Al ingresar a la habitación, mis manos ya habían amasado ese culazo más de una vez y ya sentía como esa concha estaba recontra caliente. Esa perra veneca quería cachar y yo no la iba a defraudar. Apenas cerré la puerta la tomé fuertemente de la cintura y con voz firme le dije "Ahora voy a llenarte de leche", la muy perra solo volteó y me metió un beso con todo y sabor a trago. No sé si fue el trago o es que ella estaba aguantada; pero, la flaca, luego de voltearse me empezó a quitar la ropa con una desesperación única, casi puedo decir que me arrancó el polo de un tirón, yo no me quise quedar atrás y fui quitándole la blusita que llevaba e intenté sacarle el pantalón, pero estaba tan al cuete que ella tuvo que recostarse sobre la cama para poder jalarle el pantalón, esa culona estaba recontra ajustada.
Al verla desnuda la pinga me quería explotar, esa perra tenía un cuerpo tuneado, sus tetas no eran grandes pero si eran equilibradas, eran el trabajo de un buen cirujano, mientras que su culo si era recontra cachetón y natural, típico de las venecas. Gente, me abalancé a lamer ese culazo (ojo solo las nalgas, nada de concha u ano) y morderlo, que buenas nalgotas me iba a comer. Ahí mismo saqué los condones que había comprado en la recepción y me los puse para evitar cualquier olvido. Mientras iba acariciando su concha (con la yema de mis dedos) sentía como sus gemidos se iban intensificando en señal de que ya estaba lista para ser penetrada. La seguí calentando, mientras notaba que Michelle tenía una ligera cicatriz de cesárea (tenía un hijo y lo había dejado en Venezuela, me lo contó mucho después) me hice el loco y seguí con lo mío mientras su concha rebalsaba en jugos. Al fin sentí que ya era el momento, así que me incorporé al filo de la cama y acomodé a Michelle de tal forma que su culo estaba completamente al aire, al filo de la cama. Ese culo era blanquito y cachetón, acomodé mi pinga en la entrada de su concha y lo fui sobando en esos labios vaginales gruesos y rosaditos, que rica concha, se notaba que no había sido usada en semanas. Mientras rozaba mi pinga, por la puntita de su clítoris, la muy puta no dejaba de decir groserías en un dejo venezolano que estaba fuera de mi comprensión, hasta que finalmente me dijo "Ya deja la broma y mételo bolsa" (traducción, deja de jugar y métela idiota). Gente, fui introduciendo poco a poco mi pinga y esa concha con labios salidos iba succionando mi pinga, que tal concha, con cada metida se acoplaba más y más a mi pinga y su ajuste a pesar de su edad era muy bueno, yo me sentía como pez en el agua, esa chama era jugosa y apretada, cada vez que sacaba mi pinga sus labios vaginales se estiraban y se quedaban pegados a mi pinga, que sensación para mas placentera.
Mi pene no es muy largo, pero si es grueso y esa chama era recontra ajustada, por lo menos para mi lo era, y con cada embestida iba abriendo un poco más esa concha, hasta que en un movimiento rápido la flaca se dio vuelta y en el acto me metió una mamada recontra empiladora que si no estaba concentrado, fácil me deslechaba ahí mismo. Si bien no mamaba muy bien, lo hacía de tal forma que con cada lamida, hacía que mi cerebro quisiera explotar. Mi pinga no le cabía completa en su boca, pero ella igual quería metérsele toda hasta atragantarse, era un hecho esa perra estaba recontra aguantada. No aguanté más y se me vino toda la leche, que rica vaceada me di, Michelle nunca dejo de mamármela, y mientras llegaba, ella iba succionando mi pinga hasta sacar la ultima gota de semen.
Gente, como nunca mi pinga no dejaba de estar erecta, creo que ese cuerpazo era un afrodisiaco para mi, así que le dije a la flaca que me iba a meter un duchazo por el sudor y antes de terminar de hablar ella se incorporó y me tomó de la mano para ir juntos a la ducha, ahí me quité el condón y pude ver que había botado una buena cantidad de semen, creo que fue más de lo que normalmente botaba, pero la verdad ese cuerpazo lo ameritaba.
Ya en la ducha nos enjabonamos mutuamente mientras nos íbamos besando, que rico fue el recorrer cada parte de su cuerpo, no era muy alta pero eso lo compensaba con su cuerpo bien formado. Gente, Michelle estaba caliente y cuando pasé mi mano por su concha, emitió un gemido tan sensual que me dieron ganas de metérselo ahí mismo, pero siempre con la cabeza fría, me pude contener y sin decir más la saqué de la ducha y me la llevé directo a la cama, así medio mojados y chorreando algo de agua. Que rico fue verla que ella solita se acomodaba en un perrito espectacular, podía ver su ano rosadito y su concha con labios gruesos y salidos.
Busqué mi condón y luego de ponérmelo, me ubique detrás de esas nalgotas para consumar ese perrito que me estaban regalando, puta madre, que concha para más ajustada, mi pinga no paraba de hacerle más ancha su concha, y sus labios vaginales cada vez se estiraban más, que rico gemía mientras le daba a full, no les voy a mentir, ese ritmo casi me aceleró el corazón a mil por hora; pero, antes de cambiar de pose, fui metiendo mi dedo índice a la entrada de su culo, como midiendo si estaba disponible ese ano, pero en un solo manotazo la chama, me dice, "eso no, eso es de mi marido". Gente, me mate de risa y le dije, "flaca, mejor móntame, quiero sentir el roce de tu concha con mi huevos" y la flaca no lo dudó ni un segundo y se volteó para luego sentarse sobre mi pinga, emitiendo unos ricos gemidos y chorreando todo mi vientre con sus jugos, que buena cachera era. Podía ver su culazo rebotar sobre mi pinga, mientras ella volteaba a mirarme y su concha chorreaba contantemente, ajustaba más y más. Gente, que buena montada me estaba dando esa veneca, así que le dije "espera, quiero cacharte frente a ese espejo", ella se incorporó y yo junto a ella, ambos nos abrazamos mientras nos acomodábamos, la apreté frente al espejo y acomodé mi pinga en la entrada de su concha, e intenté metérsela de golpe, pero su ajuste me lo impedía, esos labios gruesos e hinchados hacían que su concha se sintiera más estrecha y eso me encantaba, así que mientras gritaba de placer (con cada metida la fricción entre nuestros cuerpos se hacía mas intensa), yo me iba poniendo más caliente, hasta que luego de varios gritos e intentos de arañazos las piernas de Michelle comenzaron a temblar y un líquido comenzó a chorrear entre nuestras piernas, había tenido un Squirt intenso. La abracé y la cargue hasta la cama sin sacarle mi pinga, que rico era sentir su concha chorreante mientras nuevamente la acomodaba al borde de la cama, pero ahora estaba desplomada, sin fuerzas a mi total disposición y tomé mi oportunidad, abrí sus piernas y comencé a darle duro y parejo, con furia y con todas mis fuerzas, que rica hembra estaba partiendo, estuve así por unos 10 minutos y podía ver como los labios de su concha estaban rojitos y completamente hinchados, hasta que no aguanté más y boté toda mi leche dentro de esa rica perra veneca. Ese placer fue brutal, boté todo lo que tenía dentro y al sacar mi pinga la cabeza estaba al aire y chorreando, carajo el puto condón se había roto y me había venido dentro de Michelle.
Deje a la perra chorreando mi semen y fui a lavarme de inmediato, luego pensé un poco y fui reunirme con la flaca. "Me dejaste la leche dentro, mosca eh, que yo no me cuido", fueron sus palabras y solo atiné a decirle, "ok saliendo te compro la pastilla", "Tranquilo, que no te voy a contagiar nada, desde que salí de Venezuela solo he estado con tu jefe y eso fue hace dos meses". El alma me regresó al cuerpo, pero analizando fríamente todo, ella era casada, tenía un hijo y en Venezuela trabajaba en su profesión así que era poco probable que haya tenido algo. Pero, por las dudas, me hice exámenes de todo al día siguiente y luego de tres meses (todo salió negativo, menos mal) y luego de todo ello me dije "esta es la última veneca de mi vida" nunca más me volveré a arriesgar así.
Después de eso, ambos nos asesamos y la dejé en su departamento, despidiéndonos con un beso largo y profundo, "espero que se repita".