FlieR
Sargento
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15 Years of Service
Quiero compartir una historia que involucra varios años de mi vida, desde que era adolescente y ahora tiene un resurgir provocando una encrucijada de tipo moral. Madre e hija, pero en distintos tiempos. Al final me gustaria saber que opina gente experimentada.
"A los 13 años ya habia tenido un contacto sexual intimo con una vecinita y una prima, aunque resulte poco creible pero asi fue. Estaba calentón por ver series eróticas quedándome hasta tarde y no dejaba de pensar en una niña de mi salón de 15 añitos que parecía imposible para mi.
Pero la historia va sobre Esther (nombre ficticio), una mujer madura de 29 años, casada y con una hija de 9 años. Cuando la conoci me pareció preciosa, muy bella, con un cuerpo esbelto, risueña y unos ojitos claros que me dejaron hipnotizado. Llegó a mi casa para ayudar a mi madre en las labores del hogar y buen tiempo crei que era soltera, hasta que se supo lo de su esposo y su hija. Ellos vivian en un pueblo de la serrania de Lima, muy cercano y la visitaban fines de semana o ella se iba a verlos. Él era un tipo malagracia, borracho, mujeriego y algo torpe, su hija lucía bonita, buena heredera de la belleza de su madre. "cuando sea mayor, va a ser una modelito.." pensaba.
Me sobreexcitaba Esther, ver lo que hacia, como se dibujaban unas caderasas cuando usaba pantalones licrados, pude descubrir la masturbación pensando en que podria poseerla, pero era prohibido y eso me excitaba más. Alguna veces me escabullía a su cuarto y en la clandestinidad miraba sus ropas, sentia el olor de su fragancia que recién habia dejado en sus prendas, sobretodo en su ropa interior, estaba como enfermo pensando en su piel y sus curvas. No era el único que la miraba con deseo, noté que tambien mi padre y sus amigos lo hacian también, y siendo su esposo un borrachin ridículo se hacía propicia una infidelidad.
Descubrí la forma de espiarla por una ventana cuando ella se duchaba (en verdad estaba enfermo) y podia ver cuando ella se desvestía y sólo me imaginaba el resto de la escena, el agua caer sobre su hermoso cuerpo dejandolo brilloso, interrumpiéndose cuando llegaba a sus senos preciosos o sus caderas prominentes. Logré un par de veces ver más de cerca casi colgándome de la ventana, ya era muy rochoso, pero aparentemente ella no se daba cuenta. Hasta que una vez, noté una risa en su rostro y me pareció ver que se acariciaba uno de los pezones, sucumbí en un momento infinito, con solo verlo sentía que se me venia la leche.
Pero luego me dio temor de que me haya visto y le contara mi imprudencia a mis padres, estuve con temor y me encerré en mi cuarto como cuando alguien hizo algo malo. Luego de un buen rato sali porque seguia excitadisimo por ese momento y me encontré cara a cara con ella. Estaba avergonzado y ella me miraba fijamente, endulzó la mirada y me dijo "vi lo que hacias, ven", me cogió de la mano y me llevó a su cuarto.
Estaba con un miedo terrible por lo que pudiera hacer o decirme, y empezó a hablar casi como un susurro, y me advirtió, "no esta bien que me espies, y que toques mis cosas, no le voy a decir nada a tu mama, pero para la próxima vez dime lo que quieres ver y te lo enseño". En ese momento se sacó la ropa quedándose solo en ropa intima, me quedé petrificado observando la escena.. ella procedió a terminar de secarse el cabello, dándome la espalda -"que crees que deba ponerme hoy?" -"sin duda el pantalón licrado" -"ah vaya hasta que te animaste a decir algo." decia mientras dibujaba la misma sonrisa en su rostro que noté en la ducha.
Estaba con un brasier negro algo transparente y una truza pequeña negra con encaje que dejaba ver el culo precioso que tenia, firme y bronceado. -"que quieres que te enseñe, la ropa que estaba puesta o la ropita nueva que me compré" "o quizá quieres lo que tengo ahora puesto?", me sonrojé terriblemente y ante mi atónita mirada se retiró el brasier dejando libre unos senos preciosos, no eran grandes, pero si bien formados con unos pezones marrones erectos, que provocaban morderlos.
Y me lanzó la prenda, luego continuó con la truzita, dejando notar una panochita de vellos bien cortaditos con un perfecto triángulo dibujado, en cuyo interior se notaba sus labios carnosos y un pequeña prominencia (que años después sabria que era el clítoris), se dio la vuelta y me mostró ese culo precioso desnudo de nalgas prominentes que dibujaban una redondez admirable digna de unos chupetones y unas palmadas. Estaba en la gloria, queria en ese momento masturbarme y darme por satisfecho pero ella tenia otro planes.
"A los 13 años ya habia tenido un contacto sexual intimo con una vecinita y una prima, aunque resulte poco creible pero asi fue. Estaba calentón por ver series eróticas quedándome hasta tarde y no dejaba de pensar en una niña de mi salón de 15 añitos que parecía imposible para mi.
Pero la historia va sobre Esther (nombre ficticio), una mujer madura de 29 años, casada y con una hija de 9 años. Cuando la conoci me pareció preciosa, muy bella, con un cuerpo esbelto, risueña y unos ojitos claros que me dejaron hipnotizado. Llegó a mi casa para ayudar a mi madre en las labores del hogar y buen tiempo crei que era soltera, hasta que se supo lo de su esposo y su hija. Ellos vivian en un pueblo de la serrania de Lima, muy cercano y la visitaban fines de semana o ella se iba a verlos. Él era un tipo malagracia, borracho, mujeriego y algo torpe, su hija lucía bonita, buena heredera de la belleza de su madre. "cuando sea mayor, va a ser una modelito.." pensaba.
Me sobreexcitaba Esther, ver lo que hacia, como se dibujaban unas caderasas cuando usaba pantalones licrados, pude descubrir la masturbación pensando en que podria poseerla, pero era prohibido y eso me excitaba más. Alguna veces me escabullía a su cuarto y en la clandestinidad miraba sus ropas, sentia el olor de su fragancia que recién habia dejado en sus prendas, sobretodo en su ropa interior, estaba como enfermo pensando en su piel y sus curvas. No era el único que la miraba con deseo, noté que tambien mi padre y sus amigos lo hacian también, y siendo su esposo un borrachin ridículo se hacía propicia una infidelidad.
Descubrí la forma de espiarla por una ventana cuando ella se duchaba (en verdad estaba enfermo) y podia ver cuando ella se desvestía y sólo me imaginaba el resto de la escena, el agua caer sobre su hermoso cuerpo dejandolo brilloso, interrumpiéndose cuando llegaba a sus senos preciosos o sus caderas prominentes. Logré un par de veces ver más de cerca casi colgándome de la ventana, ya era muy rochoso, pero aparentemente ella no se daba cuenta. Hasta que una vez, noté una risa en su rostro y me pareció ver que se acariciaba uno de los pezones, sucumbí en un momento infinito, con solo verlo sentía que se me venia la leche.
Pero luego me dio temor de que me haya visto y le contara mi imprudencia a mis padres, estuve con temor y me encerré en mi cuarto como cuando alguien hizo algo malo. Luego de un buen rato sali porque seguia excitadisimo por ese momento y me encontré cara a cara con ella. Estaba avergonzado y ella me miraba fijamente, endulzó la mirada y me dijo "vi lo que hacias, ven", me cogió de la mano y me llevó a su cuarto.
Estaba con un miedo terrible por lo que pudiera hacer o decirme, y empezó a hablar casi como un susurro, y me advirtió, "no esta bien que me espies, y que toques mis cosas, no le voy a decir nada a tu mama, pero para la próxima vez dime lo que quieres ver y te lo enseño". En ese momento se sacó la ropa quedándose solo en ropa intima, me quedé petrificado observando la escena.. ella procedió a terminar de secarse el cabello, dándome la espalda -"que crees que deba ponerme hoy?" -"sin duda el pantalón licrado" -"ah vaya hasta que te animaste a decir algo." decia mientras dibujaba la misma sonrisa en su rostro que noté en la ducha.

Estaba con un brasier negro algo transparente y una truza pequeña negra con encaje que dejaba ver el culo precioso que tenia, firme y bronceado. -"que quieres que te enseñe, la ropa que estaba puesta o la ropita nueva que me compré" "o quizá quieres lo que tengo ahora puesto?", me sonrojé terriblemente y ante mi atónita mirada se retiró el brasier dejando libre unos senos preciosos, no eran grandes, pero si bien formados con unos pezones marrones erectos, que provocaban morderlos.
Y me lanzó la prenda, luego continuó con la truzita, dejando notar una panochita de vellos bien cortaditos con un perfecto triángulo dibujado, en cuyo interior se notaba sus labios carnosos y un pequeña prominencia (que años después sabria que era el clítoris), se dio la vuelta y me mostró ese culo precioso desnudo de nalgas prominentes que dibujaban una redondez admirable digna de unos chupetones y unas palmadas. Estaba en la gloria, queria en ese momento masturbarme y darme por satisfecho pero ella tenia otro planes.