El Apócrifo
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En la famosa serie televisiva Juego de tronos, el personaje de Shae, la misteriosa prostituta que aparece en los dos últimos episodios de la primera temporada y que continúa en los dos primeros de la segunda, recién estrenada, está interpretado por la actriz alemana Sibel Kekilli. Kekilli tiene una curiosa historia relacionada con su pasado en el porno.

Unos meses después la opinión pública descubrió que, entre los redactores del diario sensacionalista Bild había un curioso personaje. O era un crítico de cine X aficionado con muchos conocimientos o era un compulsivo consumidor de porno con poco criterio. El caso es que el diario alemán desveló que aquella actriz de 24 años que había impresionado a los cinéfilos con su interpretación del personaje de Sibel en la película de Akin era la misma que, entre 2001 y 2002, había participado en una docena de películas porno con el seudónimo de Dilara.

Todo el mundo tiene un pasado y el de Sibel Kekilli salió a la luz a raíz de su triunfo en el cine convencional, como si la hipócrita prensa amarilla germana quisiera hacer pagar a la actriz por un éxito inesperado. Pero Kekilli reaccionó ante la ofensiva mediática con orgullo. No se arrepentía de su pasado y acusaba a la prensa sensacionalista de violación mediática.
Antes de convertirse en estrella del cine comercial en Contra la pared y de dar el salto a las series televisivas de éxito con Juego de tronos, Sibel Kekilli trabajó para las principales productoras de cine alemán (Magma, Videorama, Imperial, Multi-Media-Verlag) en una serie de filmes que incluían escenas de sexo explícito. Este vídeo queda como testimonio de ese pasado de Kekilli que los medios intentaron magnificar para perjudicar a la actriz.
Antes de convertirse en estrella del cine comercial en Contra la pared y de dar el salto a las series televisivas de éxito con Juego de tronos, Sibel Kekilli trabajó para las principales productoras de cine alemán (Magma, Videorama, Imperial, Multi-Media-Verlag) en una serie de filmes que incluían escenas de sexo explícito. Este vídeo queda como testimonio de ese pasado de Kekilli que los medios intentaron magnificar para perjudicar a la actriz.
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