Christmas
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"No hay viento favorable para quien no sabe a donde va" dice un dicho que le cae, en estos momentos, como anillo al dedo, al gobierno de Humala. Yo percibo falta de convicción en sus palabras cuando dice, con frases prestadas de algún asesor, que Conga va. ¿Realmente cree el presidente en la inversión privada, el libre mercado y el crecimiento como base para el desarrollo del país? Ya se olvidó de la línea aerea de bandera, las empresas estratégicas, la nacionalización de la economía y casi todas sus propuestas de campaña, lo cual es bueno para los que creimos en su hoja de ruta pero ha de ser muy decepcionante para ese 30% que lo colocó en la segunda vuelta. Y no sólo se deben sentir decepcionados sinó también engañados, burlados, estafados por el político que se decía diferente a los tradicionales. Todas estas gigantescas incoherencias ahora, muy temprano aun, le pasan la factura.
Un funcionario de alto nivel (oficina de gestión de conflictos) de la PCM, enviado a Cajamarca a tender puentes de diálogo, acaba de decir en televisión, muy pusilánime él, que el presidente regional le ha dicho que para iniciar el diálogo, Cajamarca sólo pide una condición: Que el gobierno declare la inviavilidad del proyecto Conga. El problema no es ambiental, el cual es usado para asuzar y agitar a la gente, que ve el desarrollo como algo imposible de alcanzar, que percibe la explotación minera como el enriquecimiento de los de siempre: los otros, es político e ideológico. Y en ese terreno, con sus incoherencias, Humala se hizo los autogoles mucho antes de empezar el partido.
Somos un país pobre, y sabemos, a comparación del resto del mundo, hacer muy pocas cosas, y entre las que sabemos hacer está la minería; tenemos el potencial, así que no nos queda de otra. Es cierto que no la hemos aprovechado en el pasado, pero aun hay tiempo de subsanar y utilizar esos recursos, sobretodo en este período de bonanza de los precios de los minerales, para, primero, disminuir a cero la desnutrición infantil, levantar la calidad de la educación y hacer florecer actividades productivas propias del primer mundo. Sin la minería, probablemente, en estos momentos seríamos un país inviable como Haití.
Anoche Humala canceló, luego de haber asegurado, su participación en la CADE 2011. ¿Idas y venidas? ¿sensatez? En tiempos de crisis se ve la mano del estadista y la de Humala brilla por su ausencia. Me da la impresión que no es él quien tiene el timon del gobierno, el cual parece de tanto en tanto, perder el rumbo. Se impone el principio de autoridad para empezar a retomar el orden antes de que el caos se generalice en todo el país.
Un funcionario de alto nivel (oficina de gestión de conflictos) de la PCM, enviado a Cajamarca a tender puentes de diálogo, acaba de decir en televisión, muy pusilánime él, que el presidente regional le ha dicho que para iniciar el diálogo, Cajamarca sólo pide una condición: Que el gobierno declare la inviavilidad del proyecto Conga. El problema no es ambiental, el cual es usado para asuzar y agitar a la gente, que ve el desarrollo como algo imposible de alcanzar, que percibe la explotación minera como el enriquecimiento de los de siempre: los otros, es político e ideológico. Y en ese terreno, con sus incoherencias, Humala se hizo los autogoles mucho antes de empezar el partido.
Somos un país pobre, y sabemos, a comparación del resto del mundo, hacer muy pocas cosas, y entre las que sabemos hacer está la minería; tenemos el potencial, así que no nos queda de otra. Es cierto que no la hemos aprovechado en el pasado, pero aun hay tiempo de subsanar y utilizar esos recursos, sobretodo en este período de bonanza de los precios de los minerales, para, primero, disminuir a cero la desnutrición infantil, levantar la calidad de la educación y hacer florecer actividades productivas propias del primer mundo. Sin la minería, probablemente, en estos momentos seríamos un país inviable como Haití.
Anoche Humala canceló, luego de haber asegurado, su participación en la CADE 2011. ¿Idas y venidas? ¿sensatez? En tiempos de crisis se ve la mano del estadista y la de Humala brilla por su ausencia. Me da la impresión que no es él quien tiene el timon del gobierno, el cual parece de tanto en tanto, perder el rumbo. Se impone el principio de autoridad para empezar a retomar el orden antes de que el caos se generalice en todo el país.