Que buenas historias Cofrades.
Así también yo tengo las mías. Y tengo varias.
Acá va la que inició todo.
Los veranos me mandaban a vivir con mis abuelos, parece porque yo era una ladilla en la casa, además mi abuelo me sacaba a chambear temprano (6:30 am) con él en la constructora, y llegaba a almorzar (12:00pm) y ayudar en la tienda por la tarde (desde las 12:45 pm). Terminaba literalmente "hecho mie**a". Para esto ese verano estaba a punto de cumplir 13 años.
Pero no puedo quejarme porque a las 5 pm, mi abuela me mandaba a tomar lonche a la casa y a jugar un rato con la hermana de la empleada (la hermana tenia mi misma edad, es más nuestros cumpleaños eran el mismo mes).
Estas empleadas eran blanconas de la sierra de La Libertad limite con Cajamarca.
Todos los juegos eran lo mismo. Jugabamos con mis carritos, a los vaqueros, a policias y ladrones, trompo, bolitas y hasta Volley (porque eso le gustaba a la natachita). Todos los veranos fue lo mismo hasta ese verano.
Ya me había dado cuenta que la condenada había cambiado un poco. Era un poco más alta que yo, su figura se había estilizado un poco, y sobretodo, le habían crecido un buen par de bonitas tetas.
Debo decir que eran tiempos en los que yo ya estaba recontra arroz chaufa, las hormonas me habian empezado a funcionar a temprana edad. Yo veía en la tele, las peliculas de Porcel y Olmedo, las comedias porno de Canal 2, algunas porno de UHF 33 (Secretos de un limpiador de ventanas, La vecina amable, por citar algunas). Entonces, mis hormonas mandaban en un cuerpo que aun debatía en saber qué quería, si jugar con carritos o jugar con CARNE.
Los Sabados, mis abuelos iban a una cena con unos amigos y me dejaban con el encargado de la tienda para hacer el cierre. La hermana de la empleada (llamemosla Nachita) venía a ayudar en el cierre.
A las 8:30 pm nos ibamos para la casa juntos.
Uno de esos Sábados, su hermana mayor salió a ver a una tía enferma. Nos dejó la cena lista. Antes de cenar, yo me dí una ducha, le dije a Nachita que ella se bañase también, porque el cierre y acomodo de la tienda nos dejó un poco "olorosos", y que cenaríamos juntos, viendo tele en la sala.
Yo me puse un pijama muy suelto, esos de algodon o lino, medio transparentes, típicos de Verano, estilo guayabera con short.
Sin mucha pendejada de por medio, arregle un poco la sala, para ver mejor la tele y estar ambos en el sillon de dos cuerpos, para ver juntos la tele.
Ella se apareció en un camisón veraniego a media pierna, con un par de colitas a los lados... bien simpatica; ella traía nuestra cena en una bandeja.
Puse la tele y terminamos de ver una serie de acción en Canal 2.
Eran casi las 10 de la noche.
Ella se llevó el servicio, y creo que se puso a lavarlo, porque se demoró un poco. Mientras, yo había cambiado a Canal 9, porque ya sabía que había calateada de Porcel y Olmedo en la tele.
En eso, en plena calateada de alguna de las DIVAS gauchas, me encuentra frotando 'el paquete', y me pregunta: "¿Qué estás viendo?"
Yo presiono cualquier boton del control remoto, y le digo: "Nada... ejm.. nada... estaba cambiando entre los canales".
Ella me replica: "Mentiroso, estabas viendo a una calata en la tele. Déjala nomás, a veces mi hermana también ve eso... la cara del señor gordito da risa".
Yo todo obediente, puse el canal, me hice a un lado, y ella se sentó a mi costado. Veíamos como Olmedo paleteaba, como Porcel ponia su cara de mañucaso, en las escenas cómicas no entendíamos porqué debía dar risa... pero ahí estabamos los dos, cuasi treceañeros, viendo una supuesta película para adultos.
Terminó como a las 11:30 pm, yo me había quedado dormido; pero no me percaté que me había quedado dormido en sus piernas!! Ella me despertó, y me dijo: "Mejor nos vamos a dormir, también me ha dado sueño. Además, se te ha parado algo en tu short por estar en mala posición".
(Me había levantado con una erección... estaba fierro)
Debo decir, que a ella se le notaban los pezones, muy bien formados bajo ese camisón de algodón con bobitos de encaje.
Pero no supe que hacer o decir, y cada uno se fue a dormir. Mis abuelos llegaron a los 10 minutos.
Al día siguiente, abrimos la tienda, después de misa de 7 de la mañana, como todos los Domingos.
Trabajamos medio día, y nos fuimos a almorzar con mis viejos.
De regreso a casa de mis abuelos, la hermana de Nachita tuvo que ir a ver a la tía, y ella estaba sola, cuidando la casa.
Yo me quedé jugando trompo con un vecinito, porque mis abuelos aprovecharían de ir a comprar algunas cosas y luego al cine, a ver una película que supuestamente no debía ver yo.
Al vecinito, sus viejos se lo llevaron a misa, y me metí a la casa, para no estar solo en la calle.
Subo a la azotea, y me pongo a jugar canicas, y puedo apreciar por el tragaluz, a traves de la pequeña ventana del baño de servicio, que Nachita se estaba bañando. Y otra vez experimenté una erección, al verla así, al natural, completamente desnuda, bañándose.
Dejé de jugar canicas, y sólo atiné a seguir viéndola, anonadado por el primer cuerpo desnudo de mujer joven que veía en mis escasos casi trece años de vida... muy atontado, hasta que ví que cerraría la ducha, y me tiré al piso, con un dolor en la entrepierna por tener el pajaro a su máxima expresión... el maldito quería volar.
Ella se cambió, y subió a colgar su toalla y ahí me vió sentado jugando canicas. Nachita colgó su toalla, y se acercó a mí.
Caminaba hacia mí vestida con su clásico polo rojo, su falda de twill azul y sus sayonaras hawaianas, clásicas de las natachas.
Me preguntó: "¿Puedo jugar contigo?". A lo que yo respondí: "Sí, pero juguemos con barrera, tú te apoyas contra esa pared, yo en esta pared, abrimos las piernas y jugamos dentro, para que no se caigan las canicas al primer piso".
Así jugábamos con mi primo y mi vecino. No debi haber dicho eso.
Ella no hizo, y cuando me agaché para calcular el tiro de mi canica, pude apreciar algo que hizo que mis hormonas hagan trabajar mi lado oscuro, mi lado animal, que nunca antes había salido a relucir.
Nachita tenía el calzón desgarrado, es decir, en buen criollo, tenía hartos huecos en la parte que cubre la parte media de la papita. Era un calzón limpio pero roto.
Le empecé a ver toda esa rajita roja, producto del roce con la tela razgada, y unos incipientes bellos púbicos que empezaban a crecer.
No le dije nada, pero de huevon me quedaba mirando y mirando. Eso solo lo había visto en las revistas porno de mis primos mayores y de algunos amigos del colegio. Y yo lo estaba viendo en vivo y en directo, de una chica de mi misma edad.
Al rato me cansé de jugar y le dije: "Oye Nachita, tu calzón está roto. Tienes que coserlo, ¿sabes coser? Mi abuela tiene hilos y agujas, voy por una para que arregles eso".
Ella me miró con cara de arrochada y me dice: "Si se coser, a ver prestame una aguja".
Ni corto ni perezoso fui por el costurero de la abuela, y entré a su cuarto.
Se quita el calzón y empieza a coserlo. Pero es imposible, porque el hueco era grande. Así que tuve "la brillante idea" de que cortemos un pedazo de mi calsoncillo para que parche esa parte de su calzón, total yo tania varios, y ese en particular, ya no era tan nuevo.
Me bajé el short, me quité el calsoncillo y me quedé ahí, mostrando el pajaro.
Ella normal, cortó lo que tenía que cortar, surció bien su calzón, y guardamos las tijeras y las agujas en el costurero de la abuela.
Y ella me quedó mirando y me dijo: "También te están saliendo pelitos como a mí. Eso no tenías cuando mi hermana nos bañaba antes, ¿te acuerdas?"
"Claro", le dije, "pero eso fue como hace dos veranos. ¿A tí también te están saliendo? Porque a mí también me salen en la axila, mira", acto seguido me quité el polo y me quedé calato, enseñando la pelusa de mi sobaco.
Ella se quitó el polo y me enseñó que ella se lo afeitaba, como le enseñó su hermana.
Pero yo no presté atención a eso, sino al lindo par de tetas blancas que se manejaba, con un lindo pezón marron.
Luego se bajó la falda y me enseñó los pequeños pelos, que yo ya me había percatado, que tenía en su papita.
Ella se da cuenta y me dice: "Mira, se te ha parado de nuevo, como ayer. Yo pensé que era porque estabas en mala posición".
Yo solo atiné a decir que creía que era porque estaba viendola desnuda, como a las chicas de la televisión.
Y ella me dice: "Ay, cómo crees, esas chicas tienen tetas más grandes y más bonitas que las mías seguro".
Y ahí seguía yo, perplejo, mirándole las tetas a mi amiga de juegos de la infancia.
Le dije si podría tocarlas, y ella me dio permiso.
Yo toqué, olí, sentí. Igual ella iba haciendo con mi pajarraco, púber e incipientemente arrecho.
Sentimos el timbre. Era su hermana, que había llegado ya. Ya era de noche y nosotros habíamos estado manoseándonos casi todo el final de la tarde.
Y sabíamos que estábamos haciendo algo que no debiamos hacer... porque nos dio roche que llegue su hermana, me fui a la sala a ver tele, ella se puso todo de nuevo, y como si nada hubiera pasado.
Ese fue el inicio de mi despertar sexual.
Y aún quedaban 2 meses antes que regrese a casa de mis padres y empiece el mi segundo año de secundaria.
Si desean, puedo continuar, ese verano descubrimos muchas cosas más.
Y el verano siguiente descubrí a la hermana mayor, que nos llevaba 7 años casi. Pero todo es parte de otra historia, si es que desean que la cuente.
Saludos,