LA SUEGRITA DE MI HERMANO

PARTE FINAL

¡UFFFF! no sé como pude aguantar el no correrme al escuchar eso así que saqué mi verga de su panocha, la jalé a la orilla de la cama y la puse en 4 con las piernas bien abiertas, yo quedé parado, sujeté mi miembro y lo metí un poco en ese delicioso y apretado culo, ella gritó un poco por lo cuál me detuve mientras se acostumbraba al grosor de mi falo.

– Sigue, cógeme, haz que me corra.Insistía Rebeca.- Tócate mientras te lo meto zorra.

Ella me hizo caso y puso sus dedos en su vagina yo la tomé por el cabello y lo jalé hacía mi, Rebeca gemía con más rapidez, le clave mi estaca por completo en su recto, puse mi ritmo al máximo, sentir sus nalgas golpeando mis muslos y mis huevos chocando con su panocha hicieron que me perdiera en el placer y no aguanté más, exploté dentro de ella, al sentir mi leche en su ano Rebeca aumentó la velocidad de sus dedos y pude sentir otro de sus orgasmos, sus fluidos vaginales mojaron sus piernas tanto como las mías, estallamos en placer, aunque ahora era más lento no dejaba de atravesar su culo con mi verga hasta que mis piernas no podían más, saqué mi falo y me tumbé en la cama al lado de Rebeca.

– Yo aún no lo he probado.Me dijo con una sonrisa atrevida.

Tomó mi verga con su mano derecha y se la llevó a su boca para limpiar los restos de leche que aún brotaban de mi miembro, pero que placer, mi glande aún estaba sensible debido al orgasmo previo así que al sentir su lengua en la punta de mi pene hizo que me retorciera un poco. Rebeca deslizaba sus labios por mi prepucio de arriba a abajo mientras con su lengua jugueteaba al rededor de mi glande y con sus manos me hacía una paja con pequeños movimientos circulares provenientes desde sus muñecas al mismo ritmo que subía y bajaba su boca por el largo de mi verga ¡VAYA QUE SI SABE MAMAR UNA VERGA ESA MUJER!, hasta ese momento había olvidado cuantos años es mayor que yo ¡Y SE NOTABA LA EXPERIENCIA QUE OBTUVO EN ESE TIEMPO! la mamada que me hacía era increíble, la mejor de mi vida. Quise regresarle el favor así que le pedí que nos colocáramos en 69, de nuevo quería probar el elixir que salía de su panocha, me tenía que poner a su ritmo así que comencé un poco rápido abrí sus labios para que mi boca abarcara toda su deliciosa y depilada panocha y así poder alternar mi lengua con su clítoris y el interior de su vagina, con fuerza apreté sus nalgas y de vez en cuando la nalgueaba, como me excitaba hacer eso por que cuando lo hacía ella gemía más fuerte y dejaba escapar el aire de su boca mientras tenía mi verga dentro de ella, flexioné mis piernas para apoyarme mejor y ahora sería yo quien controlaría el ritmo tanto de cómo le chupaba la panocha y de como mi verga entraba en su boca, movía mi cadera de arriba a abajo tratando de que cada vez mi falo llegara más profundo en su garganta, podía escuchar como Rebeca daba arcadas cada vez que subía mis caderas, decidí subir el ritmo de mi legua lo más que podía, le apreté más las nalgas y las subía y bajaba, dándole a entender que quería que hiciera sentones de su vagina en mi boca y así lo hizo ella seguía emitiendo gemidos ahogados por tener mi verga en su boca le propiné una fuerte nalgada a ese culo que estaba en mi rostro y metí uno de mis dedos en su ano, la estaba, estimulando por todas partes, Rebeca apretaba sus tetas yo empujé toda mi verga dentro de su garganta, comenzó a gemir a gritos sin cesar, me apretaba el miembro con sus labios hasta que pude sentir de nuevo esa explosión de fluidos vaginales en mi boca, las venas de mi verga comenzaron a palpitar rápidamente sentía como estaba apunto de correrme, apreté su culo con todas mis fuerzas y liberé mi leche en su garganta, ambos gemíamos de placer y así nos quedamos los dos un momento, con el sexo del otro en nuestras labios, sin movernos, tratando de normalizar la respiración y tragando los líquidos que estaban en nuestras bocas. Rebeca se levanto y se recostó junto a mi, ambos seguíamos agitados, muy agitados, nos miramos y ella comenzó a reír, se giró para que nuestros rostros se encontraran, me agarró la verga, la apretó con fuerza, me besó, metió su lengua en mi boca y cuando se separó me dijo:

– Fue mejor de lo que imaginaba.- También para mi.

Me besó de nuevo y se puso sobre mí, yo agarré ese culo con ambas manos y ella aún sin soltar mi falo, lo colocó entre los labios de su panocha y lentamente comenzó a mover las caderas.

– Quiero que esto se repita, cada vez que venga a la ciudad si es posible.- Por mi encantado, no puedo esperar a que pase de nuevo.

Se recostó de nuevo en la cama, dándome la espalda y fingió un ronquido, ambos comenzamos a reír, la abrace, agarré una de sus tetas y restregué mi verga en su culo con mucha fuerza, así nos quedamos dormidos.

A la mañana siguiente desayunamos junto con mi hermano y mi cuñada.

– ¿Pasaste mala noche en el sillón?Me preguntó mi hermano y yo con una sonrisa en el rostro respondí.- La mejor de mi vida.

Rebeca, que estaba sentada junto a mi me golpeó en la pierna por debajo de la mesa y cuidando que nadie se percatara, puso su mano sobre mi pantalón y me apretó la verga, se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina que para mi suerte estaba a espaldas de los otros 2 así no verían lo que pasaría, esa mañana Rebeca llevaba puesto un vestido azul, delgado, ligero y cómodo, levantó la falta del vestido para que yo pudiera ver su rosada y depilada panocha perfecta, cuando se bajó la falta me mandó un beso y se dio la vuelta.
Muy buena historia, cofra!!!!! Acá lo importante es disfrutar del relato no criticar. Espero que haya más relatos con su suegra.
 
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