RICARDO MOMTES
Soldado
Mi querida cuñadita
Hola a todos, espero les guste mi relato, el cual espero sea el primero de muchos ya que modestia aparte, mi vida sexual, en los últimos años, a experimentado una gran mejoría.
Mi nombre es Raúl y en este relato voy a variar los nombres de los demás protagonistas ya que lo que les relato a continuación, no es sino un hecho totalmente real.
Soy un hombre, normal pero lo que las mujeres suelen definir como atractivo, me gusta la vida sana, el deporte, bailar pero sin excesos, también me gusta mucho la fiesta, .etc. Estoy casado desde hace 6 años con una hermosa mujer de 26 contando yo con 36 años
Considero tanto a mi mujer como a mi mismo personas normales pero he de decir que de vez en cuando y con ocasión de alguna que otra fiesta hemos perdido tanto ella como yo un poquito los papeles, al tiempo que hay que decir que nuestra vida sexual es verdaderamente inmejorable, fantástica.
Sin mas y esperando sea suficiente la introducción para irnos conociendo paso a relatar mi experiencia.
Todo ocurrió un fin de semana en el cual habíamos quedado mi mujer y yo en salir de fiesta con su hermana Rocío y con el poco avispado de su marido, Luis. El una persona sin espíritu, un tanto estupido por no llamarlo tonto, en cambio mi cuñadita es un encanto, tiene mal carácter pero un físico que hace que cualquier hombre a su paso tenga que perder la cabeza. Posee un encanto natural y un cuerpo a sus 22 años impresionante, grandes pechos, con marcados y enormes pezones y uno de esos culitos que dejan maravillado a cualquiera ser mortal.
Salimos de fiesta los cuatro y paso lo normal, cerveza en el aperitivo, vino durante la cena, algún que otro licor en la sobremesa, tengo que decir que bebimos en exceso lo cual hizo que relativamente temprano, nos fuimos a mi casa, donde poco antes habíamos decidido que por prudencia y en evitación de hechos desagradables en la carretera con alcohol al volante pudiesen ocurrir.
Note que mi cuñada se emocionaba y se alegraba mucho, sobre todo después de que su poco listo maridito, mencionase que en cuanto llegase a casa se iría directamente a la cama, y que nosotros nos quedásemos viendo una peli o haciendo lo que nos viniese en ganas (ni el se imaginaria lo que ocurriría una hora mas tarde).
Así ocurrió, llegamos a casa y las chicas se pusieron un pijama cada una, eso si, las muy zorras se pusieron unos camisones sensuales , lo que dio origen a alguna que otra picara broma por mi parte, doblemente intencionada, la cual fue correspondida tanto por mi mujercita como por mi cuñada, mientras tanto y tal y como había asegurado mi cuñado Luis, ( pobre gilazo) este se fue a la cama de invitados y mi mujer, mi maravillosa cuñada y yo, nos pusimos a ver la televisión, mientras nos servíamos para fin de fiesta una botella de unos maravillos vinos semisecos tomamos ( 3 vinos) . Los efectos no se hicieron esperar.
En mi caso yo solo me puse un boxer, sin ropa interior, lo que hacia que se notase como si nada llevara puesto, eso, añadido a la excitación de ver a dos mujeres impresionantes con un buen par de tetas y bastante arrechas hizo que se me hinchase un poquito, lo cual no vino mal para las consiguientes bromitas de mi mujer.
La muy putita de ella me dice: oye , ¿que te has propuesto que te violemos las dos esta noche? ¿A ver si te crees tu que por que esta es mi hermana no se metería de buena gana eso de debajo del pantalón a la boca? La pobre no es de piedra, a lo que yo respondí: pues dile a la zorra de tu hermana, que no hay cosa que mas me arreche que las vea las tetas sin sosten de las dos, así es que, empezamos la faena:
Mi mujer que estaba sentada en el mismo sofá que yo, comenzó a tocarme la bolas suavemente con los pies, con disimulo para que su hermana no lo viese, ingenua de ella, su hermanita no quitaba ojo pero eso si, muy disimuladamente.
Yo no tarde en acercar la mano a su culito y bajarle mínimamente el pantalón del pijama y introduciendo la mano lo justo para notar que su conchita estaba completamente mojada, como en pocas ocasiones había visto, por lo que comencé a acariciarle el clítoris, el cual estaba muy duro y eréctil.
Tanta fue la excitación que comenzó a gemir al tiempo que mi cuñadita se hacia la sorprendida por lo que estaba viendo ya que poco a poco habíamos desistido de disimular, por lo que mi mujer le dijo: Rocío, tu ya eres mayorcita y sabes de lo que va esto, es mi marido y puedo hacerlo y si a el no le importa, me gustaría chuparsela ahora mismo, necesito metérmela en la boca, a lo que la lista de mi cuñada le contesto: si a ustedes no les importa a mi tampoco, pero yo no voy a acostarme aun, esperen que vea si mi marido esta completamente dormido, volviendo a la sala de estar asintiendo con la cabeza y diciendo, este no se entera de nada, esta como muerto, y le he cerrado la puerta.
En un rápido movimiento mi mujer invirtió la posición que tenia en el sofá y puso su cabeza sobre mi pene la cual ya había manchado con líquido seminal el pijama sacándola rápidamente y comenzando a mojarse con la leche los labios carnosos de ella, al tiempo que comenzaba a tragarse mi enrojecida y enorme pieza, como si su garganta no tuviese final.
Jamás había sentido excitación parecida, mi mujer chupándome la pieza y mi cuñada mirando con los ojos fuera de las orbitas al tiempo que se relamía los labios deseosa de participar en aquella maravillosa mamada que me hacia su hermanita.
Poco a poco Rocío comenzaba a meterse la mano bajo el pantalón del pijama y sin quitar vista de la escena comenzó a masturbarse con una mano mientras que con la otra se pellizcaba los pezones por lo que la puta de mi mujer y hermana suya, la invito a participar, pero eso si, haciéndole hincapié en que tenia que estar segura de lo que hacia, además de saber guardar el secreto. Ni tan siquiera respondió, directamente se sentó junto a mi y, allí estaba yo, con dos mujeres impresionantes, una de ellas chupándome la pieza y la otra bajándose el pantalón y el tanguita para mostrarme su depilado, y estrechita conchita, no haciéndola esperar y comenzando a acariciar suavemente su vulva y clítoris, la pobre temblaba como un perro muerto de frío, pero temblaba de placer, de gozo y yo lo sabia. Yo hacia un verdadero esfuerzo mental para no venirme pero ellas tardaron menos de lo que yo esperaba, las dos se corrieron casi simultáneamente, pasados escasos tres minutos.
Mi mujer la invito a chuparme mi pene a lo que ella accedió inmediatamente al tiempo que ella acariciaba y chupaba los pezones a su hermana, lo cual hizo que alucinara, quedándome absorto ante la imagen y teniendo que pedirles que pararan puesto que notaba ciertamente que mi pene explotaba, a lo que mi mujercita dijo: oye, nene, hoy puedes llenarnos de leche a las dos, ¿te apetece?, a lo que le conteste, mira nena échense las dos en el sofá que van a ver si me apetece o no.
Dicho y hecho las dos se acostaron una junto a la otra y poniéndome encima de ellas, me vacíe por completo, jamás en la vida me había corrido así, me temblaba todo, llegando a soltar un gemido bastante fuerte mientras descargaba cantidades ingentes de leche sobre las tetas y caras de las dos hermanas, pudiendo ver como las dos se relamían y pasaban sus lenguas por los blancos chorros que colgaban de sus labios.
Después de eso, y mientras me recuperaba, nos besamos los tres al tiempo que les daba las gracias por haber hecho realidad el sueño de cualquier hombre, llegando mi cuñada a insinuar que le apetecía dormir con nosotros, recibiendo negativa por nuestra parte ya que su marido no se había enterado y debía de ser así.
A la mañana siguiente, risas, miradas encontradas, roces en las estrechuras de la cocina, y como no, la ilusión de repetir la fiesta lo antes posible, idea que se encontraba en las cabezas de los tres. Cómplices y familia. Al final todo queda en familia hermanos del foro .




Mi nombre es Raúl y en este relato voy a variar los nombres de los demás protagonistas ya que lo que les relato a continuación, no es sino un hecho totalmente real.
Soy un hombre, normal pero lo que las mujeres suelen definir como atractivo, me gusta la vida sana, el deporte, bailar pero sin excesos, también me gusta mucho la fiesta, .etc. Estoy casado desde hace 6 años con una hermosa mujer de 26 contando yo con 36 años
Considero tanto a mi mujer como a mi mismo personas normales pero he de decir que de vez en cuando y con ocasión de alguna que otra fiesta hemos perdido tanto ella como yo un poquito los papeles, al tiempo que hay que decir que nuestra vida sexual es verdaderamente inmejorable, fantástica.
Sin mas y esperando sea suficiente la introducción para irnos conociendo paso a relatar mi experiencia.
Todo ocurrió un fin de semana en el cual habíamos quedado mi mujer y yo en salir de fiesta con su hermana Rocío y con el poco avispado de su marido, Luis. El una persona sin espíritu, un tanto estupido por no llamarlo tonto, en cambio mi cuñadita es un encanto, tiene mal carácter pero un físico que hace que cualquier hombre a su paso tenga que perder la cabeza. Posee un encanto natural y un cuerpo a sus 22 años impresionante, grandes pechos, con marcados y enormes pezones y uno de esos culitos que dejan maravillado a cualquiera ser mortal.
Salimos de fiesta los cuatro y paso lo normal, cerveza en el aperitivo, vino durante la cena, algún que otro licor en la sobremesa, tengo que decir que bebimos en exceso lo cual hizo que relativamente temprano, nos fuimos a mi casa, donde poco antes habíamos decidido que por prudencia y en evitación de hechos desagradables en la carretera con alcohol al volante pudiesen ocurrir.
Note que mi cuñada se emocionaba y se alegraba mucho, sobre todo después de que su poco listo maridito, mencionase que en cuanto llegase a casa se iría directamente a la cama, y que nosotros nos quedásemos viendo una peli o haciendo lo que nos viniese en ganas (ni el se imaginaria lo que ocurriría una hora mas tarde).
Así ocurrió, llegamos a casa y las chicas se pusieron un pijama cada una, eso si, las muy zorras se pusieron unos camisones sensuales , lo que dio origen a alguna que otra picara broma por mi parte, doblemente intencionada, la cual fue correspondida tanto por mi mujercita como por mi cuñada, mientras tanto y tal y como había asegurado mi cuñado Luis, ( pobre gilazo) este se fue a la cama de invitados y mi mujer, mi maravillosa cuñada y yo, nos pusimos a ver la televisión, mientras nos servíamos para fin de fiesta una botella de unos maravillos vinos semisecos tomamos ( 3 vinos) . Los efectos no se hicieron esperar.
En mi caso yo solo me puse un boxer, sin ropa interior, lo que hacia que se notase como si nada llevara puesto, eso, añadido a la excitación de ver a dos mujeres impresionantes con un buen par de tetas y bastante arrechas hizo que se me hinchase un poquito, lo cual no vino mal para las consiguientes bromitas de mi mujer.
La muy putita de ella me dice: oye , ¿que te has propuesto que te violemos las dos esta noche? ¿A ver si te crees tu que por que esta es mi hermana no se metería de buena gana eso de debajo del pantalón a la boca? La pobre no es de piedra, a lo que yo respondí: pues dile a la zorra de tu hermana, que no hay cosa que mas me arreche que las vea las tetas sin sosten de las dos, así es que, empezamos la faena:
Mi mujer que estaba sentada en el mismo sofá que yo, comenzó a tocarme la bolas suavemente con los pies, con disimulo para que su hermana no lo viese, ingenua de ella, su hermanita no quitaba ojo pero eso si, muy disimuladamente.
Yo no tarde en acercar la mano a su culito y bajarle mínimamente el pantalón del pijama y introduciendo la mano lo justo para notar que su conchita estaba completamente mojada, como en pocas ocasiones había visto, por lo que comencé a acariciarle el clítoris, el cual estaba muy duro y eréctil.
Tanta fue la excitación que comenzó a gemir al tiempo que mi cuñadita se hacia la sorprendida por lo que estaba viendo ya que poco a poco habíamos desistido de disimular, por lo que mi mujer le dijo: Rocío, tu ya eres mayorcita y sabes de lo que va esto, es mi marido y puedo hacerlo y si a el no le importa, me gustaría chuparsela ahora mismo, necesito metérmela en la boca, a lo que la lista de mi cuñada le contesto: si a ustedes no les importa a mi tampoco, pero yo no voy a acostarme aun, esperen que vea si mi marido esta completamente dormido, volviendo a la sala de estar asintiendo con la cabeza y diciendo, este no se entera de nada, esta como muerto, y le he cerrado la puerta.
En un rápido movimiento mi mujer invirtió la posición que tenia en el sofá y puso su cabeza sobre mi pene la cual ya había manchado con líquido seminal el pijama sacándola rápidamente y comenzando a mojarse con la leche los labios carnosos de ella, al tiempo que comenzaba a tragarse mi enrojecida y enorme pieza, como si su garganta no tuviese final.
Jamás había sentido excitación parecida, mi mujer chupándome la pieza y mi cuñada mirando con los ojos fuera de las orbitas al tiempo que se relamía los labios deseosa de participar en aquella maravillosa mamada que me hacia su hermanita.
Poco a poco Rocío comenzaba a meterse la mano bajo el pantalón del pijama y sin quitar vista de la escena comenzó a masturbarse con una mano mientras que con la otra se pellizcaba los pezones por lo que la puta de mi mujer y hermana suya, la invito a participar, pero eso si, haciéndole hincapié en que tenia que estar segura de lo que hacia, además de saber guardar el secreto. Ni tan siquiera respondió, directamente se sentó junto a mi y, allí estaba yo, con dos mujeres impresionantes, una de ellas chupándome la pieza y la otra bajándose el pantalón y el tanguita para mostrarme su depilado, y estrechita conchita, no haciéndola esperar y comenzando a acariciar suavemente su vulva y clítoris, la pobre temblaba como un perro muerto de frío, pero temblaba de placer, de gozo y yo lo sabia. Yo hacia un verdadero esfuerzo mental para no venirme pero ellas tardaron menos de lo que yo esperaba, las dos se corrieron casi simultáneamente, pasados escasos tres minutos.
Mi mujer la invito a chuparme mi pene a lo que ella accedió inmediatamente al tiempo que ella acariciaba y chupaba los pezones a su hermana, lo cual hizo que alucinara, quedándome absorto ante la imagen y teniendo que pedirles que pararan puesto que notaba ciertamente que mi pene explotaba, a lo que mi mujercita dijo: oye, nene, hoy puedes llenarnos de leche a las dos, ¿te apetece?, a lo que le conteste, mira nena échense las dos en el sofá que van a ver si me apetece o no.
Dicho y hecho las dos se acostaron una junto a la otra y poniéndome encima de ellas, me vacíe por completo, jamás en la vida me había corrido así, me temblaba todo, llegando a soltar un gemido bastante fuerte mientras descargaba cantidades ingentes de leche sobre las tetas y caras de las dos hermanas, pudiendo ver como las dos se relamían y pasaban sus lenguas por los blancos chorros que colgaban de sus labios.
Después de eso, y mientras me recuperaba, nos besamos los tres al tiempo que les daba las gracias por haber hecho realidad el sueño de cualquier hombre, llegando mi cuñada a insinuar que le apetecía dormir con nosotros, recibiendo negativa por nuestra parte ya que su marido no se había enterado y debía de ser así.
A la mañana siguiente, risas, miradas encontradas, roces en las estrechuras de la cocina, y como no, la ilusión de repetir la fiesta lo antes posible, idea que se encontraba en las cabezas de los tres. Cómplices y familia. Al final todo queda en familia hermanos del foro .