waldochulo
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Javier me espero a dos cuadras de mi trabajo para evitar suspicacias, ya que un día antes me había recogido en mí mismo trabajo. Subí como siempre al asiento de copiloto y lo salude fríamente. Ese día quería cortar todo tipo de relación con Javier y no volver a verlo. Lo primero que hice fue pedirle el labial, lo guarde y luego le pedí que me dejara en mi casa. En el trayecto, él me hablaba pero yo le respondía escuetamente, si, no, más o menos. Él se dio cuenta y me pregunto si estaba molesta. Le dije: No, solo estoy cansada. El no insistió y se quedó callado y todo se volvió silencio, mejor para mí. Así estuvimos por un rato, hasta que no sé porque se me dio por hablarle (odio los silencios incomodos). Como lo vi con polo y jean, le pregunte: Hoy no vas al gym? El me respondió: No, por qué? querías ver mis brazos y piernas? Si quieres te lo muestro. Ambos no reímos al mismo tiempo y el hielo se rompió. Luego se remango las mangas del polo. Yo solo me reía. Me dijo que si quería podía tocarlo y yo le respondí: No porque luego tú vas intentar tocarme como ayer. Él me respondió: No mami, si quieres tocarme hazlo, yo no te tocare, salvo que tú me lo pidas. Puse cara de pensativa y le dije: Bueno.
Javier se estaciono en una calle tranquila y poco iluminada. Algo que no conté es que las lunas de su carro eran polarizadas. Yo estaba relajada, comencé a tocar sus brazos, lo apreté, estaba duro. Me pregunto si quería tocar más y antes que respondiera se quitó el polo y pude ver su marcado torso. La situación se estaba poniendo muy caliente y estaba perdiendo el control. Toca mami, me dijo. No dije nada, solo me reía, mientras dudaba en hacerlo. Finalmente me arriesgue. Lo mire coquetonamente mientras ponía mi mano sobre sus pectorales. Se los apretaba. Baja más si quieres mami, me dijo y así lo hice. Comencé a tocar su abdomen, tenía su six pack bien marcado. En ese momento me di cuenta del bulto que se formaba entre sus piernas. Javier se comenzó a desabrochar el jean y yo le respondí sorprendida: Que haces! Él me dijo: Tranquila mami, solo me bajare el jean para que toques mis piernas que tanto te gusta. Él se bajó el jean hasta los tobillos. Tenía un bóxer blanco ajustado, podía verse el relieve de un enorme pene erecto. Definitivamente la situación se me estaba yendo de las manos. Más aun cuando comencé a tocarle sus muslos, duros y velludos, muy cerca de su bulto. Con una mano tocaba todo su torso y con otra su pierna. Sin darme cuenta él ya estaba tocándome el muslo. Yo le dije: Que haces? Saca tu mano. Él no la saco y yo no la quite. Mi mirada seguía fija hacia su tremendo bulto que estaba debajo de su bóxer. Me dijo: Quieres ver mami? Me quede muda y antes de responderle, se bajó el bóxer. Salió una cosa inmensa, su pene era muy grande y grueso y sus testículos eran enormes. Nunca había visto una cosa así. Me quede helada. Y más aún cuando me di cuenta que había metido su mano dentro de mi pantalón. Me estaba sobando mi vagina con sus dedos. Le dije: Qué te pasa? Le iba a meter una cachetada pero el agarro fuertemente mi mano y la puso en su pene. No aguante más la excitación de agarrar tremenda cosa y se lo comencé a masturbar, mientras el me masturbaba a mí. Había perdió totalmente el control de la situación. Él estaba totalmente desnudo, solo con sus pantalones a los tobillos. Su musculoso y joven cuerpo completamente desnudo ante mí. Se veía tan alto y enorme y su inmenso pene erecto como el estandarte de tan hermoso cuerpo. Lo miraba embobada mientras sentía sus dedos sobar mi conchita, me ponía muy excitada y aceleraba mi mano con la que le masturbaba su pene. No aguante más y me senté encima de él. Mi espalda tocaba el volante y en cualquier momento podía hacer sonar la bocina pero no me importaba. Su pene lo sobaba entre mis nalgas por encima de mi pantalón. El seguía con su mano dentro de mi pantalón, sobando mi conchita cada vez más rápido, ya estaba bien mojada y se escuchaba el ruido propio de una conchita mojada. Yo tocaba sus brazos musculosos y sus pectorales. Le comenzó a chupar y lamer sus tetillas, luego sus hombros hasta que comencé a morder y besar su cuello. Él quiso besarme en la boca pero lo evite quizás sentía algo de culpa y quería evitar llegar a mas sobre todo a algo tan íntimo como un beso. Ante el rechazo él puso su boca en mis pechos. Intenta abrirme la blusa con su mano que tenía libre pero como era su mano menos hábil le costó hacerlo, así que yo misma me desabroche la blusa y le puse mis pechos en su cara y el me bajo el sostén. Me dijo: que rico mami, que pezones tan delicioso. Y me lo comenzó a chupar. Yo lo agarre de la nuca para hundir su cara entre mis pechos. Mis pezones se me hincharon y endurecieron, mientras él seguía lamiendo mis pezones, me los besaba y lo mordía suavemente. Con su mano seguía sobándome mi conchita cada vez más rápido. Cuando empecé a sentir que algo me bajaba. Llegue al orgasmo que fue acompañado de un grito y de la bocina del carro que toque con mis nalgas. Quede abrazada a él. En ese instante de bajón, reaccione. Saque su mano empapada de mi conchita, me hice a un lado, me vestí rápidamente y baje del carro. Soy multiorgásmica, si me quedaba unos minutos más, eso llegaba a mayores (besos y penetración). El me siguió desde su auto rogando que no me fuera. Por suerte pasó un taxi y me subí al toque. Me llamo al celular pero no conteste. Le mande un mensaje diciéndole que no me llame, porque ya iba a llegar a mi casa, donde mi esposo me esperaba. Mientras escribía el mensaje me di cuenta que tenía mis dedos embarrado de la lubricación de su pene. Me lo acerque a la nariz para olerlo y eso me puso de nuevo caliente. Me comencé a mojar solo por olerlo.
Llegue a mi casa echa un desastre, mal arreglada y sudorosa. Me metí a mi habitación. Mi esposo se estaba bañando. Aproveche en masturbarme en la cama, mientras me sacaba toda la ropa. Con una mano me sobaba mi conchita y la otra mano me lo puse en mi cara para oler la ya casi seca lubricación del pene de Javier. Estaba tan caliente que comencé a chupar mis dedos, había partes húmedas aun, lo lamí, lo relamí pensando en lo rico que sería chupar el pene de Javier. Luego me pare y me fui al baño a mirar a mi esposo como se bañaba, mientras me seguía masturbando. Mi esposo escucho mis gemidos y me miro es esa situación. Le dije: Ven amor, hazme tuya por favor. Mi esposo, imaginando que me estaba masturbando porque lo estaba mirando, salió de la ducha y se me abalanzo. Yo lo detuve quería besarlo primero con lengua, con pasión. Luego me agache ante el para chuparle su pene. Se lo chupe bien rico, se lo ensalive, me trague todo su pene. Ya cuando lo tenía como una piedra, le dije: Métemela ya amor, ya no aguanto más. Javier ya me había dejado lubricada. Me arrincono contra el lavamanos y me la metió. Dame más duro le pedía. El me comenzó a dar salvajemente. Me estaba viniendo como nunca lo había hecho, pero lo estaba haciendo pensando en otro hombre, en Javier. Lo empuje a mi esposo y lo senté en el inodoro y yo encima de él. Comencé a saltar encima de él, mientras hundía su cabeza entre mis senos. Mis orgasmos llegaban uno tras de otro. Pensaba que era Javier el que me penetraba, pensaba que era su tremendo pene el que estaba dentro de mí y eso me ponía más excitada. Finalmente caímos al suelo, mi esposo encima de mí. Me seguía dando a un buen ritmo, hasta que mis orgasmos más fuertes llegaron, esos que te hacen gritar de placer, esos que te hacen arañar la espalda de tu hombre. Enseguida de que eso paso, mi esposo se vino dentro de mí. Quede satisfecha y a pesar que mientras tiraba con mi esposo estaba pensando en Javier, pensé también que nunca debí haber llegado tan lejos con Javier, no lo necesitaba. Mi esposo me cumplía, además creo que no se lo merecía, por eso al día siguiente cuando Javier me llamo le deje las cosas claras, para que no me vuelva a llamar. No quería llegar a cometer un error, del cual me podía arrepentir, más aun cuando se acercaba mis bodas de platas. Porque lo que paso esa vez para mí no califica como infidelidad. No sé qué opinan ustedes chicos.
Hola Samy, según la sociedad conservadora, cucufata, doble moral en que vivimos si es infidelidad.
Pero según mi opinión personal, al no haber penetración no hubo infidelidad, y también si te ayuda, en mi caso para no tener sentimiento de culpabilidad, busco negar algo que no ocurrió, disminuyendo o atenuando las otras acciones.
Un saludo