Jenny; nuestra sirvienta de alcoba
Parte 3
Ya pasada la tarde más tranquilo y desahogado por aquella mañana impensada me junto con Carlos con quien salimos de la casa para tomarnos unas cervezas con la idea que me cuente su aventura con Jenny.
Ni bien nos ponemos en camino, lo primero que me dice:
“Sabes que hoy tuve un sexo espectacular con Jenny”
“Si” le digo, “si lo sé y espero me cuentes al por menor todos los detalles”.
“Cómo, que lo sabes?!”, me dice sorprendido.
“Porque los vi teniendo sexo en la ducha del cuarto de tus viejos”, le digo. Y así le termino contando todolo que había visto.
“Es más, le digo; “inclusive me llevé la trusa negra de Jenny”. “Jajaja”, se termina riendo.
“Con razón luego de saciar nuestros cuerpos sedientos de sexo, recogimos nuestras cosas y Jenny se volvió loca buscando su bendita trusa, sobre todo porque después mis padres si llegaban a la casa no la vieran tirada por cualquier sitio y quedara en evidencia lo que habíamos hecho”.
“No te preocupes”, le digo, “yo la tengo y ya después se la entrego a Jenny, pero ahora cuéntame como sucedió todo”.
“Bueno, ahí va mí aventura”, me dice:
“Tenía que aprovechar la oportunidad. Jenny ya se me había insinuado un par de veces, de la misma manera como se te insinuó ayer cuando nos sirvió las cervezas y los bocaditos y al saber que hoy mis padres saldrían temprano porque los habían invitado a embarcarse, yo me dije; es mi oportunidad!
“Era todo o nada”.
“Fue así que después de levantarme voy a la cocina para que Jenny me sirviera el desayuno y no la encuentro, pero siento la radio encendida en su habitación”.
“Continua, continua”, le digo.
“Ok, ok! Así la llamo un par de veces y no me contesta, por lo que me acerco a su habitación y la encuentro muy sensualmente echada sobre su cama con el uniforme desabrochado con una de sus manos tocándose los senos y con la otra debajo de su bikini negro”.
“No!!” le digo; “estaba masturbándose”.
“Si”, me dice, “y no te imaginas que mientras esa mano se notaba que entraba y salía dentro de ella, iba meneándosey contrayéndose, por lo que pensé que ella ya estaba a punto para llegar a tener un orgasmo”.
“En ese momento, medije; no la puedo dejar sola. Esta es mi oportunidad y la voy ayudar”
“Así entro a la habitación, me acerco donde ella y para no asustarla, me siento a su costado y la comienzo a acariciar y besar suavemente como para que continúe con su ritual”.
“En vez de espantarse, abre sus ojos, me ve y me permite jugar con ella. Comienza a responder amis besos. Me sujeta la mano y me la lleva debajo de ella para que pueda sentirlo mojada que se encontraba en ese momento, permitiendo inclusive que le metiera los dedos”.
“Ella al ver que ya había izado el mástil y al tener sus manos libres me baja el short que llevaba puesto y a la vez que con sus manos jugaba con mi miembro se lo llevaba a la boca”.
“Bahh, fue una sensación única. Qué manera de chuparlo!!”
Primero levemente entre que lo besaba y le pasaba la lengua hasta dejarlo bien húmedo y luego por cada tres se lo tragaba hasta el fondo”.
“Por supuesto que no duramos mucho así. Jenny ya estaba bien excitada, sus contracciones se hacían más fuertes; ya con las piernas totalmente abiertas y a mí que me estaba volviendo loco con esa chupada, hasta que no dimos más. Mientras ella se ponía completamente rígida como tratando de aguantar su orgasmo a la espera determinar juntos, yo me vine con furia dentro de su boca una y otra vez hasta vaciarme completamente, mientras ella finalmente se deja caer rendida”.
“Fue un momento intenso”, me comenta Carlos, a la par que su historia comienza a excitarme mientras pienso en Jenny y su cuerpo lleno de deseo.
Pero continuando con el relato, me decía Carlos; “Ella ya más relajada y habiéndose tragado todo mi semen me abraza y me pide ir a la ducha juntos, diciéndome”:
“No pienses que he terminado contigo. Espero puedas jugarun partido más, pero ahora dentro de mí, me termina diciendo Jenny”.
“La reacción en mí”, me agrega Carlos, “fue casi inmediata, ya estaba tomando forma nuevamente, a lo que le digo a Jenny. Esta vez, no aquí, vamos a la ducha”.
“Le sujeto la mano, cual pareja de enamorados y así como estábamos nos fuimos a la ducha al cuarto de mis viejos”.
“Una vez dentro del cuarto comenzamos a desvestirnos; esa es la ropa que tú debes haber visto, mientras nos manoseábamos, abrazábamos y besábamos nuevamente hasta lograr excitarnos otra vez. Allí fue donde la invité a la ducha y donde nos debes haber visto mientras la reventaba por detrás”.
“Desgraciado, suertudo”, le digo. “Espero la próxima vezme invites y no te comas el bocadillo sólo”.
“No te preocupes!!”, me dice Carlos, “luego de terminar, mientras limpiábamos yrecogíamos nuestras cosas para no dejar evidencias de nada, ella me preguntó por ti, y me dijo:”
“Ojalá me invites a tu amigo, para poder conocerlo profundamente también”
“Claro, le digo. Que se presente una nueva oportunidad y te lo dejo para que lo revientes como has hecho conmigo y porque no, después podríamos tener un trío”.
“Jenny se sonrió como aceptando la propuesta. Por lo que habrá que romper esquemas para buscar el momento, porque otra vez con ella, no me lo pierdo”.
Y así seguimos conversando y coordinando para cuando sus papás no estuvieran en casa, ahora sería yo quien tuviera a Jenny en nuestra sirvienta de alcoba.