TuristaNocturno
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“Con-vivir”
Cap. IV – La Psicóloga 5 Part.
Alguna vez por mi mente pensé… ¿cómo sería la vida con Milagros?...
Sexo no faltaría claro… pero… ¿que había más allá de una relación basada en la clandestinidad?
¿Tenía acaso un final feliz esta relación?
¿Cuál sería el sentimiento que nos une ahora?
Cuando el amanecer de ese sábado se manifestaba por la ventana, no podía dejar de sentir placer por lo que estaba viviendo. Asomaba dentro de la sabana aquel cuerpo que por la noche había sido mío, su piel blanca y suave sucumbía ante el recorrido de mi mano en busca de sus pechos, la cama ya no olía a frutos y canela sino al fuego que allí habíamos derramado; como delatando lo que había pasado. Entre susurros la despertaba besándole el cuello mientras frotaba sus pezones con delicadeza hasta excitarla.
Hasta ese momento ambos compartíamos algo diferente… habíamos pasado la noche juntos, recuerdo que la busque para penetrarla de costadito; allí mientras aún la abrazaba en la cama, pero ella se me escapaba ya que tenía su propia rutina matutina. Trate de no insistir ya que era algo nuevo para ella quizá que invada su espacio hasta allí así que solo nos salimos de la cama.
Se levantó al baño y mientras se acicalaba yo me perdía en su silueta desnuda.
Miraba su rostro y no podía entender como esa carita tan dulce se transformaba cuando recibía mi pene. Hablábamos poco esa mañana, nos mirábamos, sonreíamos y nos besábamos mucho… hasta reaccionar y seguir haciendo las cosas o terminar en algún lugar de la casa teniendo sexo.
Hicimos el amor varias veces ese día, al punto que por la noche quisimos experimentar en otros lados cosas diferentes.
A veces pienso que ese fue el error, abrir la puerta a tantas cosas que quizá nunca supe controlar en ella.
Como dije ese día convivimos en un ambiente donde jugamos a ser pareja, cocinábamos o quisimos intentar hacerlo, pero nos salió mal ya que nos perdíamos en el sexo en la menor provocación… pero había detalles en ella que me gustaban y que iban haciéndome dudar respecto a mi sentir.
Milagros; la psicóloga, tenía su propia forma de preparar las cosas, de ordenar, de programarse y sobre todo de irme acoplando a su rutina diaria ya que en ella yo era el extraño invasor de su tiempo. Muy temprano hacia su rutina de ejercicios y tomaba su jugo yo me reía mientras tomaba mi café… pero siempre me decía… no quiero que se me caigan las nalgas debo trabajarlas para que estén duritas ya que así te gustan… o no “amorcito”…
Claro, respondía yo sin dejar de recordar que debía evitar cualquier sospecha hacia nosotros. A escondidas mandaba mensajes a mi familia simulando mi viaje que era lo que usualmente hacía; mandar mensajes. En ese momento aun cuando mi teléfono sonaba por respuestas de mi esposa, Milagros nunca reviso mi celular o me dijo para verlo, incuso en ese entonces ambos teníamos el mismo patrón de bloqueo pero sentía que no queríamos saber más allá de lo que íbamos aprendiendo del otro, quizá también ese fue un error.
En esa época aun había un poco de calor los fines de semana y tratábamos de estar ligeros de ropa ya que nuestras acciones terminaban conmigo eyaculando encima de ella.
Para el medio día parecía como si ella fuese una caja de Pandora dispuesta a liberar sus demonios y es más aclamando ser abierta.
En un momento, Milagros estaba allí en el suelo, con rastros de semen en su cara y mientras se limpiaba me preguntaba cosas que ya iban siendo cada vez más raras para el momento.
Incluso llego a insinuarme ligeramente si me gustaría estar con alguien más.
Jajaja oye loquita… ¿Qué quieres decir amor? (le respondía).
¿Sabes, quisiera experimentar muchas cosas, y sé que puedo hacerlas contigo, dime estas dispuesto?...
¿Vamos no?, le respondía.
Poco a poco fuimos entrando más a los juegos con el sexo, en un momento ella en lentes con un hilo y pantis, con su blusa blanca semi abierta y su cabello recogido se sentaba en mis piernas y mientras me frotaba el pene, que luchaba por reventar el bóxer; completamente erecto, me iba hablando cositas al oído… aumentando cada momento con lo raro y obseno.
Recuerdo que pedimos comida mientras ella me hacía sexo oral y aunque fue gracioso, ya que se esforzaba por hacer sonar fuerte mientras succionaba… el solo hecho de experimentar eso le gustaba y hasta la obsesionaba, diría yo. Hasta logré que haga sentadillas en mi cara donde le lamia la vagina que ya para entonces chorreaba de placer.
Para la tarde salimos a comprar y del brazo ella asumía su roll de esposa refiriéndose a mí también como su esposo, entonces pasamos por una farmacia y ella me propuso ansiosa…
“Ramiro, vayamos a un Hotel, mira así dejamos que la casa ventile y si quiero puedo gemir y gritar tranquilamente… ¿qué dices?”
Un hotel… uhmmm ok no hay problema pero que tienes planeado.
“Mira yo quiero probar cositas y quiero que me enseñes y pues… tú eres mi pareja así que no está mal que te pida y como eres mayor de hecho conoces así que me gustaría vivir cosas diferentes contigo”.
Mientras aceptaba ella volteaba para entrar a una farmacia y comprar cositas para la noche, aproveché y busque alojamientos cercanos donde poder pasarla bien sin que sea feo y que no cueste tanto tampoco.
Ella sale y me dice “amor, necesitamos ir de compras ok”
¿Compras?, le respondo… pero que necesitas…?
"vamos a Miraflores a ver unas cositas de paso que paseamos…"
Bueno vamos pues…
Y así salimos con ella emocionada mirando su celular yo con cuidado que no sea rochozo y nos vea algún conocido… así llegamos a una tienda; era un “sexoshop”, solo sonreí cuando ella me indico “aquí… “
Cuando entramos creo su mente voló y con cada cosas ella decía que se excitaba mucho imaginando, por ratos me decía tócame mira y sentía su humedad. Bueno en esa tienda nadie se hace paltas y ella sin rastro de vergüenza preguntaba usos y demás de cada cosa.
Lleve un arnés, un dildo, anillos de presión, unos brazaletes tipo esposas pero acolchadas, un par de tubos de gel y una lencería muy buena.
Pensé regresar hacia San Borja en busca de hostal pero ella estaba pasada de calentura y entre opciones decidimos ir a un lugar cerca al malecón; un hotel bueno que para la ocasión se prestaba a lo que haríamos.
Mili pidió 2 botellas de Vino y 1 botella de agua a la habitación, el paisaje se veía bonito, y no tardamos en dejarnos llevar por la calentura con las cosas compradas en la cama hubo un momento de hielo ante lo que se venía pero ambos supimos soltarnos entre bromas y calenturas.
Ella se cambia de ropa, poniéndose esa lencería bellísima que me excitaba tanto, me mira mostrándome un papelito y me dice Ramiro, estas son algunas de las cosas que me gustaría experimentar, y sonrojada mientras leía, se agacha para lamerme el pene y en un momento de distracción siento que me va colocando el anillo en la base del miembro ya erecto e hinchado, dolía un poco pero la excitación era mayor, y mientras la llevaba a la cama mi boca devoraba sus pechos que se levantaban sin control, la deje caer en la cama y más allá que se sorprenda en un rebote se abalanza hacia mi pene jalando con fuerza como queriendo tomar mi semen de una vez.
Yo decidí hacer que experimente, y eso haría… la miré fijamente y mientras acariciaba su cabello y me acercaba a su rostro buscando su boca, definimos que cuando era demasiado ella diga “basta”, Allí comenzamos a entregarnos mientras mis manos se acercaban a las suyas sin desprenderme de sus labios, la bolsa que traíamos se cae dejando en el suelo las cosas regadas, me inclino y recojo las esposas para fijarlas en sus manos, tomo la sabana y la sujeto a la base de la cama en un nudo fuerte mientras que el otro extremo o llevo cerca de sus manos enganchando las esposas y dejándola sorprendida.me acerco y cojo su polito para dejarlo caer en su cabeza susurrándole al oído si estaba segura…después de un corto silencio escucho un SÍ acompañado de un suspiro largo…
Entonces cogí la botella de vino y le di de tomar; la cama se manchaba pero no importaba en ese momento, mientras colocaba la botella en su boca turnaba colocando mi pene para que beba de ambos. Cogí el dildo que compró y le puse lubricante introduciéndolo lentamente en su vagina, ella se retorcía mientras acariciaba su ano con el dedo, por momentos cerraba las piernas para tratar de evitar que siga pero el dildo estaba dentro de ella.
Tomé sus piernas y los puse en mis hombros mientras introducía más en ella el consolador, ella gemía, pero aun su gemido era leve, así que unte un poco se lubricante a su ano y comencé a penetrarla con mi pene sin sacarle el dildo de su vagina, empujando su cuerpo hacia delante para que se sienta más la fricción, en ese momento ella ya gritaba yo aceleré al máximo mis movimientos embistiéndola hasta un punto donde paraba de golpe… de la nada para verla y era ella misma quien me decía no pares sigue, sigue. No paré seguí.
Casi me sentí mal por ratos, pero ella misma aguantaba sin decir basta. La tomaba del cuello apretándola con cuidado para que no se asuste y solo sienta la sumisión mientras seguía penetrándola analmente, casi la escuchaba sollozar cogí su cabeza y mientras sacaba el polo que cubría su cara, veía su rostro totalmente sodomizado y mientras le decía ¿suficiente? Ella sonreía y decía con voz baja.
“YO SOY TU PUTA, DAME MÁS”
No sé si quería acabar con el momento de masoquismo, sólo cogí su cabeza y después de besarla introduje mi pene en su boca casi sin delicadeza haciendo que ella se atore, escuchaba las arcadas mientras se movía su cuerpo hasta eyacular en su tráquea todo lo que tenía acumulado… mientras la miraba sacaba el dildo de su vagina enrojecida, me alejaba retirando mi pene de su boca la cual permaneció abierta un momento con mirada desencajada. La abrace escuchando cerca de mi oído “QUEEE… RRRIIICOOO…”
La desaté y la abrace su cuerpo estaba caliente y enrojecido no sabía si por el vino o por lo sucedido pero cansada ella se recostaba boca abajo diciéndome… “no dije basta… ok…”
La abrace y mientras la acariciaba le decía que la quería mucho…
Aún cansada, algo acongojada ella logra decirme con voz entrecortada “tú me quieres, yo te amo…”
“Quiero que me sigas haciendo el amor”, yo solo quería que se calme y este tranquila pero paso de estar así a reaccionar con molestia. Se levanta y me dice necesito fumar algo y saca de su cartera un porrito el cual lleva a su boca encendiéndolo mientras coge su cabeza.
Me acerco a ella y me dice… “vamos a comprar, acompáñame” le quito el cigarro y lo tiro diciéndole que para prueba era suficiente y que yo iría a comprar… mientras que tome agua.
Baje aún acalorado, el tambo me quedaba un poco lejos pero que más daba pensé ese tiempo sola la podía hacer recapacitar.
Cuando volví ella estaba con otro cigarro en el baño y el olor era notorio, había comprado unos paños y chilcanos acompañado de una tortita de chocolate de una pastelería cercana. Ya eran casi las 9 y al menos nos quedaríamos hasta que esté mejor Mili.
Cuando la veo me doy cuenta que en su mano esta mi celular, me asuste pensando que había llamado a mi esposa o algo así. Me acerque a ella con seriedad mientras ella reía.
No sé si era el porrito, el alcohol o lo sucedido pero algo en ella se iba descontrolando, tomo mi celular y había abierto en él un número. Cuando le reclamo ella se levanta y me dice:
“Ramiro quisiera experimentar con otra mujer más, ambas contigo”, yo me sonrío mientras ella ve su celu. Estas volada Mili…
En eso ella me da u vaso con agua algo turbia…
“Amor toma el agua con esto (sosteniendo mi mano me entrega una pastilla azul)”
Milagros… ¿qué te pasa?
“Ramiro escúchame, yo te amo. Y confío en ti. Yo cogí tu celular y vi una página abierta, no me molesta que mires pero si tienes algún deseo también quiero ser parte, por eso estamos aca. Llame a una puta para que venga y creo debe estar abajo así que hablaré con ella a proponerle para que estemos los 3. Si estás de acuerdo tomate esa pastilla porque quiero que estés con ambas, si no la necesitas no la tomes o si no quieres me mandas un mensaje pero si subo ya sabes”.
Ella se aleja mientras reviso mi celular y veo había abierto varias páginas y revisado historiales. No llegue a mandar ningún mensaje ya que estaba preocupado escribiendo a mi casa tratando ya que necesitaba saber que estaba bien todo allí.
Milagros me llama y me dice que va subir.
La leo y siento dudas y algo de incomodidad.
“Ramiro esto es hoy por mí, ok. Sin reproches mañana ni nada aquí pasa y aquí acaba. ¿Estás conmigo?
Toca la puerta y entra con una chica que podría ser su hermana menor se acerca me presenta y aclara lo que busca y lo que quiere mientras la chica habla con ella y fijado todo me dice que le pague mientras de su bolsa de farmacia saca unos preservativos me los entrega diciéndome que no la cague.
Me acerque al baño y tome la pastilla que me había dejado.
Mientras ellas se desnudaban entre sí veía la puerta del baño cerrarse dejando atrás lo que hasta ese momento éramos, abriendo consigo un nuevo camino.
Allí acepte que si la amaba pero no lo suficiente para perder a mi familia…
Unos asuntos personales me han tenido ocupado y recién puedo leer la continuación del relato, sin duda un relato bastante random, ocurrió de todo, no demore con la continuación en cuanto usted lo crea conveniente cofra, ese trio promete...