mike12
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Hola cofrades, nuevamente por acá, después de bastante tiempo para escribirles otro relato que sucedió hace unos meses atrás.
Yo soy de las personas que mira regularmente películas en DVD, Blu-Ray, o en Cable cuando estoy aburrido en casa y cuando no tengo planes con alguna amiguita; como a veces dan películas buenas y otras aburridas en la TV entonces decidí por comprarme unas películas que en alguna oportunidad las había visto por ahí y me gustaron o por recomendaciones de amistades, así que el lugar indicado para hacerlo era el famoso centro comercial "Polvos Azules", después de mucho tiempo no frecuentaba por esa zona, pero dado que allí uno encuentra cualquier película entonces decidí ir.
Entré a dicho centro comercial, y no cambió casi nada desde la última vez que fui, había un montón de jaladoras tratando de coquetear y jalarme para comprar ropa para hombres, como sólo había ido a comprar películas entonces fui en busca de los puestos de DVD/Blu Ray, llegué a una tienda grande donde atendían unos jóvenes, y ese día compré como 4 películas, y siempre repetía la misma rutina cada vez que podía y generalmente solía comprar en el mismo puesto, a su vez también aprovechaba en ganarme con algunas féminas vendedoras que estaban bien buenas como para comérselas, porque todos estamos de acuerdo que en Polvos Azules hay varias féminas que están para reventarlas en el catre; resulta que un día de esos que estaba por ir a comprar veo que dicho puesto a donde siempre recurría estaba cerrado, la verdad no sabía el motivo así que lo único que me quedó fue ir a buscar otros puestos. Caminando largo rato por los pasadizos veo en un puesto comercial a una mujer de espaldas, agachada, ordenado y metiendo unas películas en su sitio, me quedé huevón ante tan buen espectáculo, se le notaba algo de la raya de su gran culo en ese jean tan apretado que lucía, su cabello era largo, semi-ondulado teñido a castaño claro, cuando al parecer se dio cuenta que estaba ahí atrás de ella y voltea, me mira, se para rápido y algo palteada, me saluda, me sonríe y me dice: “Hola, en qué te puedo ayudar amiguito, buscas alguna pelicula?”, en ese momento pude ver su rostro y ese par de senos que en ese momento daban ganas de hacerle un ruso; era esas típicas cholas voluptuosas, con cara de arrechas, trigueña de piel, y sin mentirles tenía casi la misma contextura que la ex vedette Lucy Cabrera en sus épocas de oro cuando trabaja en JB, lógicamente aclarando que era algo más delgada porque esa vedette es recontra siliconeada, y particularmente a mí me gustan las chicas con buenos atributos (pero tampoco tan exagerados)… Entonces, después de unos cuantos segundos de haberla comido con la mirada le respondo y le digo: “bueno, busco películas de acción” y me dijo algunos nombres, de las cuales la mayoría ya las había visto, así que le dije que me prestara su álbum de películas para yo buscar una, entonces ella amablemente me lo dio, y en eso vuelve a voltearse, agacharse y seguir acomodando, para ese rato felizmente no había nadie más que se acercó a comprar, sólo estábamos ella y yo, así que de rato en rato buscaba películas y a su vez levantaba la mirada para ver ese gran trasero redondito que apenas se le notaba la rayita, lo cual hizo causar una erección que si no fuera por la vitrina se daría cuenta altoque del suceso. Ese día le compré unas 3 películas, y le pedí la tarjeta de su puesto para ubicarla más seguido… Al diablo con el otro puesto, de ahora en adelante iba a comprar allí sólo para verla…
Iba cada fin de semana, a veces compraba películas tontas o cualquier otra huevada con tal de sólo ir a verla, y cada día que la veía estaba más rica, siempre vestía con pantalones apretados y a pesar del frío casi siempre usaba escote y una casaca o chomba del cual lo dejaba abierto y por eso se podía observar a leguas esos grandes senos tan apetecibles; ya la confianza se incrementaba, era su caserito de siempre, pude sacarle su nombre: Milagros, de 31 años, sin hijos, chiclayana de nacimiento y ya tenía bastante experiencia en ventas de películas, le pude sacar su número telefónico con la finalidad de llamarla para preguntarle por novedades en cuanto a películas, con la excusa que había perdido su tarjeta (el número telefónico que estaba en la tarjeta al parecer no era de ella, sino del dueño(a)). Milagros daba la apariencia de aquellas chicas movidas, con solo verla ya uno puede sacar que es una bandida, lo cual pude confirmarlo más adelante.
Un día domingo estaba yo en mi casa (vivo solo), el día anterior había tirado con una amiguita que tengo por ahí, así que estaba tranquilo mirando TV cuando en eso recibo un mensaje misio, veo y era el número de Milagros, le devuelvo la llamada y me saluda efusivamente y me dice que le había llegado unas buenas películas en Blu Ray de las que me gusta y que si estaba interesado para ir a comprarlas, le dije que ya, que dentro de un rato iría, y me dijo: “ya, pero no demores mucho, porque ya dentro de un rato voy a cerrar el puesto”, así que ni corto ni perezoso agarré mi auto y embalé, era el momento preciso para aprovechar su salida del trabajo para invitarla por ahí a “conversar”… Al llegar, la saludo con un beso casi cerca de la boca, ella también me da uno recontra caliente, para mi sorpresa ella traía puesto un pantalón licra crema que me dejó bastante loco, como burro, tanto así que en ese preciso momento me quería abalanzar ante ella, pero traté de mantener la calma, no me gusta actuar ni ser desesperado… Así que le pedí mis películas, y no sé si fue a propósito pero ella se subió a una silla para alcanzar las 3 películas que me había recomendado, allí pude ganarme con ese culo divino que me pedía que me lo trague de un bocado, al estar con licra crema se le podía notar un rico calzón aparentemente de color blanco; precisamente cuando llegué ya prácticamente estaba cerrando su puesto así que como todo un “caballero” le dije para darle una jalada hasta cierta parte (ella vivía por Los Olivos), medio coqueta y palteada me dijo que ya, así que esperé un rato, y procedimos ir a la cochera; la hice subir a mi auto, ella continuaba un poco palteada, le dije que se ponga tranquila, y en ese preciso instante le toqué un poco la pierna como para calmarle la tensión, y no me dijo nada. Durante el camino le dije que ponga la emisora de radio que ella quería, estuvimos charlando de lo más normal, cuando tan amena estaba la charla le dije: “Milagritos, es domingo, aún no es tan tarde, te invito a cenar por ahí” y ella me dijo: “Pero estoy con una traza, estoy así desde la mañana” y yo le dije: “No importa, no se te ve mal, entonces si gustas vamos a tu casa, te cambias y salimos de nuevo”, y ella me dijo: “Es que si llego a mi casa ya no me va a dar ganas de volver a salir, mejor compra algo y lo comemos dentro de tu carro”, yo acepté así que compramos unos aperitivos y un vinito, la llevé por el circuito de playas y finalmente aparqué mi vehículo en un estacionamiento frente al mar, estuvimos hablando de todo, hasta que la conversación se puso caliente, le preguntaba de todo, como por ejemplo qué pose les gustaba, cuándo y cómo fue su última vez, etc. ella me respondía normal, no se hacía paltas pero me confesó que las ultimas veces que lo había hecho no había quedado contenta ni satisfecha, que ella a veces ponía iniciativa e ideas pero que su gil no aceptaba sus propuestas porque según él no se veía bien que una mujer pida eso… “Qué Huevón” dije dentro de mí, me contó que una de esas propuestas que había hecho ella era que le hubiese gustado que se vengan en su cara (nunca había experimentado eso), que en el sexo oral no lo disfrutaba porque le mordían el clítoris, que nunca le hicieron el beso negro (que por cierto no sabía lo que era, le tuve que explicar), y así, que con el trago y con las palabras ambos nos pusimos arrechos, ella se dio cuenta del bulto entre mis piernas, al mirar se rió un poco palteada, así que me aventé, le di un beso con lengua y le puse mi mano sobre mi pene, nos empezamos a manosear, nos tragamos con la boca, ella me agarraba la pinga fuertemente y me cogía la pierna apretándola de lo tan excitada que estaba, yo le besaba el cuello, detrás de las orejas y empecé a besarle los senos, ella jadeaba, sus pezones estaban bien erectos, la solté un rato, me desabroché el pantalón porque el cabezón quería salir, ella lo vio, de ahí nos miramos y de frente se lo metió todo a su boca, mamaba bastante bien, lamentablemente no pasó por las boloñas porque el pantalón me impedía, como ella estaba agachada mamándomela lo único que pude hacer fue rozar mis manos por su espalda hasta llegar a su culo, abrí esa licra, y metí mi mano por dentro y empecé a masajear ese culo… Siempre hago eso en mi carro cuando una chica me la mama, qué rico era tocarle esas nalgas cachetonas y calientes mientras mi pene estaba bien mojado por su boca… En eso la levanto, le digo para irnos a un lugar más privado, pero ella al ver la hora me dijo que no, que tenía que llegar temprano a su casa que otro día la íbamos a continuar, no entendí por qué, y me puse asado, no le hablé casi todo el camino, tuve que irme hasta Los olivos con los huevos calientes, la dejé casi por la avenida principal de Tomas Valle, me dio un beso, y me dijo: “Te prometo que la otra semana la pasaremos rico y me vas a comer como quieras…” Eso hizo un poco cambiar mi ánimo, así que acordamos fecha, hora y lugar…
Luego le contaré lo qué sucedió esa vez… aún la historia es larga y está para contarla por partes… CONTINUARÁ.
Yo soy de las personas que mira regularmente películas en DVD, Blu-Ray, o en Cable cuando estoy aburrido en casa y cuando no tengo planes con alguna amiguita; como a veces dan películas buenas y otras aburridas en la TV entonces decidí por comprarme unas películas que en alguna oportunidad las había visto por ahí y me gustaron o por recomendaciones de amistades, así que el lugar indicado para hacerlo era el famoso centro comercial "Polvos Azules", después de mucho tiempo no frecuentaba por esa zona, pero dado que allí uno encuentra cualquier película entonces decidí ir.
Entré a dicho centro comercial, y no cambió casi nada desde la última vez que fui, había un montón de jaladoras tratando de coquetear y jalarme para comprar ropa para hombres, como sólo había ido a comprar películas entonces fui en busca de los puestos de DVD/Blu Ray, llegué a una tienda grande donde atendían unos jóvenes, y ese día compré como 4 películas, y siempre repetía la misma rutina cada vez que podía y generalmente solía comprar en el mismo puesto, a su vez también aprovechaba en ganarme con algunas féminas vendedoras que estaban bien buenas como para comérselas, porque todos estamos de acuerdo que en Polvos Azules hay varias féminas que están para reventarlas en el catre; resulta que un día de esos que estaba por ir a comprar veo que dicho puesto a donde siempre recurría estaba cerrado, la verdad no sabía el motivo así que lo único que me quedó fue ir a buscar otros puestos. Caminando largo rato por los pasadizos veo en un puesto comercial a una mujer de espaldas, agachada, ordenado y metiendo unas películas en su sitio, me quedé huevón ante tan buen espectáculo, se le notaba algo de la raya de su gran culo en ese jean tan apretado que lucía, su cabello era largo, semi-ondulado teñido a castaño claro, cuando al parecer se dio cuenta que estaba ahí atrás de ella y voltea, me mira, se para rápido y algo palteada, me saluda, me sonríe y me dice: “Hola, en qué te puedo ayudar amiguito, buscas alguna pelicula?”, en ese momento pude ver su rostro y ese par de senos que en ese momento daban ganas de hacerle un ruso; era esas típicas cholas voluptuosas, con cara de arrechas, trigueña de piel, y sin mentirles tenía casi la misma contextura que la ex vedette Lucy Cabrera en sus épocas de oro cuando trabaja en JB, lógicamente aclarando que era algo más delgada porque esa vedette es recontra siliconeada, y particularmente a mí me gustan las chicas con buenos atributos (pero tampoco tan exagerados)… Entonces, después de unos cuantos segundos de haberla comido con la mirada le respondo y le digo: “bueno, busco películas de acción” y me dijo algunos nombres, de las cuales la mayoría ya las había visto, así que le dije que me prestara su álbum de películas para yo buscar una, entonces ella amablemente me lo dio, y en eso vuelve a voltearse, agacharse y seguir acomodando, para ese rato felizmente no había nadie más que se acercó a comprar, sólo estábamos ella y yo, así que de rato en rato buscaba películas y a su vez levantaba la mirada para ver ese gran trasero redondito que apenas se le notaba la rayita, lo cual hizo causar una erección que si no fuera por la vitrina se daría cuenta altoque del suceso. Ese día le compré unas 3 películas, y le pedí la tarjeta de su puesto para ubicarla más seguido… Al diablo con el otro puesto, de ahora en adelante iba a comprar allí sólo para verla…
Iba cada fin de semana, a veces compraba películas tontas o cualquier otra huevada con tal de sólo ir a verla, y cada día que la veía estaba más rica, siempre vestía con pantalones apretados y a pesar del frío casi siempre usaba escote y una casaca o chomba del cual lo dejaba abierto y por eso se podía observar a leguas esos grandes senos tan apetecibles; ya la confianza se incrementaba, era su caserito de siempre, pude sacarle su nombre: Milagros, de 31 años, sin hijos, chiclayana de nacimiento y ya tenía bastante experiencia en ventas de películas, le pude sacar su número telefónico con la finalidad de llamarla para preguntarle por novedades en cuanto a películas, con la excusa que había perdido su tarjeta (el número telefónico que estaba en la tarjeta al parecer no era de ella, sino del dueño(a)). Milagros daba la apariencia de aquellas chicas movidas, con solo verla ya uno puede sacar que es una bandida, lo cual pude confirmarlo más adelante.
Un día domingo estaba yo en mi casa (vivo solo), el día anterior había tirado con una amiguita que tengo por ahí, así que estaba tranquilo mirando TV cuando en eso recibo un mensaje misio, veo y era el número de Milagros, le devuelvo la llamada y me saluda efusivamente y me dice que le había llegado unas buenas películas en Blu Ray de las que me gusta y que si estaba interesado para ir a comprarlas, le dije que ya, que dentro de un rato iría, y me dijo: “ya, pero no demores mucho, porque ya dentro de un rato voy a cerrar el puesto”, así que ni corto ni perezoso agarré mi auto y embalé, era el momento preciso para aprovechar su salida del trabajo para invitarla por ahí a “conversar”… Al llegar, la saludo con un beso casi cerca de la boca, ella también me da uno recontra caliente, para mi sorpresa ella traía puesto un pantalón licra crema que me dejó bastante loco, como burro, tanto así que en ese preciso momento me quería abalanzar ante ella, pero traté de mantener la calma, no me gusta actuar ni ser desesperado… Así que le pedí mis películas, y no sé si fue a propósito pero ella se subió a una silla para alcanzar las 3 películas que me había recomendado, allí pude ganarme con ese culo divino que me pedía que me lo trague de un bocado, al estar con licra crema se le podía notar un rico calzón aparentemente de color blanco; precisamente cuando llegué ya prácticamente estaba cerrando su puesto así que como todo un “caballero” le dije para darle una jalada hasta cierta parte (ella vivía por Los Olivos), medio coqueta y palteada me dijo que ya, así que esperé un rato, y procedimos ir a la cochera; la hice subir a mi auto, ella continuaba un poco palteada, le dije que se ponga tranquila, y en ese preciso instante le toqué un poco la pierna como para calmarle la tensión, y no me dijo nada. Durante el camino le dije que ponga la emisora de radio que ella quería, estuvimos charlando de lo más normal, cuando tan amena estaba la charla le dije: “Milagritos, es domingo, aún no es tan tarde, te invito a cenar por ahí” y ella me dijo: “Pero estoy con una traza, estoy así desde la mañana” y yo le dije: “No importa, no se te ve mal, entonces si gustas vamos a tu casa, te cambias y salimos de nuevo”, y ella me dijo: “Es que si llego a mi casa ya no me va a dar ganas de volver a salir, mejor compra algo y lo comemos dentro de tu carro”, yo acepté así que compramos unos aperitivos y un vinito, la llevé por el circuito de playas y finalmente aparqué mi vehículo en un estacionamiento frente al mar, estuvimos hablando de todo, hasta que la conversación se puso caliente, le preguntaba de todo, como por ejemplo qué pose les gustaba, cuándo y cómo fue su última vez, etc. ella me respondía normal, no se hacía paltas pero me confesó que las ultimas veces que lo había hecho no había quedado contenta ni satisfecha, que ella a veces ponía iniciativa e ideas pero que su gil no aceptaba sus propuestas porque según él no se veía bien que una mujer pida eso… “Qué Huevón” dije dentro de mí, me contó que una de esas propuestas que había hecho ella era que le hubiese gustado que se vengan en su cara (nunca había experimentado eso), que en el sexo oral no lo disfrutaba porque le mordían el clítoris, que nunca le hicieron el beso negro (que por cierto no sabía lo que era, le tuve que explicar), y así, que con el trago y con las palabras ambos nos pusimos arrechos, ella se dio cuenta del bulto entre mis piernas, al mirar se rió un poco palteada, así que me aventé, le di un beso con lengua y le puse mi mano sobre mi pene, nos empezamos a manosear, nos tragamos con la boca, ella me agarraba la pinga fuertemente y me cogía la pierna apretándola de lo tan excitada que estaba, yo le besaba el cuello, detrás de las orejas y empecé a besarle los senos, ella jadeaba, sus pezones estaban bien erectos, la solté un rato, me desabroché el pantalón porque el cabezón quería salir, ella lo vio, de ahí nos miramos y de frente se lo metió todo a su boca, mamaba bastante bien, lamentablemente no pasó por las boloñas porque el pantalón me impedía, como ella estaba agachada mamándomela lo único que pude hacer fue rozar mis manos por su espalda hasta llegar a su culo, abrí esa licra, y metí mi mano por dentro y empecé a masajear ese culo… Siempre hago eso en mi carro cuando una chica me la mama, qué rico era tocarle esas nalgas cachetonas y calientes mientras mi pene estaba bien mojado por su boca… En eso la levanto, le digo para irnos a un lugar más privado, pero ella al ver la hora me dijo que no, que tenía que llegar temprano a su casa que otro día la íbamos a continuar, no entendí por qué, y me puse asado, no le hablé casi todo el camino, tuve que irme hasta Los olivos con los huevos calientes, la dejé casi por la avenida principal de Tomas Valle, me dio un beso, y me dijo: “Te prometo que la otra semana la pasaremos rico y me vas a comer como quieras…” Eso hizo un poco cambiar mi ánimo, así que acordamos fecha, hora y lugar…
Luego le contaré lo qué sucedió esa vez… aún la historia es larga y está para contarla por partes… CONTINUARÁ.
