco y treinta de la mañana.
En el taxi de retorno volvimos a hablar un poco más serios, como disimulando ante el taxista, aunque yo sentía que impregnábamos el auto con ese olor condensado a sexo de nuestros cuerpos y ropa. "Oye, te pido que esto quede solo entre los dos, no le digas a nadie", dijo la flaca, "descuida, los caballeros no tenemos memoria" respondí, "¿qué significa eso?", y pensé dentro de mi, qué corcha, "nada, nada, no te preocupes, no diré nada de esto a nadie", y ella finalizó con un "ok, gracias, mira que estoy confiando en ti".
Al llegar a su casa me dio un beso tímido, porque ella andaba más preocupada que no la vean o en el peor de los casos, se choque cara a cara con su padre. "Ya estoy con tarjeta amarilla, chao" me dijo, la esperé con el taxi unas casas más allá para ver que esta vez sí pueda entrar a su casa, y así lo hizo. Le pedí al taxista que me lleve a la mía.
Al llegar busco mi billetera para pagar y encuentro dentro de mi bolsillo los documentos de la flaca, DNI y carnet universitario. "¿En qué momento de calentura me los dio para guardárselo, y nos olvidamos del asunto?", yo en verdad pensé que eso quedaba ahí, como un choque y fuga, porque como conté inicialmente, yo estaba terminando una relación seria, y no pensaba en otro compromiso instantáneo, además tenía poco tiempo libre al cursar los últimos semestres de mi carrera. Además, lo de esa noche fue solo lujuria y pasión, nada de sentimientos... o eso creía.
Sin embargo sabía que la vería otra vez para devolverle esos documentos, y eso se contará en la próxima vez.
Al haber estado finalizando una relación tranquila de un par de años, sana y sin ningún motivo aparentemente grave más que la diferencia de personalidades, gustos e intereses con la enamorada de ese entonces, además de los demandantes últimos ciclos de ingeniería de la carrera universitaria que cursaba, me dirigí al bar de un amigo sin intenciones más que hablar con el grupo de conocidos que solían ir, para distraerme un poco y disipar la melancolía, aunque no era tristeza del todo, por este asunto sentimental.
Este bar tenía una temática rockera, y tal como supuse, encontré a algunos amigos con quienes empezamos a tomar cubas libres. Vi otras mesas de gente conocida también, y entre coros de canciones cantadas entre risas, brindis y más jarras, pasó la medianoche y un escándalo en una de ellas surgió de un momento a otro. Una chica flaca, a quien conocía de vista empezó a gritar, lanzar vasos y golpear a todos los que estaban a su lado. Al parecer, pensé, se pasó de copas y vio diablos azules. Mi amigo, dueño del bar - que para entonces ya estaba bastante tomado también - quiso tranquilizarla, le cogió los brazos y trató de apartarla, y en el forcejeo ambos cayeron al piso.
Algunos reían, otros solo miraban y seguían en lo suyo. ya que mi amigo estaba en nuestro pequeño grupo, me acerqué a tratar de ayudar. La flaca se levantó a duras penas, y la llevé a una silla, le dije "tranquila, siéntate" y me mandó una patada a la canilla. Estaba rayada. De algún modo hice que ella y el resto se tranquilicen y sigamos. Empezamos a tomar nuevamente, vi como ella se servía y se zampaba el vaso en una. Mi amigo trataba, en su avanzada borrachera, de sacarle plan (al parecer estaba tras ella por un buen tiempo, y otros siempre le atrasaban). Ahora describiré a la flaca, bonitos ojos grandes y cambiantes en tonalidad según la luz, pardos/marrones/verdes aunque con ligero estrabismo en uno de ellos, casi imperceptible, piel clara, cabello largo castaño, casi plana de tetas pero con unas nalgas grandes redondas en forma de pera bien formadas, piernas regulares y una voz de pito horrible, pero que en el momento no importaba, sumados a la fama de "movida" en el círculo que frecuentaba. Ella había supuestamente terminado una relación hacía un par de semanas.
Mi amigo y la flaca, en su borrachera, trataban de hablar y balbucear no sé qué, mientras otros tres seguíamos hablando, en la misma mesa, en mejor estado y sin darles mucha importancia. Hasta el punto que este amigo mío acabó colgado, se jateó con los ojos abiertos, miraba a la nada y no decía palabra alguna. Su hermano se lo llevó casi cargado. Nos quedamos en la mesa los tres varones (a quienes no conocía mucho) y ella, la flaca borracha. Ya que nuestras sillas en la mesa quedaron más cerca que la de los otros dos amigos, empezamos a hablar. Le dije que no tome más, le invité una botella de agua y poco a poco empezaba a hablar más tranquila, aunque seguía ebria. Le pregunté el porqué de su rayada, y me dijo que alguien le había robado su cuaderno de notas de la universidad, donde apuntaba todos los cursos. Se había pasado directo de las clases de universidad al bar. probablemente algún chistoso quiso hacerle la broma o llamar la atención llevándose ese cuaderno que después del terrible escándalo apareció. Seguimos hablando de todo, de ella, de mí, de música, y los otros andaban en otra, discutiendo qué artista es mejor, y cosas por el estilo, se fueron a otra mesa con otra gente, y nos dejaron solos.
Ella me pide acompañarla urgente a llamar por teléfono afuera (nótese que hablo de inicios del 2000, donde los celulares eran raros para muchos). Caminamos una cuadra hasta el teléfono público, puso la moneda y marcó, empezó a insultar a alguien y otras cosas ininteligibles ya que seguía borracha. Regresamos al bar y recién me di cuenta del armonioso culo que se movía entre paso y paso mientras le cedía el paso al retorno. Tomamos un poco más, le pregunté por la llamada que hizo y a quién estaba puteando, me respondió "al huevón de mi ex, que me engañó con una mostra, yo que le había dado todo, todo...". Hice de consejero sentimental mientras le clavaba la mirada al culo cada vez que ella iba al baño. En un momento pidió irnos, y que la acompañe, que era tarde y debía llegar a su casa antes que sus viejos se molesten más, tenía un ultimátum ya que estaba saliendo mucho las últimas dos semanas, luego de su ruptura sentimental.
Tomamos el taxi, e inmediatamente me coge de la cabeza y me estampa un beso lujurioso, no era un chape de personas que recién se gustan, era un beso con lengua y cargado de lujuria, abre sus piernas y me lleva la mano a su vagina, y aún con el jean que llevaba, pude sentir su calor y humedad. El taxista se ganaba todo, pero el alcohol hace que a veces perdamos la vergüenza. Llegamos a su casa y ella me había dejado loco. Le dije que si no quería que la acompañe dentro de casa , y me respondió que no, que sus viejos eran estrictos y seguro ya estaban más asados. me pidió halls para tratar de disimular el tufo, aunque su estado era notorio. Esperando que abra la puerta para partir con el taxi a mi casa, me mira y me dice "puta madre, me han echado seguro por dentro, si toco el timbre y me ven así de borracha me van a matar, vamos a otro lado hasta que se me pase". Ni corto ni perezoso, le dije al taxista que nos lleve a un hotel que conocía, mientras empezábamos otra vez con los chapes lujuriosos y el manoseo.
Apenas llegamos se fue al baño, salió y se tumbó en la cama muerta y roncando, "carajo, ¿y ahora?" pensé, se supone que debíamos continuar lo que empezamos en el taxi, y nunca fui de querer aprovecharme de alguien en ese estado. Ni modo, me recosté a su lado con todas las ganas y arrechura contenida, hasta que después de quince minutos ella empieza a moverse, se voltea y me vuelve a besar, semidormida, con los ojos cerrados, media lenta pero insistente. Paleteo por todo lado y chapes furiosos, nuevamente su entrepierna húmeda y caliente. Le saqué la casaca delgada y el pantalón, levanté el polo y levantando el brasier vi aflorar dos pequeñas tetas, chiquitas pero levantadas, con pezones duros y excitados, que empecé a lamer y morder ante los gemidos de la flaca. Me saqué el polo y desabroché el pantalón mientras seguía mordiendo y besando sus tetas, bajé sin dejar de lamer por su vientre hasta llegar a su pubis y sentir el vello bastante corto en forma triangular y su aroma fuerte, penetrante, de vagina lubricada. Le quité el calzón azul pequeño y sentí más ese aroma que me enloquecía, empecé lamiendo suavemente los labios y el clítoris mientras ella gemía y se retorcía más y más, metía mi lengua en su conchita mientras le tocaba con la mano y ella desesperada me pidió que la penetre ya. Por suerte tenía un condón en la billetera, me lo puse y ¡zas!, en una, ella estaba muy lubricada y entró sin esfuerzo. Estuve sobre ella en misionero un buen rato. El alcohol me había favorecido en aguantar un poco más de tiempo, ella arañaba mi espalda y alternábamos los gemidos con besos salvajes, le pedí que se voltee y se puso en cuatro al toque. Pude ver y sentir esas nalgas grandes, carnosas sin ser excesivas y bien formadas, lo mejor que ella tenía, y empezamos con el ritmo acelerado, me excitaba de sobremanera chocar con ese culo bien formado y mientras le pasaba el dedo por el ano tratando de saber su reacción, ella no dijo nada más que ya quería venirse y me de vuelta y me recueste, entonces, ahora encima mío, cabalgando, movía sus caderas de adelante a atrás frenéticamente y entre gimoteos (sin que yo sea muy dotado, asumo que tengo el pene de tamaño estándar, podía sentir la pared cervical o uterina), "uyyy, está hasta el fondo, me duele pero me excita..." decía, y repentinamente tomó un ritmo endiablado y empezó a gemir mientras su cara se ponía roja, "¡oooooaaaaahhhhhhh, qué ricooooo!" decía mientras llegaba al clímax, sudando y gimiendo. Seguía moviéndose pero a baja revolución y al notar que estaba un poco cansada le pedí que ella se eche esta vez, mirándome, y empecé a penetrarla fuerte. Era mi turno, levanté sus piernas en mis brazos para sentir sus nalgas chocar otra vez, yo ya sentía venirme y ella pedía más, y que la espere que ya se venía nuevamente. Yo no pude aguantar y sentí explotar dentro de su concha y ella mientras gemía decía "nooo, ya estaba por llegar, malo". "Discúlpame, pero ya no podía aguantar" le respondí, "pero estuvo rico" dijo ella mientras se acomodó de costado y nos quedamos algo dormidos en cucharita.
Pasada media hora me desperté, y ella seguía durmiendo. Mi pene se armó nuevamente al sentir sus nalgas y lentamente empecé a jugar con su conchita, tocándole con la punta tratando de meterla un poquito y retirando. Ella despertó pero se quedó en la misma posición y empezó a gemir, le gustaba el roce. Hice lo mismo y sentí que se mojaba, y mientras llevaba la punta del pene desde el clítoris hasta el ano, jugando y esparciendo sus fluidos, traté de metérsela despacio por el culo. "Espera" - me dijo - "por ahí no, me duele" - , me dejó con las ganas - "además no estás con condón". Carajo, era cierto, ya no tenía más preservativos, ¿y ahora?, caballero, tendrá que ser oral o masturbación mutua, nada más. Aunque ese "además no estás con condón" me hizo suponer que sí lo hacía, y lo comprobé tiempo después. Seguimos entre paleteos y toqueteos, besos y subiendo el nivel de excitación hasta que ella en un salto increíblemente rápido se subió sobre mi y se la metió sin darme oportunidad a decirle nada, "oye pero no tengo condón" le dije, "no importa, estoy muy arrecha" me respondió mientras empezaba ese cadencioso movimiento inicial de atrás hacia adelante, movimiento que aceleraba cada vez más hasta llegar otra vez al ritmo agitado de la primera ronda. Yo le mordía los pezones y apretaba los senos pequeños. Me di cuenta entonces de algo gracioso, que sus pezones al estar excitados se erectaban apuntando ligeramente hacia afuera cada uno de ellos, algo que ambos después llamábamos "pezones vizcos" entre risas.
Sentir que mi pene tocaba la pared cervical y que su conchita era ajustada (para la fama de "movidita" que tenía") me excitó, y más aun sintiendo sus fluidos mojar toda la base de mi pene y mis testículos, haciendo ese sonido característico de "splash" mientras veía que su cara otra vez enrojecía y soltaba su clásico "ooaaaaahhhhh, qué ricooooo". Le pedí que siga cabalgando pero esta vez volteada, para poder verle las nalgas, giró casi sin sacar mi pene de su concha. Amasaba ese culo con ganas mientras ella se movía, las abría, metía el dedo pulgar en el ano en el vaivén del adelante/atrás, hasta que me dijo que prefería voltear, mirándome, "porque así siento que mi clítoris roza más cuando me muevo" dijo . No demoró mucho en decir que tendría otro orgasmo, y esa humedad hizo que yo también cargue el tanque de presión orgásmico, más aun sabiendo que estábamos tirando esta vez a pelo. "Ya llego, ya llegoooooo" y nuevamente su frenético movimiento, y yo que no pude aguantar más, sentí que eyaculé como pocas veces, y ambos nos fundimos en un éxtasis de sexo y gemidos, fluidos y besos, manos, nalgas, tetas, todo lo que se podía tocar ese momento mientras alcanzábamos nuestro primer orgasmo conjunto. Me besó y dijo "qué rico es venirse a la vez, he sentido tu semen caliente, qué rico..." y se acurrucó en mi pecho.
Ya echados ambos, recuperando el aliento, no sabía como preguntarle sin que lo tome a mal, "oye, ¿no tienes nada, no?" le dije, tímidamente. "¿Qué? ¿cómo se te ocurre? yo no, para nada, más bien tú, ¿no tienes nada que me contagies, no?" me respondió. "No pues, cómo crees, pero, aparte de eso ¿ahora, estás en tus días?", le dije, "no, ya me debería venir así que no hay problema por un supuesto embarazo". Y otra vez nos quedamos dormidos.
"¿Qué hora es?", me preguntó. "Van a ser las cinco" le dije, "ya, hay que alistarnos, mi viejo sale al trabajo temprano y abrirá el seguro de la puerta, después que salga entraré yo, antes que salgan mi madre y hermana", con pereza empezamos a estirarnos. Al parecer los efectos del alcohol habían pasado totalmente. Estirándonos ambos nos abrazamos y otra vez nos fundimos en besos apasionados. Ya sabíamos qué seguía, no dijimos nada y directos al tercer round. "Oye, yo te besé y comí la conchita, y tú ni siquiera me besaste abajo" le dije, "es que, la verdad no me gusta chupar penes, pero te voy a recompensar bien" me dijo. "Además no hay tiempo", nuevamente ella encima, y para entonces estaba absolutamente claro que esa era su pose favorita. Se vino nuevamente, luego la puse en cuatro y le di duro hasta que me vine. Al baño rápido, a vestirnos y salir. Eran las cinco y treinta de la mañana.
En el taxi de retorno volvimos a hablar un poco más serios, como disimulando ante el taxista, aunque yo sentía que impregnábamos el auto con ese olor condensado a sexo de nuestros cuerpos y ropa. "Oye, te pido que esto quede solo entre los dos, no le digas a nadie", dijo la flaca, "descuida, los caballeros no tenemos memoria" respondí, "¿qué significa eso?", y pensé dentro de mi, qué corcha, "nada, nada, no te preocupes, no diré nada de esto a nadie", y ella finalizó con un "ok, gracias, mira que estoy confiando en ti".
Al llegar a su casa me dio un beso tímido, porque ella andaba más preocupada que no la vean o en el peor de los casos, se choque cara a cara con su padre. "Ya estoy con tarjeta amarilla, chao" me dijo, la esperé con el taxi unas casas más allá para ver que esta vez sí pueda entrar a su casa, y así lo hizo. Le pedí al taxista que me lleve a la mía.
Al llegar busco mi billetera para pagar y encuentro dentro de mi bolsillo los documentos de la flaca, DNI y carnet universitario. "¿En qué momento de calentura me los dio para guardárselo, y nos olvidamos del asunto?", yo en verdad pensé que eso quedaba ahí, como un choque y fuga, porque como conté inicialmente, yo estaba terminando una relación seria, y no pensaba en otro compromiso instantáneo, además tenía poco tiempo libre al cursar los últimos semestres de mi carrera. Además, lo de esa noche fue solo lujuria y pasión, nada de sentimientos... o eso creía.
Sin embargo sabía que la vería otra vez para devolverle esos documentos, y eso se contará en la próxima vez.