Gonzalet69
VIP MEMBER
Tratando de pasar el tiempo, estos últimos días recordé a mis rameras favoritas, y en un pajazo mental forme un corredor ideal que reúna a mis putas preferidas. Esta es una lista personal que puede ser muy discutible pues es en base a mis experiencias, gustos y preferencias personales.
1 Grecia. Guardo un particular recuerdo de esta meretriz, con ella inicie mi vida puteril, era de rasgos finos, guapa, delgada de pelo oscuro amarrado en una eterna cola. De trato sumiso, gentil y complaciente, cuando entre con ella la arrincone en la pared, le baje el calzón y le metí lengua al culo sin contemplaciones higiénicas ni de salud, era una erupción de arrechura, se parecía tanto a una mujer que no me hacía caso, que desquite mi deseo insatisfecho con , luego volví varias, muchas veces. Me conto que estudiaba enfermería y que alquilando el culo se pagaba los estudios. No con esas palabras ella era muy delicada al hablar. Entonces yo estaba por dejar la universidad y con mis primeros ingresos, inicie mi vida puteril, luego del fin lamentable de una experiencia amorosa.
2 Leandra. De esta hetaira recuerdo que era una fina cholita de piel canela y peludita, tetas formadas pequeñas y un culito angelical cubierto con un fino bello color oscuro que en la penumbra del cuartucho le daba un toque especial al tacto. Ojos achinados y cabello ondulado negro como sus ojos, fue mi segunda puta, usaba medias blancas que le quedaban como pintadas en su piel capulí, un día su vieja encontró su calzón de hilo dental entre sus cosas y le tinco la curiosidad de saber con quién se ponía su hijita esa prenda tan minúscula. Su sueño era construir una casa para alquilar sus cuartos, una pensión soto, supongo. Lo mejor que me dio fue una espectacular pose para fornicar que hasta hoy no logro reproducir igual. Los dos de rodillas, una pierna mía adelantada entre las suyas y una de ella retrasada de modo que quedo con la conchita sobre mi verga a manera de asiento, un brazo por sobre el hombro con la mano correspondiente sobre un pecho y el otro pasado por debajo del otro tomando la otra teta y el rostro alternadamente. Ritmos suaves y rápidos de pelvis. Besos en el rostro, los ojos lamer la oreja, hasta el instante supremo.
3 Claudia. Sambita que cuando la conocí era flaquita y de poto contundente (culo de negra) y tetas gordas de pezones morados de grandes aureolas. Era de la victoria, cuando entre en su cuarto me dijo que le parecía conocido, cosa que siempre me pasa, debo tener un rostro muy común. Una excelente mamada a capela, con un ruso en su inmensa tetas de mulata, su piel oscura de cortos pelusa risada, y sus ojos canallas, se reía con un gesto de placer que parecía, que era yo el que le hacia el favor, con una conchita golosa que se mojaba intensamente, fue la única con la que rompí mi regla de no hacerlo sin condón con ninguna puta. No le gustaba decir cosas sucias ni malas palabras pero siempre rogaba para que le de por el orto al terminar, la visite por varios años, hasta que la deje de ver porqué se puso gorda como una versión más joven de Eva Ayllon, con su aire de anticuchera guarda reposo en como ama de casa, mas pobre y con mas hijos de cuando inicio su vida puteril.
4 Rosita, Blanca charapa, tetona con un aire a Marilyn, tenía el pelo claro ensortijado con un corte de pelo parecido al de la rubia adorada de Hollywood, fue mi tercera puta, ella pagaba los estudios de una hermana menor, una vida triste, era la típica puta de buen corazón de las películas de vaqueros, lloraba cuando pensaba en su vida de ramera en sus borracheras tristes con las demás putas. Un día me conto que fue a la despedida de una colega que dejaba el negocio, una reunión de putas, tristes, un día ese día llego para ella y se fue a Italia, hoy casada con un italiano con su familia vive en el país con forma de bota.
5 Karla la dulce. La mejor, la preferida entre todas, una noche con ella pediría en mi antes de enfrentar el pelotón de fusilamiento. Blanca de ojos claros, rostro hermoso coronado con una mata de pelo castaño, cuerpo espectacular, piel clara y una tenue capa de pelo que reflejaba con brillos dorados la luz, su nombre era María Cristina, su vagina era un pozo de placer eterno con la maravillosa condición de ser completamente retráctil, un ano rosado que siempre me negó separaba un par de nalgas que solo los ángeles deben de tener, su voz era acariciadora algo grave, sensual. Estar con ella era como culear con un ser celestial. La primera vez se metió mi verga en su boca de dientes perfectos, mientras me envolvía en la magia de su mirada de ojos glaucos, ver su rostro arrecho de diabla bella lamiendo mi verga es un momento maravilloso, mágico e imborrable, grabado en mi ADN, lo trasmitiré como un recuerdo hereditario a mis descendientes. Lo suyo era una arte ancestral, un apostolado del placer de un DIOS mas generoso que el Dios de los cristianos y que lo escribo para diferenciarlo del otro con letras grandes, su generoso apostolado del sexo era el ejercicio hedonista de un divino magisterio. Mi dulce Maria Cristina, un angel encarnado. Espero que el infierno exista para ir arder contigo.
6 Karla la cajamarquina. La cajacha era y fue durante un buen tiempo la dueña de mis deseos, con un culo ancho, caderona, piernas gruesas fuertes y blancas. Unas cintura y estomago pequeño, nariz pequeña y rostro agraciado de pecas que le dividen el rostro, pesada y algo tímida para el cache pero tenía una ternura intima que compensaba sus pocas virtudes en el arte nalgatorio. Continúa su carrera en el antro del chino. Hoy gorda y recorrida es una puta envejecida, que no se parece a la versión juvenil y dulce de la mujer que vive en mi recuerdo.
7 Yolanda. De nombre Gloria era una grupie de un conjunto de cumbia, se metió a puta por necesidad y por sugerencia de una prima meretriz, dejo el negocio por una pelea entre su tía y su madre, el temor a ser desenmascarada como ramera en la familia, la obligo a dejar el negocio para el cual estaba tan bien dotada. Era delgada de buenas tetas y rico culo, piernas largas torneadas, rostro agraciado pelo negro. Culeaba con una dedicación y pación tan poco profesional que hacía que el sexo con ella fuera algo más que una simple transacción comercial, siempre paraba en su puerta vestida en traje de calle, jeans y blusa con calzones y sostenes de uso diario. Dejo el chongo pero aun así mantuve una relación de trabajo. La recomendé con un amigo a un trabajo, donde desempeño con increíble dedicación y empeño una trabajo en el que ganaba en un mes lo que en tres días alquilando sus caricias, era recatada, trabajadora y pulcra, nadie en la empresa se dio cuenta que bajo su ropa de asistente se pasaba su retiro una mujer bien puta. Varios se enamoraron de la bella y laboriosa mujer de cabellos cortados a lo paje. Termino presentando al marinovio que era un tipo agradable y sufrido que vivía bajo la pequeña bota gris de gamuza de Yolanda, era a la vez feliz y triste como son los cornudos que ignoran su ingrata condición.
8 Tula. La archí conocida tulicienta, que se puede decir a lo antes dicho de esta fulana, su afición voraz a la verga, su ano goloso e insaciable, su personalidad exagerada, teatral y artificiosa, su afán de experimentación, su desinhibido exhibicionismo, recuerdo que un día que la esperaba, saco la cabeza por la ventana mientras esperaba mi turno, ella llamo a la vendedora para que traiga papel higiénico, creo, pero el rostro sudoroso y los gestos, me indicaron que tras la puerta el cliente le estaba atorando el pene, mientras platicaba con los clientes, luego ella me confirmo, que mientras hablaba por la ventana, le estaban dando por el culo, era una fantasía del cofrade. En su tiempo en las conejas se acostumbró a salir a la hora del baile sin calzón a ventilar la concha a la vista de los parroquianos. Cuando peleo con su caficho que era el mismo de Eva, el tipo fue a increparle a su casa, en medio de la grita le dijo “óyeme putita” yo le compuse un reguetón con la letra, “óyeme putita….” Hoy tula esta gorda y retirada siendo una anodina madre de familia, que recuerda sus años de puta como una expresión de su vida juvenil agitada.
9 Nabill. Era una charapita esbelta y lánguida con las piernas flacas y un culo pequeño y formado, vestida con su traje de colegiala, vendía sus caricias con una dedicación y calor propios de las mujeres de su tierra, me aficione a ella, por su maestría para culear, su cuerpo delgado de piel oscura y su ano marrón que estaba listo para entregarlo.
10 Mari Paz. Alta delgada de buen cuerpo, piel blanca bronceada, aires de pituca misia, bonito rostro de nariz recta y pequeña, cabellos pintados de rubio que le daban un aire a diva del porno, la piel tatuada, una virgen en la pierna y la cruz de con calaveras de guns and roses en toda la espalda, era como una reclutadora del infierno, una suicide girl, inteligente conversadora, una de las pocas limeñas que conocí en el chongo chalaco, me comento que era parte de una tradición de putas viajeras que recorrían el país alquilando el culo, Tumbes, Tacna, Chiclayo burdeles, saunas, puticlubs un currículo impresionante solo le faltaba ser mama de un político de izquierda.
11 Karina La Sacalagua. Puta la madre, puta la hija, puta la manta que las cobija. Su caso era un caso sociológico, su madre ejerció el meretricio en las épocas heroicas de cachar sin condón, su padre era un choro de poca monta más vicioso del pay que buen ladrón. Ella ingreso al negocio luego que un jefe del centro comercial donde trabajaba la chantajeo para que le entregue el culo. Lo mando a la y con paso firme y decidido dejo a salvo la dignidad metiéndose de puta, desde el primer dia le gusto, su lugar en el mundo, por puro vicio del culo paseo su melena de rulos por chincha para verificar los dichos y leyendas de la envergadura de los negros del lugar. Era una mujer muy arrecha, maestra en el arte ancestral de chupar verga, con todo y huevos, su cuca rapada siempre lucia pelos de dos días y raspaba la lengua, los labios abiertos en una provocadora sonrisa emitían un tufo embriagador, no ajustaba por ningún agujero, pero su pericia y maestría le daban un plus. Sus tetas de huevos fritos en su piel blanca, el culo inmenso blanco y con una zanja amplia que nacía en su espalda, aguantador era el culo de la piruja Karina, se sacaba la verga para darle una última lamida antes de introducirlo en su culo. Gorda y con rollos era una excelente opción, con esa vocación viciosa por el pene que la hace superior a muchas de sus colegas. Hoy más esbelta que la última vez que mamo pingas en el troca, se dedica a su vida privada.
12 Angelina. Siempre me salvo las noches, esta puta feúcha, de cuerpo rechoncho y piernas de pajarito, compensa todo con una maestría en el arte de sacar la leche con la boca todos sus defectos, por ley no escrita me la chupa, lo ensaliva, se lo mete al fondo de la garganta, hace la de kiko, hace los que le da la gana con el pene, un día se entusiasmó tanto con el gologolo que se quedó por una hora con la verga en su boca, hasta que se tragó la leche tibia de mi verga, terminado con una risa de triunfo ante el enemigo derrotado que se languidecía entre sus labios luego de morir en un éxtasis de placer. Desde ese día esa fue su misión en mi vida. Hoy en la cuarentena, espero que cuando retorne la vida puteril, ella regrese con los hábitos poco recomendables que le conocemos, pese a su edad, su desangelado rostro y su cuerpo atamalado.
13 Camila. La chata de rostro de mirada viciosa, voz sensual y alitas tatuadas en la espalada, arrecha o muy puta como a ella le gusta decir, es adicta a la pinga, cuando la tiene dentro se exita, pide que le muerdan la tetas, y que se la metan duro. Algunas veces que salimos hicimos el sexo abrasados con nuestros cuerpos fundidos en un abrazo desesperado, con mordiscos, arañazos. Luego descansando y durmiendo desnudos en con los cuerpos entrelazados. Recuerdo la primera vez que entre con esta putita, estaba en el corredor izquierdo por la parte central cuarto 52 creo, con sostén y calzón negro de lencería. Con varios sapos en la puerta, me metí sin preguntar negociar, ni nada, “no lo hago por atrás” me dijo, apenas entre. Una pena pensé, tenía un culo precioso desde mi gusto. Habladora, desenvuelta, calentona. Me acostumbre a entrar con ella y quedarme una hora o más, dedicando largos tiempos a acariciar y hurgar su cuerpo, cada pliegue, cada orificio, jugar con la planta de sus pies, sus piernas su culo. Ella devolvía las caricias y terminaba de rodilla frente a mi pene y con su sonrisa de retorcida me decía “ahora me toca masajearte la pinga”, en ese tiempo aún no se dedicaba a los fierros, ni se ponía las tetas artificiales. Le gustaba la plata fácil, la verga y fumar esos cigarros que le gusta al congresista Olivares, en su última época en el troca comenzó a entregar el ano, pese a que nunca gozo mucho por esa vía. Ella era más aficionada a lo vaginal. Hoy sé que está, alquilando el fortalecido, tonificado y producido cuerpo en el antro del japonés. Con el nombre de Yohana por el parecido facial con alguna ramera de la farándula lorcha. Espero volver a gozar de esa arrechura que derrama al trabajar por una módica suma.
15 Celeste (Flacucha). La flaca piltrafa de celeste paraba como una sombra más al costado de la puerta de su cuarto en el pasaje que une los corredores. Son su pelo recogido en un moño sobre la nuca. Era algo mecánica y me pedía mucho por darle contra el tráfico, pero nunca me fallo, ese culito pequeño y huesudo casi infantil me daba morbo de verlo devorar mi verga, era excitante acariciar ese arrugado y áspero ano marrón en ese culo moreno. Siempre me atendió con una sonrisa sumisa y me lo hacíamos parados contra la pared. Celeste tenía una concha estrecha que permitía que le ensarte la salchicha como en un estuche tibio. Esta putita de piernas delgadas, cintura minúscula y tetas como limones, entregaba su cuerpo de colegiala, con una desnudes absoluta con la zorra pelada y estrecha que se tragaba la verga de forma acompasada y lenta hasta quedar con sentada sobre mis huevos, como si su cuerpo y el mío se unieran mediante un puente de carne ardiente, la chiclayana era siempre una buena opción, lástima que el último año desapareció del troca y su culito dejo un pequeño vacío para llenar.
16 Mamonica. Maestre de campo en la lucha cuerpo a cuerpo, con su tetas gordas y generosas era una ramera aguerrida y curtida en el oficio de causar placer. De rostro agraciado y sonrisa amplia bajo sus profundos, me dedico horas de caricias y placeres, siempre nos quedamos por horas disfrutando del vicio compartido de acariciar nuestros cuerpos. Su voz tenía un timbre enamorador y melódico. La conocí desde sus tiempos que entendía en el segundo piso, me llamo la atención desde la primera vez que la vi con su pelo platinado teñido. Era como tirar con la secretaria arrecha de la oficina. Se marchó, si mal no recuerdo, en la misma época que se retiró la Sacalagua y Camila, dejando el troca sin uno de sus mejores tres putas.
17 Abril charapa. La ultima de mis engreídas en orden de aparición, ayer revisaba algunas de sus fotos, su pelo negro ensortijado, planchado y negrísimo. Su rostro de charapita rica. Su mentón fino y firme, su sonrisa amplia de dientes blancos y perfectos, su lengua de gata y la nariz fruncida en un gesto más juguetón que coqueto cuando le miraba mear, me gustaba verla sentada con las piernas abiertas mientras un chorro dorado y surgía de sus entrañas, De piernas largas y musculosas, con un culo esculpido en el calor del gimnasio, panza plana y tetas pequeñas, y con la conchita rapada y los tatuajes azules en el hombro un costado y el costado. Puesta en cuatro patas su culo jubiloso es el remate perfecto para una espalda fornida y esbelta, de ella físicamente me gusta todo, su piel trigueña clara, la marca de nacimiento en su pierna derecha que contrasta como un lunar blanco en su piel. Siempre nos quedábamos dos horas como mínimo, caricias interminables, un sexo que iniciaba con un ritmo lento y que de a pocos se aceleraba hasta hacer crujir la cama con la furia del remate final en la carrera del sexo, usualmente a ella encima, con su cabeza sobre el pecho mientras el éxtasis corporal se expresaba en obscenidades tiernas que le decía al oído mientras ella ahogaba sus risitas. Antes que nada charlábamos desnudos, se sacaba el calzón y se amarraba con el pelo con él, en un gesto natural, sensual y obsceno a la vez, cuando le explicaba algo, daba grititos infantiles. Era una revelación ver esta mujer desnuda con el agarrando sus nalgas mientras chilla “No entiendo, no entiendo”, La charapa es inteligente, rara virtud en una puta, cuida su intimidad con celo y rigor de notario. Pero siempre me dio algunas libertades para introducir mi cabeza por la ventana de su alma y ver algo de su vida. Perdí su teléfono pero se cómo ubicarla, si el temor al virus no fuera más fuerte, la buscaría, pero por lo pronto me contengo y solo me dedico a ver su dientes blancos en la sonrisa eterna de su foto sus pómulos altos y ojos oscuros con esa mirada rara que tiene ella. Un día que desnudos nos encomendábamos a los vicios del cuerpo, llego la policía. La cagada, nos pidieron dni a los dos, mientras, planificamos seguirla en otro lugar si serraban el chongo. Puto virus.
18 Camila Charapa. Esta chata desapareció justo cuando más gusto le tomaba, hace dos años dejo su cuarto que era de los del corredor izquierdo, siempre con vestido, era madre pero aun así tenía una vocación y una loca ternura en el colchón que la hicieron una de mis favoritas, ella siempre sugería una pose, tendidos con las piernas cruzadas mientras la empujaba contra la pared en algo casi acrobático, los besos en la boca y el calor que daba en el cuartucho del chongo bajo un ventilador insomne. Solo entre unas cuatro veces con esta charapa, siempre espere un rato pues se agencio una pequeña legión de seguidores.
Esta sería mi corredor ideal del troca, yo debo confesar que desde que comencé a ir al troca, hace mucho tiempo, me puse a elaborar una lista en Excel con los nombres de todas las putas que me entendía, indicando el nombre, numero de contacto y datos sobre calidad de servicio. Saludos.
1 Grecia. Guardo un particular recuerdo de esta meretriz, con ella inicie mi vida puteril, era de rasgos finos, guapa, delgada de pelo oscuro amarrado en una eterna cola. De trato sumiso, gentil y complaciente, cuando entre con ella la arrincone en la pared, le baje el calzón y le metí lengua al culo sin contemplaciones higiénicas ni de salud, era una erupción de arrechura, se parecía tanto a una mujer que no me hacía caso, que desquite mi deseo insatisfecho con , luego volví varias, muchas veces. Me conto que estudiaba enfermería y que alquilando el culo se pagaba los estudios. No con esas palabras ella era muy delicada al hablar. Entonces yo estaba por dejar la universidad y con mis primeros ingresos, inicie mi vida puteril, luego del fin lamentable de una experiencia amorosa.
2 Leandra. De esta hetaira recuerdo que era una fina cholita de piel canela y peludita, tetas formadas pequeñas y un culito angelical cubierto con un fino bello color oscuro que en la penumbra del cuartucho le daba un toque especial al tacto. Ojos achinados y cabello ondulado negro como sus ojos, fue mi segunda puta, usaba medias blancas que le quedaban como pintadas en su piel capulí, un día su vieja encontró su calzón de hilo dental entre sus cosas y le tinco la curiosidad de saber con quién se ponía su hijita esa prenda tan minúscula. Su sueño era construir una casa para alquilar sus cuartos, una pensión soto, supongo. Lo mejor que me dio fue una espectacular pose para fornicar que hasta hoy no logro reproducir igual. Los dos de rodillas, una pierna mía adelantada entre las suyas y una de ella retrasada de modo que quedo con la conchita sobre mi verga a manera de asiento, un brazo por sobre el hombro con la mano correspondiente sobre un pecho y el otro pasado por debajo del otro tomando la otra teta y el rostro alternadamente. Ritmos suaves y rápidos de pelvis. Besos en el rostro, los ojos lamer la oreja, hasta el instante supremo.
3 Claudia. Sambita que cuando la conocí era flaquita y de poto contundente (culo de negra) y tetas gordas de pezones morados de grandes aureolas. Era de la victoria, cuando entre en su cuarto me dijo que le parecía conocido, cosa que siempre me pasa, debo tener un rostro muy común. Una excelente mamada a capela, con un ruso en su inmensa tetas de mulata, su piel oscura de cortos pelusa risada, y sus ojos canallas, se reía con un gesto de placer que parecía, que era yo el que le hacia el favor, con una conchita golosa que se mojaba intensamente, fue la única con la que rompí mi regla de no hacerlo sin condón con ninguna puta. No le gustaba decir cosas sucias ni malas palabras pero siempre rogaba para que le de por el orto al terminar, la visite por varios años, hasta que la deje de ver porqué se puso gorda como una versión más joven de Eva Ayllon, con su aire de anticuchera guarda reposo en como ama de casa, mas pobre y con mas hijos de cuando inicio su vida puteril.
4 Rosita, Blanca charapa, tetona con un aire a Marilyn, tenía el pelo claro ensortijado con un corte de pelo parecido al de la rubia adorada de Hollywood, fue mi tercera puta, ella pagaba los estudios de una hermana menor, una vida triste, era la típica puta de buen corazón de las películas de vaqueros, lloraba cuando pensaba en su vida de ramera en sus borracheras tristes con las demás putas. Un día me conto que fue a la despedida de una colega que dejaba el negocio, una reunión de putas, tristes, un día ese día llego para ella y se fue a Italia, hoy casada con un italiano con su familia vive en el país con forma de bota.
5 Karla la dulce. La mejor, la preferida entre todas, una noche con ella pediría en mi antes de enfrentar el pelotón de fusilamiento. Blanca de ojos claros, rostro hermoso coronado con una mata de pelo castaño, cuerpo espectacular, piel clara y una tenue capa de pelo que reflejaba con brillos dorados la luz, su nombre era María Cristina, su vagina era un pozo de placer eterno con la maravillosa condición de ser completamente retráctil, un ano rosado que siempre me negó separaba un par de nalgas que solo los ángeles deben de tener, su voz era acariciadora algo grave, sensual. Estar con ella era como culear con un ser celestial. La primera vez se metió mi verga en su boca de dientes perfectos, mientras me envolvía en la magia de su mirada de ojos glaucos, ver su rostro arrecho de diabla bella lamiendo mi verga es un momento maravilloso, mágico e imborrable, grabado en mi ADN, lo trasmitiré como un recuerdo hereditario a mis descendientes. Lo suyo era una arte ancestral, un apostolado del placer de un DIOS mas generoso que el Dios de los cristianos y que lo escribo para diferenciarlo del otro con letras grandes, su generoso apostolado del sexo era el ejercicio hedonista de un divino magisterio. Mi dulce Maria Cristina, un angel encarnado. Espero que el infierno exista para ir arder contigo.
6 Karla la cajamarquina. La cajacha era y fue durante un buen tiempo la dueña de mis deseos, con un culo ancho, caderona, piernas gruesas fuertes y blancas. Unas cintura y estomago pequeño, nariz pequeña y rostro agraciado de pecas que le dividen el rostro, pesada y algo tímida para el cache pero tenía una ternura intima que compensaba sus pocas virtudes en el arte nalgatorio. Continúa su carrera en el antro del chino. Hoy gorda y recorrida es una puta envejecida, que no se parece a la versión juvenil y dulce de la mujer que vive en mi recuerdo.
7 Yolanda. De nombre Gloria era una grupie de un conjunto de cumbia, se metió a puta por necesidad y por sugerencia de una prima meretriz, dejo el negocio por una pelea entre su tía y su madre, el temor a ser desenmascarada como ramera en la familia, la obligo a dejar el negocio para el cual estaba tan bien dotada. Era delgada de buenas tetas y rico culo, piernas largas torneadas, rostro agraciado pelo negro. Culeaba con una dedicación y pación tan poco profesional que hacía que el sexo con ella fuera algo más que una simple transacción comercial, siempre paraba en su puerta vestida en traje de calle, jeans y blusa con calzones y sostenes de uso diario. Dejo el chongo pero aun así mantuve una relación de trabajo. La recomendé con un amigo a un trabajo, donde desempeño con increíble dedicación y empeño una trabajo en el que ganaba en un mes lo que en tres días alquilando sus caricias, era recatada, trabajadora y pulcra, nadie en la empresa se dio cuenta que bajo su ropa de asistente se pasaba su retiro una mujer bien puta. Varios se enamoraron de la bella y laboriosa mujer de cabellos cortados a lo paje. Termino presentando al marinovio que era un tipo agradable y sufrido que vivía bajo la pequeña bota gris de gamuza de Yolanda, era a la vez feliz y triste como son los cornudos que ignoran su ingrata condición.
8 Tula. La archí conocida tulicienta, que se puede decir a lo antes dicho de esta fulana, su afición voraz a la verga, su ano goloso e insaciable, su personalidad exagerada, teatral y artificiosa, su afán de experimentación, su desinhibido exhibicionismo, recuerdo que un día que la esperaba, saco la cabeza por la ventana mientras esperaba mi turno, ella llamo a la vendedora para que traiga papel higiénico, creo, pero el rostro sudoroso y los gestos, me indicaron que tras la puerta el cliente le estaba atorando el pene, mientras platicaba con los clientes, luego ella me confirmo, que mientras hablaba por la ventana, le estaban dando por el culo, era una fantasía del cofrade. En su tiempo en las conejas se acostumbró a salir a la hora del baile sin calzón a ventilar la concha a la vista de los parroquianos. Cuando peleo con su caficho que era el mismo de Eva, el tipo fue a increparle a su casa, en medio de la grita le dijo “óyeme putita” yo le compuse un reguetón con la letra, “óyeme putita….” Hoy tula esta gorda y retirada siendo una anodina madre de familia, que recuerda sus años de puta como una expresión de su vida juvenil agitada.
9 Nabill. Era una charapita esbelta y lánguida con las piernas flacas y un culo pequeño y formado, vestida con su traje de colegiala, vendía sus caricias con una dedicación y calor propios de las mujeres de su tierra, me aficione a ella, por su maestría para culear, su cuerpo delgado de piel oscura y su ano marrón que estaba listo para entregarlo.
10 Mari Paz. Alta delgada de buen cuerpo, piel blanca bronceada, aires de pituca misia, bonito rostro de nariz recta y pequeña, cabellos pintados de rubio que le daban un aire a diva del porno, la piel tatuada, una virgen en la pierna y la cruz de con calaveras de guns and roses en toda la espalda, era como una reclutadora del infierno, una suicide girl, inteligente conversadora, una de las pocas limeñas que conocí en el chongo chalaco, me comento que era parte de una tradición de putas viajeras que recorrían el país alquilando el culo, Tumbes, Tacna, Chiclayo burdeles, saunas, puticlubs un currículo impresionante solo le faltaba ser mama de un político de izquierda.
11 Karina La Sacalagua. Puta la madre, puta la hija, puta la manta que las cobija. Su caso era un caso sociológico, su madre ejerció el meretricio en las épocas heroicas de cachar sin condón, su padre era un choro de poca monta más vicioso del pay que buen ladrón. Ella ingreso al negocio luego que un jefe del centro comercial donde trabajaba la chantajeo para que le entregue el culo. Lo mando a la y con paso firme y decidido dejo a salvo la dignidad metiéndose de puta, desde el primer dia le gusto, su lugar en el mundo, por puro vicio del culo paseo su melena de rulos por chincha para verificar los dichos y leyendas de la envergadura de los negros del lugar. Era una mujer muy arrecha, maestra en el arte ancestral de chupar verga, con todo y huevos, su cuca rapada siempre lucia pelos de dos días y raspaba la lengua, los labios abiertos en una provocadora sonrisa emitían un tufo embriagador, no ajustaba por ningún agujero, pero su pericia y maestría le daban un plus. Sus tetas de huevos fritos en su piel blanca, el culo inmenso blanco y con una zanja amplia que nacía en su espalda, aguantador era el culo de la piruja Karina, se sacaba la verga para darle una última lamida antes de introducirlo en su culo. Gorda y con rollos era una excelente opción, con esa vocación viciosa por el pene que la hace superior a muchas de sus colegas. Hoy más esbelta que la última vez que mamo pingas en el troca, se dedica a su vida privada.
12 Angelina. Siempre me salvo las noches, esta puta feúcha, de cuerpo rechoncho y piernas de pajarito, compensa todo con una maestría en el arte de sacar la leche con la boca todos sus defectos, por ley no escrita me la chupa, lo ensaliva, se lo mete al fondo de la garganta, hace la de kiko, hace los que le da la gana con el pene, un día se entusiasmó tanto con el gologolo que se quedó por una hora con la verga en su boca, hasta que se tragó la leche tibia de mi verga, terminado con una risa de triunfo ante el enemigo derrotado que se languidecía entre sus labios luego de morir en un éxtasis de placer. Desde ese día esa fue su misión en mi vida. Hoy en la cuarentena, espero que cuando retorne la vida puteril, ella regrese con los hábitos poco recomendables que le conocemos, pese a su edad, su desangelado rostro y su cuerpo atamalado.
13 Camila. La chata de rostro de mirada viciosa, voz sensual y alitas tatuadas en la espalada, arrecha o muy puta como a ella le gusta decir, es adicta a la pinga, cuando la tiene dentro se exita, pide que le muerdan la tetas, y que se la metan duro. Algunas veces que salimos hicimos el sexo abrasados con nuestros cuerpos fundidos en un abrazo desesperado, con mordiscos, arañazos. Luego descansando y durmiendo desnudos en con los cuerpos entrelazados. Recuerdo la primera vez que entre con esta putita, estaba en el corredor izquierdo por la parte central cuarto 52 creo, con sostén y calzón negro de lencería. Con varios sapos en la puerta, me metí sin preguntar negociar, ni nada, “no lo hago por atrás” me dijo, apenas entre. Una pena pensé, tenía un culo precioso desde mi gusto. Habladora, desenvuelta, calentona. Me acostumbre a entrar con ella y quedarme una hora o más, dedicando largos tiempos a acariciar y hurgar su cuerpo, cada pliegue, cada orificio, jugar con la planta de sus pies, sus piernas su culo. Ella devolvía las caricias y terminaba de rodilla frente a mi pene y con su sonrisa de retorcida me decía “ahora me toca masajearte la pinga”, en ese tiempo aún no se dedicaba a los fierros, ni se ponía las tetas artificiales. Le gustaba la plata fácil, la verga y fumar esos cigarros que le gusta al congresista Olivares, en su última época en el troca comenzó a entregar el ano, pese a que nunca gozo mucho por esa vía. Ella era más aficionada a lo vaginal. Hoy sé que está, alquilando el fortalecido, tonificado y producido cuerpo en el antro del japonés. Con el nombre de Yohana por el parecido facial con alguna ramera de la farándula lorcha. Espero volver a gozar de esa arrechura que derrama al trabajar por una módica suma.
15 Celeste (Flacucha). La flaca piltrafa de celeste paraba como una sombra más al costado de la puerta de su cuarto en el pasaje que une los corredores. Son su pelo recogido en un moño sobre la nuca. Era algo mecánica y me pedía mucho por darle contra el tráfico, pero nunca me fallo, ese culito pequeño y huesudo casi infantil me daba morbo de verlo devorar mi verga, era excitante acariciar ese arrugado y áspero ano marrón en ese culo moreno. Siempre me atendió con una sonrisa sumisa y me lo hacíamos parados contra la pared. Celeste tenía una concha estrecha que permitía que le ensarte la salchicha como en un estuche tibio. Esta putita de piernas delgadas, cintura minúscula y tetas como limones, entregaba su cuerpo de colegiala, con una desnudes absoluta con la zorra pelada y estrecha que se tragaba la verga de forma acompasada y lenta hasta quedar con sentada sobre mis huevos, como si su cuerpo y el mío se unieran mediante un puente de carne ardiente, la chiclayana era siempre una buena opción, lástima que el último año desapareció del troca y su culito dejo un pequeño vacío para llenar.
16 Mamonica. Maestre de campo en la lucha cuerpo a cuerpo, con su tetas gordas y generosas era una ramera aguerrida y curtida en el oficio de causar placer. De rostro agraciado y sonrisa amplia bajo sus profundos, me dedico horas de caricias y placeres, siempre nos quedamos por horas disfrutando del vicio compartido de acariciar nuestros cuerpos. Su voz tenía un timbre enamorador y melódico. La conocí desde sus tiempos que entendía en el segundo piso, me llamo la atención desde la primera vez que la vi con su pelo platinado teñido. Era como tirar con la secretaria arrecha de la oficina. Se marchó, si mal no recuerdo, en la misma época que se retiró la Sacalagua y Camila, dejando el troca sin uno de sus mejores tres putas.
17 Abril charapa. La ultima de mis engreídas en orden de aparición, ayer revisaba algunas de sus fotos, su pelo negro ensortijado, planchado y negrísimo. Su rostro de charapita rica. Su mentón fino y firme, su sonrisa amplia de dientes blancos y perfectos, su lengua de gata y la nariz fruncida en un gesto más juguetón que coqueto cuando le miraba mear, me gustaba verla sentada con las piernas abiertas mientras un chorro dorado y surgía de sus entrañas, De piernas largas y musculosas, con un culo esculpido en el calor del gimnasio, panza plana y tetas pequeñas, y con la conchita rapada y los tatuajes azules en el hombro un costado y el costado. Puesta en cuatro patas su culo jubiloso es el remate perfecto para una espalda fornida y esbelta, de ella físicamente me gusta todo, su piel trigueña clara, la marca de nacimiento en su pierna derecha que contrasta como un lunar blanco en su piel. Siempre nos quedábamos dos horas como mínimo, caricias interminables, un sexo que iniciaba con un ritmo lento y que de a pocos se aceleraba hasta hacer crujir la cama con la furia del remate final en la carrera del sexo, usualmente a ella encima, con su cabeza sobre el pecho mientras el éxtasis corporal se expresaba en obscenidades tiernas que le decía al oído mientras ella ahogaba sus risitas. Antes que nada charlábamos desnudos, se sacaba el calzón y se amarraba con el pelo con él, en un gesto natural, sensual y obsceno a la vez, cuando le explicaba algo, daba grititos infantiles. Era una revelación ver esta mujer desnuda con el agarrando sus nalgas mientras chilla “No entiendo, no entiendo”, La charapa es inteligente, rara virtud en una puta, cuida su intimidad con celo y rigor de notario. Pero siempre me dio algunas libertades para introducir mi cabeza por la ventana de su alma y ver algo de su vida. Perdí su teléfono pero se cómo ubicarla, si el temor al virus no fuera más fuerte, la buscaría, pero por lo pronto me contengo y solo me dedico a ver su dientes blancos en la sonrisa eterna de su foto sus pómulos altos y ojos oscuros con esa mirada rara que tiene ella. Un día que desnudos nos encomendábamos a los vicios del cuerpo, llego la policía. La cagada, nos pidieron dni a los dos, mientras, planificamos seguirla en otro lugar si serraban el chongo. Puto virus.
18 Camila Charapa. Esta chata desapareció justo cuando más gusto le tomaba, hace dos años dejo su cuarto que era de los del corredor izquierdo, siempre con vestido, era madre pero aun así tenía una vocación y una loca ternura en el colchón que la hicieron una de mis favoritas, ella siempre sugería una pose, tendidos con las piernas cruzadas mientras la empujaba contra la pared en algo casi acrobático, los besos en la boca y el calor que daba en el cuartucho del chongo bajo un ventilador insomne. Solo entre unas cuatro veces con esta charapa, siempre espere un rato pues se agencio una pequeña legión de seguidores.
Esta sería mi corredor ideal del troca, yo debo confesar que desde que comencé a ir al troca, hace mucho tiempo, me puse a elaborar una lista en Excel con los nombres de todas las putas que me entendía, indicando el nombre, numero de contacto y datos sobre calidad de servicio. Saludos.