Gerineldo Marquez
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Uno de los temas más delicados por el que pasa el actual gobierno se refiere a la definición de tendrá el tema de minas Conga en Cajamarca desarrollado por Newmont Mining y la peruana Buenaventura. Este proyecto minero, una de las más grandes inversiones de los últimos años calculada en 4,800 millones de dólares, se encuentra en riesgo.
Las razones, son de carácter socio ambiental ya que para que este proyecto aurífero de Yanacocha pueda realizarse tendrán que desaparecer cuatro lagunas en las alturas de Cajamarca y Celendín, hecho que ha motivado una férrea oposición de los pobladores de la zona. Muchos pernos habría que ajustar para que las negociaciones, que aun se llevan a cabo bajo el riesgo de que las protestas sociales las hagan cerrar, lleguen a buen puerto. Solo dos ejemplos para que se comprenda la magnitud del problema. Uno es el relacionado a moradores de la provincia de Celendin que se oponen al estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa minera, cuya aprobación es imprescindible para la aprobación del proyecto por parte del Estado, por no estar incorporados en dicho estudio en el área de influencia de las minas. El otro, muy fresquito, es la denuncia de que un ex funcionario de Yanacocha haya sido el encargado de revisar el estudio de impacto ambiental respecto al proyecto Minas Conga. Como se sabe Newmont Mining es también operadora y accionista mayoritaria de Yanacocha.
De ahí que hace unos pocos días tres ministros de Estado llegaran a la región minera de Cajamarca y se reunieran con representantes de la compañía, dirigentes y autoridades de la zona que temen que la operación de Minas Conga reduzca la afluencia de agua local. En dicha cita no se llegó a ningún un acuerdo entre las partes y los pobladores mantienen su posición para que se suspendan las actividades de Minas Congas. Esta anunciado inclusive, un paro regional el 9 de noviembre para hacer respetar la posición de las comunidades.
El temor de las comunidades es válido, como valido es también el interés del país en que un proyecto minero de esta envergadura pueda ser llevado a buen puerto. Y valida también la pretencion de la empresa minera de invertir en el país. El gobierno ante situaciones casi irreconciliables como esta tiene en sus manos, por ley, la decisión final. El primer ministro, Salomón Lerner, ha afirmado que el gobierno apoyará la ejecución del proyecto minero Conga, pero previa “estricta evaluación del Estudio de Impacto Ambiental”. Por su parte, durante la megaentrevista del fin de semana, el presidente Humala aposto por el dialogo propiciado por el mismo gobierno a fin de encontrar una solución al impase.
Es lógico pensar que toda inversión en el país debe evitar el daño al sistema ecológico y ambiental dadas las condiciones de dependencia de estos en que viven miles de pobladores de comunidades campesinas, dedicados de lleno a la agricultura y a la ganadería. Ambas dependen totalmente de los recursos hídricos para su subsistencia lo cual es el generador de la disputa con Newmont y el proyecto Conga. Si no hay claridad y contundente demostración que el equilibrio ecológico no será roto con el funcionamiento de estas minas, el status y estilo de vida de miles de peruanos se verá gravemente afectado.
Pero también es cierto que cada vez que estos temores, lógicos, aparecen ante la posible aprobación de un proyecto minero, junto a estos aparecen también los oportunistas de siempre, dirigentes y políticos que buscan emprender una ruta meteórica hacia el poder que movilizan a las poblaciones en base a temores super potenciados.
Y es allí donde aparecen los famosos trade offs, termino que se viene poniendo de moda, sin traducción directa al español, pero referido a la relación entre dos cosas deseables en donde obtener una implica perder la otra, lo que obliga a una negociación y a un compromiso.
Todo trade off implica una disyuntiva, una decisión que se basa en la imposibilidad de obtenerlo todo, pero si en obtener algo. Una apuesta por el equilibrio como objetivo de una mesa de negociación.
Para comprender la figura del trade off es necesario evaluar algunas de las contradicciones mas naturales en el peruano (no es una atribución netamente peruana, pero si característica casi natural). Lo hago a través de tres ejemplos que leía hace poco en internet:

)
Ante discrepancias y contradicciones tan notorias (hay miles, donde el peruano levanta una piedra, salta una) solo sirve el dialogo, el destierro de la idea de el todo o nada. La cabal comprensión de que el éxito de este gobierno y de cualquier otro no pasa por contentar a todos. Por lo menos no a la vez.
Y es el gobierno quien mejor deberá entenderlo. Deberá ser firme si, y muy estricto, para evaluar el contenido del informe de Impacto ambiental presentado por Newmont asi como cada una de las obligaciones a las que esta se allana. Pero también ser muy claro que no debe ceder ante la presión popular encabezada por los oportunistas de siempre.
Los trade-off son peruanos como la papa…. ¿tú qué opinas?
Las razones, son de carácter socio ambiental ya que para que este proyecto aurífero de Yanacocha pueda realizarse tendrán que desaparecer cuatro lagunas en las alturas de Cajamarca y Celendín, hecho que ha motivado una férrea oposición de los pobladores de la zona. Muchos pernos habría que ajustar para que las negociaciones, que aun se llevan a cabo bajo el riesgo de que las protestas sociales las hagan cerrar, lleguen a buen puerto. Solo dos ejemplos para que se comprenda la magnitud del problema. Uno es el relacionado a moradores de la provincia de Celendin que se oponen al estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa minera, cuya aprobación es imprescindible para la aprobación del proyecto por parte del Estado, por no estar incorporados en dicho estudio en el área de influencia de las minas. El otro, muy fresquito, es la denuncia de que un ex funcionario de Yanacocha haya sido el encargado de revisar el estudio de impacto ambiental respecto al proyecto Minas Conga. Como se sabe Newmont Mining es también operadora y accionista mayoritaria de Yanacocha.
De ahí que hace unos pocos días tres ministros de Estado llegaran a la región minera de Cajamarca y se reunieran con representantes de la compañía, dirigentes y autoridades de la zona que temen que la operación de Minas Conga reduzca la afluencia de agua local. En dicha cita no se llegó a ningún un acuerdo entre las partes y los pobladores mantienen su posición para que se suspendan las actividades de Minas Congas. Esta anunciado inclusive, un paro regional el 9 de noviembre para hacer respetar la posición de las comunidades.
El temor de las comunidades es válido, como valido es también el interés del país en que un proyecto minero de esta envergadura pueda ser llevado a buen puerto. Y valida también la pretencion de la empresa minera de invertir en el país. El gobierno ante situaciones casi irreconciliables como esta tiene en sus manos, por ley, la decisión final. El primer ministro, Salomón Lerner, ha afirmado que el gobierno apoyará la ejecución del proyecto minero Conga, pero previa “estricta evaluación del Estudio de Impacto Ambiental”. Por su parte, durante la megaentrevista del fin de semana, el presidente Humala aposto por el dialogo propiciado por el mismo gobierno a fin de encontrar una solución al impase.
Es lógico pensar que toda inversión en el país debe evitar el daño al sistema ecológico y ambiental dadas las condiciones de dependencia de estos en que viven miles de pobladores de comunidades campesinas, dedicados de lleno a la agricultura y a la ganadería. Ambas dependen totalmente de los recursos hídricos para su subsistencia lo cual es el generador de la disputa con Newmont y el proyecto Conga. Si no hay claridad y contundente demostración que el equilibrio ecológico no será roto con el funcionamiento de estas minas, el status y estilo de vida de miles de peruanos se verá gravemente afectado.
Pero también es cierto que cada vez que estos temores, lógicos, aparecen ante la posible aprobación de un proyecto minero, junto a estos aparecen también los oportunistas de siempre, dirigentes y políticos que buscan emprender una ruta meteórica hacia el poder que movilizan a las poblaciones en base a temores super potenciados.
Y es allí donde aparecen los famosos trade offs, termino que se viene poniendo de moda, sin traducción directa al español, pero referido a la relación entre dos cosas deseables en donde obtener una implica perder la otra, lo que obliga a una negociación y a un compromiso.
Todo trade off implica una disyuntiva, una decisión que se basa en la imposibilidad de obtenerlo todo, pero si en obtener algo. Una apuesta por el equilibrio como objetivo de una mesa de negociación.
Para comprender la figura del trade off es necesario evaluar algunas de las contradicciones mas naturales en el peruano (no es una atribución netamente peruana, pero si característica casi natural). Lo hago a través de tres ejemplos que leía hace poco en internet:
(Yo le añadiría, en relación a esta zona: queremos que esta sea una zona de amplio debate, pero criticamos al que lo hace… ejem, en fin
- "Queremos energía eléctrica, agua potable y gas barato para todos, pero nos oponemos, sin mayor sustento a la construcción de hidroeléctricas, represas y a la exploración de hidrocarburos."
- "Queremos recaudar más por la actividad minera, para así financiar las políticas sociales y el combate a la pobreza, pero no queremos nuevas inversiones mineras."
- "Queremos mantener el medio ambiente y los entornos naturales intocados, pero al mismo tiempo queremos modernidad, oportunidades, desarrollo."
Ante discrepancias y contradicciones tan notorias (hay miles, donde el peruano levanta una piedra, salta una) solo sirve el dialogo, el destierro de la idea de el todo o nada. La cabal comprensión de que el éxito de este gobierno y de cualquier otro no pasa por contentar a todos. Por lo menos no a la vez.
Y es el gobierno quien mejor deberá entenderlo. Deberá ser firme si, y muy estricto, para evaluar el contenido del informe de Impacto ambiental presentado por Newmont asi como cada una de las obligaciones a las que esta se allana. Pero también ser muy claro que no debe ceder ante la presión popular encabezada por los oportunistas de siempre.
Los trade-off son peruanos como la papa…. ¿tú qué opinas?