Michael Corleone
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10 Years of Service
Maria: Hola, cómo estás? ya estoy en Lima.
Había pasado dos años y medio de ese último mensaje de WhatsApp dejado en visto y que se negaba a borrar.
Dos años y medio ya, que por ese mal llamado amor propio nunca le respondió, dolido porque ella se había ido a Cuba con su Sugar daddy.
"Es solo como dama de compañía, si él quiere sexo tendrá que pagar" le dijo la noche en que tuvieron su último polvo.
Dos años y medio ya que no sentía esa vagina mojarse en su boca, seguido de esos "ay, hijoeputa" que lo arrechaban tanto.
Por qué ese adiós sin despedida, si todo estaba claro entre los dos? Por qué ella nunca insistió? Por qué el nunca le respondió? Por qué a pesar de todo, nunca se bloquearon?
En ese momento, él pensó en cuál fue la verdadera razón de ese adiós sin adiós, que le dolió tanto...
En verdad la amaba? O tal vez fue simplemente su ego de macho herido?
Dos años y medio habían pasado desde la última vez que follaron hasta dejar mojadas las sábanas, dos años y medio desde que trató de olvidarla con interminables orgías en burdeles y saunas, dos años y medio que recordaba su último polvo como si fuera ayer: ella acabando encima, con los pezones duros y las mejillas rojas, sin nunca sacarse las gafas de secretaria tímida.
Y ahora seguía mirando su avatar de WhatsApp: María había colgado esa foto que él le había tomado desde la cima de esas ruinas milenarias, tal y como le gustaba a ella: de espaldas y mirando el horizonte infinito.
"Golpe bajo" murmuró.
"Es una señal, te extraña" le dijo su lado vulnerable.
"No pienses estupideces, es pura casualidad" le aconsejó su razón.
Lo cierto es, como todo en la vida, la decisión que iba a tomar tendrá efecto irreversible.
Había pasado dos años y medio de ese último mensaje de WhatsApp dejado en visto y que se negaba a borrar.
Dos años y medio ya, que por ese mal llamado amor propio nunca le respondió, dolido porque ella se había ido a Cuba con su Sugar daddy.
"Es solo como dama de compañía, si él quiere sexo tendrá que pagar" le dijo la noche en que tuvieron su último polvo.
Dos años y medio ya que no sentía esa vagina mojarse en su boca, seguido de esos "ay, hijoeputa" que lo arrechaban tanto.
Por qué ese adiós sin despedida, si todo estaba claro entre los dos? Por qué ella nunca insistió? Por qué el nunca le respondió? Por qué a pesar de todo, nunca se bloquearon?
En ese momento, él pensó en cuál fue la verdadera razón de ese adiós sin adiós, que le dolió tanto...
En verdad la amaba? O tal vez fue simplemente su ego de macho herido?
Dos años y medio habían pasado desde la última vez que follaron hasta dejar mojadas las sábanas, dos años y medio desde que trató de olvidarla con interminables orgías en burdeles y saunas, dos años y medio que recordaba su último polvo como si fuera ayer: ella acabando encima, con los pezones duros y las mejillas rojas, sin nunca sacarse las gafas de secretaria tímida.
Y ahora seguía mirando su avatar de WhatsApp: María había colgado esa foto que él le había tomado desde la cima de esas ruinas milenarias, tal y como le gustaba a ella: de espaldas y mirando el horizonte infinito.
"Golpe bajo" murmuró.
"Es una señal, te extraña" le dijo su lado vulnerable.
"No pienses estupideces, es pura casualidad" le aconsejó su razón.
Lo cierto es, como todo en la vida, la decisión que iba a tomar tendrá efecto irreversible.
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