AlphaMan
Soldado
18 Years of Service
Transgresiones y adolescencia parte 1
Ese limite entre lo permitido y lo no permitido es algo tan voluble y efímero que estando ya en terreno prohibido cobras consciencia de alguna transgresión que tus limites morales luego te reclamaran. AlphaMan –mi Alter Ego libidinoso– ha confrontado por muchísimos años aventuras eróticas con una suerte de mujeres de toda clase y condición que iré describiendo a lo largo de esta serie de transgresiones que hoy inicio.
La década pasada disfrute de gran bienestar, y en ese contexto me permití de preferencia salir con chicas liberales y con mucha clase social. Para entonces ya había notado mucha necesidad en otro sector de chicas dispuestas al placer para aliviar algún pasivo pesado que sus precarias economías no podrían soportarla. Mi primer anuncio de apoyo económico inmediato dirigido a estas chicas resulto muy atractivo a ese sector de chicas, la mayoría jóvenes estudiantes o madres solteras. En ese contexto rechacé a consciencia involucrarme con adolescentes menores.
Valeria era una joven estudiante de una universidad miraflorina, acordamos que la recogería en el puente Benavides luego de salir de clases, ella pidió sentarse en el asiento trasero de mi vehículo, y mientras nos dirigíamos al hotel tuvimos una charla agradable. El retrovisor delataba una transformación en marcha: Cambio de vestimenta y de look. Ahora la bella estudiante se había transformado en una diosa sexual, mientras sacaba algunas pelucas y me preguntaba cual le asentaba mejor. Elegí un azul intenso.
En el cuadrilátero de pasiones nos entregamos a los placeres carnales, en mis relaciones con chicas jóvenes el jebe solo es testigo pasivo, la penetré como todo maestro debe. Cada caricia y cada roce de piel era recompensado por sus suaves gemidos, cada penetración originaba en ella un manantial de placeres descontrolados, ella primeriza, disfrutó momentos de supremo placer. Al despedirnos me dijo que esta fecha la recordaría siempre ...!?. Noté cierta melancolía en su expresión, pero la dejé para retomar mis obligaciones laborales.
Una semana después volvimos a salir. Misma rutina; la recogí a la salida de la Universidad, fuimos a otro hotel, sexo al natural con la particularidad de esta vez iniciarla en la penetración anal: "solo la puntita" ..pero fuímos mas allá. Terminada esta aventura sexual, disfrutábamos de unos bembos que había traído el delivery a la habitación. Ella fue muy locuaz, me dijo que en nuestra primera salida ella aún tenía 17 y quería había acordado salir a celebrar a medianoche su cumpleaños con sus amistades, pero que estaba triste y melancólica porque su madre le tenía desconfianza y no la había apoyado, que encontró en mí el apoyo emocional y económico, y sobre todo que se sintió bien.
Esta fue la primera vez que salí con una joven que me había manifestado ser mayor de edad y fiscamente lo aparentaba y no lo fue. Luego de escuchar su historia y sus motivos me sentí aliviado.
¡Servido cofrades! Narraré en próxima secuencia las transgresiones cada vez mas intensas.
Ese limite entre lo permitido y lo no permitido es algo tan voluble y efímero que estando ya en terreno prohibido cobras consciencia de alguna transgresión que tus limites morales luego te reclamaran. AlphaMan –mi Alter Ego libidinoso– ha confrontado por muchísimos años aventuras eróticas con una suerte de mujeres de toda clase y condición que iré describiendo a lo largo de esta serie de transgresiones que hoy inicio.
La década pasada disfrute de gran bienestar, y en ese contexto me permití de preferencia salir con chicas liberales y con mucha clase social. Para entonces ya había notado mucha necesidad en otro sector de chicas dispuestas al placer para aliviar algún pasivo pesado que sus precarias economías no podrían soportarla. Mi primer anuncio de apoyo económico inmediato dirigido a estas chicas resulto muy atractivo a ese sector de chicas, la mayoría jóvenes estudiantes o madres solteras. En ese contexto rechacé a consciencia involucrarme con adolescentes menores.
Valeria era una joven estudiante de una universidad miraflorina, acordamos que la recogería en el puente Benavides luego de salir de clases, ella pidió sentarse en el asiento trasero de mi vehículo, y mientras nos dirigíamos al hotel tuvimos una charla agradable. El retrovisor delataba una transformación en marcha: Cambio de vestimenta y de look. Ahora la bella estudiante se había transformado en una diosa sexual, mientras sacaba algunas pelucas y me preguntaba cual le asentaba mejor. Elegí un azul intenso.
En el cuadrilátero de pasiones nos entregamos a los placeres carnales, en mis relaciones con chicas jóvenes el jebe solo es testigo pasivo, la penetré como todo maestro debe. Cada caricia y cada roce de piel era recompensado por sus suaves gemidos, cada penetración originaba en ella un manantial de placeres descontrolados, ella primeriza, disfrutó momentos de supremo placer. Al despedirnos me dijo que esta fecha la recordaría siempre ...!?. Noté cierta melancolía en su expresión, pero la dejé para retomar mis obligaciones laborales.
Una semana después volvimos a salir. Misma rutina; la recogí a la salida de la Universidad, fuimos a otro hotel, sexo al natural con la particularidad de esta vez iniciarla en la penetración anal: "solo la puntita" ..pero fuímos mas allá. Terminada esta aventura sexual, disfrutábamos de unos bembos que había traído el delivery a la habitación. Ella fue muy locuaz, me dijo que en nuestra primera salida ella aún tenía 17 y quería había acordado salir a celebrar a medianoche su cumpleaños con sus amistades, pero que estaba triste y melancólica porque su madre le tenía desconfianza y no la había apoyado, que encontró en mí el apoyo emocional y económico, y sobre todo que se sintió bien.
Esta fue la primera vez que salí con una joven que me había manifestado ser mayor de edad y fiscamente lo aparentaba y no lo fue. Luego de escuchar su historia y sus motivos me sentí aliviado.
¡Servido cofrades! Narraré en próxima secuencia las transgresiones cada vez mas intensas.