Zorrillo
Platinium Member
Trío con hermanas y algo más...
Hola a todos, aquí de nuevo participando en esta sección del foro, después de haber leído algunos relatos, y tener mucha información en mi cabeza no pude con mi genio y opté por contar esta aventura que me sucedió hace muchos años atrás.
Los tríos son aquellas fantasías que sueñan muchos hombres (y por qué no también la de muchas mujeres); muchos de nosotros lo cumplen a través de un intercambio de monedas con prostitutas, pero claro está dicha transacción tiene sus pro y contras como todo servicio adquirido por lo que a pesar de haber pagado por dichas experiencias nunca he salido tan grato como te puede pasar de "manera normal", solo una vez en mi vida pude haber disfrutado de estos tríos al igual que mis acompañantes, pero en este caso el mayor plus que he podido sacar es que mis acompañantes de turno de aquella época eran amigas y de paso: HERMANAS¡¡¡.
Siempre he tenido “la suerte” de tener encuentros en mi adolescencia - ya sean besos o manoseos - con amigas que a la vez eran hermanas donde la diferencia de edad solo eran un par de años, mi precocidad de esa época me llevó a tener avidez y osadía por querer tener encuentros íntimos con amigas hermanas las cuales nunca se me iba de la cabeza, pero a pesar de ello nunca se me ocurrió planear un trío o algo así pero cuando las cosas suceden por algo se vuelven la mejor experiencia de tu vida y que lamentablemente nunca la he podido repetir.
Corría el año 2003, ya había terminado mi carrera superior y no salía nunca con amigos de la universidad (todos eramos hombres), mis salidas eran más de momentos veraniegos del sur en la que nunca hacías amigos solo conocidos y mis amistades de colegio eran casi nulas debido a los cambios de colegio a la que era sometido por indisciplina, solo pude tener una amistad muy arraigada con 04 personas en mi último año de colegio de la cual 2 son mujeres: Lucia y María (mis mejores amigas a la fecha).
Después de mi aburrida rutina de estudios y trabajo, durante ese año, mis mejores amigas se aproximaron a mi casa de sorpresa después de 8 años largos años sin haberlas visto, la alegría me embargaba puesto que había dejado de frecuentarlas por los estudios y el trabajo, al saber que ambas ya no vivían en la urbanización donde crecimos hizo que me inquietara a salir de nuevo a nuestra grande y devoradora ciudad limeña, empecé a retomar mis salidas nocturnas, discotecas, conciertos, salidas de domingo, fugas de playa para siempre quedarme a dormir en un mini depa en el distrito de Breña que mi amiga María alquilaba.
Para suerte mía en esa época yo trabajaba en el distrito de Jesús María y cuando hacia trabajos hasta muy entrada la noche, tenía la venia de quedarme en el minidepa a dormir previo llevada de víveres para comer y así pasar la velada.
Obviamente una de mis amigas tenía una hermana menor la cual vivía con ellas; Carmen, obviamente no era una desconocida para mí, puesto que durante mi permanencia en el colegio ella cursaba 1ero de secundaria y yo ya estaba terminando el cole; de carácter perspicaz, hábil y muy directa desde pequeña siempre me causó gracia, pero nunca me atrajo como mujer ni hasta cuando empecé a quedarme en su casa.
Al igual que mis dos amigas, Carmen se unía al grupo para darnos nuestras juergas; llegar mareados y con las mismas irnos de boleto al trabajo era pan de cada día en los fines de semana, dormir en cualquier lado del depa era usual, no había más petición de comodidad para un joven juerguero en esa época. El grupo que hicimos en esos años nunca se deterioró, peleas simples entre amigos, largas conversaciones de jovenes, borracheras amicales, lloriqueos sentimentales, etc. hacían que este grupo sea unido.
Nunca fue mi intención aprovecharme de cada una de ellas ya que ellas me veían como el hermano mayor que las protegía de algún estúpido que se ponía faltoso o se ponían saltonas y celosas cuando me ponía cazador cuando me acercaba a una flaca que me atraía y ese era el problema de tener amigas mujeres, nunca puedes hacer algo sin que ellas te miren mal o te jodan y lo peor es que ellas si tenían pequeños galantes que las insinuaban, obviamente a mí no me interesaba, pero cuando estos giles me veían llegar al depa como Pedro en su casa, les hacían creer que era un primo para que no “piensen mal”.
Ya después de tiempo de muchas salidas, yo sabía que esto no me llevaba a algún lado y obviamente a ellas no las veía como las futuras novias que podía escoger porque nunca las vi de esa forma y ese es el problema que nunca se define en una amistad, nunca habían besos y solo abrazos o pequeñas muestras de cariño que indicaba que estabas en la peligrosa “friendzone”… Debido a esto, mis escapes eran de irme de putas porque las amigas que ellas me presentaban nunca eran aprobadas por ellas para poder ligar y eso siempre me tenia podrido.
Pero llegó un día que nunca estuvo previsto…
En una fiesta de año nuevo hicimos un recorrido nocturno por las discotecas de Miraflores y San Borja, llegando tan mareados al depa que nunca supimos cómo llegamos ahí, normalmente yo dormía en una de las camas de ellas y obviamente las dos hermanas y mi amiga Lucia dormían en una sola cama, pero ese día mi amiga Lucia vomitó tanto que se fue a dormir en una cama, como se encontraba tan mareada que no atinaba a levantarse y viendo esa cama jodida solo atine a acostarme entre las dos hermanas…
Obviamente esas posibilidades no se dan así no más pero mi mareo era tal que solo quería dormir al igual que ellas.
Ya después de habernos recostado, nos adormilamos hasta entrada la mañana, cuando empezaban a salir la luz del día, acostados y cubiertos con una simple sabana por el calor del verano, este iba aumentando debido a la vestimenta que ambos teníamos puesto; nos encontrábamos con jean y/o pantalones largos, en esa época del año el calor era insoportable y mi primera intención era sacarme el pantalón pero me acordé de las chicas y me contuve por un rato pero ya no soportando el calor me quité el pantalón quedándome en calzoncillo.
Considerando que la luz del día nos molestaba cerré la cortina del cuarto dejando a oscuras la habitación para volver a regresar a la cama en la misma posición central en la que estaba poniéndome detrás de Carmen en posición de cucharita y tapado, al percatarse que estaba detrás de ella, su actuar solo fue llevar mi brazo a su cuerpo para que este pueda cubrirla como todo simple enamorado, esta acción hubiese sido algo simple pero después de un par de minutos la susodicha empezó a retozar sobre mi miembro puesto que yo estaba en calzoncillo, esto me puso en alerta no por el hecho de que podía estar dispuesta a algún cameo sino por la simple razón de que su hermana estaba al lado mío durmiendo. Aun así estos cameos en un hombre no hacen más que despertar tu instinto animal más aun sabiendo que no la veía hace tiempo (y no pagar por tener sexo), en fin, en vista que sus retoces hacían que mi miembro se vaya poniendo tiesa empecé a recorrer su pequeño cuerpo con mis manos, Carmen no era la chica voluptuosa que varios añorarían, no; era una chica muy delgada de pocas curvas con un culito casi plano y de caderas muy huesudas, unos pechos muy pequeños que eran cubiertos con solo una palma de mi mano, de piel muy suave y bastante clara pero pequeña a comparación de mis otras amigas y no era una chica guapa; me agradaba su carácter y forma de ser pero el atrevimiento de ir directo al grano hicieron que me sintiera más a gusto.
Como dije mis manos empezaron a realizar un recorrido por su frágil cuerpo donde mis labios empezaron a recorrer su pequeño cuello, nunca tuve un no o alguna negatividad como respuesta por lo que pude seguir en mi proceder, ya hurgando más a fondo después de haber jugado con su ombligo me atreví meter mano a aquella chica que conocí cuando estaba en 1ero de secundaria, mi mano derecha empezó a tentar dentro de sus prendas hasta llegar a su pubis el cual se encontraba totalmente cubierto con una mata de vellos púbicos, mientras mi otra mano jugaba con sus labios o apretaba sus pequeños senos; sin chistar seguía metiendo mis dedos hasta poder llegar a su vagina mientras nuestros jadeos ya se podían sentir en el ambiente, pero lamentablemente lo que me impedía era su pantalón de vestir, ella lo tenía puesto y eso me imposibilitaba seguir, debido a eso solo podía jugar en su pubis jalándole algunos vellos o por encima del pantalón mientras ella se frotaba sobre mi pene el cual quería explotar por aquel bendito juego sexual, en todo momento nunca nos miramos el rostro, ella tenía los ojos cerrados haciéndose la dormida pero se dejaba besar el cuello y besar la espalda, estuvimos buen rato de esa forma, jugando y retozando hasta que mi espalda sintió un pequeño apego de brazos, era María quien se había volteado y me supongo se dio cuenta de mi juego con su hermana, debido a eso paré y retiré mis manos de Carmen a fin de evitar alguna llamada de atención o algo peor…, pensando en algún temor me volteé teniéndola cara a cara, me acuerdo ligeramente que abrió los ojos de manera muy sutil y se volteó dándome la espalda pero a la vez sujetando mi brazo tal como hizo Carmen al inicio, esta vez puso mi brazo sobre su pecho y empezó a frotarse de la misma forma que Carmen...
“¡Puta Mare!” me dije, las dos¡¡¡, el alcohol, las ganas, la leve oscuridad del cuarto, las posiciones en que nos encontrábamos, los ronquidos de Lucia que provenían de la otra cama, todo se había confabulado para que esto me pase…
No dudé en apretar sus deliciosas tetas por debajo de su sostén y es que acaso María era diferente a Carmen, era de cuerpo más voluptuoso pero no era tonificado, las chelas y el estilo de vida sedentario eran su perdición, tampoco era guapa, pero esa voluptuosidad se había trasladado a las caderas, muslos, el culo y las tetas, aquellos puntos flojos de las mujeres, su piel como toda mujer era suave pero de tez más trigueña.
Continuará...
Hola a todos, aquí de nuevo participando en esta sección del foro, después de haber leído algunos relatos, y tener mucha información en mi cabeza no pude con mi genio y opté por contar esta aventura que me sucedió hace muchos años atrás.
Los tríos son aquellas fantasías que sueñan muchos hombres (y por qué no también la de muchas mujeres); muchos de nosotros lo cumplen a través de un intercambio de monedas con prostitutas, pero claro está dicha transacción tiene sus pro y contras como todo servicio adquirido por lo que a pesar de haber pagado por dichas experiencias nunca he salido tan grato como te puede pasar de "manera normal", solo una vez en mi vida pude haber disfrutado de estos tríos al igual que mis acompañantes, pero en este caso el mayor plus que he podido sacar es que mis acompañantes de turno de aquella época eran amigas y de paso: HERMANAS¡¡¡.
Siempre he tenido “la suerte” de tener encuentros en mi adolescencia - ya sean besos o manoseos - con amigas que a la vez eran hermanas donde la diferencia de edad solo eran un par de años, mi precocidad de esa época me llevó a tener avidez y osadía por querer tener encuentros íntimos con amigas hermanas las cuales nunca se me iba de la cabeza, pero a pesar de ello nunca se me ocurrió planear un trío o algo así pero cuando las cosas suceden por algo se vuelven la mejor experiencia de tu vida y que lamentablemente nunca la he podido repetir.
Corría el año 2003, ya había terminado mi carrera superior y no salía nunca con amigos de la universidad (todos eramos hombres), mis salidas eran más de momentos veraniegos del sur en la que nunca hacías amigos solo conocidos y mis amistades de colegio eran casi nulas debido a los cambios de colegio a la que era sometido por indisciplina, solo pude tener una amistad muy arraigada con 04 personas en mi último año de colegio de la cual 2 son mujeres: Lucia y María (mis mejores amigas a la fecha).
Después de mi aburrida rutina de estudios y trabajo, durante ese año, mis mejores amigas se aproximaron a mi casa de sorpresa después de 8 años largos años sin haberlas visto, la alegría me embargaba puesto que había dejado de frecuentarlas por los estudios y el trabajo, al saber que ambas ya no vivían en la urbanización donde crecimos hizo que me inquietara a salir de nuevo a nuestra grande y devoradora ciudad limeña, empecé a retomar mis salidas nocturnas, discotecas, conciertos, salidas de domingo, fugas de playa para siempre quedarme a dormir en un mini depa en el distrito de Breña que mi amiga María alquilaba.
Para suerte mía en esa época yo trabajaba en el distrito de Jesús María y cuando hacia trabajos hasta muy entrada la noche, tenía la venia de quedarme en el minidepa a dormir previo llevada de víveres para comer y así pasar la velada.
Obviamente una de mis amigas tenía una hermana menor la cual vivía con ellas; Carmen, obviamente no era una desconocida para mí, puesto que durante mi permanencia en el colegio ella cursaba 1ero de secundaria y yo ya estaba terminando el cole; de carácter perspicaz, hábil y muy directa desde pequeña siempre me causó gracia, pero nunca me atrajo como mujer ni hasta cuando empecé a quedarme en su casa.
Al igual que mis dos amigas, Carmen se unía al grupo para darnos nuestras juergas; llegar mareados y con las mismas irnos de boleto al trabajo era pan de cada día en los fines de semana, dormir en cualquier lado del depa era usual, no había más petición de comodidad para un joven juerguero en esa época. El grupo que hicimos en esos años nunca se deterioró, peleas simples entre amigos, largas conversaciones de jovenes, borracheras amicales, lloriqueos sentimentales, etc. hacían que este grupo sea unido.
Nunca fue mi intención aprovecharme de cada una de ellas ya que ellas me veían como el hermano mayor que las protegía de algún estúpido que se ponía faltoso o se ponían saltonas y celosas cuando me ponía cazador cuando me acercaba a una flaca que me atraía y ese era el problema de tener amigas mujeres, nunca puedes hacer algo sin que ellas te miren mal o te jodan y lo peor es que ellas si tenían pequeños galantes que las insinuaban, obviamente a mí no me interesaba, pero cuando estos giles me veían llegar al depa como Pedro en su casa, les hacían creer que era un primo para que no “piensen mal”.
Ya después de tiempo de muchas salidas, yo sabía que esto no me llevaba a algún lado y obviamente a ellas no las veía como las futuras novias que podía escoger porque nunca las vi de esa forma y ese es el problema que nunca se define en una amistad, nunca habían besos y solo abrazos o pequeñas muestras de cariño que indicaba que estabas en la peligrosa “friendzone”… Debido a esto, mis escapes eran de irme de putas porque las amigas que ellas me presentaban nunca eran aprobadas por ellas para poder ligar y eso siempre me tenia podrido.
Pero llegó un día que nunca estuvo previsto…
En una fiesta de año nuevo hicimos un recorrido nocturno por las discotecas de Miraflores y San Borja, llegando tan mareados al depa que nunca supimos cómo llegamos ahí, normalmente yo dormía en una de las camas de ellas y obviamente las dos hermanas y mi amiga Lucia dormían en una sola cama, pero ese día mi amiga Lucia vomitó tanto que se fue a dormir en una cama, como se encontraba tan mareada que no atinaba a levantarse y viendo esa cama jodida solo atine a acostarme entre las dos hermanas…
Obviamente esas posibilidades no se dan así no más pero mi mareo era tal que solo quería dormir al igual que ellas.
Ya después de habernos recostado, nos adormilamos hasta entrada la mañana, cuando empezaban a salir la luz del día, acostados y cubiertos con una simple sabana por el calor del verano, este iba aumentando debido a la vestimenta que ambos teníamos puesto; nos encontrábamos con jean y/o pantalones largos, en esa época del año el calor era insoportable y mi primera intención era sacarme el pantalón pero me acordé de las chicas y me contuve por un rato pero ya no soportando el calor me quité el pantalón quedándome en calzoncillo.
Considerando que la luz del día nos molestaba cerré la cortina del cuarto dejando a oscuras la habitación para volver a regresar a la cama en la misma posición central en la que estaba poniéndome detrás de Carmen en posición de cucharita y tapado, al percatarse que estaba detrás de ella, su actuar solo fue llevar mi brazo a su cuerpo para que este pueda cubrirla como todo simple enamorado, esta acción hubiese sido algo simple pero después de un par de minutos la susodicha empezó a retozar sobre mi miembro puesto que yo estaba en calzoncillo, esto me puso en alerta no por el hecho de que podía estar dispuesta a algún cameo sino por la simple razón de que su hermana estaba al lado mío durmiendo. Aun así estos cameos en un hombre no hacen más que despertar tu instinto animal más aun sabiendo que no la veía hace tiempo (y no pagar por tener sexo), en fin, en vista que sus retoces hacían que mi miembro se vaya poniendo tiesa empecé a recorrer su pequeño cuerpo con mis manos, Carmen no era la chica voluptuosa que varios añorarían, no; era una chica muy delgada de pocas curvas con un culito casi plano y de caderas muy huesudas, unos pechos muy pequeños que eran cubiertos con solo una palma de mi mano, de piel muy suave y bastante clara pero pequeña a comparación de mis otras amigas y no era una chica guapa; me agradaba su carácter y forma de ser pero el atrevimiento de ir directo al grano hicieron que me sintiera más a gusto.
Como dije mis manos empezaron a realizar un recorrido por su frágil cuerpo donde mis labios empezaron a recorrer su pequeño cuello, nunca tuve un no o alguna negatividad como respuesta por lo que pude seguir en mi proceder, ya hurgando más a fondo después de haber jugado con su ombligo me atreví meter mano a aquella chica que conocí cuando estaba en 1ero de secundaria, mi mano derecha empezó a tentar dentro de sus prendas hasta llegar a su pubis el cual se encontraba totalmente cubierto con una mata de vellos púbicos, mientras mi otra mano jugaba con sus labios o apretaba sus pequeños senos; sin chistar seguía metiendo mis dedos hasta poder llegar a su vagina mientras nuestros jadeos ya se podían sentir en el ambiente, pero lamentablemente lo que me impedía era su pantalón de vestir, ella lo tenía puesto y eso me imposibilitaba seguir, debido a eso solo podía jugar en su pubis jalándole algunos vellos o por encima del pantalón mientras ella se frotaba sobre mi pene el cual quería explotar por aquel bendito juego sexual, en todo momento nunca nos miramos el rostro, ella tenía los ojos cerrados haciéndose la dormida pero se dejaba besar el cuello y besar la espalda, estuvimos buen rato de esa forma, jugando y retozando hasta que mi espalda sintió un pequeño apego de brazos, era María quien se había volteado y me supongo se dio cuenta de mi juego con su hermana, debido a eso paré y retiré mis manos de Carmen a fin de evitar alguna llamada de atención o algo peor…, pensando en algún temor me volteé teniéndola cara a cara, me acuerdo ligeramente que abrió los ojos de manera muy sutil y se volteó dándome la espalda pero a la vez sujetando mi brazo tal como hizo Carmen al inicio, esta vez puso mi brazo sobre su pecho y empezó a frotarse de la misma forma que Carmen...
“¡Puta Mare!” me dije, las dos¡¡¡, el alcohol, las ganas, la leve oscuridad del cuarto, las posiciones en que nos encontrábamos, los ronquidos de Lucia que provenían de la otra cama, todo se había confabulado para que esto me pase…
No dudé en apretar sus deliciosas tetas por debajo de su sostén y es que acaso María era diferente a Carmen, era de cuerpo más voluptuoso pero no era tonificado, las chelas y el estilo de vida sedentario eran su perdición, tampoco era guapa, pero esa voluptuosidad se había trasladado a las caderas, muslos, el culo y las tetas, aquellos puntos flojos de las mujeres, su piel como toda mujer era suave pero de tez más trigueña.
Continuará...