Charlie20
Sargento
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Esta historia tiene su comienzo después de una relación muy tormentosa que tuve con una flaca y que narré en este otro tema. Tal vez ayude a comprender algo mejor, por si lo quieren leer: https://perutops.com/foro-relax/threads/indagando-en-su-pasado-oscuro.420599/
Luego de terminar mi relación con Lucero, estuve solo por varios meses, la verdad no quise saber más de enamoradas ni amigas con derecho, así que en esos meses me dediqué harto a ver porno y correrme la paja, así como salir de putas como decía uno de mis amigos y compinche de aquellos días. Éramos un grupo de tres amigos de la universidad, uno de ellos con una flaca rica pero media cucufata que no se soltaba en la cama (según nos contó) y el otro, con una flaca promedio, con la que sí cachaba, pero todo tranqui. Según ellos me estaban ayudando a superar esta etapa y por eso me acompañaban en búsqueda de putas jajajaja.
En esos años todavía funcionaba un conocido local kinero por un óvalo del cono norte, así que nos íbamos hasta allá para buscar entretenimiento. Normalmente nos metíamos unas chelas antes y luego nos íbamos para allá. Uno de mis patas tenía hartas fichas (bueno sus viejos), así que nos bancaba la incursión casi sin límites. Elegíamos una mesa, pedíamos unas botellas y llamábamos a unas flacas para que nos acompañaran, veíamos el show y avanzada la noche cada uno decidía si la pasaba con la acompañante que tenía, o si se daba una vuelta para buscar otros ejemplares.
Estuve en esa rutina por casi un año, debo decir que a pesar de disfrutar de la compañía de ricas kines y a pesar de que siempre me venía y la pasaba bien, sentía en el fondo que faltaba algo, algo más para correrme con mayor intensidad como lo conseguía antes. Algunos fines de semana mis patas no podían porque salían con sus flacas y las excusas de sacarme para hacerme sentir mejor también se les acababan, así que también iba solo a buscar kines a ese antro. Una noche, estuve viendo el show mientras me tomaba un trago en la barra, cuando de pronto salió al escenario una flaca que no había visto antes, mediana estatura (1.60 aprox.) cabello negro lacio, cara algo redondita, sin verse gorda; ojos algo achinados y sonrisa pícara. Piel canela, aparentemente bien cuidada, sin tatuajes y con una complexión muscular tonificada, sin ser fitness. Apareció con un gorro pequeño y un disfraz de colegiala. Mientras se esmeraba bailando en el tubo, no podía dejar de ver sus curvas, esa camisa apretada dejaba ver un escote prominente y la faldita a cuadros no alcanzaba para ocultar semejante tarraso que llevaba en la retaguardia.
Recuerdo que una colocha con cara de malcriada me abordó mientras me deleitaba con el show, así que la tuve que chotear y me acerqué más al mini escenario. Poco a poco las prendas de vestir fueron volando hasta que la flaca se quedó con una mini tanga, que después de unos saltos y movimientos en el tubo, terminaron en su boca. No me equivocaba, la flaca era un lomaso. Un par de tetazas, de una caída poco natural, pero que se veían muy bien, además de unas aureolas medianas y unos pezones a la medida. Cinturita y casi nada de barriga, una caderazas como me gustaban y un señor rabaso! que culo, pero que culaso! realmente impresionante la forma redonda y tan balanceada de ese trasero, increíble realmente. Tengo una debilidad por esa parte del cuerpo en una mujer, así que ya se imaginarán cómo estaba. Se veía que el show estaba por terminar, así que llamé al mozo que me estaba atendiendo esa noche y le dije que quería conocer a esa flaca, luego de darle su respectiva propina, me pidió que lo esperara. A los pocos minutos regresó y me pidió que lo acompañara hacia la parte trasera del local, donde me indicó que espere a que la flaca se acerque.
Esperé unos minutos y de repente apareció Cindy (así la llamaré), arreglada, con otro atuendo diminuto, pero con el mismo gorro que en su presentación. Le invité un trago en la barra mientras conversábamos y aprovechaba en manosearla de lo rico. Pude comprobar que las tetas eran operadas, pero nada exagerado que me hiciera desistir y su culo se sentía bastante natural. Llegamos a un acuerdo y subimos para la atención. Sólo verla subir las escaleras delante mío, moviendo ese culaso y cómo se le marcaban las nalgotas con cada peldaño, ya tenía la pinga al palo y lagrimeando. Una vez arriba, nos dieron una habitación y entramos a la matanza. Cindy toda canchera, se pidió un par de tequilas para entonar, yo estaba embobado con esas curvas, así que acepté a todo. Empecé a besarle todo el cuerpo, no sabía si repetiría con ella en otra oportunidad, así que quería disfrutar de cada centímetro de su anatomía. Lamí y mordí cada parte de su cuerpo y ella se dejaba sin reclamar.
Nos desvestimos mutuamente, me comí esas tetas como un desquiciado, Cindy me agarraba del pelo, de las orejas, de la cara, como utilizándome para que le sobara las tetas. Descubrí entonces que eso le ponía demasiado. Luego ataqué su vientre, besando y lamiendolo por completo, sintiéndolo algo durito y dejé su rabaso para el final, me dediqué a besarle, lamerle, darle pequeñas mordidas, sobarle, apretarle y manosearle el culo durante un rataso. Podía oler que se excitaba, sus flujos debían estar emanando de su rica conchita, porque se olía cada vez más. Ella solo gemía, como cualquier kine la primera vez que lo hace con su cliente, mucho más fingido de lo que quisiéramos. Pero no me importaba, yo disfrutaba de su cuerpo y eso me volvía loco. Me comía ese culo con gran esmero, hasta que empecé a manosear su conchita, ella se dejó y me dijo que si quería hacerle una sopa, podría dejarme por un adicional. Yo accedí porque la verdad estaba demasiado arrecho y quería saborear su rica vagina.
Totalmente depilada, con labios mayores hinchados por el manoseo previo, bastante caliente y también mojadita, sentí que me enamoraba de esa conchita, olvidando por un momento dónde estaba, con quién y cuál eran nuestros roles. Cindy se acomodó en la cama, boca arriba, separando bien las piernas para dejarme disfrutar de su sexo. Comencé a besar sus labios y darle cortas lamidas a esos tejidos tan llenos de deseo. lamí y besé sus labios sin aún penetrarla con la lengua o los dedos. Seguí lamiendo de abajo hacia arriba y de lado a lado, hasta que sentía que pro ratos mi lengua se iba más adentro de lo esperado y me encontraba con esos flujos que me supieron deliciosos. Ella gemía y me decía lo mucho que le gustaba, pero la verdad yo la oía poco, con sus piernas aprisionaba mi cabeza y tapaba mis orejas, así que sólo me dediqué a darme placer mientras le hacía una rica sopita. Ahora la punta de mi lengua ingresaba a su cavidad vaginal, lamía de lado a lado, en círculos, entraba y salía, mientras que una de mis manos seguía amasando sus tetas siliconeadas y la otra empezaba a alistar el camino mientras recorría su entrepierna.
Llevé mi boca a su clítoris y mi mano derecha hacia su concha, empecé a lamerle el botoncito, porque sí parecía, mientras que con dos dedos, la penetraba estimulando además su punto G. Cindy lo agradecía con la mirada y los gemidos, repetía "así....así...papi, así me gusta....sigue.....méteme los dedos en la concha...". Mi boca empezó entonces a succionar su clítoris, como queriendo arrancárselo del cuerpo, mientras acompasado, subía la intensidad del movimiento de mis manos. Ella arqueó la espalda, empujando sus tetas hacia el techo y gimiendo más rápido y más fuerte, agradeciendo con sus "aahhh....aaahhhh.....siiiiiii.....así mi amor, así....". Yo seguía succionando, lamiendo y metiéndole los dedos, hasta que en una laaargaaa y fuerte succión, le arranqué un orgasmo delicioso a mi putita, que con un..."aaaaayyyyyyyyyy....siiiii siiiii siiiiii" se dejó correr hasta chorrearse. Su concha era un mar de flujos y me faltban dedos para limpiarle toda la concha, se la lamí un rato más, aunque luego tiró de mi cabeza para darme un beso como no me lo había dado hasta ese momento.
Cindy se acurrucó, como queriendo extender su orgasmo por unos instante más, mientras llevaba una mano a su concha y con la otra intentaba sobar sus tetas, sin lograr abarcarlas. La dejé ser, mientras disfrutaba cómo se llenaba de placer. Yo estaba a punto de venirme, como ya les conté en otro relato, disfruto demasiado de ver cómo mi pareja siente placer y llega a sus orgasmos. Hasta ese momento, ella casi no me había tocado, había pagado por ser yo quien le diera placer, al menos eso pensó ella, sin conocer hasta ese momento mi forma de disfrutar del sexo. Una vez más tranquila, se tumbó encima mío, me miró a los ojos y me dijo.."amor, me has hecho correr demasiado rico, ahora me toca a mí, te lo voy a hacer a pelo y vente donde quieras, sólo no me lo des en la boca". Me rayó con esto, debía haberlo disfrutado mucho para hacerme tal ofrecimiento. Pero la verdad yo estaba a mil con el orgasmo que ella había alcanzado. Cindy bajó dándome besos y ligeras mordidas, hasta que tuvo mi pinga en su cara. Sin usar las manos y como toda una experta, se puso a chuparme la verga desde el glande hasta la mitad del tronco, me pasaba la lengua por todo el recorrido y me succionaba mientras jalaba mi verga hacia ella. Lo hacía con una facilidad única, entonces me miró y me guiñó un ojo, mientras empezó una garganta profunda de campeonato. Sentía cómo la punta de mi verga chocaba con su garganta, es un sensación indescriptible, totalmente caliente y húmeda, su boca me dio placer por unos minutos más, hasta que le avisé que me venía. Con sus manos me agarró de la verga y de los testículos, mientras me pajeaba fuertemente, no aguanté más y solté toda la leche. Mis chorros salían hacia arriba así que ella se movía para que le cayeran en las tetas, parte del cuello y algo en la cara.
Me corrí demasiado. Ella seguía pajeándome más lento hasta que mi pinga dejó de convulsionar. Se retregó la leche por sus mangasos y se sobó los pezones con mi semen. Se bajó de encima mío y se fue a limpiar. Mientras me limpiaba también, aún echado en la cama, pensé que durante todo este período kinero jamás había disfrutado tanto como esa noche. Le tomé los datos a Cindy, que bastante animada me compartió su nro de celular, para que quedemos por fuera en cualquier otro momento.
Si antes había estado con alguien que se comportaba como una puta en la cama, ahora había sentido ese nivel de placer con alguien que lo era, me fui demasiado feliz a mi jato, con la esperanza de haber encontrado algo que pensé que no podría volver a sentir, aunque en el fondo, muy en el fondo, sabía que si ahora tomaba un camino como éste, si iba a plantearme disfrutar del sexo duro con una kine, sin intentaba tener algo más que sólo una relación de intercambio con ella, podría llegar a situaciones más morbosas y dolorosas de las que llegué con Lucero......pero la verdad, no me importó.
Luego de terminar mi relación con Lucero, estuve solo por varios meses, la verdad no quise saber más de enamoradas ni amigas con derecho, así que en esos meses me dediqué harto a ver porno y correrme la paja, así como salir de putas como decía uno de mis amigos y compinche de aquellos días. Éramos un grupo de tres amigos de la universidad, uno de ellos con una flaca rica pero media cucufata que no se soltaba en la cama (según nos contó) y el otro, con una flaca promedio, con la que sí cachaba, pero todo tranqui. Según ellos me estaban ayudando a superar esta etapa y por eso me acompañaban en búsqueda de putas jajajaja.
En esos años todavía funcionaba un conocido local kinero por un óvalo del cono norte, así que nos íbamos hasta allá para buscar entretenimiento. Normalmente nos metíamos unas chelas antes y luego nos íbamos para allá. Uno de mis patas tenía hartas fichas (bueno sus viejos), así que nos bancaba la incursión casi sin límites. Elegíamos una mesa, pedíamos unas botellas y llamábamos a unas flacas para que nos acompañaran, veíamos el show y avanzada la noche cada uno decidía si la pasaba con la acompañante que tenía, o si se daba una vuelta para buscar otros ejemplares.
Estuve en esa rutina por casi un año, debo decir que a pesar de disfrutar de la compañía de ricas kines y a pesar de que siempre me venía y la pasaba bien, sentía en el fondo que faltaba algo, algo más para correrme con mayor intensidad como lo conseguía antes. Algunos fines de semana mis patas no podían porque salían con sus flacas y las excusas de sacarme para hacerme sentir mejor también se les acababan, así que también iba solo a buscar kines a ese antro. Una noche, estuve viendo el show mientras me tomaba un trago en la barra, cuando de pronto salió al escenario una flaca que no había visto antes, mediana estatura (1.60 aprox.) cabello negro lacio, cara algo redondita, sin verse gorda; ojos algo achinados y sonrisa pícara. Piel canela, aparentemente bien cuidada, sin tatuajes y con una complexión muscular tonificada, sin ser fitness. Apareció con un gorro pequeño y un disfraz de colegiala. Mientras se esmeraba bailando en el tubo, no podía dejar de ver sus curvas, esa camisa apretada dejaba ver un escote prominente y la faldita a cuadros no alcanzaba para ocultar semejante tarraso que llevaba en la retaguardia.
Recuerdo que una colocha con cara de malcriada me abordó mientras me deleitaba con el show, así que la tuve que chotear y me acerqué más al mini escenario. Poco a poco las prendas de vestir fueron volando hasta que la flaca se quedó con una mini tanga, que después de unos saltos y movimientos en el tubo, terminaron en su boca. No me equivocaba, la flaca era un lomaso. Un par de tetazas, de una caída poco natural, pero que se veían muy bien, además de unas aureolas medianas y unos pezones a la medida. Cinturita y casi nada de barriga, una caderazas como me gustaban y un señor rabaso! que culo, pero que culaso! realmente impresionante la forma redonda y tan balanceada de ese trasero, increíble realmente. Tengo una debilidad por esa parte del cuerpo en una mujer, así que ya se imaginarán cómo estaba. Se veía que el show estaba por terminar, así que llamé al mozo que me estaba atendiendo esa noche y le dije que quería conocer a esa flaca, luego de darle su respectiva propina, me pidió que lo esperara. A los pocos minutos regresó y me pidió que lo acompañara hacia la parte trasera del local, donde me indicó que espere a que la flaca se acerque.
Esperé unos minutos y de repente apareció Cindy (así la llamaré), arreglada, con otro atuendo diminuto, pero con el mismo gorro que en su presentación. Le invité un trago en la barra mientras conversábamos y aprovechaba en manosearla de lo rico. Pude comprobar que las tetas eran operadas, pero nada exagerado que me hiciera desistir y su culo se sentía bastante natural. Llegamos a un acuerdo y subimos para la atención. Sólo verla subir las escaleras delante mío, moviendo ese culaso y cómo se le marcaban las nalgotas con cada peldaño, ya tenía la pinga al palo y lagrimeando. Una vez arriba, nos dieron una habitación y entramos a la matanza. Cindy toda canchera, se pidió un par de tequilas para entonar, yo estaba embobado con esas curvas, así que acepté a todo. Empecé a besarle todo el cuerpo, no sabía si repetiría con ella en otra oportunidad, así que quería disfrutar de cada centímetro de su anatomía. Lamí y mordí cada parte de su cuerpo y ella se dejaba sin reclamar.
Nos desvestimos mutuamente, me comí esas tetas como un desquiciado, Cindy me agarraba del pelo, de las orejas, de la cara, como utilizándome para que le sobara las tetas. Descubrí entonces que eso le ponía demasiado. Luego ataqué su vientre, besando y lamiendolo por completo, sintiéndolo algo durito y dejé su rabaso para el final, me dediqué a besarle, lamerle, darle pequeñas mordidas, sobarle, apretarle y manosearle el culo durante un rataso. Podía oler que se excitaba, sus flujos debían estar emanando de su rica conchita, porque se olía cada vez más. Ella solo gemía, como cualquier kine la primera vez que lo hace con su cliente, mucho más fingido de lo que quisiéramos. Pero no me importaba, yo disfrutaba de su cuerpo y eso me volvía loco. Me comía ese culo con gran esmero, hasta que empecé a manosear su conchita, ella se dejó y me dijo que si quería hacerle una sopa, podría dejarme por un adicional. Yo accedí porque la verdad estaba demasiado arrecho y quería saborear su rica vagina.
Totalmente depilada, con labios mayores hinchados por el manoseo previo, bastante caliente y también mojadita, sentí que me enamoraba de esa conchita, olvidando por un momento dónde estaba, con quién y cuál eran nuestros roles. Cindy se acomodó en la cama, boca arriba, separando bien las piernas para dejarme disfrutar de su sexo. Comencé a besar sus labios y darle cortas lamidas a esos tejidos tan llenos de deseo. lamí y besé sus labios sin aún penetrarla con la lengua o los dedos. Seguí lamiendo de abajo hacia arriba y de lado a lado, hasta que sentía que pro ratos mi lengua se iba más adentro de lo esperado y me encontraba con esos flujos que me supieron deliciosos. Ella gemía y me decía lo mucho que le gustaba, pero la verdad yo la oía poco, con sus piernas aprisionaba mi cabeza y tapaba mis orejas, así que sólo me dediqué a darme placer mientras le hacía una rica sopita. Ahora la punta de mi lengua ingresaba a su cavidad vaginal, lamía de lado a lado, en círculos, entraba y salía, mientras que una de mis manos seguía amasando sus tetas siliconeadas y la otra empezaba a alistar el camino mientras recorría su entrepierna.
Llevé mi boca a su clítoris y mi mano derecha hacia su concha, empecé a lamerle el botoncito, porque sí parecía, mientras que con dos dedos, la penetraba estimulando además su punto G. Cindy lo agradecía con la mirada y los gemidos, repetía "así....así...papi, así me gusta....sigue.....méteme los dedos en la concha...". Mi boca empezó entonces a succionar su clítoris, como queriendo arrancárselo del cuerpo, mientras acompasado, subía la intensidad del movimiento de mis manos. Ella arqueó la espalda, empujando sus tetas hacia el techo y gimiendo más rápido y más fuerte, agradeciendo con sus "aahhh....aaahhhh.....siiiiiii.....así mi amor, así....". Yo seguía succionando, lamiendo y metiéndole los dedos, hasta que en una laaargaaa y fuerte succión, le arranqué un orgasmo delicioso a mi putita, que con un..."aaaaayyyyyyyyyy....siiiii siiiii siiiiii" se dejó correr hasta chorrearse. Su concha era un mar de flujos y me faltban dedos para limpiarle toda la concha, se la lamí un rato más, aunque luego tiró de mi cabeza para darme un beso como no me lo había dado hasta ese momento.
Cindy se acurrucó, como queriendo extender su orgasmo por unos instante más, mientras llevaba una mano a su concha y con la otra intentaba sobar sus tetas, sin lograr abarcarlas. La dejé ser, mientras disfrutaba cómo se llenaba de placer. Yo estaba a punto de venirme, como ya les conté en otro relato, disfruto demasiado de ver cómo mi pareja siente placer y llega a sus orgasmos. Hasta ese momento, ella casi no me había tocado, había pagado por ser yo quien le diera placer, al menos eso pensó ella, sin conocer hasta ese momento mi forma de disfrutar del sexo. Una vez más tranquila, se tumbó encima mío, me miró a los ojos y me dijo.."amor, me has hecho correr demasiado rico, ahora me toca a mí, te lo voy a hacer a pelo y vente donde quieras, sólo no me lo des en la boca". Me rayó con esto, debía haberlo disfrutado mucho para hacerme tal ofrecimiento. Pero la verdad yo estaba a mil con el orgasmo que ella había alcanzado. Cindy bajó dándome besos y ligeras mordidas, hasta que tuvo mi pinga en su cara. Sin usar las manos y como toda una experta, se puso a chuparme la verga desde el glande hasta la mitad del tronco, me pasaba la lengua por todo el recorrido y me succionaba mientras jalaba mi verga hacia ella. Lo hacía con una facilidad única, entonces me miró y me guiñó un ojo, mientras empezó una garganta profunda de campeonato. Sentía cómo la punta de mi verga chocaba con su garganta, es un sensación indescriptible, totalmente caliente y húmeda, su boca me dio placer por unos minutos más, hasta que le avisé que me venía. Con sus manos me agarró de la verga y de los testículos, mientras me pajeaba fuertemente, no aguanté más y solté toda la leche. Mis chorros salían hacia arriba así que ella se movía para que le cayeran en las tetas, parte del cuello y algo en la cara.
Me corrí demasiado. Ella seguía pajeándome más lento hasta que mi pinga dejó de convulsionar. Se retregó la leche por sus mangasos y se sobó los pezones con mi semen. Se bajó de encima mío y se fue a limpiar. Mientras me limpiaba también, aún echado en la cama, pensé que durante todo este período kinero jamás había disfrutado tanto como esa noche. Le tomé los datos a Cindy, que bastante animada me compartió su nro de celular, para que quedemos por fuera en cualquier otro momento.
Si antes había estado con alguien que se comportaba como una puta en la cama, ahora había sentido ese nivel de placer con alguien que lo era, me fui demasiado feliz a mi jato, con la esperanza de haber encontrado algo que pensé que no podría volver a sentir, aunque en el fondo, muy en el fondo, sabía que si ahora tomaba un camino como éste, si iba a plantearme disfrutar del sexo duro con una kine, sin intentaba tener algo más que sólo una relación de intercambio con ella, podría llegar a situaciones más morbosas y dolorosas de las que llegué con Lucero......pero la verdad, no me importó.