Vulcanoxxx
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Recuerdos de antaño, leyendo algún periódico en un quiosco de esquina, los diarios chicha con sus portadas coloridas con chuchis, moniques, amparos exhibiendo el material, recuerdo haber metido mano en bolsillo y sacar mis moneditas del pasaje de la fenecida línea 11 (buses celestes), compre precisamente el comercio para leer la columna de un familiar ya fallecido ahora, revisando, revisando en anuncios de ofertas laborales, llego a la zona relax, caleta nomas, leo y leo y llego a un aviso que me llamo la atención de agencia de damas de compañia, llamo, me responde una voz de madura y yo algo nervioso pecando como todo chibolo novel en estos menesteres, le consulto el servicio, me explica el detalle con su respectivo floro, viviendo por aquellos años en el distrito de los descalzos, enrumbo hacia lo que hoy se conoce como el boulevard de zarate, me hospedo, devuelvo la llamada y quedan en enviarme a la chica, enciendo el tv, coloco el vhs que ya comenzaba a ser reemplazado por el famoso laserdisc (recuerdos de las disco y los djs con la frase “sonido laserdisc”) y tenían cintas vhs porno, así que si querías repetir la escena imagínense la travesía y si estabas con la calentura, la ca… Que me tocan la puerta, abro, me saludan con su respectivo beso, la observo y era una morena de aproximadamente 27 abriles, mayor que yo como me gustan, ya saben cómo es la peliculina, realizada la transacción y descripción del servicio, procede a querer desvestirse e intenta apagar la luz, le pido que no y que me agradan los previos y me haga un striptease, no hay música me comenta, no hay problema, así que saco mi reproductor walkman y el cassette gira y la melodía empieza, la chica no tenía pretexto para negarse, me baila suave, sí que sabía, no desentona, sus caderas se contornean, impávido observo ese vestido deslizarlo suavemente por sus brazos, su cintura, sus muslos y cae, miro su ropa interior aun lo recuerdo un brassiere y un calzón normalito, blancos, se acerca enfrente mío toma mis manos temblorosas y un poco sudorosas las coloca en sus caderas y con agilidad mete mis dedos y los entrelaza con su calzoncito y hace que se los baje sin dejar de bailar, agarrándome de la cabeza mientras me agacho deslizándoselo por sus muslos veo su pubis depiladito, su conchita como una almendra aun sin rastros de haber sido mancillado, retrocede, mete sus manos tras la espalda y se saca el sostén y me lo lanza, me acerco y veo esos senos que la imagen aun la tengo en la retina, eran dos capuchones de biberón, grandes, largos, gruesos, parados, marrones, con unas tetas firmes, erguidas y unas areolas oscuras de negra que me sacaron de orbita, no aguante me desvestí como pude a la velocidad del rayo, la agarre la lance a la cama, parece que le gusto, se abrió de piernas, comencé a mamar esos capuchones grandes que parecían dedos en mis labios, me atragantaba con sus tetas intentando copar toda la circunferencia de sus areolas, me atenaza con sus piernas, siento sus muslos que me atraen hacia ella y me dice, cáchame, meto mi mano bajo mis muslos lo agarro y siento que no tengo condón, con la calentura a tope voy por mis condones, desde siempre cargo con ellos, me lo pongo como puedo, ella se acerca, te ayudo, y si le respondo, lo coge y se lo mete despacio en su boquita carnosa, esa lengua recorriendo centímetro a centímetro hizo que se pare en una, la agarre de la cintura, la llevo a la cama y boca abajo ella recostada y yo encima dándole despacio intentando que lo sienta todita, aumento el ritmo, sube y baja, el catre rechina, ella gime como toda kine sabedora de su trabajo, la volteo, abro sus piernas y así mismo abro sus brazos, se lo meto en una, ella me atrapa y araña la espalda, suave le digo, me muerde mis hombros, el cuello, le devuelvo el detalle, le doy chapes en su cuello, ahí no me dice me pueden reclamar, cualquier otra parte pero no en el cuello, nos sentamos en la cama, y proseguimos así, ella dando sentadillas y gimiendo, ahora grita, y yo le doy más duro, más y más, asi estamos buen rato sin zafarnos y yo con mi juventud en ascenso penetrandole a buen ritmo, siento el extasis y ya no doy más, me estremezco, tiemblo, y eyaculo, ella me siente, me acaricia, me recuesto en su regazo, me da un beso, me tiene paciencia, espera que me restablezca, me saca el condón, lo desechamos, nos dirigimos a la ducha, nos aseamos, nos vestimos y me da un número fijo para contactarla sin intermediarios. Salimos del hotel, nos despedimos con la promesa de volvernos a encontrar, ella toma su taxi, y yo con el rostro feliz camino hacia mi casa pensando en el próximo encuentro.