Antes de cerrar la tienda, fui a la tienda de videos de mi pata, y le pedí unas 3 pelis, y una de esas fue una de mis primeras porno, Bad Girls.
Después de cenar y recoger todo, volví a poner bien los sillones frente a la tele, puse el VHS y Nachita vino a ver tele.
Empezó la peli, que es una peli con argumento, pero pronto empezó a ponerse caliente.
Las chicas recogen a un Hiker, le dan un aventón, y empiezan a cachar en la parte de atrás del remolque.
Ahí claramente se ve, como se calatean, como se soban, como mamaban teta, como chupaban pinga, como tenían relaciones vaginales y relaciones anales y sobretodo, como salía el juguito de amor.
Fue impresionante, ver la cara de Nachita, porque hasta el momento, lo más porno que había visto, había sido Porcel y Olmedo.
Para mí, no era la primera porno, pero si la primera que veía con una flaca. Mas o menos le explique el porque del cache y de la eyaculación.
Me pregunto, y ¿por qué tu nunca orinaste así cuando sacaste tu pipilin de mi papa?
Yo le dije: creo que fue porque no hicimos ningún movimiento de entrada y salida. Tiene que moverse de arriba a abajo para que bote ese líquido, pero no es Pichi, es semen
y como ves, alguna de las chicas les gusta y lo prueban.
Era un poco más de las 11 de la noche, y solamente fue la primera escena caliente de la película. De más está decirles, que debajo de mi pijama, yo tenía una FIEBRE de carácter mundial. Se podía ver que yo tenía una erección sumamente potente y fuerte. Y realmente quería al menos, que Nachita me haga una paja.
Recuerdo claramente que la siguiente escena de la película, eran dos flacas bañándose en el río, tocándose entre ellas. En eso, Nachita, toma la iniciativa, se empieza a tocar los senos, como en la película. Ella se levanta del sillón, y yo dije, , se aburrió y se va. Pero no. Solita, sin que yo le dijera ni una palabra, se despojó de su camisón, y empezó a tocarse las tetas como lo hacían las chicas de la película.
Me dijo, ¿tu crees que mis tetas van a tener el tamaño de el de esa chica? al mismo tiempo que tomaba sus tetas entre sus manos y me los enseñaba. Tus tetas ya son grandes Nachita, no tienen nada que envidiarles a los de esas chicas.
Ella me dio una sonrisa, se agachó y me dio un piquito en la boca.
Cuando las chicas se estaban haciendo una sobada mutua de papa en la película, Nachita se bajó el calzón y me mostró su papa desde el otro lado del sofá, y me dijo: Por qué una chica tiene pelitos como yo, y la otra no tiene nada, es que no le crece?
Me causó gracia su ingenuidad, y le dije Debe recortárselos, o debe usar una crema depiladora, o en el mejor de los casos, afeitarse. Debe gustarle lo más fresco.
¿Y a mí se me ve así de rojita? mientras en la tele, se veían las ricas papas rojas de las actrices porno, y ella se sobaba tímidamente la papa. Asentí con la cabeza.
Y se me salió el diablo otra vez, y solté la pregunta: ¿Te gustaría ver cómo me sale esa lechesita que le salió al chico en la peli?
Como que Nachita se asustó un poco, y dudó al responder. Se puso roja la verdad.
Bueno me dijo, ¿cómo vas a hacer?.
Me vas a tener que ayudar. Vamos a tener que meter mi pipilín en tu papa, y vamos a tener que movernos un poco, como en la película, le dije esto mientras me sacaba mi pijama.
Cuando me vio desnudo me dijo, Pero mira, no está como la última vez en que me senté encima. Está mas gorda, más roja, más caliente mientras ponía su mano sobre mi verga toda tiesa.
No te preocupes, es lo mismo que la vez pasada, ya entró, ya lo probamos y entraba así que creo que no habrá problema.
Apagué la porno y me senté cómodamente en el medio del sofá. Le dije que se acercara, abriera las piernas y vuelva a introducirse mi verga en su huequito.
Mi obediente Nachita así lo hizo, y empezó a lentamente introducir mi engrosado pajarraco en su muy humectada papa. No hubo dolor, felizmente, porque parece que se había estado metiendo deditos en los días después de nuestra primera penetración.
Entró completito, hasta la base. Pero se quedó ahí, yo me había distraído chupándole las tetas.
Le pregunté que porqué no se movía de arriba abajo, me dijo que pensó que tenía que quedarse así, que se sentía muy acalorada porque le chupaba sus tetas y sentía rico mi cosa en su cosa. Le dije que tenía que moverse, porque yo estaba sintiendo lo mismo, pero que sentiría mejor si ella se movía.
Toscamente, empezó a moverse, pero era igual de arrechante. Era la primera vez que estaba cachando, nuestra primera vez, muy rico.
Ella me dijo que le dolía un poco las rodillas, que si podíamos intentar echados como en la película.
Lo intenté en el sillón, pero era un poco incómodo, así que nos fuimos a mi cuarto.
La eché en la cama. Pero habíamos llegado en chapes hasta mi cuarto. Era la relación, momento, noche perfecta. Ella echada en la cama, con las piernas un poco abiertas, me deslicé encima de ella, y le introduje mi pajarraco dentro de su infernalmente caliente papa.
Ella empezó a jadear lentamente, acompasando mis embestidas; gimiendo suavemente, abrazando mi espalda erguida; apretando incipientemente, mi verga enfurecida.
Y estuvimos entrelazados un buen rato, hasta que le dije Creo que la lechesita ya va a salir; voy a sacarla para enseñarte. Ella estaba un poco ida, muy caliente y me dijo que rápido, porque quería seguir sintiéndola dentro.
Desenvainé la espada de la cueva del pecado, toda humectada por sus juveniles líquidos, y empecé a pajearla acompasadamente. Ella se acercó, entre echada y erguida, y yo, sin aviso previo, descargué una seguidilla de impulsos lácteos que tocaron su pecho, su cuello, su vientre, mi cubrecama, hasta mi almohada.
Es caliente, muy caliente me dijo. Tomó un poco de lo que cayó en su pecho, y lo probó. Me quedé huevón, lo probó. Sabe extraño, pero no es feo, un poco saladito, mientras probaba otro poco.
Saqué una media vieja de mi cajón, la corté con la tijera, y la limpié, como si fuera una toalla. Ella estaba agradecida que la limpie. Lo supe, sin que me dijera palabra alguna.
Ella agarró la otra parte de la media, y me limpió la verga. Mira, se puso chiquita otra vez, con un aire de inocencia y placer que me puso a mil. Pero mira, se está volviendo a parar.
Erecta otra vez, como asta de bandera, me senté pegado a la pared, y le dije: Te acuerdas, cómo esa chica, agarró el pipilin del pata y se lo chupaba, así como yo te chupo las tetas, y luego se sentó sobre el chico y lo metió por su poto? A mi me gustaría que hiciéramos eso.
Me miró con una cara de juguetona, como que siguiera abriendo regalos de navidad, y me dijo que lo intentaría, a ver si es tan bueno como lo que acabábamos de hacer.
No les voy a mentir, pero no fue una chupada de campeonato, lo mordía un poco, pero sí, lo chupó todito. En ese entonces, yo no sabía lo que era boloñear, ni lo que era sopeo pélvico, pero fue una buena mamada.
Se atragantó un poco al final, porque le obligaba a tragarla toda, y me dijo que ya se cansó, que quería probarlo por su poto, como la chica.
Se levantó, me dio la espalda, y empezó a tantear en el huequito del culo. Como mi pinga estaba totalmente baboseada, estaba humectada, empezó a entrar muy apretadamente, me dolía un poco, pero su culo aceptaba de a pocos la pinga. Nunca le pregunté si le dolía, porque ella era la que llevaba el control de la situación. No sé como pasó, pero yo siento en un momento que ella apoya todas sus grandes nalgas en mi pierna y ella risueña me dice: Entró todo, como por adelante, que rico. QUE BESTIA, eso me puso a mil, y ella empezó a subir y bajar sin que yo le diga, la condenada había aprendido a montar en una sola lección vaginal.
Sube y baja, sube y baja, y yo instintivamente, como en la película, empecé a masajearle la papa, que sentía que seguía humectada. Dale que dale, dale que dale, fuerte, mas fuerte, rápido, más rápido, y mi dedo se introducía en su papa.
Y ella empezaba a gemir y jadear; y entre gemidos entrecortados decía: Qué rico, qué rico.
Estuvimos, creo que 5 minutos así, y yo me vine de placer dentro de su culo. Ella me dijo que sentía algo calientito dentro de su potito. Yo le dije que lo sentía, que no había podido sacarla para que vea cómo disparo la leche.
Ella se levantó sutilmente, agarrando mi pinga con la mano, mientras sentía como le chorreaba mi segunda descarga de leche en la mano, desde su culo. Para mi fue un espectáculo hermoso. Ella me dijo que mejor que disparado adentro, porque le estaba quemando un poco el potito, y que con eso que chorreaba, le calmaba el ardor.
Volví a limpiarla con la media, y nos besamos apasionadamente. Estabamos hechos . Le dije que mejor nos bañaramos, porque ella estaba pegajosa, y yo lo estaba un poco también.
Nos bañamos juntos, muy rápido, pero pareció interminable, ella. Me abrazaba, mientras el agua recorría nuestros cuerpos.
Guardé la porno. Ordené los sillones y la sala.
Fui a darle un beso de buenas noches, pero ella ya estaba profundamente dormida. Literalmente exhausta.
Esa noche, mirando el techo de mi cuarto, me dije para mi mismo: Este es el mejor verano de mi vida. En una sola noche, caché por primera vez, me la chuparon, y la metí por el culo. Fácil ninguno de los pajeros del colegio o del futbol han hecho esto. Y lo mejor, que Nachita no es fea como la empleada de Manuel.
Esa noche, fue el inicio de mi perdición cacheril.
Debo resaltar, que ese verano, Nachita y yo lo hicimos al menos 3 veces mas.
Durante epocas de clase, me era dificil ir a casa de mis abuelos.
El verano siguiente, Nachita estuvo muy distante conmigo, me vió besando a la vecina de la esquina. Pero no dejé de tener favores sexuales en casa de mis abuelos, Camuchita era más loba que su hermana, y eso lo iba a descubrir muy pronto. Continuará....