Gracias a cada uno de los cofrades que se toma la molestia de leer mis relatos, a pedido de ustedes en los mensajes pidiendo una segunda parte de este relato; les presento esta segunda parte que seria el final de mi relato esperando que sea de su agrado:
Han pasado casi 5 días desde aquel encuentro con mi padrino en casa mientras mi madre producto de la borrachera había quedado profundamente dormida, en estos días mi padrino llamo a la casa preguntando por mí, incluso me llamo a mi celular sin embargo en ningún momento quise responderle. Por dios fue el mejor amigo de mi difunto padre y habíamos tenido sexo, lo peor había sido que a mí me había encantado su forma de hacerme el amor, todas las noches soñaba que me hiciera suya una vez más pero no podía volver a ocurrir, no debía
Era viernes cuando en uno de sus mensajes me pedía conversar conmigo, quería que habláramos, yo respondí por mensaje que no podía ser, que estaba estudiando y que no podía desconcentrarme, el trato de convencerme de diferentes maneras, tomarnos un café, según dijo estaba dispuesto a esperarme en la puerta del instituto hasta que yo saliera.
-Solo dame una oportunidad para hablar contigo me dijo en un mensaje de WhatsApp, al ver que no tenia otra opción acepte pero solo para charlar, me sentía súper nerviosa de volverlo a ver, tenía sentimientos encontrados, por un lado lo odiaba por haberse aprovechado de mí y de mi madre, por otro lado sentía cierto deseo y morbo que nos viéramos solos, porque ahora sabía que ya no me veía como su ahijada sino como una mujer deseable.
Salía de mis clases cuando vi su mensaje, ya me estaba esperando en su auto, así que no había marcha atrás, ese día había ido vestida con una faldita alicrada que resaltaba mis curvas, debajo unas medias de malla color miel, cubriendo mis senos me había puesto un top blanco y una casaca Jean, cogí mi mochila y fui a su encuentro.
Sin decir palabra me subí a su auto, y el arranco el auto, cruzamos pocas palabras, no pude evitar volver a sentir su colonia, esa que tanto la había sentido desde que era una niña y que ahora la asociaba con un olor a macho. Cuando el semáforo nos detuvo lo primero que hizo fue mirarme de pies a cabeza, la forma como lo hacía lograba quemar mi cuerpo.
Estaciono su auto cerca de un parque y conversamos un poco, no entrare en detalles pero me dijo que ya no era una niña sino una mujer y que esa noche en casa se lo había demostrado, que lo que había tenido con mi madre solo era el resultado de la soledad que sentía mi madre y en cierta forma el por su esposa, entre otras cosas
.. Yo le recrimine y me salieron unas lágrimas, el me abrazo y me hizo el mismo cariño que me hacía cuando era niña y buscaba el calor de un padre, sentí su calor, su olor, no me di cuenta cuando me estaba besando una vez más e intercambiábamos saliva como si fuéramos amantes de mucho tiempo, el volvió a encender su auto y me dijo que me llevaría un lugar más tranquilo.
-A donde me quieres llevar padrino?- pregunte nerviosa.
-A un pequeño departamento que tengo siempre reservado para las perritas como tu
. - y sobo mis senos sobre mi top que ahora lo transparentaba descaradamente.
-Pero yo no soy una cualquiera soy tu ahijada, hija de tu difunto amigo
- respondí con una mezcla de nervios y ansias
-Déjate de caretas ahijadita, sabes muy bien a lo que has venido, además lo deseas mucho más que yo, ven conmigo
- al ver que agachaba mi cabeza sin reaccionar, me atrajo a él y nos dimos un delicioso beso con lengua y saliva incluida, luego me cogió de la nuca y llevo mi cabeza hacia su entre pierna.
Mientras el manejaba, restregaba suavemente mi cabeza contra el bulto de su pantalón, yo al inicio trate de resistirme, pero el morbo pudo más, y poco a poco fui desabrochando su pantalón para tener ante mi rostro su endurecida verga, uhmm aspire su olor le di unos cuantos besos cuando escuche su orden:
-chúpala perrita, llénate de mí verga el modo en que me trataba, el que fuera mi padrino, a quien consideraba mi segundo padre, me excitaba mas de la cuenta, empecé a chuparla con todas mis ansias, con mucha desesperación, como si fuera la última verga que podría chupar en toda mi vida. La llenaba de saliva mientras mi cabeza subía y bajaba por todo su tronco, acariciaba sus huevos, hacia cada cosa que había ido aprendiendo y de tal manera que el sintiera todo el deseo que llevaba por ser su mujer.
Mientras conducía el serio e intachable padrino, la ahijada estaba metida entre sus piernas y lo masturbaba con una mano mientras chupaba su cabeza con la otra. Mi mente ya no razonaba y en el mundo no había más que esa verga hasta que escuche la voz de mi padrino:
-la chupas tan bien como tu madre, aunque ella se la mete entera putita
. para estacionarse en una esquina y facilitar mi labor, mientras aflojaba con sus manos mi ropa y metía su mano debajo de mi ropa interior masturbándome
Lo empecé a masturbar dentro de mi boca, tratando de metérmela cada vez más provocando que me salieran lágrimas de los ojos y arcadas, la lamia chupaba sus huevos, usaba mi lengua por su frenillo y le daba besitos uhmmm era tan larga
mientras mi sexo estaba totalmente mojado producto del estímulo de los dedos de mi padrino siguió moviéndolos hasta que me provoco un delicioso orgasmo. Mientras yo gemía y volteaba mis ojos por el placer recibido, mi padrino se masturbo frente a mi cara y me lleno la cara de semen para finalizar limpiando su verga con mi rostro y boca.
Me levante avergonzada tratando de limpiarme el rostro de su semen con un pañuelo que me ofreció, miraba por la ventana como el auto se volvía a encender, a la gente pasar, adultos, niños, semáforos, calles, su mano en mis tetas, en mi pierna, un suspiro, hablaba por teléfono, era su mujer decía que estaría ocupado mientras yo no sabía cómo había llegado a esto, me lo había prohibido pero la verdad es que deseaba ser suya; estaba en esas reflexiones cuando mi padrino me saco de mis pensamientos:
-Ya llegamos debemos bajar llegamos a un departamento que mi padrino debía tener reservado para sus aventuras o como el denominaba: para sus perritas.
Este era un sitio acogedor de dos ambientes, lleno de espejos, un pequeño bar un televisor y los muebles como sillones eran de buen gusto como para que una se sienta muy cómoda. te gustas ahijadita? Aquí vienen todas mis peritas y ahora eres una de ellas, pero lo importante es que ahora te voy a cachar en la misma cama donde tu madre acepto ser mi puta como tú también lo harás
Empezó a acariciar mi cuerpo desde atrás, sus manos empezaron a explorar mis senos sobándolos, estrujándolos, su boca empezó a besar mi cuello, mi nuca; empecé a gemir suavemente sabía que no podía decir nada, yo misma me había subido a su auto, y ahora era yo quien estaba en ese departamento esperando que me hiciera suya como lo había hecho con otras, incluso mi propia madre.
Fue desnudándome con una paciencia que me volvía loca, al dejar libre mis tetas las empezó a chupar mientras sus manos me terminaban de desnudar arrancando mi ropa interior con fuerza, para que su dedo empezara a masturbarme estimulando directamente mi clítoris.
-te gusta Jaqui?. te gusta perrita???....-
-Me encanta respondí entre gemidos, mientras nos devorábamos las bocas y caía a la cama separando mis piernas, a lo que mi padrino se metió entre ellas para mover su lengua con tanta desesperación que me hizo alucinar y aullar de placer, luego me volteo y me la metió sin piedad separando mis piernas y perforándome una y otra vez.
Gemí, llore, implore que no me la sacara, que lo amaba y como su ahijada siempre seria suya y que hiciera conmigo lo que quisiera. Su verga me penetraba ahora mientras me tenía en 4 y para rematar el gusto metía su dedo en mi ano, para mí todo era nuevo y solo sentía que mi cuerpo estaba hecho para darle placer y recibir de su sexo mi ansiado placer.
Ahora tenía tres dedos en mi ano que se giraban y me penetraban sin piedad, yo sonreía y gemía por el placer recibido, las imágenes del padrino que me mimaba o cuidaba cuando era una niña, desaparecían por el padrino que me bombeaba, que tiraba de mis cabellos y chupaba de mis tetas y sexo dándome una y otra vez placer.
Era tanto el placer de sentirme sometida por mi padrino que no pude contenerme más y empecé a terminar gimiendo como una loca:
-hay te amo, te amo padrinito querido, te amo, me haces muy feliz
..-
Cuando quiso sacarla de mi vagina para terminar fuera, le rogué que no lo hiciera, que me la diera dentro, que quería sentir su semen en todo mi ser..
-Muy bien ahijadita, a tu pedido recíbela toda dentro
- bombeo un poco más y empezó a acabar con fuertes bufidos como si fuera un toro, mientras sentía su semen quemando todo mi útero, consiguiendo yo por primera vez una serie de orgasmos, simplemente fue único
Ese fue el inicio de mi nueva situación sentimental la cual conservo hasta la fecha:
LA PERRITA DE MI PADRINO