El sabor de concha era suave y mi lengua no se cansaba de extraer esos ricos juguitos, no aguanté más y le bajé la tanga que me impedía gozar a plenitud de esa concha. Gente no la había besado en los labios, pero ya le había metido una buena sopeada a esa concha. Ella solo gemía y disfrutaba del momento, procedí a levantarla en peso y la cargue hasta mi habitación, mientras la cargaba ella solo tenía los ojos cerrados y mordía sus labios como imaginando como me la iba a cachar. La acomodé delicadamente sobre la cama y comencé a lamer suavemente esas dos naranjas que tenía en el pecho, mientras ella decía palabras ininteligibles (no sé francés), cuándo sentí que su concha estaba chorreando sus fluidos vaginales procedí a sacar unos condones que tengo de reserva en mi mesita de noche (son los que uso para el análisis a mi esposa), me acomodé sobre ella y sin dudarlo pusé mi pene cabezón en la entrada de su concha y lo empecé a rozar primero por sus labios y luego sobre su clítoris, sus jugos mojaron total mente mi falo y luego procedía a acomodar mi pinga en la entrada de su concha e hice el movimiento del destapador (introducía la puntita lo movía circularmente y luego lo sacaba presionando la parte interior de la entrada, ella solo gemía como loca, hasta que no aguantó más y gritó "ya mételo, no vez que estoy que ardo". Gente, en un golpe secó y sin dudarlo le metí toda mi pinga, que si bien no es larga (solo 17 centímetros) es gruesa y cabezona, y la muy perra se metió un gemido profundo abriendo la boca como un pez que es sacado del agua y blanqueó los ojos tal cual película del exorcista. Su concha estaba hirviendo y completamente mojada, tenía buen ajuste y sobre todo podía sentir que estaba bien cuidada. Me volví un animal, solo quería disfrutar de ese cuerpito y así lo hice, primero en misionero hasta sentir que esa concha chiquitita se amoldaba a mi herramienta cabezona, luego tomé esas dos piernitas delicadas y las puse en mi hombro y procedí a penetrarla con mas fuerza de lo normal, el sonido del choque de nuestros cuerpos era excitante parecían chancletas en un piso húmedo. La hice gritar, ella ponía su mano entre mi cuerpo y la entrada de su concha para evitar que la penetre profundamente, pero yo ni me inmute y tomaba más impulso y le daba con más fuerza hasta que de pronto sentí como su mano caía sin fuerza, había llegado rápidamente y eso era señal de que no había cachado hace varios días. Gente, la voltié y acomode su culo al centro de la cama y me acomodé encia de ella y la empecé a penetrar mientras amasaba ese rico culito, que delicia de culo, suavecito, de hecho usaba cremas, ahí estuve buen rato hasta que ella se reincorporó y me dijo, "házmelo como quieras", para que dijo eso, ahí mismo levanté su culito, la puse en 4 y me agarré bien de sus caderas para darle unas buenas y profundas metidas de pinga. Ahí la hice gritar, la muy putita gritaba de placer, mientras con mi dedo índice, lubricaba la entrada de su ano. Estaba fuera de mi, sus nalgas estaban rojitas de todas las palmadas que le había metido, saque mi pinga de su concha mojada y me ubiqué frente a ella para que me chupara la pinga y vaya marera de mamar, chupó hasta los huevos esa perra luego me quitó el condón y me dijo que le llenará la boca de leche. Gente, no aguanté más y me deje llevar, por la mamadas que me daba y solté todo mi semen dentro de esa delicada boquita. Caí rendido a un lado de la cama y ella se acurrucó a mi pecho, ahí me confesó que no había tomado leche desde hace más de un año, momento en el que la quimioterapia y radioterapia le habían cortado la eyaculación a Enzo.
Eso me hiso pensar en lo afortunados que somos muchos y no lo sabemos. Mientras íbamos conversando, las manos suaves de Jani, amasaban nuevamente mis huevos y mi falo, y en unos minutos más, nuevamente ya estaba duro y listo para seguir con la faena, ya sin decir nada más, Jani se engulló nuevamente mi pinga en su boca y terminó de succionar hasta la última gota de rezago que había, sus ojos brillaban lujuriosamente y yo estaba en el cielo disfrutando de sus habilidades para mamar. Gente, me olvidé de todo mientras me cachaba a Jani. La levanté en peso y y ella se abrazó a mi cuerpo enroscándome con sus piernas, acomodé mi pinga en la entrada de su concha y la gravedad hizo todo, ella subía y bajaba mientras su cuerpo rozaba por completo el mío, sentía somo su vulva se hinchaba más y más ,con la fricción que teníamos, era una hembra en celo, la bajé y la acomodé al filo de la cama, (me había olvidado de ponerme el condón) y se la metí con tanta furia que que sus nalgas emitían un fuerte sonido cada vez que chocaban con mi pelvis, estaba gozando como nunca, ella me grita diciendo, "Dámelo todo adentro, por favor, quiero sentir tu leche dentro de mi". Gente, eso me excitó a mil, pero aun no quería llegar así que solo atiné a decirle que toda mi leche será suya muy pronto y la levanté nuevamente acomodándola sobre la cama para hacerle una media tijera y terminar de abrir esa rica concha rosadita que me estaba comiendo. Gimió, intentó arañarme, gritó pero yo no paraba de abrirle la concha, hasta que ya no aguanté más y me vacee dentro de esa concha caliente mientras veía como ella blanqueaba los ojos y se desvanecía sin fuerzas.
Fue tanta mi descarga que el semen rebalsaba de su concha abierta, irritada y recontra rojita. Me acosté a un lado de la cama y mientras ella reaccionaba solo intentaba recuperar por completo mi aliento.