El proyecto de derrocar a Adolf Hitler empezó a gestarse de manera difusa y solapada en 1938, por parte de algunos altos oficiales de la Wehrmacht deseosos de evitar una gran guerra a gran escala en Europa. Entre estos conspiradores estaban el general Ludwig Beck, antiguo jefe de Estado Mayor, y el mariscal de campo Erwin von Witzleben; sin embargo la indecisión de los generales del ejército, Franz Halder y Walther von Brauchitsch impidió ejecutar tales planes, mientras la política de apaciguamiento seguida por Reino Unido y Francia en esos años les desanimaba de realizar un acto concreto contra el régimen nazi.
En 1941, tras el comienzo de la Operación Barbarroja, se forma otro grupo de resistencia dirigido por el coronel Henning von Tresckow, quien trabajaba como parte del Estado Mayor del general Fedor von Bock, su tío. Tresckow pensaba que la guerra contra la Unión Soviética estaba perdida de antemano y que desangraría a Alemania en hombres y recursos, colocándola frente a un abismo como nación. El reclutamiento de opositores era muy difícil. Se hacía con mucha cautela y muy discretamente en las residencias de los cabecillas y fuera de Berlín.
En 1942, Tresckow con ayuda del general Hans Oster logró reclutar en su núcleo de oposición al general Friedrich Olbricht, quien dirigía la oficina principal del ejército en Berlín, controlando allí un sistema de comunicaciones autónomo que unía a las unidades militares de reserva aún estacionadas en territorio de Alemania. A fines de año, Tresckow y Olbricht intentaron asesinar a Hitler con bombas barométricas en dos oportunidades, una en el aeródromo de Smolensk y la otra en Berlín, pero ambos planes fracasaron debido al fallo en los artefactos. También buscaron sin éxito unir a su conspiración a los mariscales de campo Erich von Manstein y Gerd von Rundstedt, dos militares veteranos que gozaban de gran prestigio en la Wehrmacht por sus éxitos y conocimientos de táctica en combate, quienes podrían ayudar a un efectivo derrocamiento del régimen nazi y no a un mero asesinato de Hitler y, aunque éstos rehusaron unirse al derrocamiento, no delataron la conspiración.
En 1943, los planes para un golpe de Estado contra el Tercer Reich se vieron favorecidos por el curso tomado por la guerra con la grave derrota de la Batalla de Stalingrado, absolutamente desfavorable para la Alemania nazi, la contraofensiva soviética que culminó en la batalla de Kursk, y la total derrota germana en África del norte tras la batalla de El Alamein, que propició un ambiente de descontento entre los militares por la dirección de la guerra que hacía Hitler en el frente oriental. A mediados de ese año Tresckow reclutó para la conspiración al coronel Claus von Stauffenberg, herido de guerra en África, quien se mostró dispuesto a realizar personalmente el intento de asesinar a Hitler. Ese año Olbricht sugirió a Tresckow un proyecto de golpe de Estado ya avanzado: la organización estaba basada en un plan aprobado por Hitler en caso de un estado de anarquía.
PREPARATIVOS
Desde 1938, existían grupos de oposición al régimen nazi en una dependencia tan importante como el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, donde Ulrich von Hasell, Friedrich Graf von der Schulenburg y Adam von Trott zu Solz, todos diplomáticos profesionales, trabajaban activamente formando una red de opositores a Hitler. Otro ente lleno de actividad de oposición al régimen nazi era el servicio de inteligencia militar, Abwehr, dirigida por el almirante Wilhelm Canaris donde colaboraba el general Hans Oster, un convencido antinazi protegido por Canaris, que logró incorporar a su círculo al expresidente del Reichsbank Hjalmar Schacht.
A estos grupos ya bastante extendidos se unía la red secreta de opositores formada desde 1938 por el ex alcalde de Leipzig, el derechista conservador Carl Friedrich Goerdeler, junto con otro político de la misma corriente, Johannes Popitz, a ellos se uniría después el socialista Julius Leber en su esfuerzo por preparar planes para un derrocamiento de Hitler y un nuevo gobierno para Alemania. Simultáneamente se formaba otro grupo opositor secreto, el «Círculo Kreisau» dirigido por Helmuth James Graf von Moltke, alto funcionario del Ministerio Alemán de Asuntos Exteriores. Todos estos grupos empezaron a reunirse como un solo ente en 1943.
Aun cuando hacia 1943 todos estos grupos se unieron a los conspiradores ya existentes dentro de la Wehrmacht, los círculos de civiles mostraban grandes diferencias entre sus miembros, había monárquicos, conservadores, liberales, socialistas, antiguos aristócratas, cuyo único punto en común solía ser la necesidad de terminar con el régimen nazi.
El 1 de julio de 1944 el coronel Claus von Stauffenberg quedó agregado al Cuartel General del Ejército de Reserva en Berlín, como jefe de Estado Mayor del general Friedrich Fromm, lo cual le permitía acudir a las conferencias de Hitler con los altos jefes militares, fuera en Berlín, en Prusia Oriental, o en Berchtesgaden, esta puerta abierta en forma inesperada aceleró la ejecución del plan. Cabe destacar que Fromm, de personalidad muy ambigua, ya conocía los planes de los conspiradores, pero en su fuero interno decidió no dar señales de absoluta participación quedando a la espera del desarrollo de los acontecimientos.
Tal nombramiento causó que el mismo Stauffenberg presionase a Tresckow para ejecutar el plan de golpe de Estado, en tanto ahora Stauffenberg era el conspirador ejecutivo en mejor situación para asesinar a Hitler.
20 JULIO DEL 44
A inicios de julio de 1944, Von Stauffenberg ya había acudido a dos conferencias militares de Hitler con una potente bomba oculta en su maletín, mas no la había activado porque según Goerdeler y Beck era necesario que junto con Hitler muriesen también sus posibles sucesores Hermann Goering y Heinrich Himmler, según argumentaban, era inútil matar a un loco para que un lunático ocupase su puesto, haciendo alusión sobre todo a Heinrich Himmler, que se había ganado esa fama por méritos propios; una de esas oportunidades se había presentado el sábado 15 de julio. La presencia de Stauffenberg obedecía a la necesidad de crear 15 nuevas divisiones para cubrir las brechas del Grupo de Ejércitos Centro, tarea que había sido encargada por Hitler al mismo Himmler; por tanto el Ejército de Reserva se puso a disposición del Reichsführer de las SS.
Tal situación dificultaba el plan, pues Himmler, en calidad de jefe máximo de las SS, recibía órdenes directas de Hitler y rara vez iba a conferencias militares de la Wehrmacht; se desconoce si estuvo presente aquel día. El sábado 15 de julio, ante la presión del tiempo, se permitió que Stauffenberg ejecutara el asesinato en cuanto pudiese, sin requisitos previos. El plan consistía en que Stauffenberg llevase su maletín con una bomba, lo dejase al costado de Hitler en medio de la conferencia, pretextase una excusa para salir del recinto y luego huyese a Berlín para reunirse con los otros conspiradores en el Cuartel General del Ejército de Reserva, situado en la avenida Bendlerstrasse (llamado por ello el Bendlerblock). Tras esto, Fromm iniciaría la «Operación Valkiria» movilizando las tropas en apoyo al nuevo gobierno, arrestando a los líderes nazis; semejante plan era arriesgado y dependía de una gran coincidencia de hechos para tener éxito.
El día martes 18 de julio, Stauffenberg supo que la Gestapo podría arrestarlo en cualquier momento y se decidió a matar a Hitler en la primera ocasión viable. Para ello salió de Berlín por avión en la mañana del jueves 20 de julio hacia Rastenburg, localidad de Prusia Oriental; a 15 km al este de dicha población se hallaba el cuartel militar de Hitler llamado Wolfsschanze ('Guarida del Lobo') y allí se dirigió Stauffenberg con un par de bombas plásticas ocultas en el maletín. Lo acompañaba el mayor Von Haeften como ayudante.
A las 12:40 la bomba explotó con gran potencia destruyendo gravemente la sala de conferencias, matando a cuatro oficiales e hiriendo gravemente a otros cinco, pero dejando a Hitler, Jodl y Keitel sólo con heridas relativamente leves. No obstante, Stauffenberg observó la humareda desde fuera de la Wolfsschanze, y supuso que era imposible que Hitler hubiese sobrevivido y con gran dificultad pudo salir de Wolfsschanze deshaciéndose de la bomba que no había utilizado y retornó a Berlín a las 13:00 creyendo que Hitler estaba muerto.
Poco antes de las 15:00, el general Friedrich Fromm recibió una llamada desde Rastenburg del general Erich Fellgiebel, del Cuerpo de Señales y participante de la conspiración, quien avisó a sus demás cómplices que Hitler había sobrevivido al ataque. Tal noticia alertó a los conspiradores reunidos en el Bendlerblock pues calcularon (tal vez con acierto) que si Adolf Hitler estaba vivo las tropas de reserva no obedecerían la movilización de la «Operación Valkiria» ordenada por Fromm. En la Wolfsschanze mientras tanto, se supuso en un primer momento un bombardeo aéreo, pero ante la ausencia de informes de aviones enemigos en la zona, se empezó a sospechar de un atentado. Himmler fue llamado en el acto junto con Kaltenbrunner; Martin Bormann fue el primero en sospechar de Stauffenberg al no encontrarse entre los heridos o presentes.
El momento decisivo ocurrió a las 19:00, cuando Hitler estaba lo bastante recuperado para llamar por teléfono. Hitler pudo llamar a Goebbels, quien hizo arreglos para que aquel hablara con el comandante de las tropas que rodeaban su ministerio, el mayor Otto Remer, para persuadirle de que estaba vivo y exigirle reprimir inmediatamente la revuelta en Berlín; esa misma noche Hitler ordenó que el mayor Remer fuese ascendido a coronel. A las 20:00 un furioso Witzleben llegó al Benderblock y discutió airadamente con Stauffenberg, quien todavía insistía en que el golpe podía continuar. Witzleben abandonó el edificio poco después. Alrededor de esta hora la toma del poder en París había sido abortada, cuando el general Stülpnagel fue arrestado por el general Günther von Kluge (otro participante que se desentendió de la conspiración al enterarse este último de que Hitler había sobrevivido).
Los miembros menos resueltos de la conspiración en Berlín comenzaron entonces a cambiar de bando. Estalló la lucha en el Bendlerblock entre los conspiradores que apoyaban el golpe y los leales a Hitler (entre estos últimos está el general Friedrich Fromm) y Stauffenberg fue herido. El general Ludwig Beck, al convencerse de que no había esperanza, se suicidó (el primero de numerosos suicidios cometidos en los siguientes días). Hacia las 23:00 el general Fromm fue liberado y había retomado el control del Bendlerblock, destruyendo huellas de su colaboración con los conspiradores, arrestó a Von Stauffenbergjunto con el general Friedrich Olbricht, Albrecht Mertz von Quirnheim y al ayudante de Stauffenberg Werner von Haeften. Fromm presidió él mismo el consejo de guerra sumarísimo que condenaría a muerte de forma inmediata a los cuatro conspiradores capturados, desobedeciendo la orden oficial de Hitler dada a Remer de capturar vivos a los conspiradores.
A las 0:10 del 21 de julio los cuatro hombres condenados fueron fusilados en el patio del edificio "Bendlerblock".3 Otros ya habrían sido fusilados, pero a las 0:30 irrumpió en el Bendlerblock Otto Skorzeny con un batallón de la SS, prohibiendo nuevas ejecuciones hasta determinar fielmente cuántos militares había participado en la sublevación. Fromm prefirió no enfrentarse a las SS y se dirigió al día siguiente a visitar al ministro de Propaganda Joseph Goebbels, atribuyéndose el mérito de haberse enfrentado a los rebeldes. No obstante en ese mismo acto Fromm es arrestado, tras señalar Himmler lo apurado que estaba en dejar enterrados a los cabecillas y tras descubrirse su participación en la conspiración por documentos encontrados en su caja fuerte, muere fusilado en marzo de 1945
En 1941, tras el comienzo de la Operación Barbarroja, se forma otro grupo de resistencia dirigido por el coronel Henning von Tresckow, quien trabajaba como parte del Estado Mayor del general Fedor von Bock, su tío. Tresckow pensaba que la guerra contra la Unión Soviética estaba perdida de antemano y que desangraría a Alemania en hombres y recursos, colocándola frente a un abismo como nación. El reclutamiento de opositores era muy difícil. Se hacía con mucha cautela y muy discretamente en las residencias de los cabecillas y fuera de Berlín.
En 1942, Tresckow con ayuda del general Hans Oster logró reclutar en su núcleo de oposición al general Friedrich Olbricht, quien dirigía la oficina principal del ejército en Berlín, controlando allí un sistema de comunicaciones autónomo que unía a las unidades militares de reserva aún estacionadas en territorio de Alemania. A fines de año, Tresckow y Olbricht intentaron asesinar a Hitler con bombas barométricas en dos oportunidades, una en el aeródromo de Smolensk y la otra en Berlín, pero ambos planes fracasaron debido al fallo en los artefactos. También buscaron sin éxito unir a su conspiración a los mariscales de campo Erich von Manstein y Gerd von Rundstedt, dos militares veteranos que gozaban de gran prestigio en la Wehrmacht por sus éxitos y conocimientos de táctica en combate, quienes podrían ayudar a un efectivo derrocamiento del régimen nazi y no a un mero asesinato de Hitler y, aunque éstos rehusaron unirse al derrocamiento, no delataron la conspiración.
En 1943, los planes para un golpe de Estado contra el Tercer Reich se vieron favorecidos por el curso tomado por la guerra con la grave derrota de la Batalla de Stalingrado, absolutamente desfavorable para la Alemania nazi, la contraofensiva soviética que culminó en la batalla de Kursk, y la total derrota germana en África del norte tras la batalla de El Alamein, que propició un ambiente de descontento entre los militares por la dirección de la guerra que hacía Hitler en el frente oriental. A mediados de ese año Tresckow reclutó para la conspiración al coronel Claus von Stauffenberg, herido de guerra en África, quien se mostró dispuesto a realizar personalmente el intento de asesinar a Hitler. Ese año Olbricht sugirió a Tresckow un proyecto de golpe de Estado ya avanzado: la organización estaba basada en un plan aprobado por Hitler en caso de un estado de anarquía.
PREPARATIVOS
Desde 1938, existían grupos de oposición al régimen nazi en una dependencia tan importante como el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, donde Ulrich von Hasell, Friedrich Graf von der Schulenburg y Adam von Trott zu Solz, todos diplomáticos profesionales, trabajaban activamente formando una red de opositores a Hitler. Otro ente lleno de actividad de oposición al régimen nazi era el servicio de inteligencia militar, Abwehr, dirigida por el almirante Wilhelm Canaris donde colaboraba el general Hans Oster, un convencido antinazi protegido por Canaris, que logró incorporar a su círculo al expresidente del Reichsbank Hjalmar Schacht.
A estos grupos ya bastante extendidos se unía la red secreta de opositores formada desde 1938 por el ex alcalde de Leipzig, el derechista conservador Carl Friedrich Goerdeler, junto con otro político de la misma corriente, Johannes Popitz, a ellos se uniría después el socialista Julius Leber en su esfuerzo por preparar planes para un derrocamiento de Hitler y un nuevo gobierno para Alemania. Simultáneamente se formaba otro grupo opositor secreto, el «Círculo Kreisau» dirigido por Helmuth James Graf von Moltke, alto funcionario del Ministerio Alemán de Asuntos Exteriores. Todos estos grupos empezaron a reunirse como un solo ente en 1943.
Aun cuando hacia 1943 todos estos grupos se unieron a los conspiradores ya existentes dentro de la Wehrmacht, los círculos de civiles mostraban grandes diferencias entre sus miembros, había monárquicos, conservadores, liberales, socialistas, antiguos aristócratas, cuyo único punto en común solía ser la necesidad de terminar con el régimen nazi.
El 1 de julio de 1944 el coronel Claus von Stauffenberg quedó agregado al Cuartel General del Ejército de Reserva en Berlín, como jefe de Estado Mayor del general Friedrich Fromm, lo cual le permitía acudir a las conferencias de Hitler con los altos jefes militares, fuera en Berlín, en Prusia Oriental, o en Berchtesgaden, esta puerta abierta en forma inesperada aceleró la ejecución del plan. Cabe destacar que Fromm, de personalidad muy ambigua, ya conocía los planes de los conspiradores, pero en su fuero interno decidió no dar señales de absoluta participación quedando a la espera del desarrollo de los acontecimientos.
Tal nombramiento causó que el mismo Stauffenberg presionase a Tresckow para ejecutar el plan de golpe de Estado, en tanto ahora Stauffenberg era el conspirador ejecutivo en mejor situación para asesinar a Hitler.
20 JULIO DEL 44
A inicios de julio de 1944, Von Stauffenberg ya había acudido a dos conferencias militares de Hitler con una potente bomba oculta en su maletín, mas no la había activado porque según Goerdeler y Beck era necesario que junto con Hitler muriesen también sus posibles sucesores Hermann Goering y Heinrich Himmler, según argumentaban, era inútil matar a un loco para que un lunático ocupase su puesto, haciendo alusión sobre todo a Heinrich Himmler, que se había ganado esa fama por méritos propios; una de esas oportunidades se había presentado el sábado 15 de julio. La presencia de Stauffenberg obedecía a la necesidad de crear 15 nuevas divisiones para cubrir las brechas del Grupo de Ejércitos Centro, tarea que había sido encargada por Hitler al mismo Himmler; por tanto el Ejército de Reserva se puso a disposición del Reichsführer de las SS.
Tal situación dificultaba el plan, pues Himmler, en calidad de jefe máximo de las SS, recibía órdenes directas de Hitler y rara vez iba a conferencias militares de la Wehrmacht; se desconoce si estuvo presente aquel día. El sábado 15 de julio, ante la presión del tiempo, se permitió que Stauffenberg ejecutara el asesinato en cuanto pudiese, sin requisitos previos. El plan consistía en que Stauffenberg llevase su maletín con una bomba, lo dejase al costado de Hitler en medio de la conferencia, pretextase una excusa para salir del recinto y luego huyese a Berlín para reunirse con los otros conspiradores en el Cuartel General del Ejército de Reserva, situado en la avenida Bendlerstrasse (llamado por ello el Bendlerblock). Tras esto, Fromm iniciaría la «Operación Valkiria» movilizando las tropas en apoyo al nuevo gobierno, arrestando a los líderes nazis; semejante plan era arriesgado y dependía de una gran coincidencia de hechos para tener éxito.
El día martes 18 de julio, Stauffenberg supo que la Gestapo podría arrestarlo en cualquier momento y se decidió a matar a Hitler en la primera ocasión viable. Para ello salió de Berlín por avión en la mañana del jueves 20 de julio hacia Rastenburg, localidad de Prusia Oriental; a 15 km al este de dicha población se hallaba el cuartel militar de Hitler llamado Wolfsschanze ('Guarida del Lobo') y allí se dirigió Stauffenberg con un par de bombas plásticas ocultas en el maletín. Lo acompañaba el mayor Von Haeften como ayudante.
A las 12:40 la bomba explotó con gran potencia destruyendo gravemente la sala de conferencias, matando a cuatro oficiales e hiriendo gravemente a otros cinco, pero dejando a Hitler, Jodl y Keitel sólo con heridas relativamente leves. No obstante, Stauffenberg observó la humareda desde fuera de la Wolfsschanze, y supuso que era imposible que Hitler hubiese sobrevivido y con gran dificultad pudo salir de Wolfsschanze deshaciéndose de la bomba que no había utilizado y retornó a Berlín a las 13:00 creyendo que Hitler estaba muerto.
Poco antes de las 15:00, el general Friedrich Fromm recibió una llamada desde Rastenburg del general Erich Fellgiebel, del Cuerpo de Señales y participante de la conspiración, quien avisó a sus demás cómplices que Hitler había sobrevivido al ataque. Tal noticia alertó a los conspiradores reunidos en el Bendlerblock pues calcularon (tal vez con acierto) que si Adolf Hitler estaba vivo las tropas de reserva no obedecerían la movilización de la «Operación Valkiria» ordenada por Fromm. En la Wolfsschanze mientras tanto, se supuso en un primer momento un bombardeo aéreo, pero ante la ausencia de informes de aviones enemigos en la zona, se empezó a sospechar de un atentado. Himmler fue llamado en el acto junto con Kaltenbrunner; Martin Bormann fue el primero en sospechar de Stauffenberg al no encontrarse entre los heridos o presentes.
El momento decisivo ocurrió a las 19:00, cuando Hitler estaba lo bastante recuperado para llamar por teléfono. Hitler pudo llamar a Goebbels, quien hizo arreglos para que aquel hablara con el comandante de las tropas que rodeaban su ministerio, el mayor Otto Remer, para persuadirle de que estaba vivo y exigirle reprimir inmediatamente la revuelta en Berlín; esa misma noche Hitler ordenó que el mayor Remer fuese ascendido a coronel. A las 20:00 un furioso Witzleben llegó al Benderblock y discutió airadamente con Stauffenberg, quien todavía insistía en que el golpe podía continuar. Witzleben abandonó el edificio poco después. Alrededor de esta hora la toma del poder en París había sido abortada, cuando el general Stülpnagel fue arrestado por el general Günther von Kluge (otro participante que se desentendió de la conspiración al enterarse este último de que Hitler había sobrevivido).
Los miembros menos resueltos de la conspiración en Berlín comenzaron entonces a cambiar de bando. Estalló la lucha en el Bendlerblock entre los conspiradores que apoyaban el golpe y los leales a Hitler (entre estos últimos está el general Friedrich Fromm) y Stauffenberg fue herido. El general Ludwig Beck, al convencerse de que no había esperanza, se suicidó (el primero de numerosos suicidios cometidos en los siguientes días). Hacia las 23:00 el general Fromm fue liberado y había retomado el control del Bendlerblock, destruyendo huellas de su colaboración con los conspiradores, arrestó a Von Stauffenbergjunto con el general Friedrich Olbricht, Albrecht Mertz von Quirnheim y al ayudante de Stauffenberg Werner von Haeften. Fromm presidió él mismo el consejo de guerra sumarísimo que condenaría a muerte de forma inmediata a los cuatro conspiradores capturados, desobedeciendo la orden oficial de Hitler dada a Remer de capturar vivos a los conspiradores.
A las 0:10 del 21 de julio los cuatro hombres condenados fueron fusilados en el patio del edificio "Bendlerblock".3 Otros ya habrían sido fusilados, pero a las 0:30 irrumpió en el Bendlerblock Otto Skorzeny con un batallón de la SS, prohibiendo nuevas ejecuciones hasta determinar fielmente cuántos militares había participado en la sublevación. Fromm prefirió no enfrentarse a las SS y se dirigió al día siguiente a visitar al ministro de Propaganda Joseph Goebbels, atribuyéndose el mérito de haberse enfrentado a los rebeldes. No obstante en ese mismo acto Fromm es arrestado, tras señalar Himmler lo apurado que estaba en dejar enterrados a los cabecillas y tras descubrirse su participación en la conspiración por documentos encontrados en su caja fuerte, muere fusilado en marzo de 1945