Pier10
Capitan
- 466
- 906
- 159
- Registrado
- 19 Dic 2016
- Registrado
- 19 Dic 2016
- Mensajes
- 466
- Puntos de reacción
- 906
- Puntos
- 159
8 Years of Service
En los últimos meses del colegio, mis compañeros siempre sacaban pecho y engrosaban la voz contando sus historias sexuales. Muchos decían haber tenido sexo en el baño de una fiesta de quince años. De los tantos relatos, solo uno de ellos fue capaz de llevar a su enamorada al colegio. Dicha muestra de hombría debe haber llenado el ego de mi compañero. Pero, al mismo tiempo, esa muestra me hizo creer que todas las historias si bien eran exageradas, deberían tener algo de verdad.
Ya en el ultimo mes del colegio, quisimos hacer una fiesta de promoción por nuestra propia cuenta. No habría viaje ni nada por decisión de padres y profesores. Yo fui uno de los encargados de organizar todos, vendí libros y hasta bañe perros para recaudar fondos. Todo esto con la intención de verlos actuar y aprender cómo debía atacar a una mujer.
El día de la fiesta, solo aparecieron treinta y cinco alumnos de la promoción. De los cuales solo 5 estaban acompañados por enamoradas o amigas. Si no era una amiga que llevo a 4 amigas más, la fiesta hubiera sido mas una borrachera que fiesta. Al momento de bailar veía cómo los que decían haber tenido orgias, no podían ni siquiera invitar a bailar. Ese momento fue un divisor de aguas, me di cuenta de quienes mentían y quienes contaban historias exageradas, pero que sí habían tenido algo de verdad.
Meses después de haber terminado el colegio, partía a Lima en busca de una carrera que no estaba seguro de seguir. En el camino decidí que en Lima sí tenia que conquistar mujeres. Que mi timidez no podía dejar que solo pueda tener sexo pagando o cuando una mujer este ebria. Pensé en todo lo que decían y hacían muchos de ellos y en cómo las mujeres los trataban. Era evidente que ellas siempre tenían el control de todo y que su voluntad hacia sucumbir hasta el más reacio de mis compañeros.
"Debe haber una forma para hacer con que ellas estén en la posición de obedecer y no de mando".
Llegando a la casa donde me quedaría, descubrí que era mas como un laberinto. Habitaciones por todos los lados y estudiantes entrando y saliendo. Para mi mala suerte me toco un cuarto en el sótano. Lugar donde solo habían dos piezas y aparentemente la otra estaba vacía.
"Aquí abajo nunca voy a poder ver a las mujeres que duermen arriba".
Todos los días después de mis clases anotaba pensamientos de cómo hacer para ser más atractivo o de cómo debería seducir a una mujer. Tenia muchas paginas escritas, pero no había puesto en práctica absolutamente nada. Por las madrugadas veía películas de seductores. Anotaba como hablaban, qué hacían y cómo se vestían. Después de correr observaba a las parejas. En las fiestas veía cómo los hombres iniciaban interacciones y me di cuenta que casi siempre las mujeres rechazaban unas tres veces y después aceptan al cuarto pretendiente de la noche. Veía como ellas realmente no se derretían por ellos, si no que por no estar solas o mostrar que habían pescado bailaban, bebían y a veces terminaban yéndose juntos.
"¿Muchos jóvenes que no huelen bien y terminan besándose con mujeres muy lindas y tú solo mirando?"
En una fiesta decidí poner en práctica lo que había aprendido hasta el momento. Como era de esperarse me trabe y después de una canción me dejaron solo en la pista de baile. Llegue a mi cuarto pensando en qué había echo mal.
"No huelo mal, tengo la ropa limpia, solo bebí una cerveza, salude educadamente y le dije para bailar. Ella parecía interesada, pero después del primer baile se fue. No soy Baryshnikov pero tampoco lo hice tan mal".
Cuando estaba cerca de dormir, escuche unos gemidos. Venían del cuarto de al lado. Curioso, salí del cuarto sin zapatos y puse mi oido en la puerta. Realmente no era una película y si una mujer gritando que para que le "den más". No sabia que había alguien en esa habitación y que me acuerde la dueña había dicho que no se podía llevar a invitados después de las diez de la noche. Con la curiosidad a flor de piel, decidí esperar hasta que salgan las personas de ese cuarto. Me dormí esperando en la puerta. Pero por la mañana me despertaron el sonido de unas ollas. Minutos después salió un tipo, alto y de buena presencia, tenia un casco en la mano y le decía a la chica: "la próxima semana vuelvo para darte tu ración de verga".
"Como es que ella no se ofende con tales palabras. La vez que le dije a una puta que había nacido para degustar penes, ella se enfureció y no quiso continuar con la felación".
Sabia que tenia una oportunidad única. Una mujer, aparentemente liberal, que tiene sexo una vez por semana con un tipo que debe no querer nada enserio. A pesar de no haber visto a la chica, por su voz parecía ser joven. Fui corriendo a mi escritorio y revise algunos apuntes y en una hoja en blanco escribí: "Plan vecina".
Continuará...
Ya en el ultimo mes del colegio, quisimos hacer una fiesta de promoción por nuestra propia cuenta. No habría viaje ni nada por decisión de padres y profesores. Yo fui uno de los encargados de organizar todos, vendí libros y hasta bañe perros para recaudar fondos. Todo esto con la intención de verlos actuar y aprender cómo debía atacar a una mujer.
El día de la fiesta, solo aparecieron treinta y cinco alumnos de la promoción. De los cuales solo 5 estaban acompañados por enamoradas o amigas. Si no era una amiga que llevo a 4 amigas más, la fiesta hubiera sido mas una borrachera que fiesta. Al momento de bailar veía cómo los que decían haber tenido orgias, no podían ni siquiera invitar a bailar. Ese momento fue un divisor de aguas, me di cuenta de quienes mentían y quienes contaban historias exageradas, pero que sí habían tenido algo de verdad.
Meses después de haber terminado el colegio, partía a Lima en busca de una carrera que no estaba seguro de seguir. En el camino decidí que en Lima sí tenia que conquistar mujeres. Que mi timidez no podía dejar que solo pueda tener sexo pagando o cuando una mujer este ebria. Pensé en todo lo que decían y hacían muchos de ellos y en cómo las mujeres los trataban. Era evidente que ellas siempre tenían el control de todo y que su voluntad hacia sucumbir hasta el más reacio de mis compañeros.
"Debe haber una forma para hacer con que ellas estén en la posición de obedecer y no de mando".
Llegando a la casa donde me quedaría, descubrí que era mas como un laberinto. Habitaciones por todos los lados y estudiantes entrando y saliendo. Para mi mala suerte me toco un cuarto en el sótano. Lugar donde solo habían dos piezas y aparentemente la otra estaba vacía.
"Aquí abajo nunca voy a poder ver a las mujeres que duermen arriba".
Todos los días después de mis clases anotaba pensamientos de cómo hacer para ser más atractivo o de cómo debería seducir a una mujer. Tenia muchas paginas escritas, pero no había puesto en práctica absolutamente nada. Por las madrugadas veía películas de seductores. Anotaba como hablaban, qué hacían y cómo se vestían. Después de correr observaba a las parejas. En las fiestas veía cómo los hombres iniciaban interacciones y me di cuenta que casi siempre las mujeres rechazaban unas tres veces y después aceptan al cuarto pretendiente de la noche. Veía como ellas realmente no se derretían por ellos, si no que por no estar solas o mostrar que habían pescado bailaban, bebían y a veces terminaban yéndose juntos.
"¿Muchos jóvenes que no huelen bien y terminan besándose con mujeres muy lindas y tú solo mirando?"
En una fiesta decidí poner en práctica lo que había aprendido hasta el momento. Como era de esperarse me trabe y después de una canción me dejaron solo en la pista de baile. Llegue a mi cuarto pensando en qué había echo mal.
"No huelo mal, tengo la ropa limpia, solo bebí una cerveza, salude educadamente y le dije para bailar. Ella parecía interesada, pero después del primer baile se fue. No soy Baryshnikov pero tampoco lo hice tan mal".
Cuando estaba cerca de dormir, escuche unos gemidos. Venían del cuarto de al lado. Curioso, salí del cuarto sin zapatos y puse mi oido en la puerta. Realmente no era una película y si una mujer gritando que para que le "den más". No sabia que había alguien en esa habitación y que me acuerde la dueña había dicho que no se podía llevar a invitados después de las diez de la noche. Con la curiosidad a flor de piel, decidí esperar hasta que salgan las personas de ese cuarto. Me dormí esperando en la puerta. Pero por la mañana me despertaron el sonido de unas ollas. Minutos después salió un tipo, alto y de buena presencia, tenia un casco en la mano y le decía a la chica: "la próxima semana vuelvo para darte tu ración de verga".
"Como es que ella no se ofende con tales palabras. La vez que le dije a una puta que había nacido para degustar penes, ella se enfureció y no quiso continuar con la felación".
Sabia que tenia una oportunidad única. Una mujer, aparentemente liberal, que tiene sexo una vez por semana con un tipo que debe no querer nada enserio. A pesar de no haber visto a la chica, por su voz parecía ser joven. Fui corriendo a mi escritorio y revise algunos apuntes y en una hoja en blanco escribí: "Plan vecina".
Continuará...