surferslave
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MARIA, MI AMANTE"
Maria es una muchacha de rostro complicado pero con cuerpo de modelo con quien solía tener relaciones sexuales cada vez que se me antojaba.
Nuestros encuentros eran en su departamento, Yo iba ha visitarla tres o cuatro veces al mes cuando no tenia enamorada y deseaba calmar mi sed de sexo. Cuando tengo novia suelo tener una vida sexual activa y no necesito de terceros pero cuando me encuentro solo no me gusta consolarme con la masturbación aunque la disfrute; ese es el motivo por el cual visitaba a Maria.
Ella lo hacia todo muy sencillo: No compromisos, no sentimientos de por medio y a veces ni siquiera conversábamos.
Un Jueves por la noche, me estaba subiendo la bermuda luego de haber recibido una felacion cuando la escuche decir: Surferslave, creo que estoy enamorada de ti. Me quede sorprendido cuando me lo dijo y no supe que decirle. -¿Surferslave?, ¿estas bien?- pregunto, porque noto que me desconecte-, -Si, todo bien- le conteste- termine de acomodarme la bermuda y encendí un cigarro.
-surferslave- dijo ella-, -Dime, ¿que pasa?- le dije-, -¿Escuchaste lo que te dije?- pregunto- y haciéndome el desentendido le conteste: Perdón, estaba distraído. -Oye, me he enamorado de ti- me dijo- y una vez más me quede sin reacción. -¿Tienes algo que decirme?- me pregunto- se sentó en el filo de la cama y doblo sus piernas de manera muy sensual. -No lo se; la verdad no se que decirte- le dije- y coloque el cigarro en el cenicero.
-Ven, siéntate a mi lado- dijo ella- y me acomode a su lado.
No solía mirarla a los ojos porque su rostro es parecido al de la Gorgona y tenia miedo de convertirme en roca.
No era una mujer acreditada con el don de la belleza; tenía el rostro complicado pero su cuerpo de anfitriona de energizante intentaba reemplazar lo mal dibujado que fue cara.
Yo no estaba enamorado de ella, tampoco pensé en estarlo algún día porque cada vez que iba ha visitarla tan solo quería sexo.
Mi error fue pensar que ella también deseaba lo mismo cuando en realidad poco a poco y sin saberlo conquistaba su corazón de alguna extraña manera y digo extraña manera porque lo único que hacíamos era desordenar la cama.
Nunca le dije me gustas pero si le dije me excitas. Las únicas caricias eran delicados roces en su entrepierna y jamás me mostré romántico ante ella, siempre dejaba el romanticismo en casa cuando iba ha visitarla, en consecuencia, me asombraba que este enamorada de mi.
Estaba sentado a su lado como ella lo pidió, veía como el cigarro que reposaba en el cenicero iba desapareciendo.
-Surferslave- me dijo- sujeto mi mano, me miro a los ojos y me dijo: ¿Quieres intentarlo?. Me quede mudo, por un instante pensé que me había convertido en roca; mire hacia todos lados y sin mirarla a los ojos le dije: Lo siento; no creo que pueda suceder algo entre nosotros.
Dejo mi mano libre, esa fue respuesta. Se levanto de la cama, se hizo una cola y prendió un cigarro a un lado de la habitación.
-Maria- le dije-, -No digas nada; yo entiendo- dijo ella- me dio la espalda y expulso el humo. -Esta bien- le dije- y me fui.
Con el pasar del tiempo me olvide de aquel momento y supuse lo mismo de su parte cuando empezamos a conversar por el MSN con suma normalidad.
A veces intercambiábamos mensajes de texto preguntando: ¿Cómo estas?, ¿Qué te cuentas?, ¿Qué haciendo? y otras veces charlábamos por el MSN en conversaciones muy divertidas y amenas sin mencionar a lo que nos dedicábamos antes; creo que llegue a pensar que esos tiempos habían llegado a su fin.
Seis o siete meses después, era una noche de invierno, las paginas porno en Internet no renovaban sus galerías de videos y tenia los brazos cansados de tanto ejercitarlos en el gimnasio que decidí llamar a Maria para tener un encuentro sexual dentro de un par de horas.
Busque su teléfono en la agenda de mi celular y al encontrarlo la llame. -Hola Maria, ¿como estas?- le dije-, -Hola Surferslave, a los años. ¿Yo?, todo bien. ¿Tu como estas?- dijo ella, muy contenta-
-Todo shevere como siempre. Estaba pensando en ti y te llame- le dije-, -¡Que lindo!- dijo ella-, -Además, hace tiempo que no se de ti y no se si estés libre hoy para revivir viejos momentos- le dije- y me reí. -¿Hoy?, no se- dijo ella-, -¡Vamos, solo será un momento!- le dije, intentando convencerla-, -Ya esta bien, ven en una hora- dijo ella- y nos despedimos.
Las veces que iba ha buscar a Maria no solía arreglarme mucho porque igual salía de su casa despeinado y desarreglado por lo salvaje que eran nuestros encuentros sexuales.
Esa vez, no fue la excepción. No me bañe porque ya me había bañado en la mañana y tampoco rocié perfume en mi polo con olor a cigarro porque mi fragancia se había agotado ayer.
Me baje en la esquina de su casa con quince minutos de anticipación, nunca había llegado tan puntual.
-¿Habrá aprendido nuevas poses?, ¿Aun tendrá ese disfraz de enfermera con el que acostumbra a recibirme?- eran preguntas que me hacia mientras caminaba rumbo a sus aposentos.
Al llegar, me di cuenta que la farmacia vecina en donde compraba los preservativos fue clausurada, lo supe al leer el letrero que habían pegado en la puerta.
Salude al portero de forma gestual e ingrese al edificio dirigiéndome hacia el departamento 306.
Me pare al frente de la puerta y toque el timbre tres veces consecutivas como siempre lo hacia.
De repente, sentí que alguien me observo por el pequeño agujero de la puerta y escuche a Maria abrir la puerta.
-Hola- le dije, al verla- y la abrace como si la hubiera extrañado.
-¡A los años!- dijo ella- y me dio un beso en la mejilla.
-Bueno, ¡es hora de la diversión!- le dije- e intente ingresar a su departamento pero ella lo impidió. -¿Qué pasa?- le pregunte-
-Mejor vamos a caminar- dijo ella- y me quede muy sorprendido.
-¿Caminar?- pregunte-, -Claro, compramos cigarros y conversamos mientras caminamos- dijo ella- y solo atine a decir: OK.
-Espérame, voy a sacar mi cartera- me dijo- y entro al departamento cerrándome la puerta en la cara.
-¿Caminar?- me pregunte-, -¡Ah ya entiendo!. Caminar hacia un hotel porque de repente su casa esta sucia- me respondí- y me empecé a reír de felicidad porque había encontrado la respuesta o quizá, la calentura me hacia pensar esas cosas.
-¿Tanto se demora?- me pregunte-, -Seguro esta guardando el disfraz de enfermera en su cartera- me respondí- y continué esperándola.
Inesperadamente, alguien me hinco en la espalda y cuando volteé a ver de quien se trataba lo escuche preguntarme: ¿Estas buscando a Maria?. -¿Quién es el?- me pregunte- y le dije: Si.
-¿Ya salio?- pregunto el sujeto- y vi que sostenía un ramo de preciosas rosas en su mano derecha.
Vestía un elegante traje y al parecer se había bañado con perfume.
-¿Eres amigo de Maria?- pregunto el fulano-, -Si- le dije- y distraje mi mirada observando hacia abajo. -¿De la universidad?- pregunto el sujeto-, -¿Ah?- le dije- lo mire a los ojos y le respondí: -No; nos conocemos de otro lado-, -¿De donde?- pregunto-, -¿Por qué tanto interés?- me pregunte a mi mismo-, -Seguro es su hermano- me respondí- encendí un cigarro y después de arrojar el humo respondí a su pregunta: Nos conocimos en una fiesta hace unos años y desde entonces No logre terminar mi frase; Maria abrió la puerta y al ver al tipo grito: ¡Amor, que sorpresa!- y de forma muy efusiva lo abrazo. Emocionada y contenta de verlo lo llenaba de besos mientras que Yo fumaba mi cigarro a un lado.
-¿Qué pasa acá?, -¿Este tipo no era su hermano?- eran preguntas que rondaban por mi desorbitada cabeza.
Estaba confundido, frote mis ojos varias veces y siempre veía lo mismo: Maria, mi amante, besuqueándose con un elegante sujeto que le había llevado rosas para impresionarla.
Maria estaba muy contenta viendo las rosas que su novio le había obsequiado que ni siquiera se percato que Yo estaba al frente de ella completamente sorprendido.
-Amor de mi vida, ¿no me vas a presentar a tu amigo?- dijo el tipo- y la abrazo por la cintura. -Es cierto; Amor te presento a mi amigo Surferslave- dijo ella- y el sujeto me estrecho la mano.
-Un gusto conocerte- dijo el muy educado sujeto- e ingreso al departamento luego de plantarle un beso en la mejilla.
-Coloca las rosas en el florero por favor- le dijo Maria a su enamorado-, -Y cuando entres vístete con ese disfraz de enfermera que me ha empezado a gustar- dijo el sujeto- y ella sonrió.
-Surferslave, lo lamento, no pensé que Juan Pablo vendría a visitarme hoy pero ha sido una linda sorpresa- dijo ella-, -Esta bien; Yo entiendo- le dije- me di la vuelta y me fui.
-¡Hey, Surferslave!- la escuche decir mientras bajaba las escaleras-
-¿Qué me dirá?, ¿me pedirá que los acompañé en la cama?- me pregunte- me detuve en el tercer escalón y después de una picara sonrisa le dije: ¿Qué pasa?. -Invítame un cigarro- dijo ella- le entregue mi ultimo cigarro, se lo encendí y me fui.
Hasta entonces no he vuelto a verla; la última vez que conversamos por el MSN me contó que se caso con aquel tipo y es muy feliz.
Maria es una muchacha de rostro complicado pero con cuerpo de modelo con quien solía tener relaciones sexuales cada vez que se me antojaba.
Nuestros encuentros eran en su departamento, Yo iba ha visitarla tres o cuatro veces al mes cuando no tenia enamorada y deseaba calmar mi sed de sexo. Cuando tengo novia suelo tener una vida sexual activa y no necesito de terceros pero cuando me encuentro solo no me gusta consolarme con la masturbación aunque la disfrute; ese es el motivo por el cual visitaba a Maria.
Ella lo hacia todo muy sencillo: No compromisos, no sentimientos de por medio y a veces ni siquiera conversábamos.
Un Jueves por la noche, me estaba subiendo la bermuda luego de haber recibido una felacion cuando la escuche decir: Surferslave, creo que estoy enamorada de ti. Me quede sorprendido cuando me lo dijo y no supe que decirle. -¿Surferslave?, ¿estas bien?- pregunto, porque noto que me desconecte-, -Si, todo bien- le conteste- termine de acomodarme la bermuda y encendí un cigarro.
-surferslave- dijo ella-, -Dime, ¿que pasa?- le dije-, -¿Escuchaste lo que te dije?- pregunto- y haciéndome el desentendido le conteste: Perdón, estaba distraído. -Oye, me he enamorado de ti- me dijo- y una vez más me quede sin reacción. -¿Tienes algo que decirme?- me pregunto- se sentó en el filo de la cama y doblo sus piernas de manera muy sensual. -No lo se; la verdad no se que decirte- le dije- y coloque el cigarro en el cenicero.
-Ven, siéntate a mi lado- dijo ella- y me acomode a su lado.
No solía mirarla a los ojos porque su rostro es parecido al de la Gorgona y tenia miedo de convertirme en roca.
No era una mujer acreditada con el don de la belleza; tenía el rostro complicado pero su cuerpo de anfitriona de energizante intentaba reemplazar lo mal dibujado que fue cara.
Yo no estaba enamorado de ella, tampoco pensé en estarlo algún día porque cada vez que iba ha visitarla tan solo quería sexo.
Mi error fue pensar que ella también deseaba lo mismo cuando en realidad poco a poco y sin saberlo conquistaba su corazón de alguna extraña manera y digo extraña manera porque lo único que hacíamos era desordenar la cama.
Nunca le dije me gustas pero si le dije me excitas. Las únicas caricias eran delicados roces en su entrepierna y jamás me mostré romántico ante ella, siempre dejaba el romanticismo en casa cuando iba ha visitarla, en consecuencia, me asombraba que este enamorada de mi.
Estaba sentado a su lado como ella lo pidió, veía como el cigarro que reposaba en el cenicero iba desapareciendo.
-Surferslave- me dijo- sujeto mi mano, me miro a los ojos y me dijo: ¿Quieres intentarlo?. Me quede mudo, por un instante pensé que me había convertido en roca; mire hacia todos lados y sin mirarla a los ojos le dije: Lo siento; no creo que pueda suceder algo entre nosotros.
Dejo mi mano libre, esa fue respuesta. Se levanto de la cama, se hizo una cola y prendió un cigarro a un lado de la habitación.
-Maria- le dije-, -No digas nada; yo entiendo- dijo ella- me dio la espalda y expulso el humo. -Esta bien- le dije- y me fui.
Con el pasar del tiempo me olvide de aquel momento y supuse lo mismo de su parte cuando empezamos a conversar por el MSN con suma normalidad.
A veces intercambiábamos mensajes de texto preguntando: ¿Cómo estas?, ¿Qué te cuentas?, ¿Qué haciendo? y otras veces charlábamos por el MSN en conversaciones muy divertidas y amenas sin mencionar a lo que nos dedicábamos antes; creo que llegue a pensar que esos tiempos habían llegado a su fin.
Seis o siete meses después, era una noche de invierno, las paginas porno en Internet no renovaban sus galerías de videos y tenia los brazos cansados de tanto ejercitarlos en el gimnasio que decidí llamar a Maria para tener un encuentro sexual dentro de un par de horas.
Busque su teléfono en la agenda de mi celular y al encontrarlo la llame. -Hola Maria, ¿como estas?- le dije-, -Hola Surferslave, a los años. ¿Yo?, todo bien. ¿Tu como estas?- dijo ella, muy contenta-
-Todo shevere como siempre. Estaba pensando en ti y te llame- le dije-, -¡Que lindo!- dijo ella-, -Además, hace tiempo que no se de ti y no se si estés libre hoy para revivir viejos momentos- le dije- y me reí. -¿Hoy?, no se- dijo ella-, -¡Vamos, solo será un momento!- le dije, intentando convencerla-, -Ya esta bien, ven en una hora- dijo ella- y nos despedimos.
Las veces que iba ha buscar a Maria no solía arreglarme mucho porque igual salía de su casa despeinado y desarreglado por lo salvaje que eran nuestros encuentros sexuales.
Esa vez, no fue la excepción. No me bañe porque ya me había bañado en la mañana y tampoco rocié perfume en mi polo con olor a cigarro porque mi fragancia se había agotado ayer.
Me baje en la esquina de su casa con quince minutos de anticipación, nunca había llegado tan puntual.
-¿Habrá aprendido nuevas poses?, ¿Aun tendrá ese disfraz de enfermera con el que acostumbra a recibirme?- eran preguntas que me hacia mientras caminaba rumbo a sus aposentos.
Al llegar, me di cuenta que la farmacia vecina en donde compraba los preservativos fue clausurada, lo supe al leer el letrero que habían pegado en la puerta.
Salude al portero de forma gestual e ingrese al edificio dirigiéndome hacia el departamento 306.
Me pare al frente de la puerta y toque el timbre tres veces consecutivas como siempre lo hacia.
De repente, sentí que alguien me observo por el pequeño agujero de la puerta y escuche a Maria abrir la puerta.
-Hola- le dije, al verla- y la abrace como si la hubiera extrañado.
-¡A los años!- dijo ella- y me dio un beso en la mejilla.
-Bueno, ¡es hora de la diversión!- le dije- e intente ingresar a su departamento pero ella lo impidió. -¿Qué pasa?- le pregunte-
-Mejor vamos a caminar- dijo ella- y me quede muy sorprendido.
-¿Caminar?- pregunte-, -Claro, compramos cigarros y conversamos mientras caminamos- dijo ella- y solo atine a decir: OK.
-Espérame, voy a sacar mi cartera- me dijo- y entro al departamento cerrándome la puerta en la cara.
-¿Caminar?- me pregunte-, -¡Ah ya entiendo!. Caminar hacia un hotel porque de repente su casa esta sucia- me respondí- y me empecé a reír de felicidad porque había encontrado la respuesta o quizá, la calentura me hacia pensar esas cosas.
-¿Tanto se demora?- me pregunte-, -Seguro esta guardando el disfraz de enfermera en su cartera- me respondí- y continué esperándola.
Inesperadamente, alguien me hinco en la espalda y cuando volteé a ver de quien se trataba lo escuche preguntarme: ¿Estas buscando a Maria?. -¿Quién es el?- me pregunte- y le dije: Si.
-¿Ya salio?- pregunto el sujeto- y vi que sostenía un ramo de preciosas rosas en su mano derecha.
Vestía un elegante traje y al parecer se había bañado con perfume.
-¿Eres amigo de Maria?- pregunto el fulano-, -Si- le dije- y distraje mi mirada observando hacia abajo. -¿De la universidad?- pregunto el sujeto-, -¿Ah?- le dije- lo mire a los ojos y le respondí: -No; nos conocemos de otro lado-, -¿De donde?- pregunto-, -¿Por qué tanto interés?- me pregunte a mi mismo-, -Seguro es su hermano- me respondí- encendí un cigarro y después de arrojar el humo respondí a su pregunta: Nos conocimos en una fiesta hace unos años y desde entonces No logre terminar mi frase; Maria abrió la puerta y al ver al tipo grito: ¡Amor, que sorpresa!- y de forma muy efusiva lo abrazo. Emocionada y contenta de verlo lo llenaba de besos mientras que Yo fumaba mi cigarro a un lado.
-¿Qué pasa acá?, -¿Este tipo no era su hermano?- eran preguntas que rondaban por mi desorbitada cabeza.
Estaba confundido, frote mis ojos varias veces y siempre veía lo mismo: Maria, mi amante, besuqueándose con un elegante sujeto que le había llevado rosas para impresionarla.
Maria estaba muy contenta viendo las rosas que su novio le había obsequiado que ni siquiera se percato que Yo estaba al frente de ella completamente sorprendido.
-Amor de mi vida, ¿no me vas a presentar a tu amigo?- dijo el tipo- y la abrazo por la cintura. -Es cierto; Amor te presento a mi amigo Surferslave- dijo ella- y el sujeto me estrecho la mano.
-Un gusto conocerte- dijo el muy educado sujeto- e ingreso al departamento luego de plantarle un beso en la mejilla.
-Coloca las rosas en el florero por favor- le dijo Maria a su enamorado-, -Y cuando entres vístete con ese disfraz de enfermera que me ha empezado a gustar- dijo el sujeto- y ella sonrió.
-Surferslave, lo lamento, no pensé que Juan Pablo vendría a visitarme hoy pero ha sido una linda sorpresa- dijo ella-, -Esta bien; Yo entiendo- le dije- me di la vuelta y me fui.
-¡Hey, Surferslave!- la escuche decir mientras bajaba las escaleras-
-¿Qué me dirá?, ¿me pedirá que los acompañé en la cama?- me pregunte- me detuve en el tercer escalón y después de una picara sonrisa le dije: ¿Qué pasa?. -Invítame un cigarro- dijo ella- le entregue mi ultimo cigarro, se lo encendí y me fui.
Hasta entonces no he vuelto a verla; la última vez que conversamos por el MSN me contó que se caso con aquel tipo y es muy feliz.