Vulcanoxxx
Sargento
5 Years of Service
Una tarde de aquellas caminando entre los puestos de triplay de Polvos Azules hoy conocido como la alameda Chabuca Granda, ya había pasado aquel gran incendio, los de aquella década recordaran, voy revisando algún vhs de música techno, de manera caleta recibo un pequeño volante mal impreso sobre anuncios kineros de agencia con chicas A1, como siempre más puede el deseo como todo chibolo hormonal, busco una cabina telefónica y llamo, llegamos a un acuerdo, busco algún hotel y encuentro uno caleta por Jr. Chiclayo, espero observando a través de la ventana la gente yendo a Jr. de la Unión, tarda más allá del tiempo acordado, me impaciento, vuelvo a llamar, me dicen ya está en camino, desecho el aviso rompiendo el papelito aquel, bajo las escaleras para irme asado, y en la puerta una jovencita, pequeñita, blanquita, cabello ensortijado, ojiverde, me parecía demasiado menor, tuve mis dudas y quería decirle que no iba a atenderme, parecía nerviosa mirando a todos lados, simpaticona la muchachita, escucho que menciona la habitación y mi nombre.
Yo: hola, ya estaba por irme.
Ella: no, ¿porque?, no seas malo, ¿ya no te quieres atender?
Yo: hace media hora que eh llamado y mira.
Me toma del brazo, siento su nerviosismo, mientras vamos subiendo.
Yo: eres jovencita, muy bonita, no sé porque te metes en esto, por tu edad deberías estar estudiando, preparándote o postulando a la universidad.
Sonríe tímidamente, no me responde solo atina a bajar la mirada.
Ingresamos a la habitación, enciendo el tv, aparece el programa “De Dos a Cuatro”, le consulto su nombre, me da el de batalla, vuelvo a preguntar por su nombre real, y su edad, me lo da… no le creo, le pido su libreta electoral (hoy DNI), titubea por un momento, creo que por el temor quizás pensó no iba a atenderme, me enseña su libreta de tres cuerpos y era cierto su nombre y su edad 18 recién cumplidos, yo con 19 a cuestas creyéndome mayorazo.
Ella: ¿me cancelas por favor?
Yo: Ok, pero no te apresures quiero conversar un rato.
Ella: Pero pídete algo para beber.
Yo: Espera, te traigo una gaseosa.
Ella: no, si puedes cerveza.
Bajo, y al regreso la encuentro recostada completamente desnuda, veo ese cuerpo blanco, blanco como la leche, mordiéndose las uñas sonríe pícaramente, sus muslos, su pelvis, su abdomen, y esa pequeña flor tatuada en su seno izquierdo que se me grabo en mi mente, asi recostada parecía un ángel caído o quizás un demonio, ella bebe y yo apenas un sorbo, me cuenta que venía de Cajamarca, le comento que es mi paisana, continua diciéndome que toma porque tiene problemas familiares, le aconsejo que no lo haga, que se mire en un espejo que esta vida no era para ella, me dice que la dueña de la agencia la contacto y se aprovechó su situación, le digo que tenía familiares y conocidos en la policía y podrían ayudarla, no quiso, no sé si por ser promiscua o quizás le gustaba esa vida, o estaba amenazada, deje de insistir, seguía contando sus cosas personales, balanceando nerviosamente sus piernas mientras bebía, ya para terminar el poco de cerveza que le quedaba recuerdo se roció los senos y su ombliguito…
Ella: ven, chupa mis senos y toma de mi ombligo.
Me quito el polo, me acerco a ella, la beso del cuello, le gusta, le doy pequeños chupetones, no dice nada.
Yo: no tienes miedo que te deje marcado el cuello.
Ella: si no se me nota hazlo, no tengo quien me reclame.
Éramos prácticamente dos inexpertos, nos sentamos, nos reíamos, la traigo hacia mí regazo, le beso sus labios, ella corresponde, son besos largos, intensos, saboreo su saliva con gusto a licor, baja y me besa el pecho, mi cuello, nuevamente mis labios, solo quería besarla lo que durase mi hora, no me importaba si no la cogía, la beso cada parte de su cuerpo, boca arriba, boca abajo, beso sus pies cada dedo de sus piecitos, esos piecitos que apenas están saliendo de la pubertad, era de las que tienen cosquillas como yo, mi lengua en la planta de sus pies, recorro sus muslos, su ombliguito, olía tan rico su cuerpo, llego a sus senos, me detengo a dibujar su flor tatuada con mi lengua, y así vuelvo a su boca, muerdo sus labios, a veces tosco otras con delicadeza, no me doy cuenta del tiempo, me fijo la hora y se había pasado diez minutos, se lo hago saber y me dice para cogerla…
Yo: no quiero que tengas problemas con la señora de la agencia.
Ella: le puedo decir que me puse mal y fui a mi cuarto.
Yo: no, no quiero que tengas problemas.
Y en ese momento que hasta ahora me arrepiento, me convertí en uno de los más grandes cojudos que no queria ser.
Ella: vamos a mi cuarto.
Yo: no, mira por ahora no, espera que me conozcas con otras salidas.
Yo: quien te asegura y sea una mala persona y te haga algo malo.
Ella: no creo, sé que puedo confiar en ti, vamos, así tomamos y vemos que pasa.
Yo: no te voy a mentir, estas preciosa, ya quisiera yo conocerte de otra manera y no así, no me quiero aprovechar de lo que me has contado y por estar algo tomada.
Ella: ni que estuviera borracha.
Yo: la próxima te saco y ahí si toda la hora full sexo.
Acepta dejar para otro día tener relaciones, bajamos, la acompaño hasta la Vía de Evitamiento, toma su bus, y se va sin rumbo conocido, regreso a mi casa.
Pasaron los días, busco si tenía aquel número y nada, camino hacia Polvos Azules y como estaban en aquella época en su reubicación por lo del incendio no logro dar con el pata de los volantes kineros, así pasan los días, meses… años… volviendo cada día esperanzado de encontrar algún volantero de servicio de relax. Hasta que un día… regreso y Polvos Azules era la alameda de la gran Chabuca Granda y de la kine bonita y su florecita tatuada solo me queda uno de los más bonitos recuerdos.
Yo: hola, ya estaba por irme.
Ella: no, ¿porque?, no seas malo, ¿ya no te quieres atender?
Yo: hace media hora que eh llamado y mira.
Me toma del brazo, siento su nerviosismo, mientras vamos subiendo.
Yo: eres jovencita, muy bonita, no sé porque te metes en esto, por tu edad deberías estar estudiando, preparándote o postulando a la universidad.
Sonríe tímidamente, no me responde solo atina a bajar la mirada.
Ingresamos a la habitación, enciendo el tv, aparece el programa “De Dos a Cuatro”, le consulto su nombre, me da el de batalla, vuelvo a preguntar por su nombre real, y su edad, me lo da… no le creo, le pido su libreta electoral (hoy DNI), titubea por un momento, creo que por el temor quizás pensó no iba a atenderme, me enseña su libreta de tres cuerpos y era cierto su nombre y su edad 18 recién cumplidos, yo con 19 a cuestas creyéndome mayorazo.
Ella: ¿me cancelas por favor?
Yo: Ok, pero no te apresures quiero conversar un rato.
Ella: Pero pídete algo para beber.
Yo: Espera, te traigo una gaseosa.
Ella: no, si puedes cerveza.
Bajo, y al regreso la encuentro recostada completamente desnuda, veo ese cuerpo blanco, blanco como la leche, mordiéndose las uñas sonríe pícaramente, sus muslos, su pelvis, su abdomen, y esa pequeña flor tatuada en su seno izquierdo que se me grabo en mi mente, asi recostada parecía un ángel caído o quizás un demonio, ella bebe y yo apenas un sorbo, me cuenta que venía de Cajamarca, le comento que es mi paisana, continua diciéndome que toma porque tiene problemas familiares, le aconsejo que no lo haga, que se mire en un espejo que esta vida no era para ella, me dice que la dueña de la agencia la contacto y se aprovechó su situación, le digo que tenía familiares y conocidos en la policía y podrían ayudarla, no quiso, no sé si por ser promiscua o quizás le gustaba esa vida, o estaba amenazada, deje de insistir, seguía contando sus cosas personales, balanceando nerviosamente sus piernas mientras bebía, ya para terminar el poco de cerveza que le quedaba recuerdo se roció los senos y su ombliguito…
Ella: ven, chupa mis senos y toma de mi ombligo.
Me quito el polo, me acerco a ella, la beso del cuello, le gusta, le doy pequeños chupetones, no dice nada.
Yo: no tienes miedo que te deje marcado el cuello.
Ella: si no se me nota hazlo, no tengo quien me reclame.
Éramos prácticamente dos inexpertos, nos sentamos, nos reíamos, la traigo hacia mí regazo, le beso sus labios, ella corresponde, son besos largos, intensos, saboreo su saliva con gusto a licor, baja y me besa el pecho, mi cuello, nuevamente mis labios, solo quería besarla lo que durase mi hora, no me importaba si no la cogía, la beso cada parte de su cuerpo, boca arriba, boca abajo, beso sus pies cada dedo de sus piecitos, esos piecitos que apenas están saliendo de la pubertad, era de las que tienen cosquillas como yo, mi lengua en la planta de sus pies, recorro sus muslos, su ombliguito, olía tan rico su cuerpo, llego a sus senos, me detengo a dibujar su flor tatuada con mi lengua, y así vuelvo a su boca, muerdo sus labios, a veces tosco otras con delicadeza, no me doy cuenta del tiempo, me fijo la hora y se había pasado diez minutos, se lo hago saber y me dice para cogerla…
Yo: no quiero que tengas problemas con la señora de la agencia.
Ella: le puedo decir que me puse mal y fui a mi cuarto.
Yo: no, no quiero que tengas problemas.
Y en ese momento que hasta ahora me arrepiento, me convertí en uno de los más grandes cojudos que no queria ser.
Ella: vamos a mi cuarto.
Yo: no, mira por ahora no, espera que me conozcas con otras salidas.
Yo: quien te asegura y sea una mala persona y te haga algo malo.
Ella: no creo, sé que puedo confiar en ti, vamos, así tomamos y vemos que pasa.
Yo: no te voy a mentir, estas preciosa, ya quisiera yo conocerte de otra manera y no así, no me quiero aprovechar de lo que me has contado y por estar algo tomada.
Ella: ni que estuviera borracha.
Yo: la próxima te saco y ahí si toda la hora full sexo.
Acepta dejar para otro día tener relaciones, bajamos, la acompaño hasta la Vía de Evitamiento, toma su bus, y se va sin rumbo conocido, regreso a mi casa.
Pasaron los días, busco si tenía aquel número y nada, camino hacia Polvos Azules y como estaban en aquella época en su reubicación por lo del incendio no logro dar con el pata de los volantes kineros, así pasan los días, meses… años… volviendo cada día esperanzado de encontrar algún volantero de servicio de relax. Hasta que un día… regreso y Polvos Azules era la alameda de la gran Chabuca Granda y de la kine bonita y su florecita tatuada solo me queda uno de los más bonitos recuerdos.