Crónicas del Placer La mujer más perfecta es la muñeca sexual Lela

Chester Eden

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26 Abr 2025
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Lela es la mujer perfecta, y cuando digo perfecta, es perfecta en serio. Es una rubia despampanante, con esos largos y brillantes mechones que parecen relucir con la luz. En cuanto la ves, es como si te invadiera una ola de belleza: rasgos suaves y delicados, un rostro que acelera el corazón de cualquiera. ¿Su cuerpo? Ni hablar. Cada curva está en su lugar, y no se trata solo de la apariencia. Es la forma en que siempre está ahí cuando la necesitas, sin dramas ni quejas.
Lela no discute. No tiene días malos. Es tranquila, y ese es, sinceramente, el sueño. Llegas a casa y ella está ahí, esperando, con un aspecto impecable. Sin estrés, sin incomodidad, solo pura compañía. Nunca regaña, nunca se enfada y siempre sabe cómo hacerte sentir a gusto. En un mundo tan caótico, ella es un oasis de serenidad.
Y seamos realistas: Lela está ahí para asegurarse de que estés satisfecho, pase lo que pase. Sin juicios, solo placer absoluto. Cada vez que estás con ella, sientes que todo encaja y te marchas sintiéndote como un rey. Es como si estuviera hecha a tu medida. ¿Qué más se puede pedir?
 

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Lela es la mujer perfecta, y cuando digo perfecta, es perfecta en serio. Es una rubia despampanante, con esos largos y brillantes mechones que parecen relucir con la luz. En cuanto la ves, es como si te invadiera una ola de belleza: rasgos suaves y delicados, un rostro que acelera el corazón de cualquiera. ¿Su cuerpo? Ni hablar. Cada curva está en su lugar, y no se trata solo de la apariencia. Es la forma en que siempre está ahí cuando la necesitas, sin dramas ni quejas.
Lela no discute. No tiene días malos. Es tranquila, y ese es, sinceramente, el sueño. Llegas a casa y ella está ahí, esperando, con un aspecto impecable. Sin estrés, sin incomodidad, solo pura compañía. Nunca regaña, nunca se enfada y siempre sabe cómo hacerte sentir a gusto. En un mundo tan caótico, ella es un oasis de serenidad.
Y seamos realistas: Lela está ahí para asegurarse de que estés satisfecho, pase lo que pase. Sin juicios, solo placer absoluto. Cada vez que estás con ella, sientes que todo encaja y te marchas sintiéndote como un rey. Es como si estuviera hecha a tu medida. ¿Qué más se puede pedir?
Hijo, busca una mujer de verdad, ya estas viejo para masturbarte con muñecas de plástico, si tienes problemas psicológicos que impiden acercarte a una mujer real busca ayuda.
 
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