Y a mi ver es preocupante, cofra, porque parece el síntoma de que nuestra democracia no funciona por una especie de paradoja representativa, en la que despreciamos a quien nosotros mismos elegimos, consecutivamente.
En Argentina se está gestando un movimiento autodeterminado Libertario, que expone ideas minarquistas. Aunque me parece un nicho interesante de ideas, no sé si sea la solución a corto plazo, pues los metacapitalistas asumirían el control fáctico.
Soy más conservador y creo que la solución va por quitar el estigma de la política en sí misma, separar los delitos de los malos funcionarios de la idea general de política, y así acercarla a los ciudadanos comunes, buenos, cívicos y con una vida hecha. Si repudiamos a todos los políticos al mismo tiempo que rechazamos acercarnos a la política, ¿a quién le dejamos el destino del país? ¿A los Graña? ¿A los directivos de Holdings extranjeros? ¿Por siempre el mal menor?