- 2.399
- 5.487
- 229
- Registrado
- 11 Ene 2013
- Registrado
- 11 Ene 2013
- Mensajes
- 2.399
- Puntos de reacción
- 5.487
- Puntos
- 229
12 Years of Service
Senti que la habia cagado por mi forma de responder , es que esa delantera desde chica siempre atrajo las miradas del más distraído transeúnte. Silbidos, persecuciones e invitaciones nada santas fueron una constante durante su adolescencia, porque lo que llevaba por delante quitaba el aliento a cualquiera, unas tetas como pocas veces he visto aun hoy.
Enormes, firmes, como riéndose de la gravedad, un par de masas de carne que sugerían pecado y hacían soñar con dejar descansar la cabeza entre ellos para no levantarla nunca.
Por eso en ese momento trate medir mis palabras para que mi prima no se enfadase más, pero pude ver a travez de su mirada el gran enojo que tenia.
_ Todos los hombres son iguales . ¡ solo piensan en eso !
— lo siento —me disculpé mientras me acercaba a ella—. Me he pasado con lo que te he dicho.
Ella se giró, hay pude ver que sus ojos estaban vidriosos. Tenía sus brazos recogidos en el pecho, elevando un poco su busto.
—Más bien, lo siento yo —dijo con voz ahogada—. He sido muy bruta contigo.
Con suavidad, la atraje a mí, pero para mi sorpresa, lo que mi prima hizo fue abrazarse sin más. Sentir su piel contra la mía, el calor de su cuerpo y sus pechos aplastados contra mi torso me hicieron hervir por dentro. Aunque tenso, traté de comportarme lo más normal posible. La envolví en mis brazos, acariciando su melena oscura mientras dejaba que se calmase...
Enormes, firmes, como riéndose de la gravedad, un par de masas de carne que sugerían pecado y hacían soñar con dejar descansar la cabeza entre ellos para no levantarla nunca.
Por eso en ese momento trate medir mis palabras para que mi prima no se enfadase más, pero pude ver a travez de su mirada el gran enojo que tenia.
_ Todos los hombres son iguales . ¡ solo piensan en eso !
— lo siento —me disculpé mientras me acercaba a ella—. Me he pasado con lo que te he dicho.
Ella se giró, hay pude ver que sus ojos estaban vidriosos. Tenía sus brazos recogidos en el pecho, elevando un poco su busto.
—Más bien, lo siento yo —dijo con voz ahogada—. He sido muy bruta contigo.
Con suavidad, la atraje a mí, pero para mi sorpresa, lo que mi prima hizo fue abrazarse sin más. Sentir su piel contra la mía, el calor de su cuerpo y sus pechos aplastados contra mi torso me hicieron hervir por dentro. Aunque tenso, traté de comportarme lo más normal posible. La envolví en mis brazos, acariciando su melena oscura mientras dejaba que se calmase...