flantis
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Así de ridículo como el título se ve capitular los relatos, acompañados de un glosario explicando palabras sofisticadas. Punto aparte.
Como preámbulo, quiero confesar que el día que me muera me gustaría reencarnarme en Hitler, y esta vez serían dos Holocaustos, pero en Perú y en Chile. En nuestro país está demás decir quiénes serían los judíos.
El relato es extenso, pero bien contaó pe’ causa
¿Sacan a Greeicy Rendón?, la colocha que canta con Max Bahía. Ok, ¿No? , checa Youtube.
¿Ya?, continuemos…
Imaginen que tuvo una hermana, y esa hermana es peruana. Esa ficticia hermana está con Jorge, un amigo y ex compañero del cole, partner de workout hace tiempo y gym . Ya me ahorré describirla, porque es realmente muy parecida, y para colmo canta. Su nombre es Keren, no Karen, ni Karin.
Una fría mañana limeña, recibo un mensaje al whatsapp. Era Jorge, bastante tiempo que no sabía de él, estaba muy empilado porque quería divertirse a fin de mes, un fin de mes siempre en discrepancia entre lo perucho y lo gringo. Eran vísperas de Halloween.
Yo no quería salir de mi cama, tenía las pelotas congeladas y estaba imaginándome cómo se vería mi vecina, Doménica, sin brasier en este frío, con esas ricas tetas paraditas y sus pezones duros. Le dije a Jorge para hablar en la noche, de paso que le devolvía un juego de PS4 que me prestó y no me gustó. ¡Hasta las wevas el fifa eh!
Llega la noche – frío de igual – y me invita a su depa para tomar unos tragos y ver una pelea de la UFC; sorpresa la mía que cuando llegué se apareció Keren, llegó con unas latas y la pizza; Keren es un prototipo que quizá algunos anhelen – otros no – pero su feminidad contrasta perfectamente con su personalidad alpinchista. A ella le vacila el fútbol, la UFC, y cosas de machitos. Cuando ha de hacer su papel de uno más de la manda lo hace bien, pero no deja de ser una hembra deliciosa con la cual me quedaba solo alucinar. Recuerdo mucho el día en que fuimos en mancha a tonear al sur y le dieron los diablos azules; terminó rompiendo una mesa en un grifo y metiéndole un puñete al vigilante matón. Esas me gustan.
El plan era pasarla fuera de la saturación de esas fechas en la ciudad, irnos quizá no muy lejos, ni muy cerca. Entonces, no tuvieron mejor idea que planificar irnos a juerguear a Canta, en la hacienda de los abuelos de una amiga suya. Esta amiga organizaba un fiestón con evidentes aspiraciones lucrativas nada despreciables, porque era solo con invitación y la verdad que las entradas estaban bastante caras, lo bueno es que al menos era corcho libre, pero eso es tema aparte, o quizás no.
El plan fue ir en la camioneta de Jorge, con su primo el pulpín, su flaca la pulpina, Keren, y una amiga un poco seria con la que me querían empatar y que esperé con buenas expectativas (ustedes saben, cara seria…poto alegre), pero me la bajó toda cuando se le salieron sus “haigas”, next.
¿Les pasa?, alguien que diga haiga, la calor, o afines son discriminables cuando ya tienen carreras terminadas, pero como dicen, el que no conoce a dios a cualquier santo le reza… lo olímpicamente asqueroso es cuando alguien dice “que te yecho”, putamadre, ¿ahora entienden lo del holocausto?
Ello sin contar que, siendo tímida y callada desfocalizaba mi interés totalmente. Además, era evidente que yo no era su tipo, ella buscaba a su príncipe azul y yo vendría a ser a lo mejor el caballo. No hubo química. Y cuando no hay química caballero nomas pues sobrino.
Llegó el 31 de Octubre, 9 pm en plena trocha alumbrada solo por la camioneta, no había luz a los alrededores, ya se estaba volviendo todo un poco triller. Había un borracho en la carretera y bromeábamos que era un zombie, cantábamos y nos reíamos de todo. De pronto el GPS pierde seña, Jorge bajó de la camioneta y subió a un morro para coger señal, yo lo acompañé y seguido bajan las chicas para “estirar las piernas”, pero realmente lo que estiraron fueron mi pene: Keren tenía un vestido semi holgado, rojo, ese color resaltaba mucho sus piernas y tetas blancas, con sus cuernitos de diablita que parpadeaban con luces interiores. Sus tetas paraditas y blanquitas son lo que más me hacía alucinar, pensaba en qué llevaría debajo y que rico se la comerían luego de la fiesta. La amiga, un vestido típico de las calabazas pitucas que tonean cada fin de semana, nada del otro mundo, pero a decir verdad estaba para darle vuelta. La pulpina era muy flaquita para mi gusto, solo bonita de cara pero realmente no vale la pena describir.
El pulpín y yo no le entrábamos a la nota, eso de los disfraces y todas esas mi erdas son demasiado hardcore para nosotros, bien cambiados nomás, a menos que vayadisfrazado de Adán. El único mongol que fue disfrazado era Jorge, de Drácula creo, pero él es así, se deja influenciar mucho; Jorge es un chico billetón, con maestría y gerente de no sé qué en una empresa conocida de Telefonía, es buena gente, tiene su pinta, pero siempre ha sido bien piña en todo, sobre todo que se deja influenciar por Keren, en pocas palabras recontra pisado.
Finalmente llegamos, entramos por una trocha más para llegar a esta hacienda algo caleta, era un portón de madera antiguo que parecía esos medievales, luego de una llamada nos abrieron el portón y entramos. Allí me di cuenta que esa frase “cómo dicen que en Perú no hay plata” mejor sentido no pudo haber cogido. Los abuelos heredaron esta hacienda a los papás de la fulana amiga de Keren, y ahora quieren convertirlo en un hotel.
Entramos, nos estacionamos, y Jorge se fue a hablar con la dueña. En ese lapso, me di con la sorpresa que una chica que fue mi agarre en el colegio, y que ahora ya es mamá, pero mamá/mamacita se había etiquetado ahí. ¿Dónde estaría?, no lo sé, habían armado la juerga en un espacio tan grande que no sabía dónde estaría, pero que sería mi target esa noche. Sólo era cuestión de buscarla y sacarla a bailar, el resto se iba a dar, total, nada perdía intentando.
La piscina tenía una máquina que hacía espuma, habían unos DJ’s que la rompían y tragos en abundancia, Keren sacó unos piscos de no sé dónde pero que eran de uva Italia. A mí no me gusta el pisco, no lo paso, menos puro.
Jorge llegó, al lado la amiga, dueña de la casa, llegó de la mano con su flaco, bien amorosa, pero tenía una tremenda pinta de ruca regenerada. Sin embargo, al pata lo conocía de vista, fue también del cole. Él nos agradeció por venir y por haberle separado un Bungalow.
Aguanta… ¡¿Qué?!, ¿Bungalow?
Jorge había separado un bungalow, sí, un bungalow. Hasta bungalows tenía esa huevada, han de haber sido narcos los abuelos. El bungalow era dúplex todavía, de 4 habitaciones, con kitchenette, balcón, etc.
-Oe Jorge, yo no he traído tanta plata, no seas pendejo, me hubieras avisado, te transfiero luego.
- No te preocupes flantis, estamos parchando una arruga que me tenían, ahora está todo oscuro, pero mañana vas a ver la vista que tiene ese bungalow a todas las áreas verdes.
…“Mientras reviso no tener fallas en la escritura, y llegué a esta parte, se me vino a la mente en qué sería estar en una hacienda así, en un tono, con Venellope, la china morbosa, bombomcita, Gatita22, yo terminaría como las víctimas de Cell, seguramente.”
Nos instalamos. En el transcurso de llevar las cosas, al subir las escaleras y tener delante a Keren me hizo alucinarla nuevamente; hubiese esperado a que sigasubiendo para seguir viendo esos muslos en ese vestidito rojo pero era muy rochoso. Llegamos al kitchenette. Yo pensaba en lo mal que hacía en desear a la flaca de mi pata, pero luego me reconforté en saber que igual me iré al infierno, y que quizá el infierno sea más alegre que el cielo si se tiene a los demonios precisos, todo quedaba en mí, así que podía desear a quien quiera.
En la barra, el pulpín se ofrece a dársela de barman, preparó los tragos mientras por algún motivo peleaba con su flaca la pulpina en voz baja, yo me fui al balcóncon los demás. Ha de ser porque no dejó de mirarle el culo redondito de Keren – pensé – o quizá las tetas, ¿Por qué pelearan?, que se apuren con los tragos que los necesito, no dejaba de vociferar internamente.
Cuando llegaron los tragos hablamos de todo un poco hasta empilarnos. Las chicas pidieron bajar a la juerga, desde lo alto veíamos que la gente la pasaba bien así que fueron a acicalarse. Las chicas como siempre, tardaron un huevo de tiempo, pero valía la pena para ponerse tan ricas. Salieron luego de media hora.
Ya empilados empezó la juerga; bailé por aquí, baile por allá, vueltas, risas, diversión. Los Dj’s ponían pachanga, salga, el típico perreo antiguo y el moderno, todo iba genial, de pronto me percato que a unos metros estaba bailando mi target, la mamá/mamacita. Pero en ese “mágico momento” reafirmé algo que ya había dicho antes en algún lugar: El peor enemigo de un peruano no es otro peruano, ni la SUNAT, es el putoinstagram, que con sus maquiavélicos filtros engañan hombres. La mamá mamacita, ahora era una mamá mamarracho.
Me la bajó toda, pero solo atiné a reírme, ya solo quedaba pasarla bien, esa noche no habría tire, no me importaba, era mi momento de reencontrarme con la naturaleza. La naturaleza es rica, es bella, es alucinante, y si no, bastaba preguntarle a un grupo de pavos, típicos hijitos de papi, que estaban fumándose la naturaleza y horneando al resto. Cuando empezó la música electro y la gente reventó extasiada, empezaron lospastrulos, así que nos abrimos a nuestro búnker a seguirla, esta vez un poco pikachú todos y yo, esperando nuevamente para ver subir a Keren por las escaleras.
Nuevamente en el balcón, tal cual estábamos al inicio, pero esta vez los pulpines ya estaban listos para irse a la lona, más ebrios que todos los demás, empezaron a calentarse y agarrar delante de nosotros, al final dijeron que se iban por ahí a seguirla pero en realidad se fueron a su cuarto. Que rica edad la de ser pulpín, decía yo, todo lo ven fornicar.
Mientras tanto, Jorge saca su pisco puro para tomárnoslo, retándome a tomar vaso lleno, sabiendo que no paso ese trago y que, evidentemente, me mandaría a la lona. Pero no acepté, salvo sea mezclado con algo, o el gold que tenían en el frio bar; sin embargo la insistencia de ambos era el pisco, eran pisqueros, me querían tumbar y lo iban a lograr. Total, yo no tenía target ni planes de tire, ellos tirarían, así que acepté.
Empezamos, el alcohol me estaba traicionando y mi vista me jalaba cada vez, más al escote y piernas de Keren, en una de esas ella se sube un poco el escote y se tapa con un cojín – putamare, la cagué, dije- así que traté de ser un poco más cauteloso. Por otro lado, Jorge estaba súper empilado pero también se puso cariñoso con su flaca, la abrazaba, la, cogía de la cintura y, de vez en vez, su nalgeada.
Continuará...
Como preámbulo, quiero confesar que el día que me muera me gustaría reencarnarme en Hitler, y esta vez serían dos Holocaustos, pero en Perú y en Chile. En nuestro país está demás decir quiénes serían los judíos.
El relato es extenso, pero bien contaó pe’ causa
¿Sacan a Greeicy Rendón?, la colocha que canta con Max Bahía. Ok, ¿No? , checa Youtube.
¿Ya?, continuemos…
Imaginen que tuvo una hermana, y esa hermana es peruana. Esa ficticia hermana está con Jorge, un amigo y ex compañero del cole, partner de workout hace tiempo y gym . Ya me ahorré describirla, porque es realmente muy parecida, y para colmo canta. Su nombre es Keren, no Karen, ni Karin.
Una fría mañana limeña, recibo un mensaje al whatsapp. Era Jorge, bastante tiempo que no sabía de él, estaba muy empilado porque quería divertirse a fin de mes, un fin de mes siempre en discrepancia entre lo perucho y lo gringo. Eran vísperas de Halloween.
Yo no quería salir de mi cama, tenía las pelotas congeladas y estaba imaginándome cómo se vería mi vecina, Doménica, sin brasier en este frío, con esas ricas tetas paraditas y sus pezones duros. Le dije a Jorge para hablar en la noche, de paso que le devolvía un juego de PS4 que me prestó y no me gustó. ¡Hasta las wevas el fifa eh!
Llega la noche – frío de igual – y me invita a su depa para tomar unos tragos y ver una pelea de la UFC; sorpresa la mía que cuando llegué se apareció Keren, llegó con unas latas y la pizza; Keren es un prototipo que quizá algunos anhelen – otros no – pero su feminidad contrasta perfectamente con su personalidad alpinchista. A ella le vacila el fútbol, la UFC, y cosas de machitos. Cuando ha de hacer su papel de uno más de la manda lo hace bien, pero no deja de ser una hembra deliciosa con la cual me quedaba solo alucinar. Recuerdo mucho el día en que fuimos en mancha a tonear al sur y le dieron los diablos azules; terminó rompiendo una mesa en un grifo y metiéndole un puñete al vigilante matón. Esas me gustan.
El plan era pasarla fuera de la saturación de esas fechas en la ciudad, irnos quizá no muy lejos, ni muy cerca. Entonces, no tuvieron mejor idea que planificar irnos a juerguear a Canta, en la hacienda de los abuelos de una amiga suya. Esta amiga organizaba un fiestón con evidentes aspiraciones lucrativas nada despreciables, porque era solo con invitación y la verdad que las entradas estaban bastante caras, lo bueno es que al menos era corcho libre, pero eso es tema aparte, o quizás no.
El plan fue ir en la camioneta de Jorge, con su primo el pulpín, su flaca la pulpina, Keren, y una amiga un poco seria con la que me querían empatar y que esperé con buenas expectativas (ustedes saben, cara seria…poto alegre), pero me la bajó toda cuando se le salieron sus “haigas”, next.
¿Les pasa?, alguien que diga haiga, la calor, o afines son discriminables cuando ya tienen carreras terminadas, pero como dicen, el que no conoce a dios a cualquier santo le reza… lo olímpicamente asqueroso es cuando alguien dice “que te yecho”, putamadre, ¿ahora entienden lo del holocausto?
Ello sin contar que, siendo tímida y callada desfocalizaba mi interés totalmente. Además, era evidente que yo no era su tipo, ella buscaba a su príncipe azul y yo vendría a ser a lo mejor el caballo. No hubo química. Y cuando no hay química caballero nomas pues sobrino.
Llegó el 31 de Octubre, 9 pm en plena trocha alumbrada solo por la camioneta, no había luz a los alrededores, ya se estaba volviendo todo un poco triller. Había un borracho en la carretera y bromeábamos que era un zombie, cantábamos y nos reíamos de todo. De pronto el GPS pierde seña, Jorge bajó de la camioneta y subió a un morro para coger señal, yo lo acompañé y seguido bajan las chicas para “estirar las piernas”, pero realmente lo que estiraron fueron mi pene: Keren tenía un vestido semi holgado, rojo, ese color resaltaba mucho sus piernas y tetas blancas, con sus cuernitos de diablita que parpadeaban con luces interiores. Sus tetas paraditas y blanquitas son lo que más me hacía alucinar, pensaba en qué llevaría debajo y que rico se la comerían luego de la fiesta. La amiga, un vestido típico de las calabazas pitucas que tonean cada fin de semana, nada del otro mundo, pero a decir verdad estaba para darle vuelta. La pulpina era muy flaquita para mi gusto, solo bonita de cara pero realmente no vale la pena describir.
El pulpín y yo no le entrábamos a la nota, eso de los disfraces y todas esas mi erdas son demasiado hardcore para nosotros, bien cambiados nomás, a menos que vayadisfrazado de Adán. El único mongol que fue disfrazado era Jorge, de Drácula creo, pero él es así, se deja influenciar mucho; Jorge es un chico billetón, con maestría y gerente de no sé qué en una empresa conocida de Telefonía, es buena gente, tiene su pinta, pero siempre ha sido bien piña en todo, sobre todo que se deja influenciar por Keren, en pocas palabras recontra pisado.
Finalmente llegamos, entramos por una trocha más para llegar a esta hacienda algo caleta, era un portón de madera antiguo que parecía esos medievales, luego de una llamada nos abrieron el portón y entramos. Allí me di cuenta que esa frase “cómo dicen que en Perú no hay plata” mejor sentido no pudo haber cogido. Los abuelos heredaron esta hacienda a los papás de la fulana amiga de Keren, y ahora quieren convertirlo en un hotel.
Entramos, nos estacionamos, y Jorge se fue a hablar con la dueña. En ese lapso, me di con la sorpresa que una chica que fue mi agarre en el colegio, y que ahora ya es mamá, pero mamá/mamacita se había etiquetado ahí. ¿Dónde estaría?, no lo sé, habían armado la juerga en un espacio tan grande que no sabía dónde estaría, pero que sería mi target esa noche. Sólo era cuestión de buscarla y sacarla a bailar, el resto se iba a dar, total, nada perdía intentando.
La piscina tenía una máquina que hacía espuma, habían unos DJ’s que la rompían y tragos en abundancia, Keren sacó unos piscos de no sé dónde pero que eran de uva Italia. A mí no me gusta el pisco, no lo paso, menos puro.
Jorge llegó, al lado la amiga, dueña de la casa, llegó de la mano con su flaco, bien amorosa, pero tenía una tremenda pinta de ruca regenerada. Sin embargo, al pata lo conocía de vista, fue también del cole. Él nos agradeció por venir y por haberle separado un Bungalow.
Aguanta… ¡¿Qué?!, ¿Bungalow?
Jorge había separado un bungalow, sí, un bungalow. Hasta bungalows tenía esa huevada, han de haber sido narcos los abuelos. El bungalow era dúplex todavía, de 4 habitaciones, con kitchenette, balcón, etc.
-Oe Jorge, yo no he traído tanta plata, no seas pendejo, me hubieras avisado, te transfiero luego.
- No te preocupes flantis, estamos parchando una arruga que me tenían, ahora está todo oscuro, pero mañana vas a ver la vista que tiene ese bungalow a todas las áreas verdes.
…“Mientras reviso no tener fallas en la escritura, y llegué a esta parte, se me vino a la mente en qué sería estar en una hacienda así, en un tono, con Venellope, la china morbosa, bombomcita, Gatita22, yo terminaría como las víctimas de Cell, seguramente.”
Nos instalamos. En el transcurso de llevar las cosas, al subir las escaleras y tener delante a Keren me hizo alucinarla nuevamente; hubiese esperado a que sigasubiendo para seguir viendo esos muslos en ese vestidito rojo pero era muy rochoso. Llegamos al kitchenette. Yo pensaba en lo mal que hacía en desear a la flaca de mi pata, pero luego me reconforté en saber que igual me iré al infierno, y que quizá el infierno sea más alegre que el cielo si se tiene a los demonios precisos, todo quedaba en mí, así que podía desear a quien quiera.
En la barra, el pulpín se ofrece a dársela de barman, preparó los tragos mientras por algún motivo peleaba con su flaca la pulpina en voz baja, yo me fui al balcóncon los demás. Ha de ser porque no dejó de mirarle el culo redondito de Keren – pensé – o quizá las tetas, ¿Por qué pelearan?, que se apuren con los tragos que los necesito, no dejaba de vociferar internamente.
Cuando llegaron los tragos hablamos de todo un poco hasta empilarnos. Las chicas pidieron bajar a la juerga, desde lo alto veíamos que la gente la pasaba bien así que fueron a acicalarse. Las chicas como siempre, tardaron un huevo de tiempo, pero valía la pena para ponerse tan ricas. Salieron luego de media hora.
Ya empilados empezó la juerga; bailé por aquí, baile por allá, vueltas, risas, diversión. Los Dj’s ponían pachanga, salga, el típico perreo antiguo y el moderno, todo iba genial, de pronto me percato que a unos metros estaba bailando mi target, la mamá/mamacita. Pero en ese “mágico momento” reafirmé algo que ya había dicho antes en algún lugar: El peor enemigo de un peruano no es otro peruano, ni la SUNAT, es el putoinstagram, que con sus maquiavélicos filtros engañan hombres. La mamá mamacita, ahora era una mamá mamarracho.
Me la bajó toda, pero solo atiné a reírme, ya solo quedaba pasarla bien, esa noche no habría tire, no me importaba, era mi momento de reencontrarme con la naturaleza. La naturaleza es rica, es bella, es alucinante, y si no, bastaba preguntarle a un grupo de pavos, típicos hijitos de papi, que estaban fumándose la naturaleza y horneando al resto. Cuando empezó la música electro y la gente reventó extasiada, empezaron lospastrulos, así que nos abrimos a nuestro búnker a seguirla, esta vez un poco pikachú todos y yo, esperando nuevamente para ver subir a Keren por las escaleras.
Nuevamente en el balcón, tal cual estábamos al inicio, pero esta vez los pulpines ya estaban listos para irse a la lona, más ebrios que todos los demás, empezaron a calentarse y agarrar delante de nosotros, al final dijeron que se iban por ahí a seguirla pero en realidad se fueron a su cuarto. Que rica edad la de ser pulpín, decía yo, todo lo ven fornicar.
Mientras tanto, Jorge saca su pisco puro para tomárnoslo, retándome a tomar vaso lleno, sabiendo que no paso ese trago y que, evidentemente, me mandaría a la lona. Pero no acepté, salvo sea mezclado con algo, o el gold que tenían en el frio bar; sin embargo la insistencia de ambos era el pisco, eran pisqueros, me querían tumbar y lo iban a lograr. Total, yo no tenía target ni planes de tire, ellos tirarían, así que acepté.
Empezamos, el alcohol me estaba traicionando y mi vista me jalaba cada vez, más al escote y piernas de Keren, en una de esas ella se sube un poco el escote y se tapa con un cojín – putamare, la cagué, dije- así que traté de ser un poco más cauteloso. Por otro lado, Jorge estaba súper empilado pero también se puso cariñoso con su flaca, la abrazaba, la, cogía de la cintura y, de vez en vez, su nalgeada.
Continuará...