psichokiller
Comandante
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16 Years of Service
Cuando tenía 15 años una nueva familia se mudo al frente de mi casa. Eran 4 personas en total. Los papas, un hijo y una hija.
Rápidamente me hice muy amigo del hijo ya que tenía mi edad. Se llamaba Fernando. Jugábamos todos los días supernintendo, fulbito, cartas, etc.
Un día como siempre, fui a la casa de mi amigo a jugar pero su mama me dijo que salió a comprar con su papa y que si quería lo podía esperar en la sala. Acepte y pase a su casa a esperarlo un rato. La señora me preparo un jugo de naranja. Mientras leía algunas revistas de la mesa, baja del segundo piso Verónica, la hermana de mi amigo, de tan solo 10 años. Me dijo “hola”, a lo que yo también le dije “hola”.
Se sentó en el sillón frente a mí y comenzamos a conversar un poco del colegio, de los juegos entre otras cosas.
Mientras hablábamos, me comencé a dar cuenta que era una niña muy bonita. La primera vez que la vi me pareció bonita, pero cuando hable con ella y pude verla más de cerca me pareció preciosa. Tenía el cabello lacio castaño claro un poco mas debajo de los hombros, ojos marrones muy claros, piel blanca, y sobre todo una sonrisa muy dulce y cautivadora.
Su mama más tarde nos trajo unas galletas y comenzamos a comerlas. Recuerdo que eran 12 galletas y las repartí 6 para mí y 6 para ella y le dije quien se las acaba más rápido gana. Nos las metimos todas las galletas a la boca como pudimos y cuando yo termine le dije “gane” con la boca llena pero sonó medio extraño a lo que ella se comenzó a matar de la risa y me contagio su alegría por lo que yo también comencé a reírme.
Con el pasar de los días me di cuenta que cuando iba a buscar a Fernando a jugar, siempre le preguntaba por su hermana o simplemente la miraba caminando por su casa. También me daba cuenta que cuando llegaba ella me miraba, se reía como acordándose de algo y se iba.
Verónica tenía una inocencia especial, algo que me atraía además de su belleza física y su personalidad. Me di cuenta que me estaba enamorando de ella o al menos era algo muy intenso.
Unos meses después, por motivos laborales de su padre, Fernando me comento que se iban a mudar a provincia. La noticia me choco un poco porque Fernando era mi pataza y habíamos compartido muchas cosas con otros amigos también. Pero me choco y dolió mas porque no volvería a ver a Verónica, quien realmente me había cautivado en poco tiempo con su manera de ser, su dulzura y su belleza.
Recuerdo que cuando nos despedimos le dije a Fernando que ojala nos veamos más adelante (en ese tiempo no había facebook, celulares, ni nada). Después fui a despedirme de Verónica, la abrace le di un pequeño beso en la mejilla y le dije “chau verónica, ojala volvamos a vernos” y ella me dijo “chau, y cuídate mucho”
Recuerdo una vez cuando salimos a montar bicicleta Fernando, Verónica y yo que accidentalmente Verónica se cayó muy mal de su bicicleta y producto de esa caída tuvo una pequeña cicatriz en la pantorrilla derecha (casi de 5cm.). Ella lloro un poco de dolor y mientras Fernando arreglaba la bicicleta, yo le secaba las lágrimas donde jamás olvidare ese pequeño lunar casi debajo de su oreja izquierda.
Luego de que se fueron aquella vez no volví a tener noticias de Fernando ni de Verónica.
Yo continúe con mi vida normal, conocí muchas amigas, enamoradas, novias, pero siempre recordare de una manera especial a esa amiga tan dulce y diferente. Verónica había marcado de manera muy intensa mi adolescencia.
Más de 10 años después, me di con una inesperada sorpresa que removió mis más profundos pensamientos y sentimientos………
Continuara…………
Rápidamente me hice muy amigo del hijo ya que tenía mi edad. Se llamaba Fernando. Jugábamos todos los días supernintendo, fulbito, cartas, etc.
Un día como siempre, fui a la casa de mi amigo a jugar pero su mama me dijo que salió a comprar con su papa y que si quería lo podía esperar en la sala. Acepte y pase a su casa a esperarlo un rato. La señora me preparo un jugo de naranja. Mientras leía algunas revistas de la mesa, baja del segundo piso Verónica, la hermana de mi amigo, de tan solo 10 años. Me dijo “hola”, a lo que yo también le dije “hola”.
Se sentó en el sillón frente a mí y comenzamos a conversar un poco del colegio, de los juegos entre otras cosas.
Mientras hablábamos, me comencé a dar cuenta que era una niña muy bonita. La primera vez que la vi me pareció bonita, pero cuando hable con ella y pude verla más de cerca me pareció preciosa. Tenía el cabello lacio castaño claro un poco mas debajo de los hombros, ojos marrones muy claros, piel blanca, y sobre todo una sonrisa muy dulce y cautivadora.
Su mama más tarde nos trajo unas galletas y comenzamos a comerlas. Recuerdo que eran 12 galletas y las repartí 6 para mí y 6 para ella y le dije quien se las acaba más rápido gana. Nos las metimos todas las galletas a la boca como pudimos y cuando yo termine le dije “gane” con la boca llena pero sonó medio extraño a lo que ella se comenzó a matar de la risa y me contagio su alegría por lo que yo también comencé a reírme.
Con el pasar de los días me di cuenta que cuando iba a buscar a Fernando a jugar, siempre le preguntaba por su hermana o simplemente la miraba caminando por su casa. También me daba cuenta que cuando llegaba ella me miraba, se reía como acordándose de algo y se iba.
Verónica tenía una inocencia especial, algo que me atraía además de su belleza física y su personalidad. Me di cuenta que me estaba enamorando de ella o al menos era algo muy intenso.
Unos meses después, por motivos laborales de su padre, Fernando me comento que se iban a mudar a provincia. La noticia me choco un poco porque Fernando era mi pataza y habíamos compartido muchas cosas con otros amigos también. Pero me choco y dolió mas porque no volvería a ver a Verónica, quien realmente me había cautivado en poco tiempo con su manera de ser, su dulzura y su belleza.
Recuerdo que cuando nos despedimos le dije a Fernando que ojala nos veamos más adelante (en ese tiempo no había facebook, celulares, ni nada). Después fui a despedirme de Verónica, la abrace le di un pequeño beso en la mejilla y le dije “chau verónica, ojala volvamos a vernos” y ella me dijo “chau, y cuídate mucho”
Recuerdo una vez cuando salimos a montar bicicleta Fernando, Verónica y yo que accidentalmente Verónica se cayó muy mal de su bicicleta y producto de esa caída tuvo una pequeña cicatriz en la pantorrilla derecha (casi de 5cm.). Ella lloro un poco de dolor y mientras Fernando arreglaba la bicicleta, yo le secaba las lágrimas donde jamás olvidare ese pequeño lunar casi debajo de su oreja izquierda.
Luego de que se fueron aquella vez no volví a tener noticias de Fernando ni de Verónica.
Yo continúe con mi vida normal, conocí muchas amigas, enamoradas, novias, pero siempre recordare de una manera especial a esa amiga tan dulce y diferente. Verónica había marcado de manera muy intensa mi adolescencia.
Más de 10 años después, me di con una inesperada sorpresa que removió mis más profundos pensamientos y sentimientos………
Continuara…………