Inquietud en EE.UU. por una ola de milicias
Alberto Armendáriz
Son extremistas que ven como un enemigo al gobierno federal
NUEVA YORK.- El fin de semana pasado, nueve miembros de la nueva milicia apocalíptica cristiana Hutaree fueron arrestados en redadas en Michigan, Ohio e Indiana, acusados de planear matar a un policía para luego hacer explotar una bomba en la procesión fúnebre. Hoy se encuentran tras las rejas, pero afuera hay muchos más "soldados antigubernamentales" que forman parte de lo que los expertos advierten es una virulenta y peligrosa segunda oleada de milicias extremistas dispuestas a atacar al gobierno federal.
"El último año ha habido un dramático resurgimiento de los autroproclamados grupos patriotas. Pasamos de 149 en 2008 a 512 el año pasado; y las milicias, que vendrían a ser sus alas paramilitares, aumentaron de 42 a 127", dijo a LA NACION Mark Potok, director del programa de Inteligencia del Southern Poverty Law Center, que se encarga de llevar la cuenta de todos los grupos de odio en el país. De acuerdo a los especialistas, estos grupos patriotas ven al gobierno federal como el enemigo número uno: creen que está detrás de una conspiración para imponer la ley marcial en Estados Unidos, encarcelar en campos de concentración a todos los estadounidenses que se resistan y empujar al país hacia un nuevo tipo de orden mundial socialista y malvado.
Odian por eso a las Naciones Unidas y a bloques regionales como la Unión Europea. Cualquier grupo transnacional es visto como parte de ese gran complot de las "elites socialistas mundiales" para acabar con el capitalismo y los derechos individuales. Por eso defienden su derecho a portar armas y alzarse en pie de guerra frente a las intromisiones del gobierno federal (ver aparte).
Son ideas que tienen más de 100 años de antigüedad, pero que comenzaron a solidificarse en grupos de ultraderecha hace poco más de 20 años, impulsados por aquella máxima libremercadista que expresó Ronald Reagan en 1981 cuando dijo: "El gobierno no es la solución al problema, el gobierno es el problema".
Surgieron con fuerza en los 90, especialmente durante el gobierno de Bill Clinton, que promovió mayores restricciones a la venta de armas, y tuvieron su auge luego del fatal asedio federal a la secta davidiana en Waco, Texas, en 1995, que dejó 76 muertos. Para muchos de estos individuos, representó un feroz ataque del gobierno a sus propios ciudadanos.
Tormenta perfecta
Los factores que alimentan hoy la segunda oleada de milicias patriotas son similares a los que motivaron el surgimiento anterior, aunque esta vez hay un elemento racista más marcado por la presencia de Obama y una causa de lucha mucho más amplia, en contra de las fuerzas de la globalización misma.
"Estamos frente a una tormenta perfecta de factores. Estos incluyen la cambiante demografía racial en Estados Unidos, ya que hay mucha gente que está asustada porque en 2040, de acuerdo con proyecciones del censo, los blancos dejarán de ser mayoría en el país. Ese cambio racial está reflejado aún más en la elección de Barack Obama como presidente", explicó Potok.
"Además, hay mucho resentimiento y bronca asociados a la recesión económica y el alto desempleo. Y también hay mucha resistencia y rechazo a las políticas de reforma social de este gobierno, en particular la reforma del sistema de salud, vista como una introducción al socialismo por mucha gente", agregó el experto.
Encima de todo eso, varias figuras públicas, como políticos y formadores de opinión en los medios, han adoptado un papel clave al avivar el fuego del miedo.
Así, no es raro escuchar a la congresista republicana Michelle Buchmann, de Minnesota, decir que Obama planea establecer campos de reeducación política para convertir a los niños estadounidenses en robots marxistas, o a su correligionario el ex representante de Colorado Tom Tancredo advertir que México tiene planes secretos para invadir y reconquistar el sudoeste de Estados Unidos.
O incluso a la ex candidata a vicepresidenta Sarah Palin insistir en que la reforma de salud demócrata tiene como objetivo instalar paneles de la muerte para que decidan si los jubilados deben vivir o morir, o al popular comentarista televisivo de Fox News Glenn Beck advertir que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias está construyendo campos de concentración para encerrar a los blancos.
"Todas esas mentiras son presentadas por figuras desde púlpitos importantes, lo que hace que cientos de miles de estadounidenses, si no millones, les crean. Están distorsionando completamente el debate político con esas teorías conspirativas y propaganda que busca satanizar a ciertos grupos raciales, como los inmigrantes latinos", señaló Potok.
Odio
Impulsadas por estos sentimientos de odio, se han armado cientos de milicias en todo el país, pero por sobre todo en los estados del interior que más están sufriendo la crisis económica, como Michigan, Ohio o Pensilvania.
Tienen un perfil casi rural, integradas mayoritariamente por hombres blancos y por lo general conformadas con varios miembros de una misma familia, como es el caso de los Hutaree. Es difícil estimar cuántas personas engruesan sus filas, pero según el Southern Poverty Law Center se puede hablar fácilmente de decenas de miles de milicianos.
Y aunque la mayoría de ellos se autodefinen como patriotas cristianos, las ideas religiosas no suelen formar parte del eje de su ideología.
En este sentido, los Hutaree son una excepción, ya que ven como enemigo principal al anticristo en vez de al gobierno federal. En sus materiales hallados en Internet, sostienen básicamente los mismos principios que otros grupos seculares, pero los Hutaree les dan un giro apocalíptico e identifican como el posible anticristo al español Javier Solana, ex secretario general de la OTAN (1995-1999) y ex alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad (1999-2009).
Como muchas de estas milicias, los Hutaree tenían pensado asistir a la llamada Marcha de la Segunda Enmienda Constitucional (que garantiza el derecho a portar armas), el 19 del actual en Washington, donde piensan hacer una fuerte demostración de su fuerza. La elección de la fecha, que no es casual, podría suponer mayores dolores de cabeza para el gobierno.
"Toman como símbolo el 19 de abril de 1775, que fue cuando se efectuaron los primeros disparos de la Revolución Americana, en la batalla de Lexington. Es también el 15º aniversario del atentado en la ciudad de Oklahoma, en el que Timothy McVeigh, miembro de un grupo patriota, mató a 168 personas.
"Y McVeigh eligió ese día en 1995 para atacar porque quería vengarse de que exactamente dos años antes, también un 19 de abril, las tropas federales tomaron por asalto el complejo de la secta davidiana en Waco, que terminó en una tragedia", advirtió Potok frente a un posible incremento de la violencia.
Fuente: La Nación (Argentina)
Fecha: 05 de abril de 2010