Mi vecina de 19 años

Este coronavirus es enemigo de los infieles y ca cheros eventuales, nadie puede asegurar que alguno esté infectado , basta un beso para estar jodi dos, a cuidarse cofrades.
 
Prosiguiendo con el relato.

En el trayecto del taxi y antes de entrar a la habitación Eliana se comportó como una chica tranquila. El telo estaba decente y en una zona poco transitada. Nos dieron una habitación en el cuarto piso.

Ni bien entramos a la habitación nos comenzamos a besar intensamente, nos recostamos en la cama, le bajé la parte de arriba del vestido, le saqué el brasier y comencé a chupar sus tetas, eran pequeñas pero formaditas y unos pezones que se veían bien ricos, la flaca estaba que se arrechaba que me abrazó fuerte para besarnos intensamente, las ganas que nos teníamos era fuerte que nos sacamos la ropa con la mayores de las prisas, ya desnuda hice que se arrodille en el piso para que me chupe el pájaro, por propia iniciativa de ella me pidió un condón para el mamey. Lo hizo regular por un buen rato, no se sentía los dientes pero le faltaba práctica pero cuando se fue a las bolas intentó metérsela a la boca y eso sí me puso fierro.

Ya con el fierro bien duro, la recosté en la cama y se la ensarté en su concha que estaba recontra mojada pero como ajustaba, ese ajuste si que me dejó sorprendido, los primeros movimientos en misionero fueron bien intensos, la flaca se le notaba que le gustaba el sexo duro, así que se la empujaba cada vez con más fuerza, escucharla gemir, solo hizo que me motivara a darle cada vez con todo. Luego la puse a piernas al hombro, Eliana se comenzó a reír (según ella nunca había hecho esa pose), cada vez el sexo se tornaba intenso, ambos lo disfrutábamos, y ese ajuste de su concha me tenía loco. Finalmente para terminar ese primer polvo, la puse en cuatro, ahí pude notar ese culito pequeño pero formadito, se la clavé en una y la cama se movía, la cogí fuerte de la cintura para que mi pieza entre hasta al fondo, la flaca no paraba de gemir, como casi todo el polvo no decía nada, pero en un momento me dijo que no pare que siga. Le hice caso le di más duro y hasta con palmadas en su culo, no se se quejó, cuando estuve por terminar le pregunté si le gustaría probar el próducto lácteo, me dijo que no por qué no lo había hecho antes, así que opté por terminar en perrito.

Tras ese primer polvo nos fuimos a la ducha, solo nos besamos y volvimos a la cama, durante el descanso me contó algunas cosas como que solo había tirado con el segundo enamorado y ahí sí me precisó que estuvo 5 meses, que casi siempre que se veían era solo sexo, y que ella solo conocía unas pocas poses. La verdad, le creí, además por el ajuste de la concha no la habían cachado como se debe.

El segundo round comenzó nuevamente con una mamada de Eliana, esta vez yo estaba recostado en la cama, así que creo que se sintió cómoda por qué mejoró un poco, como yo andaba ya con las revoluciones a mil, se me armó al toque, le dije que se pusiera encima mío, empezó a moverse de forma regular, por momentos se acercaba hacia mí para besarla, ella trataba de hacerlo bien pero la verdad esa pose no me estaba gustando mucho y le propuse cucharita, esta pose tampoco ella la conocía, así que lo intentamos y lo bueno fue que aprendió rápido, mientras le penetraba me agarraba de sus tetas y ella gemía como puta, creo que eran fingidos pero que importaba, si no se trataba de una puta relojera, sino de una chibola, así que le seguí dando duro, como sentí que se me quería salir el yogurt natural, opté por ponerla en cuatro nuevamente, ya que me dijo que le gustaba esa pose. Así que le di con todo, hasta que lanzó un grito de dolor, creo que no me medí con la fuerza y seguimos hasta que finalmente terminé.

Nuevamente a la ducha, nos cambiamos y a salir del telo, cuando la flaca se dio cuenta de la hora puso una cara de susto, eran más de las 10 de la noche y tenía una par de llamadas perdidas de su mamá. La flaca En el camino me contó que su mamá era permisiva con esa de que salga pero la hora era la hora y solo le habían dado permiso hasta las 9.

Cerca a nuestro barrio nos separamos para llegar por caminos diferentes y así evitar levantar sospechas de algún conocido. Volví a salir con ella unas semanas después, luego vino la cuarentena y no hemos podido salir, conversamos con frecuencia por WhatsApp, tenemos nuestras conversaciones calientes pero no quiere mandarme fotos. Por ahora está un poco con miedo por todo esto de la cuarentena y no me atraca vernos ni siquiera en el parque pero me dice que cuando todo pase saldremos.
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