El lugar más incómodo para mí fue en la escalinata de una lancha en el mar. Fue en el verano, íbamos tres parejas en una lancha y paramos frente a una caleta. Decidimos dejar la embarcación para nadar hasta la playa, pero mi pareja estaba cachonda y me dice que no, que quería hacerme el amor allí mismo.
Mientras mis patas se fueron nadando le dije mejor hacerlo en el mar para no ser tan evidentes. Así me sujeté sobre la escalinata y puse mi pie como punto de apoyo en la última grada y ella se me monta encima, haciéndome el candado (bordeándome con sus piernas alrededor de la cintura).
Si bien es cierto, fue rico el momento, fue recontra incómodo, por el oleaje y por tratar de mantenerme sujetado.