Ilcachatore2020
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En enero del 2020 me mudé a un nuevo edificio con mi flaca, todo bien al comienzo pero en marzo como sabemos empezó la maldita pandemia.
Ambos empezamos a hacer teletrabajo y estar en casa nos pasó la factura, primero todo chévere, tirábamos ya hasta de aburridos, pero con el paso de los meses como que caímos en la costumbre y las cosas empezaron a enfriarse; precisamente en ese momento y como caída del cielo se mudó un piso más arriba mi nueva vecina, Beatriz.
Un día regresando de bicicletear como hago todas las mañanas entre las 8 y 9 am, me topé con una chica de mi talla y bonitos ojos (obvio no le vi la cara por la mascarilla), que salía de mi edificio. Al entrar le pregunté al portero quien era y me dijo la nueva vecina del 603, la flaca llamaba la atención de todas formas porque tiene un muy buen cuerpo, piernas largas, muslos gruesos, caderas y trasero grande, poco pecho pero suficiente.
Unos días después estaba bajando a recoger un delivery y al abrirse el ascensor, me doy de frente con ella que esta vez me quedó mirando y con una risita me dijo, buenas tardes vecino a lo que obviamente respondí. Bajamos en silencio pero al llegar al primer piso le di pase y me dijo gracias, que caballero; la verdad quería salir detrás de ella por obvias razones.
Ese fds pasó lo que de todas maneras iba a pasar, me vió en el parque con mi flaca y nuestra perrita paseando, eran como las 7pm y la vi llegar, ella nos vió y se hizo la loca pero al entrar al edificio se giró y me saludó con la mano cuando mi flaca se distrajo.
Pasaron las semanas, los cruces en los pasillos, conversas rápidas en el ascensor que ya no eran solo saludos, hasta que a mi flaca le ordenan trabajar en su oficina 3 días por semana y 2 en casa. En un cruce saliendo del edificio metí el tema y me dijo, que pena que lo dejen solito vecino, yo sé lo que es estar así, con una risita malévola que ya sabía a donde apuntaba.
Me picaban los pies por subir un piso cuando me quedaba solo, pero me palteaba que alguien se gane y le diga a mi flaca. Un día que entro al edificio, veo que hay un portero nuevo y el men me pregunta si voy al quinto o al sexto piso, le digo que vivo en el quinto y le pregunto porqué quería saber y me dice que habían dejado un sobre para el 603 y como no conoce todavía a la gente le preguntaba a todos cómo iban llegando.
Cuando dijo 603 se me prendió el foco, le dije no hay problema el sobre es para mi amiga Beatríz, yo se lo entrego. Al comienzo se puso receloso, pero luego le metí floro y me lo dio. Subiendo por el ascensor estaba nervioso, no sabía cómo me recibiría o si se molestaría porque me dieron su correspondencia o siquiera si estaría en su depa.
Toqué la puerta y lo que vi me sacó de cuadro, allí estaba ella, con un top y leggin ajustado, el vientre descubierto, sudando por hacer ejercicios en casa y una sonrisa que por primera vez veía, era más guapa de lo que pensaba.
Le dije a qué había ido y le extendí el sobre, ella me agradeció y me dijo que le daba vergüenza que la viera así toda descuidada, yo la verdad quería lanzarme sobre ella pero le dije que no se apenara, que pocas mujeres se veían bien sin maquillaje, al natural y que ella era una de esas mujeres; se sonrojó aún más de lo que ya estaba por el ejercicio y me dijo que deberíamos ejercitarnos juntos un día, que ella sabía que yo salía en bici y podía acompañarme. Le dije que claro y que me dé su cel para coordinar a lo que accedió y antes de cerrar la puerta me dió un beso en la mejilla más largo de lo que debió ser, pegando su pecho al mío y dejando que su aroma a perfume y sudor me terminara de destruir el cerebro.
Días después ya no pude más, mi flaca se fue y la llamé, me dijo que había estado esperando mi llamada y que si quería que salieramos a hacer ejercicio, le dije que si, que en media hora nos encontremos a la vuelta del edificio para ir a pasear, no contaba con que tomaría la iniciativa. A los 10 minutos tocaron mi puerta, era ella, en ropa de deporte, una leggin ajustada que acentuaba sus caderas y su sonrisa pícara en el rostro, me invitas a pasar? Me preguntó.
No se exactamente como pasó todo. Lo cierto es que al entrar ya la tenía en mis brazos y nos besábamos con desesperación, ella me mordía el labio mientras yo agarraba sus nalgas y la cargaba tirándome sobre ella en el mueble. Recorrí su cuerpo con mis manos, ella buscaba mi verga con las suyas, me desató el shorts de deporte y me la agarró fuerte, yo ya estaba duro. Me dió un empujón y quedando ella libre de mi peso se la metió a la boca y comenzó a chupármela con una desesperación que me hizo perder el control, agarrarle el cabello y empujarsela toda en la garganta, menos mal no lo tomo a mal y siguió chupándola como 10 minutos mientras nos íbamos desvistiendo.
Se quitó el top y tenía pezones rosados en una pechos pequeños, suficiente para llenarse las manos, me arrodille y la hice pararse, le di vuelta y le bajé la leggin despacio, que rica pera formaban esas nalgas blancas y jóvenes. Luego le baje la truza y comencé a hacerle sexo oral, ella se retorcía y me jalaba el cabello, se vino por primera vez.
De espaldas como estaba la arrime al borde del mueble quedando en 4, me acerqué a su oído y le dije, me quieres adentro? A lo que ella me dijo si, dame. Se la zampe toda y su cuerpo tembló cuando la penetré, estuvimos así como 10 minutos, primero lento, luego rápido y duro jalandole el cabello. Ella se tiró hacia adelante al venirse por segunda vez, se dió la vuelta y se lanzó a mi verga a chuparla nuevamente, luego se sentó encima mío y comenzó a mover las caderas como licuadora que casi me hace perder, tuve que abrazarla fuerte de la cintura para que le baje las revoluciones y recuperarme.
Se paró y se dió vuelta para hacer la vaquera invertida, aproveché para darle unas nalgadas y riéndose se volvió a clavar mi falo saltando como poseída, se vino por tercera vez.
Yo ya estaba al límite, la volví a poner en perrito y le dije que me iba a venir, ella me pidió se la suelte toda, no me importó nada y me vine dentro de ella totalmente sudado y con los ojos volteados de lo rico que se sintió llenar esa papita joven y rosada que ahora estaba roja de tanta embestida y chorreando a mares ya que nos vinimos juntos, ella por cuarta vez.
Caí sobre ella y nos quedamos así unos minutos recuperando el aliento, luego ella se paró, cogió parte de su ropa y fue al baño de servicio.
Al salir ya estaba en truza y leggins, solo desnuda de arriba, me besó y me pidió algo de beber, le di jugo de naranja que tenía en la refri, hablamos de cualquier tontería un poco palteados creo porque ninguno asimilaba bien lo que acababa de pasar, en unos minutos ella se despidió y yo me fui a duchar. Menos mal mis muebles son de cuero, tuve que limpiarlos de sudor y sus jugos antes de que viniera mi flaca.
Desde entonces, cada vez que podemos ella baja o yo subo cuando me quedo solo y nos damos un encontron, no se cuánto dure porque van como 5 meses, pero de momento estoy disfrutando cada visita.
Ambos empezamos a hacer teletrabajo y estar en casa nos pasó la factura, primero todo chévere, tirábamos ya hasta de aburridos, pero con el paso de los meses como que caímos en la costumbre y las cosas empezaron a enfriarse; precisamente en ese momento y como caída del cielo se mudó un piso más arriba mi nueva vecina, Beatriz.
Un día regresando de bicicletear como hago todas las mañanas entre las 8 y 9 am, me topé con una chica de mi talla y bonitos ojos (obvio no le vi la cara por la mascarilla), que salía de mi edificio. Al entrar le pregunté al portero quien era y me dijo la nueva vecina del 603, la flaca llamaba la atención de todas formas porque tiene un muy buen cuerpo, piernas largas, muslos gruesos, caderas y trasero grande, poco pecho pero suficiente.
Unos días después estaba bajando a recoger un delivery y al abrirse el ascensor, me doy de frente con ella que esta vez me quedó mirando y con una risita me dijo, buenas tardes vecino a lo que obviamente respondí. Bajamos en silencio pero al llegar al primer piso le di pase y me dijo gracias, que caballero; la verdad quería salir detrás de ella por obvias razones.
Ese fds pasó lo que de todas maneras iba a pasar, me vió en el parque con mi flaca y nuestra perrita paseando, eran como las 7pm y la vi llegar, ella nos vió y se hizo la loca pero al entrar al edificio se giró y me saludó con la mano cuando mi flaca se distrajo.
Pasaron las semanas, los cruces en los pasillos, conversas rápidas en el ascensor que ya no eran solo saludos, hasta que a mi flaca le ordenan trabajar en su oficina 3 días por semana y 2 en casa. En un cruce saliendo del edificio metí el tema y me dijo, que pena que lo dejen solito vecino, yo sé lo que es estar así, con una risita malévola que ya sabía a donde apuntaba.
Me picaban los pies por subir un piso cuando me quedaba solo, pero me palteaba que alguien se gane y le diga a mi flaca. Un día que entro al edificio, veo que hay un portero nuevo y el men me pregunta si voy al quinto o al sexto piso, le digo que vivo en el quinto y le pregunto porqué quería saber y me dice que habían dejado un sobre para el 603 y como no conoce todavía a la gente le preguntaba a todos cómo iban llegando.
Cuando dijo 603 se me prendió el foco, le dije no hay problema el sobre es para mi amiga Beatríz, yo se lo entrego. Al comienzo se puso receloso, pero luego le metí floro y me lo dio. Subiendo por el ascensor estaba nervioso, no sabía cómo me recibiría o si se molestaría porque me dieron su correspondencia o siquiera si estaría en su depa.
Toqué la puerta y lo que vi me sacó de cuadro, allí estaba ella, con un top y leggin ajustado, el vientre descubierto, sudando por hacer ejercicios en casa y una sonrisa que por primera vez veía, era más guapa de lo que pensaba.
Le dije a qué había ido y le extendí el sobre, ella me agradeció y me dijo que le daba vergüenza que la viera así toda descuidada, yo la verdad quería lanzarme sobre ella pero le dije que no se apenara, que pocas mujeres se veían bien sin maquillaje, al natural y que ella era una de esas mujeres; se sonrojó aún más de lo que ya estaba por el ejercicio y me dijo que deberíamos ejercitarnos juntos un día, que ella sabía que yo salía en bici y podía acompañarme. Le dije que claro y que me dé su cel para coordinar a lo que accedió y antes de cerrar la puerta me dió un beso en la mejilla más largo de lo que debió ser, pegando su pecho al mío y dejando que su aroma a perfume y sudor me terminara de destruir el cerebro.
Días después ya no pude más, mi flaca se fue y la llamé, me dijo que había estado esperando mi llamada y que si quería que salieramos a hacer ejercicio, le dije que si, que en media hora nos encontremos a la vuelta del edificio para ir a pasear, no contaba con que tomaría la iniciativa. A los 10 minutos tocaron mi puerta, era ella, en ropa de deporte, una leggin ajustada que acentuaba sus caderas y su sonrisa pícara en el rostro, me invitas a pasar? Me preguntó.
No se exactamente como pasó todo. Lo cierto es que al entrar ya la tenía en mis brazos y nos besábamos con desesperación, ella me mordía el labio mientras yo agarraba sus nalgas y la cargaba tirándome sobre ella en el mueble. Recorrí su cuerpo con mis manos, ella buscaba mi verga con las suyas, me desató el shorts de deporte y me la agarró fuerte, yo ya estaba duro. Me dió un empujón y quedando ella libre de mi peso se la metió a la boca y comenzó a chupármela con una desesperación que me hizo perder el control, agarrarle el cabello y empujarsela toda en la garganta, menos mal no lo tomo a mal y siguió chupándola como 10 minutos mientras nos íbamos desvistiendo.
Se quitó el top y tenía pezones rosados en una pechos pequeños, suficiente para llenarse las manos, me arrodille y la hice pararse, le di vuelta y le bajé la leggin despacio, que rica pera formaban esas nalgas blancas y jóvenes. Luego le baje la truza y comencé a hacerle sexo oral, ella se retorcía y me jalaba el cabello, se vino por primera vez.
De espaldas como estaba la arrime al borde del mueble quedando en 4, me acerqué a su oído y le dije, me quieres adentro? A lo que ella me dijo si, dame. Se la zampe toda y su cuerpo tembló cuando la penetré, estuvimos así como 10 minutos, primero lento, luego rápido y duro jalandole el cabello. Ella se tiró hacia adelante al venirse por segunda vez, se dió la vuelta y se lanzó a mi verga a chuparla nuevamente, luego se sentó encima mío y comenzó a mover las caderas como licuadora que casi me hace perder, tuve que abrazarla fuerte de la cintura para que le baje las revoluciones y recuperarme.
Se paró y se dió vuelta para hacer la vaquera invertida, aproveché para darle unas nalgadas y riéndose se volvió a clavar mi falo saltando como poseída, se vino por tercera vez.
Yo ya estaba al límite, la volví a poner en perrito y le dije que me iba a venir, ella me pidió se la suelte toda, no me importó nada y me vine dentro de ella totalmente sudado y con los ojos volteados de lo rico que se sintió llenar esa papita joven y rosada que ahora estaba roja de tanta embestida y chorreando a mares ya que nos vinimos juntos, ella por cuarta vez.
Caí sobre ella y nos quedamos así unos minutos recuperando el aliento, luego ella se paró, cogió parte de su ropa y fue al baño de servicio.
Al salir ya estaba en truza y leggins, solo desnuda de arriba, me besó y me pidió algo de beber, le di jugo de naranja que tenía en la refri, hablamos de cualquier tontería un poco palteados creo porque ninguno asimilaba bien lo que acababa de pasar, en unos minutos ella se despidió y yo me fui a duchar. Menos mal mis muebles son de cuero, tuve que limpiarlos de sudor y sus jugos antes de que viniera mi flaca.
Desde entonces, cada vez que podemos ella baja o yo subo cuando me quedo solo y nos damos un encontron, no se cuánto dure porque van como 5 meses, pero de momento estoy disfrutando cada visita.
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