Parte 3
Mateo llevaba unos meses como nuestro inquilino y Lupe le comenzó agarrar simpatía, se saludaban amablemente y hasta conversaban cada vez que él se acercaba a pagarle la mensualidad del alquiler. Ella me decía que era un buen muchacho, provinciano, trabajador y que le inspiraba confianza, nada que me hiciera sospechar, porque yo también pensaba así de él. A pesar que ya me estaba dando muestras de ser un a trazador. Pongo de ejemplo, lo que sucedió una noche.
Siempre me resulto fácil salir a juerguear, aunque Lupe en los últimos años se volvió muy controladora, me la ingeniaba para darme mis escapadas. Salía con mis amigos de mis distintas promociones, del trabajo y también del gimnasio y siempre en esas reuniones había con quien trampear. Una de ellas era Paula, una chica de 28 años, morocha, alta (1.70) y con un cuerpo de infarto, muy bien trabajado en el gimnasio. La conocía desde hace 8 años, desde que era una chibola inexperta y nos hicimos amigos cariñosos, con encuentros sexuales esporádicamente. Ambos sabíamos que solo quedaba en sexo y nada más. Ella sabía que era casado y ella también durante ese tiempo en que nos conocíamos., tuvo pareja oficiales, como también otros agarres, ninguno de los dos nos hacíamos palta por eso.
Un día Paula invito a un grupo de chicos del gimnasio a su depa a una reunión, supuestamente tranquila. Había música, trago y comida. Yo solo bailaba, ya que como sabrán no tomo mucho. A eso de las 3 de la mañana la gente comenzó a irse a algunos a descansar, otros a continuarla en otro lado y las parejitas que se formaron en la reunión se fueron a un telo. A eso de las 4am solo quedaron 5 personas: un chico, la amiga de Paula, Mateo, Paula y yo. Paula me jalo a su cuarto y dejamos al resto en la sala. Mateo y el otro chico estaban giliando a la amiga de Paula, pero ella solo estaba en plan de amigos, así que no le dio bola a ninguno.
Paula como ya se lo habrán imaginado era una perra. Le encantaba chuparla. Me tiro a la cama y me bajo los pantalones, pasaba la punta de la lengua, por mi verga, mientras me miraba lujuriosamente, para después meterse mi verga en la boca. Después de buen rato de chuparlo se paró se sacó el vestido, mientras yo me sacaba el polo y terminaba de sacarme el pantalón que se había quedado en mis tobillos. Se sentó encima mío y comenzó a cabalgarme, sin sacar mi verga de su concha me pare y la comencé a bombear parado, ella con sus piernas al aire. Luego nos tiramos a la cama y fulll misionero por largo rato, piernas al hombro para luego terminar en la posición que más me gusta hacerlo con ella: La de perrito. Ella se quiebra bien, tiene unas caderas anchas y encima un tatuaje en la cintura, que la hace más arrechaste. Sumado todo eso ella no es de las mujeres que solo gime. Ella gime como actriz porno y te lanza palabras sucias y vulgares. Mientras la bombea por su concha, le echaba saliva a su ano y le iba metiendo mis dedos, saque mi verga de su concha y se lo metió por su tubo, la sujete bien de la cintura y le di de alma, finalmente le eche toda mi leche en sus nalgas.
Nos recostamos en la cama y nos quedamos dormido. De un momento a otro me desperté, el sol estaba que me daba en la cara, la ventana del cuarto estaba abierta, ya eran más de las 7am. Me puse de pie, todavía algo somnoliento, no llegaba a distinguir el fuerte sonido que venía de algún lugar. Completamente desnudo salí a la sala y no había nadie, pero ya pude tomar conciencia de que ese ruido eran gemidos de placer y venia del cuarto de visita del depa. Sigilosamente me acerque al cuarto, la puerta estaba semi abierta, acerque mi cabeza y pude ver claramente lo que estaba pasando. Paula estaba recostada en posición horizontal a la cama, boca arriba, con su cuello al filo de la cama y su cabeza al aire y su largo cabello tocando el suelo, mientras al frente de ella, entre sus piernas, de rodilla y erguido estaba Mateo, que la había tomado de los tobillos y la hizo flexionar las piernas, de tal manera que las rodillas de Paula tocaban sus tetas. Luego manteniendo sus piernas flexionadas Mateo apoya sus manos en sus muslos y le abre la concha, para comenzar a penetrarla profundamente. Se movió lentamente sacándole toda su verga y volviéndola a meter, hasta que el ritmo aumento y comenzó a bombearla más rápido. Los gemidos de Paula, como siempre eran desgarradores. Mientras la penetraba Paula se sobaba las tetas y Mateo la bombeaba tan fuerte que ya no solo su cabeza de Paula estaba fuera de la cama si no también, sus hombros. Es en ese momento que Paula logra verme parado en el umbral de la puerta, completamente desnudo y en ese mismo momento Mateo tambien me mira. No se detuvieron para nada, estaban en pleno climax.
Mateo: Espero que no te molestes por esto (mientras la seguía penetrando)
Yo: No para nada, no soy celoso (por no decirle que no me interesa, ya que Paula solo es una trampa).
Paula: Ven únete.
Yo: No Paula, ya tuvimos nuestro momento, voy a dejar a Mateo que te disfrute solo (la verdad en ese momento prefería mirar).
Fue en ese entonces que Paula zafo de Mateo y mirándome fijamente paso su lengua por los dedos de su mano y poniéndose en cuatro paso sus dedos ensalivados por su culo. Mateo entendió y rápidamente se la clavo por el culo y comenzó a bombearla rápidamente. Tengo que decir que no pude evitar no ser partícipe de eso. Acerque mi verga a Paula y le comencé a bombear la boca, fue realmente excitante. Yo la agarre de la nuca, para que no la saque, mientras Mateo le reventaba el culo y la comenzaba a putear: “Como te gusta la verga, perra” mientras le metía lapos a su inmenso culo. Primero fui yo que se vino en la boca de Paula y al rato nomas Mateo cayó encima de Paula, se vino dentro del condón. Se quedaron pegados, mientras yo me fui al baño limpiarme, cuando escucho de nuevo gemidos. Me acerco y Mateo la tenía piernas al hombro y la estaba penetrando analmente. Le estaba dando dos al hilo, sin sacársela. Finalmente los deje y me fui a darme una ducha, me cambie, me prepare algo en la cocina y antes de salir, Mateo sale del cuarto, ya vestido y me dice para irnos juntos. Paula estaba en la cama desnuda y dormida.
Ya camino a la casa le pregunto a Mateo, como sucedió y él me dice que, la amiga de Paula, llamo a Paula, para que le pida un taxi, me imagino que fue mientras dormíamos después de tirar. El chico y Mateo se ofrecieron acompañarla y ella acepto, pero Paula convenció a Mateo para que se quede, ya que supuestamente él vivía muy lejos, así que su amiga se fue con el chico. Apenas cerraron la puerta Paula se lanzó a Mateo a chaparlo. El la detuvo y pregunto por mí. Ella respondió: “Esta dormido, aprovechemos” y lo jalo al cuarto de visita.
Yo: Que así no más paso? De la nada te chapo?
Mateo: No, la verdad que ya estábamos en gileos hace un tiempo en el gimnasio, pero nunca se nos presentó la oportunidad de estar solo. Lo de hoy fue concretar lo que ya se veía venir. No te molestas no?
Yo: Tío, es una trampa, no es mi esposa (premonitorio comentario), normal si te la tiras. Lo que me parece raro es que no me lo hayas dicho, si somos patas.
Mateo: Pensé que te molestarías.
La verdad que Paula no me importaba, pero si me desconcertó que Mateo no respetara los códigos de amigos, pero sobre todo me molesto que no me contara que estaba gileando a Paula, si éramos patas. Sinceramente, si me lo hubiera dicho, yo no le hubiera prohibido nada. Desde ese momento debí desconfiar de Mateo y más aun con lo que vi después de unos días. La relación cordial que tenía con mi esposa se había vuelto algo fría. Se saludaban de manera seca y sin mirarse a los ojos y ya no cruzaban palabra. Una vez cuando Mateo le toco pagarle la mensualidad casi ni se hablaron. Se lo hice saber a Lupe y ella se sorprendió con la pregunta, titubeo por un momento para luego decirme: “No te has dado cuenta? para metiendo chicas a su cuarto”. Esa explicación me dejo tranquilo y es más trate de justificarlo, lo defendí, pero a diferencia de otras veces mi esposa no puso muchos peros y solo dijo: “tu ve”. En ese momento le creí, me sentí satisfecho por sus explicaciones. Otro esposo quizás hubiera analizado mejor las cosas, porque de un momento a otro, el trato cordial cambio a un trato bastante frio, de repente porque trataban de ocultar algo, mostrándose ante mí, como personas que no se toleran, pero cuando no estoy, sucede todo lo contrario. En su momento no lo vi así. Y me tuve que chocar con la dura realidad de la peor manera.
Días después me fui de viaje de trabajo a provincia, después de una reunión, en mi tiempo libre, me puse a revisar mi laptop, cuando a cientos de kilómetros de mi casa, me entere de la peor noticia de mi vida. De la forma de la que ningún hombre se quisiera enterar de como su mujer le pone los cuernos… Continuara.