Mi secretaria

Las cosas pasan por algo, me dije. Con la anterior secretaria, una mujer de 50 años, casada, abuela, pero con unas piernas largas, y aficionada a usar sandalias, no tuve problema. Es decir, que siempre me mantuvo en linea. A veces me le insinuaba pero ella no atracaba. Una vez le dije que deben venir con falda y con patimedias. Y ella me respondió: Ay, señor. Ni que fuera puta.
Pero le respondí: pero mira a nuestras clientas, que bien usan falda y medias de nylon.
-Pantimedias señor. Es que no acostumbro.
Pasaban las semanas y los meses y su desempeño era bueno. Un día de invierno me sorprendió llegando al trabajo con pantimedias, sandalias, taco 7 y una falda larga. Dejaba ver su cinturita. Ese día, por más fea que estaba, tuve varias erecciones imaginandola. Hasta que esa misma noche le propuse llevarla a su casa. Además fue ocasión para sincerarse sobre como iba la relación entre su marido y ella. Me contó que tiempo que no la toca. Y yo, ni corto, le dije que me gustan las mujeres en pantimedias.
-Se ven sensuales.
-¿Así como la Monica?
-Claro, como la mónica, la visitadora.
-Es que ella tiene bonito cuerpo.
-Igual que tú.
-Hay, señor, que dice.
-Claro. Bueno, las pantimedias realzan tu cuerpo contorneado. Me encantan. Soy capaz de besarles los pies a una mujer con pantimedias.
-¿Le gusto señor?
-La verdad que sí.
-Pero usted es casado y yo también.
-Bueno, para gustos hay que sacarse el clavo.
Y se mató de risa. Acerqué mi mano a su muslo y ella no dijo nada. Así que en el siguiente cambio le metí la mano en la entrepierna a lo que ella respondió con un sobresalto.
-¿Queda entre nosotros?
-Hasta la muerte.
Nos fuimos al hotel sin escalas y desembarcamos. Ni bien estabamos en el ascensor le chupé los dedos de los pies y aproveché para chuparle la entrepierna, ella gemía.
Al llegar al cuarto solo atiné a manosearla.
Ella se iba a quitar la pantimedia pero le dije que no lo haga. Así con su olorcito le metí los dedos y aproveché para dejar sus labios a flor de nylon. Lengua y lengua hasta que le hice un hueco y por allí la penetre.
Fue algo rápido. Pero ese día nuestra vida cambió.
Al día siguiente fue con pantalón, por una semana.
El ultimo día llegó con pantimedias y las sandalias que tanto me gustan.
Fue la mejor despedida.
 
Atrás
Arriba