Spike Spiegel
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La URSS ha muerto, ¡viva Eurasia!
Aviso para latinoamericanos.
Por Edgar Schmid
Estamos rodeados por dos grandes océanos y al norte por tierra tenemos al gigante que también es, entre otras cosas, una superpotencia naval. Somos el producto de dos imperios que cruzaron el mar España y Portugal luego desplazados por el imperio que fue dueño del mar Gran Bretaña y ahora su sucesor EEUU.
Nuestras épocas de avance fueron cuando el imperio hegemónico se hallaba desafiado desde Eurasia, sea desde Francia, Alemania, URSS y hasta en Vietnam. Con la caída de la URSS pareció que el imperio se había consolidado definitivamente, pero no es así. En Eurasia está surgiendo un nuevo desafío, no planteado en lo ideológico sino en el más puro de los intereses geopolíticos. No será mono-cefálico como lo era Moscú a Europa Oriental sino pluri-cefálico, y no basado en la pura fuerza de uno sino en el consenso entre socios: Moscú, Beijing, los dos grandes, pero con participación creciente de Teherán, Nueva Delhi y hasta Berlín.
Esta vez no se trata de un enfrentamiento simétrico como lo era el Pacto de Varsovia frente a la OTAN sino completamente asimétrico, como varios lobos hostigando un gran alce macho. Es una Estrategia concertada a largo plazo y basada en golpear el talón de Aquiles: el control del mercado de hidrocarburos y la hegemonía del dólar en estos mercados. No veremos una implosión dramática como fue la de URSS en 1991. Esta vez será un trabajo constante pero si pausa de deterioro y corrosión.
La estrategia de los desafiantes también incluye dentro de América Latina, el petróleo de Venezuela y levantar por parte de Chávez las banderas no sólo del Bolívar, sino también continuar con muchas de la revolución cubana junto con el nacionalismo militar y su visión geopolítica que tuvo Perón.
Dejemos de lado las políticas municipales. Nos guste o no, acá se está jugando a lo grande. En este rincón el Triángulo Hegemónico: EEUU, Gran Bretaña e Israel. En este otro rincón los desafiantes: Rusia, China, Irán, India, Venezuela y varios más que se sumarán a lo largo de la contienda. Que suene la campana.
Desinformación y colonialismo.
Para tener una idea de cómo funciona la desinformación globalista, si leemos diarios serios o escuchamos analistas-exegetas de la globalización, vemos que omiten términos como la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) u la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), aunque sobran referencias al poder de la OTAN o como EEUU marca el paso y es la superpotencia única incuestionable.
La desinformación del Sistema omite una organización compuesta por Rusia, China y las repúblicas de Tayikistán, Kazajstán, Kirgizstán y Uzbekistán, 1500 millones de habitantes en 30 millones de km2. Si agregamos observadores como India e Irán que ha solicitado membresía plena, se eleva a 2800 millones. A los Estados Unidos se le ha negado estado del observador y ha estado siguiendo estrechamente la evolución del SCO, sobre todo después que esta organización recientemente anunció que estaba creando un club de energía.
En su pacto militar, OTSC, se agregan Armenia y Bielorrusia y es al menos la segunda potencia militar del planeta. De esta forma, iluminando sólo una parte del escenario, oscureciendo por completo la otra, son muchísimos millones quienes creen, por la inercia sucedida a la desintegración de la URSS, que la Historia ha terminado y sólo queda subordinarse a los dictados de EEUU. Es el famoso posibilismo con el cual muchos ex revolucionarios ahora justifican su paso al campo enemigo y con armas y bagajes.
Pero ahora Rusia vuelve a escena desafiando al imperialismo naval, aprovecha su posición geopolítica y recursos de petróleo y gas, con una estrategia de energía que amenaza al mercado liberal controlado por Nueva York Londres, con grandes lazos con Irán y Venezuela, y de la cual Argentina no escapará con una política ambigua pro-Chávez en lo formal y anti-Irán en lo real.
La pesadilla geopolítica de Mckinder.
En 1904, con la conclusión del ferrocarril Transiberiano, Sir Haltford Mckinder escribía que Gran Bretaña[1], el poder e imperio naval, podía ser enfrentada con éxito por la potencia o alianza que controlara el corazón - heartland de Eurasia y desde allí tuviera comunicación-alianza con los grandes imperios en las orillas de la masa terrestre rimland y desde allí desafiara al imperio naval.
Desde al siglo XVI, el desarrollo del capitalismo mercantil fue de la mano de los grandes viajes de portugueses, españoles, franceses y holandeses, para quedar finalmente con la hegemonía inglesa. Ínterin no se desecharon formas de acumulación de capital como tráfico de esclavos, de oro, de armas, de opio, piratería y colonialismo. El gran premio era India y quien tuviera el monopolio de su comercio y extracción de riquezas, podía desde allí extraer toda la fuerza económica para transformarla en poder económico-militar con el cual enfrentar a sus rivales europeos. Un premio siguiente era China, a la cual Inglaterra pudo doblegar con opio.
El control del Atlántico y el Índico del cual se desalojó a los marinos musulmanes, era vital para esto y de allí se desprendió un primer axioma:
Quien controla el mar controla el comercio del mundo. Quien controla el comercio del mundo, controla al mundo.
Esto siguió en vigencia hasta la aparición de las grandes vías ferroviarias, mientras imperios como chinos, indostanos, persas, otomanos, rusos, alemanes, estaban desconectados entre sí, limitados a un comercio interno dificultoso, mínimo ruta de la seda aislados y podían ser vencidos por separado por quien tuviese la flota que transportase masivamente tropas y mercaderías.
Esto cambia cuando Mckinder advierte que el Transiberiano de Moscú al Pacífico, pero también ferrocarriles como los que parten de Moscú al centro de Asia, y el proyectado Berlín-Bagdad (a las puertas del Golfo), le harían perder su ventaja a Gran Bretaña. Es ahí cuando escribe:
Quien controle Europa oriental controla el corazón de Eurasia.
Quien controla el corazón de Eurasia controla al mundo.
Casi un siglo después, alguien que sí entendió a Mckinder, Zbignieb Brzezynski, escribe para el New York Council on Foreign Relations en su revista Foreign Affairs de septiembre / octubre 1997:
Eurasia es la casa de la mayoría de los estados políticamente asertivos y dinámicos del mundo. Todos los pretendientes históricos al poder global se han originado en Eurasia. Los más populosos aspirantes a la hegemonía regional, China e India, están en Eurasia, como lo son todos los potenciales desafiantes políticos o económicos a la primacía americana. Después de Estados Unidos, las próximas seis economías más grandes y gastadoras en lo militar siguen allí, como lo son todos menos uno de los poderes nucleares abiertos del mundo, y todos menos uno de los encubiertos. Eurasia cuenta con el 75% de la población del mundo, 60% de su PNB [producto nacional bruto], y 75% de sus recursos de energía. Colectivamente, el poder potencial de Eurasia ensombrece hasta América.