MISTERIOZXC
PREMIER
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Las minas del rey Salomón
Crónica de una muerte anunciada (del gabinete).
Crónica de una muerte anunciada (del gabinete).
Los gobiernos que, por las circunstancias en que ganan la elección, arrancan con improvisación, deben recomponer, poco tiempo después, su elenco inicial con el fin de lograr cohesión y coherencia en su desempeño. Eso es lo que ha tenido que hacer Ollanta Humala a los 136 días de iniciada su presidencia.
La crisis de Minas Conga fue el factor que convenció a todos de que la orquesta gubernamental sonaba muy desafinada y de que, por tanto, se requerían cambios. Entonces fue evidente que en el gobierno coexistían visiones muy distintas, lo cual elevaba el costo del proceso de decisiones.
Fue claro que el presidente Humala ya había tomado una decisión importante con respecto a temas vinculados a la inversión privada y, en general, al manejo económico que no eran compartidas por algunos ministros y asesores de Palacio.
Entonces, tanto el presidente Humala como la primera dama, Nadine Heredia, dieron señales de que se debían realizar los cambios, una decisión sobre la cual había consenso, dentro y fuera del gobierno, de que no debía pasar de fin de año.
Pues el Presidente habría dicho al mal paso, dale prisa, canceló su viaje a Argentina para la transmisión de mando, y aceleró el relevo para ayer.
La pregunta relevante, sin embargo, es por qué el sacudón incluyó al premier. La respuesta que me dio ayer una fuente cercana a Palacio, que me parece creíble, es que varios ministros y asesores que debían dejar el gobierno con el fin de que este gane coherencia alrededor de los planteamientos decididos por el presidente Humala, habían sido traídos por Salomón Lerner, quien entendió que su apartamiento facilitaría la poda en marcha, la cual será significativa.
La misma fuente que consulté descartó que la salida de Lerner sea señal de que el gobierno profundizará una mano dura que había empezado con el estado de emergencia en Cajamarca y la detención irregular del dirigente Wilfredo Saavedra. Veremos, pues, pero no hay que dejar de estar atentos y alertas a este riesgo.
Así, por ello, el hasta ayer ministro del Interior Óscar Valdés será hoy el nuevo premier, y le dejara su cargo al hasta hoy viceministro Luis Alberto Otárola. El ministro de Economía, Miguel Castilla, seguirá en el cargo, lo cual es una señal de que el cambio de gabinete no implicará como algunos especulaban una vuelta al plan estatista de La Gran Transformación.
Lerner, por su parte, tras una partida del gobierno que no ha implicado un distanciamiento personal del presidente Humala, seguirá siendo un buen amigo del régimen y, por lo pronto, esta tarde, podrá ir a su palco en Matute con menos responsabilidades y la única preocupación de ver campeonar al Alianza Lima, expectativa que, sin duda, yo comparto.
Autor: Augusto Alvarez Rodrich. En su columna Claro y Directo de la República edición del domingo 11 de diciembre de 2011.
La crisis de Minas Conga fue el factor que convenció a todos de que la orquesta gubernamental sonaba muy desafinada y de que, por tanto, se requerían cambios. Entonces fue evidente que en el gobierno coexistían visiones muy distintas, lo cual elevaba el costo del proceso de decisiones.
Fue claro que el presidente Humala ya había tomado una decisión importante con respecto a temas vinculados a la inversión privada y, en general, al manejo económico que no eran compartidas por algunos ministros y asesores de Palacio.
Entonces, tanto el presidente Humala como la primera dama, Nadine Heredia, dieron señales de que se debían realizar los cambios, una decisión sobre la cual había consenso, dentro y fuera del gobierno, de que no debía pasar de fin de año.
Pues el Presidente habría dicho al mal paso, dale prisa, canceló su viaje a Argentina para la transmisión de mando, y aceleró el relevo para ayer.
La pregunta relevante, sin embargo, es por qué el sacudón incluyó al premier. La respuesta que me dio ayer una fuente cercana a Palacio, que me parece creíble, es que varios ministros y asesores que debían dejar el gobierno con el fin de que este gane coherencia alrededor de los planteamientos decididos por el presidente Humala, habían sido traídos por Salomón Lerner, quien entendió que su apartamiento facilitaría la poda en marcha, la cual será significativa.
La misma fuente que consulté descartó que la salida de Lerner sea señal de que el gobierno profundizará una mano dura que había empezado con el estado de emergencia en Cajamarca y la detención irregular del dirigente Wilfredo Saavedra. Veremos, pues, pero no hay que dejar de estar atentos y alertas a este riesgo.
Así, por ello, el hasta ayer ministro del Interior Óscar Valdés será hoy el nuevo premier, y le dejara su cargo al hasta hoy viceministro Luis Alberto Otárola. El ministro de Economía, Miguel Castilla, seguirá en el cargo, lo cual es una señal de que el cambio de gabinete no implicará como algunos especulaban una vuelta al plan estatista de La Gran Transformación.
Lerner, por su parte, tras una partida del gobierno que no ha implicado un distanciamiento personal del presidente Humala, seguirá siendo un buen amigo del régimen y, por lo pronto, esta tarde, podrá ir a su palco en Matute con menos responsabilidades y la única preocupación de ver campeonar al Alianza Lima, expectativa que, sin duda, yo comparto.
Autor: Augusto Alvarez Rodrich. En su columna Claro y Directo de la República edición del domingo 11 de diciembre de 2011.